El gobierno de EE.UU. ha perdido sentido de realidad
Agencia Télam - Opinión 4 de noviembre de 2021
En un bazar de porcelanas no hay lugar para elefantes
El vertiginoso deterioro y la pérdida de apoyo del gobierno de Joe
Biden ya preocupa a los analistas, por sus efectos desestabilizadores
sobre la política mundial
Por Eduardo J. Vior
04-11-2021 | 15:51
Joe Biden.
Tras
nueve meses de ejercicio del mando, sin ningún resultado positivo ni
perspectivas claras, el equipo que ocupa la Casa Blanca pierde
aceleradamente la simpatía de sus votantes, no recupera la sintonía con
los gobernantes aliados, provoca peligrosamente a sus oponentes en todos
los frentes al mismo tiempo y revive ante el continente los peores usos
de hace un siglo. Su falta de realismo y de visiones está creando
graves riesgos para el orden interno e internacional.
En la
semana que pasó se produjeron simultáneamente tres hechos, aparentemente
desconexos entre sí, pero que ilustran la falta de ubicación y pérdida
del sentido de realidad que está invadiendo a las máximas autoridades de
Washington: El martes 2 hubo elecciones a gobernador en Virginia y
Nueva Jersey con resultados francamente malos para los demócratas, ya
que un republicano ganó en el primer Estado y otro dificultó mucho el
triunfo del gobernador en funciones de Nueva Jersey.
En segundo
lugar, en los últimos días se ha celebrado la cumbre mundial sobre el
cambio climático que la ONU organizó en Glasgow, Escocia. Aprovechando
la ausencia de los líderes ruso y chino, Vladimir Putin y Xi Jinping, el
presidente estadounidense Biden se propuso liderarla. El martes pasado
lanzó entonces un mordaz ataque contra China por la no comparecencia de
Xi y –dijo- por no mostrar liderazgo en la crisis climática. "Nosotros
nos presentamos", añadió y "ellos no", comentó en referencia a los
presidentes de China y Rusia.
Tras esta proclama ecologista,
Biden pasó en la misma conferencia de prensa a atacar a la OPEP+ (la
Organización de Países Exportadores de Petróleo más otros –como Rusia-
que también lo exportan, pero no pertenecen al gremio), a la que culpó
por la inflación en su país, justo dos días antes de la reunión del
cártel para discutir la política petrolera.
"Si se echa un
vistazo a los precios de la gasolina y a los precios del petróleo,
declaró el presidente, se ve que aumentan por la negativa de Rusia o de
las naciones de la OPEP a bombear más petróleo". Exigir un mayor bombeo
de petróleo en una cumbre mundial sobre el clima es bastante
contradictorio con la proclamación de un "liderazgo" en la lucha contra
el cambio climático.
Apenas un día después, la Guardia Revolucionaria Iraní (GRI) difundió en las redes una historia propia de John Le Carré: Hace
algún tiempo el capitán y la tripulación iraníes de un petrolero
cargado con combustible para Venezuela desviaron la nave con apoyo
norteamericano hacia un puerto de los Emiratos. El gobierno
estadounidense confiscó entonces el petróleo y lo trasbordó a otro buque
con la misma tripulación y comando.
En esta imagen se pueden ver: 1) el buque de guerra norteamericano
"68"; 2) el petrolero ocupado por la GRI; 3) El catamarán "Shaheed
Nazeri" donde estaba el puesto de mando iraní; 4) Las lanchas rápidas de
la Guardia Revolucionaria apuntando a los navíos
Sin
embargo, la inteligencia de la GRI descubrió que esta semana el mismo
capitán y su tripulación transportarían el petróleo robado a través del
Mar de Omán. Entonces lo abordaron con un helicóptero que descendió en
su cubierta y lanchas de ataque que se aparearon al navío. Acto seguido
los comandos iraníes tomaron el control de la cabina de mando. Mientras
tanto, varias lanchas de la GRI se interpusieron entre los destructores
de la Va Flota norteamericana y el petrolero, los apuntaron con sus
ametralladoras y cohetes y les ordenaron retirarse. Una vez acatada la
consigna por los buques de EE.UU., la marina persa llevó el petrolero al
puerto de Bandar Abbas, donde se encuentra actualmente.
Los tres
hechos encuentran una explicación común en el discurso, del pasado
viernes 29, del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas
estadounidenses, general Mark Milley, durante el acto de asunción del
Comando Sur por la generala Laura Richardson: “Acá estamos en un
vecindario. Trabajamos codo a codo para asegurar este hemisferio. Quien
se oponga a nuestra seguridad, a nuestra prosperidad o la de nuestros
aliados, tiene que enfrentarse al Comando Sur.”
Esta retórica,
propia de la política del “Gran Garrote” entre 1898 y 1933, muestra que
nada ha cambiado en la actitud de la dirigencia norteamericana hacia su
país y el mundo: no registran el desencanto de sus propios votantes ante
las promesas incumplidas por el gobierno, no se dan cuenta de las
flagrantes contradicciones en las que incurren en su propia retórica,
desconocen los cambios producidos en su inmediata cercanía y se asombran
ante las nuevas relaciones de fuerza que imperan en los distintos
escenarios del mundo. El presidente Joe Biden y los miembros de su
gobierno están perdiendo aceleradamente la percepción de la realidad.
Tratándose de la mayor superpotencia, esta constatación es grave y
preocupante. Los próximos meses van a requerir mucha contención de todos
los actores políticos. El mundo está en una situación tan delicada como
un bazar de porcelanas y no admite elefantes.
Estimad@s lector@s: Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam. Agradezco su atención. Eduardo J. Vior
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