La crisis migratoria en la frontera oriental de la UE y la
multiplicidad de intereses que la complican resaltan la necesidad de
restablecer el diálogo entre el Este y el Oeste de Europa
Por Eduardo J. Vior
16-11-2021 | 22:37
Dr. en Ciencias Sociales Analista internacional Militares polacos reprimieron a migrantes en la frontera. (Foto: AFP)
Aumentando la tensión reinante en la frontera entre Bielorrusia y Polonia,
un grupo de migrantes lanzó este martes piedras y palos hacia los
guardias fronterizos polacos y empezó a romper un alambrado limítrofe, a
lo que la policía polaca respondió arrojando agua, gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
Desde
agosto pasado se viene agudizando la crisis política y diplomática
entre Bielorrusia por un lado y Polonia y Lituania por el otro, que se
desató por la afluencia de migrantes y refugiados de Medio Oriente y África que intentan ingresar a la Unión Europea (UE) por ese confín. Sin embargo, en este conflicto se entrelazan intereses y presiones internacionales que
exceden ampliamente el ámbito limítrofe. Si bien los migrantes son sólo
la carne de cañón del juego entre las potencias, su desesperación puede
desatar tragedias que sólo la reconstrucción de los canales de diálogo
intraeuropeo puede evitar.
El lunes 15 los ministros de Asuntos Exteriores de la UE impusieron nuevas sanciones contra Bielorrusia,
acusándola de haber atraído intencionadamente a varios miles de
inmigrantes de Medio Oriente y África para desestabilizar el bloque
europeo.
Según ellos, Minsk habría recurrido a esta maniobra, para castigar la intromisión de Bruselas a favor de la oposición
en la elección presidencial de 2020 y las protestas posteriores.
Bruselas sancionará a unas 33 personas y empresas aéreas, agencias de
viajes e individuos de Bielorrusia imputados de haber organizado un
"empuje ilegal de migrantes".
Aumenta la tensión en la frontera entre Bielorrusia y Polonia. (Foto: AFP)
Desde la pasada primavera boreal grandes grupos de personas
que huyen de los conflictos y la pobreza en Oriente Medio y África
comenzaron a volar a Minsk, para, a continuación, dirigirse a la
frontera con Polonia, Lituania o Letonia con la intención de cruzarla
ilegalmente y alcanzar Alemania, el destino final de la mayoría.
En los últimos meses los principales países de origen de los migrantes fueron Irak, Siria, Afganistán, Turquía e Irán. La mayoría de ellos ha pagado entre 14 y 17.000 dólares
a agencias de viajes de Oriente Medio, que se asociaron con empresas
bielorrusas, para reservar paquetes turísticos que suelen incluir visado, vuelo y alojamiento.
Las agencias consiguen los visados en los consulados bielorrusos desde
Ankara hasta Beirut, pero actualmente los principales puntos de partida
son tres ciudades de la región kurda de Irak: Irbil, Shiladze y
Sulaymaniyah. Sobre este dato se volverá especialmente más adelante.
En octubre, Minsk restringió el número de agencias de viajes de Bielorrusia autorizadas a entregar invitaciones turísticas y los vuelos directos de Bagdad a Minsk se suspendieron en agosto, generando un aumento en los precios de los traslados.
El viernes pasado se suspendieron también para los ciudadanos de Irak, Yemen y Siria los viajes vía Turquía.
Una compañía aérea privada siria suspendió sus vuelos el sábado y el
lunes, finalmente, se cerraron los viajes desde Dubai. De este modo
tiende a reducirse el número de inmigrantes que llega a Bielorrusia.
El lunes 15 los ministros de Asuntos Exteriores de la UE impusieron nuevas sanciones contra Bielorrusia. (Foto: AFP)
Todavía
no hay detalles sobre las medidas que podría tomar la UE, pero ya está
en conversaciones con una docena de países sobre el tema. En agosto, a
pedido del bloque europeo Irak accedió durante un periodo limitado a
suspender los vuelos de Bagdad a Bielorrusia.
Como resultado,
Frontex, la autoridad fronteriza europea, informó que en septiembre se
redujo fuertemente el número de iraquíes detectados al cruzar las
fronteras terrestres orientales hacia la UE en comparación con agosto: de 1.345 a 181. Pero aún no se sabe si esta tendencia ha continuado en octubre.
Belavia
ya tiene prohibido el acceso al espacio aéreo de la UE en virtud de las
sanciones impuestas tras un incidente ocurrido a principios de este
año, cuando un vuelo de RyanAir con destino a Lituania tuvo que
aterrizar en Minsk por una emergencia y las autoridades del país
aprovecharon la ocasión para detener a un agente opositor buscado por organizar atentados.
Bruselas ahora discute la posibilidad de impedir también que Belavia
arriende aviones a empresas con sede en la UE, principalmente
irlandesas, ya que empresas de este origen gestionan más de la mitad de
los alquileres de aviones en el mundo.
Varsovia y Bruselas
afirman que Lukashenko está empujando deliberadamente a los migrantes
hacia la UE e incluso los ayuda dándoles herramientas para cortar las
vallas fronterizas, pero el gobierno de Minsk ha rechazado la
imputación.
Los principales países de origen de los migrantes fueron Irak, Siria, Afganistán, Turquía e Irán. (Foto: AFP)
Hay demasiados interesados en explotar el sufrimiento de los refugiados. Sin dudas, al presidente bielorruso le sirve presionar a la UE con ellos, para empujarla a negociar la derogación de las sanciones
contra su gobierno y el restablecimiento de las relaciones. Pero
también el presidente polaco Duda aprovecha la agudización de las
tensiones en su frontera oriental, para reclamar mayores transferencias de Bruselas, hacerse perdonar sus violaciones al Tratado de Lisboa y consolidar el frente nacionalista interno.
Rusia,
por su parte, -aunque prudente y recatada- se suma a la presión
bielorrusa, para advertir a la OTAN que, si ésta la amenaza en Ucrania y
el Mar Negro, la recién formada Unión Ruso-Bielorrusa puede responder en cualquier frontera.
Hasta el momento Estados Unidos no se ha involucrado
abiertamente en el conflicto, pero lo hará si la crisis se prolonga o
agudiza. No faltan tampoco actores medio-orientales interesados en
avivar el fuego.
Hasta hace pocos días Turquía permitía el
embarque de refugiados de la región, pero también africanos, desde los
aeropuertos de Estambul y Antalya. Es que azuzar la discordia entre la
UE y Rusia-Bielorrusia mantiene vigente la política pendular de Recep T.
Erdogan.
Que los EAU hayan participado hasta hace pocos días en
el tráfico de refugiados no es extraño, si se consideran los múltiples
lazos de los jeques del Golfo con las mafias y el tráfico de personas.
Por el contrario, suscita más intriga el involucramiento en esta crisis
del clan Barzani, señores del Kurdistán iraquí.
Tradicionalmente cómplices de la CIA, del Mossad y de Turquía, desde la
década de 1960 han participado en todos los negocios sucios de Medio
Oriente, pero no se entiende qué ganarían agudizando la crisis
migratoria en la frontera oriental de la UE.
Comenzada como una
respuesta del gobierno bielorruso a las provocaciones occidentales para
alcanzar una negociación, la crisis migratoria se ha independizado y
adquirido una dinámica propia impulsada por la desesperación de los miles de personas que huyen de las guerras, la criminalidad y el hambre con la ilusión de salvarse en Europa Central.
Contener
los choques entre esta masa y las fuerzas de represión polacas requiere
una intensa concertación entre las capitales europeas y resalta el
absurdo de un continente que ha interrumpido las líneas telefónicas y
sólo se entiende a los gritos por encima de las alambradas.
Estimad@s lector@s: Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam. Agradezco su atención. Eduardo J. Vior
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