La paz en el Cuerno de África es un triunfo continental
La paz en Etiopía es un triunfo de la unidad africana
El acuerdo entre el gobierno central y los rebeldes del Tigray no sólo
suprime la base de EE.UU. en el Cuerno de África, sino que reduce
fuertemente el tráfico de refugiados hacia Italia
Por Eduardo J. Vior Agencia Télam
17-11-2022 | 20:32
Giorgia Meloni y Abiy Ahmed se reunieron en el marco de la Conferencia de la ONU sobre cambio climático
El
llamado Cuerno de África tiene una importancia central en la política
mundial. Por el estrecho de Bab el Mandeb, entre Yemen y Yibutí, pasa
buena parte del comercio que une Asia con Europa. Excepto la mencionada
excolonia francesa, los otros tres países de la región (Somalia, Etiopía
y Eritrea) han estado durante tres décadas envueltos en guerras
limítrofes o civiles que han producido millones de muertes y la
emigración de centenares de miles de refugiados que, pasando por Sudán y
Libia, intentan llegar a Italia. Tanto más importante es, entonces, el
acuerdo de paz que el gobierno central etíope y el Frente de Liberación
del Pueblo Tigriña (TPLF, por su nombre en inglés) firmaron el pasado 2
de noviembre por mediación de la Unión Africana.
El acuerdo no
sólo restableció la unidad del Estado, sino que cerró una lucrativa
fuente de ingresos para los traficantes de refugiados, algunas ONG que
trabajan con ellos y la Organización de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR, por su nombre en inglés) e implicó una fuerte derrota
para la política intervencionista de Estados Unidos. África no sólo
resuelve sus problemas rechazando la interferencia de las grandes
potencias, sino que también ayuda a solucionar los de Europa.
Hace
unos días, al margen de la cumbre climática de la ONU "COP27",
celebrada en Sharm El-Sheikh (Egipto), y a la que asistieron unos 120
jefes de Estado y de gobierno, la presidenta del Consejo de Ministros de
Italia, Giorgia Meloni, mantuvo una reunión bilateral con el primer
ministro de la República Democrática Federal de Etiopía, Abiy Ahmed.
Además del deseo de ambas partes de "reforzar las relaciones bilaterales
históricas y estrechar los lazos económicos", Italia y Etiopía están
unidas desde hace años por un destino común: el coloniaje peninsular
hasta 1941 y la inmigración del Cuerno de África hacia el sur de Europa.
Precisamente,
en un momento en el que Meloni está enfrentando a las ONG europeas que
presionan para que Italia tenga un puerto seguro donde desembarcar a los
inmigrantes, la capitulación del Frente de Liberación del Pueblo
Tigriña representa un acontecimiento histórico que descarga a Roma de un
fuerte lastre. Desde 2004 esta organización había construido en su
provincia cuatro campos de acogida para refugiados de la vecina Eritrea,
acompañándolos hasta Sudán y gestionando su flujo hacia el Mediterráneo
central. De hecho, la mayoría de las víctimas de la tragedia de
Lampedusa del 3 de octubre de 2013, donde se hundió un barco lleno de
refugiados que provocó la muerte de 359 personas, había salido de esos
mismos campos de acogida de Tigray. En la práctica, el Tplf utilizaba a
los refugiados eritreos como instrumento mediático y financiero, para
derrocar al gobierno archienemigo del país vecino.
Con el acuerdo se acaba la emigración de centenares de miles de refugiados Etiopía
es un país en el este de África de poco más de un millón de quilómetros
cuadrados, sin acceso al mar, con una antiquísima tradición cultural,
habitado por 108 millones de habitantes mayoritariamente pertenecientes
al pueblo oromo, pero con una importante minoría tigriña y varias otras.
Probablemente, allí haya surgido el homo sapiens y de esa región
provinieron influencias importantes para el surgimiento de la antigua
cultura egipcia y el origen de los monoteísmos. En Etiopía se organizó
también hace 2400 años el primer estado africano. Ya en el siglo IV
adoptó el cristianismo como religión oficial. Este país y Liberia fueron
los únicos de África que mantuvieron su independencia durante todo el
período colonial, si bien Etiopía fue colonizada por Benito Mussolini
entre 1936 y 1941. Como Italia tuvo colonias en Eritrea y Somalia entre
fines del siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial, toda la región
permanece muy ligada a la península sureuropea.
Cuando en 1974
fue depuesto el anciano emperador Haile Selassie (1930-36 y 1941-74), se
estableció una república socialista que fue derrocada en 1991 tras la
caída de la URSS. Luego de la independencia de Eritrea en 1991 y hasta
2018 Etiopía estuvo gobernada por una coalición de etnias menores
liderada por los tigriña.
En 2018 Abiy Ahmed restableció el
gobierno de la mayoría oromo, pero en noviembre de 2020 el Frente de
Liberación del Pueblo Tigriña desató una guerra contra el gobierno
federal que provocó centenares de miles de muertes y millones de
desplazados. Tras cinco meses de tregua, en agosto de 2021 los
milicianos del Tplf atacaron al ejército etíope, capturando ciudades
como Kobo y Alamata, en la región de Amhara. Sin embargo, en
encarnizados combates, el ejército federal los hizo retroceder hacia
Tigray y en poco tiempo consiguió liberar ciudades como Shire, Axum y
Adua.
Etiopía es el Estado más antiguo de África y el más importante del este del continente La
derrota militar del Tplf, especialmente la conquista de Shire, fue un
duro golpe para Estados Unidos, que los había patrocinado, financiado y
alentado durante 29 años. De hecho, para salvarlos, presionó fuertemente
al gobierno de Abiy, imponiéndole incluso diversas sanciones. No
obstante, el primer ministro etíope respondió tomando posesión de todos
los aeropuertos de Tigray: "Estas medidas son necesarias no sólo por los
repetidos ataques del Tplf, sino también por su activa connivencia con
potencias extranjeras hostiles", declaró entonces. Es que, con el
pretexto de brindar ayuda humanitaria, numerosas organizaciones
financiadas por Washington aterrizaban en los aeropuertos de la región
llevando pertrechos bélicos.
Finalmente, el 2 de noviembre
pasado, en Pretoria, en una iniciativa promovida por la Unión Africana y
presidida por el ex presidente nigeriano Olusegun Obasanjo y el
expresidente de Kenia Uhuru Kenyatta, se alcanzó casi por sorpresa un
acuerdo de paz entre el gobierno federal de Etiopía y el Tplf, que prevé
el desarme total de los milicianos tigriña.
Este acuerdo de
paz pone fin a la era del Tplf en el Cuerno de África, a su política
divisionista, al odio entre grupos étnicos y a la militarización de toda
la región. Su derrota marca, además, el fin del éxodo de jóvenes
procedentes del Cuerno de África y es un alivio para Italia. Con el
frente tigriña, EE.UU. pierde también su principal base de operaciones
en el este del continente. Se trata de un éxito inesperado de la
"solución africana a los problemas africanos", un precedente que augura
un buen futuro para el panafricanismo y un gran avance hacia un mundo
multipolar, libre de alineamientos coloniales.
Estimad@s lector@s: Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam. Agradezco su atención. Eduardo J. Vior
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Estimad@s lector@s:
Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam.
Agradezco su atención.
Eduardo J. Vior