Cada vez que anuncia una pandemia, ésta sucede. Más vale prevenirse
contra la viruela del mono, porque en su afán por “resetear” el mundo,
puede ocurrir un nuevo desastre
Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam 26-05-2022 | 12:12
"Se necesitarán probablemente unos mil millones al año para un grupo de
trabajo sobre pandemias a nivel de la OMS, que se encargue de la
vigilancia y de hacer lo que yo llamo ‘juegos de gérmenes’, en los que
se practica... Se dice, ¿qué pasaría si un bioterrorista llevara la
viruela a 10 aeropuertos? ¿Cómo respondería el mundo a eso?" (Bill
Gates, Sky News, 6 de noviembre de 2021).
Bill Gates anuncia con
tiempo cada próximo episodio del programa en curso para diezmar a la
humanidad. Esta vez coincidió con la reunión en Davos del Foro Económico
Mundial (WEF, por su nombre en inglés), para evaluar el avance del Gran Reajuste Mundial
(The Great Reset). También el G7 ha realizado la semana pasada en
Berlín una simulación de “pandemia de viruela de leopardo” y sus
ministros de salud se han encontrado para discutir “la próxima crisis”.
La viruela del mono (todavía) no es una pandemia, pero es llamativo que
haya aparecido fuera de África Occidental después de que el fundador de
Microsoft la anunció.
Las repetidas coincidencias entre los
anuncios de Gates y la aparición de calamidades de origen viral, el
avance de la agenda de gobierno tecnocrático de los líderes
occidentales, los escándalos por la corrupción y la colusión de los
megarricos dueños de los grandes laboratorios con la elite de Washington
y la agenda del WEF no pueden ser pura coincidencia. Hay demasiados
indicios de que una ínfima oligarquía de hipermillonarios está
intentando reorganizar el mundo a costas de la mayoría de los seres
humanos. Bill Gates es uno de sus principales exponentes.
Hasta el pasado domingo se contabilizaban unos 120 casos de “viruela del mono” distribuidos
por una docena de países en Europa, América del Norte y Australia. Este
lunes se confirmó un caso en Argentina. Hasta ahora no se sabe dónde se
infectaron los afectados. La enfermedad puede tener un curso severo.
Foto: AFP
El jueves pasado en una entrevista de Policy Exchange con el presidente
del comité de salud británico, Jeremy Hunt, Bill Gates advirtió a los
gobiernos que “se preparen para los ataques terroristas de viruela y
futuras pandemias” invirtiendo miles de millones en investigación y
desarrollo y en lo que llamó una “Fuerza de Tareas” de la Organización
Mundial de la Salud (OMS). Según él, países como Estados Unidos y el
Reino Unido deben gastar “decenas de miles de millones” de dólares para
financiar su propuesta.
Gates sugirió que los “juegos de
gérmenes” podrían preparar a las naciones para afrontar acciones de
bioterrorismo, como por ej. ataques de viruela en aeropuertos, al tiempo
que advirtió que las epidemias provocadas de este modo podrían tener
peores efectos que las que resultan de procesos naturales. “Gran parte
de la investigación y desarrollo que necesitamos para estar preparados
para la próxima pandemia consiste en tener vacunas baratas y grandes
fábricas, erradicar la gripe, deshacernos del resfrío común, que las
vacunas sean solo un pequeño parche que se coloque en el brazo, cosas
que serán increíblemente beneficiosas incluso en los años en que no
tengamos pandemias”, dijo.
Por su parte, el presidente norteamericano Joe Biden
dijo el domingo 22 que el reciente aumento de casos confirmados de
viruela del mono en Europa y Estados Unidos era algo "para preocuparse".
El mandatario fue preguntado por la enfermedad mientras hablaba con los
periodistas en la base aérea de Osan, en Corea del Sur, antes de
despegar hacia Japón en su primer viaje a Asia como presidente. Por su
parte, Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca,
dijo a los periodistas que viajaban con el presidente que EE.UU. tiene
un suministro de "vacuna relevante para tratar la viruela del mono" y
que Biden se estaba poniendo al día sobre el brote.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la viruela del mono,
de la misma familia de virus que la viruela, rara vez fue detectada
fuera de África. Normalmente, la mayoría de los pacientes de viruela del
mono experimentan fiebre, dolores corporales, escalofríos y fatiga. Los
casos más graves desarrollan una erupción y lesiones en la cara y las
manos que pueden extenderse a otras partes del cuerpo. La enfermedad fue
identificada por primera vez por los científicos en 1958, cuando se
produjeron dos brotes de una enfermedad "parecida a la viruela" en monos
de investigación, de ahí el nombre de viruela del mono. La primera
infección humana conocida se produjo en 1970 en un niño de nueve años en
una zona remota del Congo. Mientras que el coronavirus SARS-CoV-2, en
tanto virus de ARN, es propenso a las mutaciones, la viruela del mono es
un virus de ADN, lo que significa que es menos probable que mute, al
menos no con tanta frecuencia como el coronavirus.
No se sabe si
la viruela del mono se va a convertir en la nueva pandemia, pero sí se
puede afirmar que la campaña del miedo impulsada por los medios
occidentales sincronizados ya le está salvando la vida a algunas
empresas farmacéuticas norteamericanas. SIGA Technologies y Emergent Biosolutions
tienen prácticamente el monopolio de las vacunas y tratamientos contra
la viruela en el mercado estadounidense y en otros países. Como
resultado, las acciones de Emergent Biosolutions subieron un 12% el
jueves, mientras que las de SIGA se dispararon un 17,1%.
Para
estas empresas el temor a la viruela del mono es un regalo del cielo,
especialmente para SIGA, que, como único producto del laboratorio,
produce la vacuna TPOXX. Aunque algunos medios han criticado que el
aumento del valor bursátil de SIGA Technologies coincida con la reciente
preocupación por la viruela del mono, no han prestado atención al hecho
de que la empresa es la única pieza que no se está desmoronando en el
imperio de Ronald “Ron” Perelman, uno de los
"asaltantes de empresas" de la década de 1980 que compraban firmas con
bonos basura. Perelman tiene profundos y controvertidos lazos con la
familia Clinton y el Partido Demócrata, así como tuvo preocupantes
contactos con Jeffery Epstein, el millonario amigo de toda la elite de
Washington que murió en prisión acusado de múltiples casos de pedofilia.
Para Perelman, su generosidad con la maquinaria política de los Clinton
se tradujo en su nombramiento como miembro del consejo de
administración del Kennedy Center en 1995. Es probable que hubiera otros
gestos menos públicos por parte de los Clinton relacionadas con el
affaire Monica Lewinsky, ya que Perelman ofreció mucho más a la Primera
Familia de lo que parece haber recibido a cambio.
Durante la
mayor parte de la década de 2000 Perelman se ha sentado en la cima de
una enorme y creciente fortuna. Sin embargo, desde 2020, Perelman ha
estado descargando activos rápidamente. Según MoneyWeek, su patrimonio
neto se redujo de 19.000 millones de dólares en 2018 a 4.200 millones a
finales de 2020. Uno de los pocos activos de su propiedad que
actualmente no está sufriendo una hemorragia de dinero o una deuda es su
participación en SIGA Technologies. La principal empresa de Perelman,
MacAndrews & Forbes, ha sido durante mucho tiempo uno de los mayores
inversores de SIGA y sigue siendo su mayor accionista, controlando el
33% de todas las acciones.
En la parte superior de su página de información el laboratorio
presenta una cita de Bill Gates que dice: "[...] la próxima epidemia
podría originarse en la pantalla del ordenador de un terrorista que
pretenda utilizar la ingeniería genética para crear una versión
sintética del virus de la viruela [...]". La cita es del discurso de
Bill Gates en la Conferencia de Seguridad de Múnich de 2017 en la que
utilizó la amenaza de la viruela para argumentar que la "seguridad
sanitaria" y la "seguridad internacional" deben fusionarse.
Consecuentemente, el pasado mes de marzo la misma Conferencia de
Seguridad de Múnich acogió una simulación de una pandemia mundial
causada por un "virus de la viruela del mono modificado genéticamente."
SIGA es un ejemplo de empresa que trata de encontrar su nicho entre la
"seguridad sanitaria" y la "seguridad internacional". En concreto,
ofrece "soluciones para necesidades no cubiertas en el mercado de la
seguridad sanitaria, que comprenden contramedidas médicas contra
amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares (QBRN), así como
enfermedades infecciosas emergentes". En Estados Unidos la mayoría de
los contratos de contramedidas médicas QBRN son financiados por el Pentágono.
Aunque se promociona a sí misma como una empresa que aborda el conjunto
de dichas amenazas QBRN, SIGA está por ahora centrada exclusivamente en
la viruela. De hecho, la empresa sólo es rentable si se da un brote
real de viruela, por lo que se ha esforzado por conseguir contratos
gubernamentales para producir la vacuna antivariólica TPOXX
para la Reserva Nacional Estratégica (SNS). Se trata de una vacuna que
sólo sirve para tratar la infección activa de viruela o viruela del
mono, por lo cual puede colegirse que la empresa tiene un alto interés
en que se difunda masivamente una pandemia de viruela.
TPOXX fue
aprobada por la Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por su
nombre en inglés) por primera vez en 2018 y por la Agencia Europea de
Medicamentos (EMA) el pasado mes de enero. La FDA aprobó una versión
intravenosa de TPOXX justo el pasado jueves. En total, SIGA ha recibido
más de mil millones de dólares del gobierno estadounidense para
desarrollar la vacuna.
Actualmente, SIGA está asociada con BARDA (Autoridad
de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado) del Departamento de
Salud, con el Departamento de Defensa, los CDC y los NIH (Institutos
Nacionales de Salud). Otro socio es Lonza, una empresa europea de
fabricación de productos farmacéuticos asociada al Foro Económico
Mundial (WEF) y a Moderna.
También Emergent Biosolutions ha estado en apuros. Fundada en 1998 como BioPort por el multimillonario germano-norteamericano Fuad El-Hibri
(muerto en 2022), en el año 2000 fue objeto de audiencias en el
Congreso y de la acción de la FDA. Después de los ataques con ántrax de
2001, que causaron la muerte de cinco estadounidenses y enfermaron a
otros 17, BioPort comenzó a suministrar su vacuna contra el ántrax a las
agencias de biodefensa estadounidenses. En junio de 2012, Emergent
formó junto con Novartis y el Sistema Universitario de Texas A&M un
consorcio para recibir del Departamento de Salud y Servicios Humanos de
Estados Unidos un subsidio por 163 millones de dólares para el período
2013-2020, para ayudar al desarrollo de contramedidas médicas ante
epidemias sanitarias, nucleares y radiológicas.
En 2017 la empresa compró a Sanofi Pasteur la vacuna ACAM2000
contra la viruela, la única aprobada por la FDA (2007) para la
inmunización activa contra la viruela para las personas con un alto
riesgo médico de contraer la enfermedad. Dos años más tarde, el
Departamento de Salud y Servicios Humanos firmó con la empresa un
contrato por un valor estimado de 2.800 millones de dólares para que
proporcione ACAM2000 durante un período de diez años.
La empresa fue criticada en abril de 2021 por participar en un "encubrimiento"
de los problemas de control de calidad relacionados con su producción
de vacunas contra el Covid-19 que la llevó a descartar hasta 15 millones
de dosis de la vacuna COVID-19 de Johnson & Johnson en un solo lote
de fabricación. La planta de Emergent en cuestión fue cerrada entonces
por la FDA, pero se le permitió reabrir en agosto pasado antes de que el
gobierno rescindiera el contrato. Poco después, gracias a la
declaración de Bill Gates de noviembre, las acciones repuntaron
enérgicamente.
Es la segunda vez en un año que ambas firmas se benefician de los temores de pandemia o bioterrorismo
propagados por los medios de comunicación. Tras los comentarios de Bill
Gates sobre las perspectivas de bioterrorismo con el virus de la
viruela el 4 de noviembre pasado, el 16 del mismo mes se informó sobre
el descubrimiento por el CDC y el FBI de 15 viales sospechosos
etiquetados como "viruela" en una instalación de Merck en Filadelfia.
Entonces las acciones de ambas farmacéuticas ascendieron
vertiginosamente. Ahora, aproximadamente seis meses después, los mismos
temores vuelven a disparar el valor accionario de las mismas dos
empresas.
Apenas unos días después de la publicación del informe
del Congreso que retomaba el sumario del FDA, Emergent Biosolutions
anunció que adquiriría a la empresa Chimerix los derechos mundiales
exclusivos del "primer antiviral oral contra la viruela aprobado por la
FDA para todas las edades". El fármaco, llamado TEMBEXA, es sólo para el
tratamiento de la viruela. El comunicado de prensa sobre la adquisición
de TEMBEXA por parte de la empresa afirma que se prevén contratos
multimillonarios del gobierno estadounidense para el producto.
Bill Gates no habla porque sí. Desde hace años viene promoviendo un
enfoque comprehensivo de la política sanitaria que la ve como un
problema de “seguridad internacional”. Esta visión es congruente con la
estrategia de “guerra de amplia gama” que el Pentágono adoptó hace ya
dos décadas. No es el único interesado en las campañas de pánico y en la
difusión de pandemias que llenan las cajas de los laboratorios
estadounidenses. Sin embargo, por su poder financiero y político Gates
ocupa el puesto de mando de esa estrategia. Él marca la agenda, elige
los escenarios de combate y ordena a sus “generales”, muchos de ellos
altos ejecutivos empresarios, políticos y militares. Parte de su
liderazgo es también preservar un sistema corrupto que sólo da ganancias
impulsando la guerra de amplio espectro. Por ello ahora levanta la
bandera de la viruela del mono. Se trata de un negocio menor, para
salvar la vida de un par de laboratorios amigos y crear el pánico
mundial. Secundariamente, la campaña también sirve para desviar la
atención de la presentación del informe ruso sobre los laboratorios
farmacéuticos y biotecnológicos de EE.UU. en Ucrania en los que también
estuvo implicado Gates.
Bill Gates es un genio del mal, pero sigue marcando el rumbo de esta guerra. Por eso hay que prestar atención cuando habla.
Si Biden y Johnson continúan sin negociar con Putin, el agotamiento del
ejército ucraniano les obligará a involucrarse cada vez más en la
guerra
Por Eduardo J. Vior Agencia Télam
19-05-2022 | 21:01
En la acería de Mariúpol, soldados ucranianos prisioneros son revisados por efectivos de Rusia y el Donetsk
Tras la rendición de 1800 sobrevivientes del ejército ucraniano y del
batallón nazi atrincherados en los túneles de la acería Azov, en
Mariúpol, la cámara alta norteamericana finalmente aprobó este jueves un
enorme paquete de ayuda militar para prolongar la guerra en Ucrania.
Todavía la semana pasada el senador republicano Ron Paul había logrado
frenar la votación, pero este vuelco estratégico está empujando a
Washington, Londres y Bruselas a involucrarse directamente.
Lamentablemente, han entrado en la guerra con mucha ideología, pero sin
concepto ni plan y está primando el interés inmediato del complejo
militar-industrial. En Ucrania las potencias occidentales se están
metiendo aceleradamente en el pantano de una guerra interminable.
Con un retraso de una semana el Senado de EE.UU. aprobó este jueves 19
un paquete de ayuda militar, económica y humanitaria para Ucrania por
valor de 40.000 millones de dólares. La votación fue de 86 a 11. Todos
los votos en contra fueron de republicanos. Durante el debate final
muchos senadores manifestaron su certeza de que otros paquetes le
seguirán.
Hace una semana el senador republicano por Kentucky
Ron Paul retrasó la votación al exigir que el proyecto de ley incluyera
la intervención del Inspector General de la Unión, para supervisar la
aplicación de los fondos. "No podemos salvar a Ucrania condenando la
economía estadounidense", sentenció. Añadió que EE.UU. ha gastado casi
tanto en el ejército de Ucrania como todo el presupuesto militar de
Rusia y que Washington ha enviado más dinero a Ucrania que el que gastó
en todo el primer año de la guerra en Afganistán.
En su informe final sobre los 20 años de guerra el Inspector General
Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) descubrió que casi
19.000 millones de los 134.000 millones de dólares asignados a
Afganistán durante los 20 años de guerra se perdieron por despilfarro,
fraude y abuso. Finalmente, la objeción de Paul, un conservador fiscal
contrario a las intervenciones exteriores de su país, fue vencida por el
voto de la mayoría.
Llama la atención el grado de unidad
bipartidista en ambas cámaras dispuesto a votar el préstamo. Ni un solo
demócrata de la Cámara de Representantes estuvo en contra y sólo 57
republicanos dijeron "no". Sirva esta votación como muestra del alcance
de la cacareada radicalidad de la izquierda demócrata.
La gran
coalición belicista no refleja la opinión de la mayoría de los
estadounidenses, sino el consenso de la elite de Washington. Como
siempre, cuando no sabe cómo resolver los problemas de su nación, acude a
la guerra como única alternativa. La ley pasó ahora a la firma del
Presidente.
El nuevo paquete de ayuda militar incluye 36 radares
de contrabatería, 18 obuses de 155 mm y 18 vehículos tácticos. Según
informó el Pentágono, el envío de este armamento comenzará
inmediatamente.
Gral. Lloyd Austin, secretario de Defensa de EE.UU., antes directivo de la empresa de armamentos Raytheon
La decisión se tomó inmediatamente después de la rendición de casi
todos los nazis y militares escondidos en la acería Azov, en Mariúpol.
Según datos fidedignos, el batallón Azov tenía inicialmente en Mariúpol
20.000 soldados y las unidades regulares ucranianas hasta 14.500
efectivos. Hasta la mañana de este jueves se habían rendido 1.800 y se
estima que unos 100 más siguen en los subsuelos.
Considerando
las cifras actuales, puede apreciarse su grado de destrucción. No
obstante, se dice que los oficiales extranjeros presentes en la acería
aún no se han entregado. Cuando se los identifique, quedará claro quién
es el agresor. Ningún ejército manda oficiales de alto rango al frente
de combate de un aliado.
menor sin acuerdo previo, para que
durante un mes y medio queden encerrados en catacumbas y caigan
prisioneros del enemigo. Cuanto más alto sea su rango, más evidente será
que la OTAN planeaba una ofensiva sobre la cuenca del Don que fue
anticipada por la iniciativa rusa.
La gran victoria rusa en el
puerto del Donetsk modifica la relación estratégica entre ambas
alianzas. Mariúpol quedó ahora en la retaguardia del ejército ruso, el
que liberó a fuerzas para operar en otros frentes. Por otra parte, el
fin de los combates en Azovstal permite formar un corredor terrestre
que, tras la reactivación del ferrocarril, unirá el este y sur de
Ucrania hasta Crimea.
La puesta en marcha del puerto de Mariúpol
impulsará también la articulación de un nodo ferrovial y marítimo para
el comercio euroasiático, incluyendo el relacionado con China.
Finalmente, el Mar de Azov se ha convertido en mar interior de Rusia y
el puente que une Crimea con el continente queda fuera de peligro.
Los ejércitos de Rusia y las repúblicas del Don continúan su avance en el este de Ucrania
Obviamente, para Rusia es una oportunidad de mostrar una victoria
mediática de alto nivel, dejando a Kiev sin el relato épico de los
“heroicos defensores”. El silencio de la propaganda occidental es
clamoroso.
Como viene sucediendo desde el inicio del conflicto,
toca nuevamente a los militares norteamericanos contener los daños de
una guerra sin objetivo ni plan claros. Después de 80 días de esfuerzos,
por primera vez el viernes 13 Lloyd J. Austin III, secretario de
Defensa, pudo hablar por teléfono con el ministro de Defensa ruso, el
general Sergei Shoigu. Austin habría instado a su colega a decretar el
alto el fuego, pero parece más bien que intentó frenar la próxima
presentación ante la ONU del informe sobre los laboratorios de EE.UU. en
Ucrania.
Según la documentación rusa, los fabricantes de
vacunas contra el Covid-19 Pfizer y Moderna, así como Merck y Gilead
fueron responsables directos de haber instalado allí laboratorios.
Eludiendo las normas internacionales de seguridad, especialistas
estadounidenses probaron nuevos medicamentos en la población civil.
Según el Jefe de la Fuerza de Protección Radiológica, Química y
Biológica de Rusia, Igor Kirillov, “para ahorrar costos”.
“El
Pentágono, señaló, amplió su potencial de investigación no sólo en
términos de producción de armas biológicas, sino también en la
recopilación de información sobre la resistencia a los antibióticos y la
presencia de anticuerpos contra ciertas enfermedades. El campo de
pruebas en Ucrania estaba prácticamente fuera del control de la llamada
‘comunidad internacional’”.
Estos hallazgos, ampliamente
documentados en el informe presentado esta semana por Kirillov sugieren
un vasto negocio de armas biológicas "legitimadas" que implicaba a altos
cargos del gobierno estadounidense. Para impedir la presentación del
informe ante la ONU es que Austin llamó a Shoigu.
Este jueves
también ambos jefes de Estado Mayor Conjunto, Mark Milley (EE.UU.) y
Vassili Gerasimov (Rusia), mantuvieron una conversación telefónica a
instancias del norteamericano. No trascendió el contenido del
intercambio, pero usualmente estos contactos entre los máximos
responsables militares se dirigen a resolver cuestiones prácticas en el
campo de batalla (por ej., el intercambio de prisioneros) o a concertar
medidas para evitar que malentendidos escalen los conflictos.
La
producción de armas biológicas en Ucrania fue una de las tres razones
principales para el lanzamiento de la Operación Z junto con la
prevención de una guerra relámpago inminente contra el Donbass y el
deseo de Kiev de reiniciar la fabricación de armas nucleares. Rusia
sintió que Ucrania y sus aliados transgredían estos tres límites y atacó
preventivamente para no ser sorprendida. Así, al menos, lo explican sus
líderes.
La estrategia rusa es racionalmente comprensible:
desde el golpe de estado de febrero de 2014 venía viendo cómo británicos
y norteamericanos alentaban a las milicias nazis que hostigaban a la
población rusohablante del este de Ucrania, reprimían el uso del ruso,
censuraban medios y perseguían partidos moderados. Durante siete años
EE.UU. y la OTAN se negaron a negociar.
Además, en octubre pasado Volodymir Zelensky anunció su programa
nuclear. La inteligencia rusa, en tanto, ya sabía de los laboratorios
biotecnológicos. También en noviembre Moscú presentó a EE.UU. y a la
OTAN sendas propuestas de negociación que fueron desestimadas. En
febrero, por fin, Moscú confirmó la próxima ofensiva ucraniana contra la
cuenca del Don.
Puede discutirse si Rusia pudo haber esperado a
la ofensiva ucraniana antes de responder y así justificar su
intervención. Putin argumenta que, atacando primero, se salvaron las
vidas de decenas de miles de civiles. Es imposible saberlo a posteriori,
pero las razones políticas del ataque ruso son entendibles, aunque las
jurídicas no lo sean. Su estrategia tiene objetivos claros y limitados,
que no hay que compartir, pero sobre los que se puede negociar.
En cambio, la conducta anglonorteamericana es inentendible e
imprevisible. Siguiendo una geopolítica del siglo XIX, Washington y
Londres ven en el poder continental de Rusia y en su alianza con China
una amenaza para el poder marítimo anglosajón, pero es un supuesto
ideológico. Formular una estrategia clara y precisa y llevarla adelante
es otra cosa.
Mientras Zelenski reclama a Occidente más y más
pertrechos, su ejército se desintegra. Este jueves el comandante en jefe
de las FF.AA: ucranianas, el general Valerii Zaluzhnyi, solicitó
permiso al presidente, para evacuar Severodonetsk, en el límite
occidental de Lugansk. “Se trata de que no pase nuevamente lo de Azov”,
justificó el general su pedido.
Las tropas de Lugansk y las
rusas están rodeando esta posición estratégica y cerrando un bolsón
mayor con 16.000 efectivos ucranianos. En tanto, se amontonan los
informes sobre el desvío de las remesas y equipos occidentales por la
corrupción del régimen de Kiev. En estas condiciones, el mero envío de
aún más hardware norteamericano sólo sirve para que los rusos lo
capturen o lo compren en el mercado negro. Para EE.UU. y la OTAN Ucrania
es un pozo sin fondo.
La planificación militar rusa, en cambio,
procede metódicamente. Sus fuerzas machacan al enemigo mientras avanzan
lentamente. Si encuentran una resistencia seria, se detienen y
destrozan las defensas enemigas con ataques ininterrumpidos de misiles y
artillería. Así pueden seguir por años, con pocas pérdidas y bajo
costo. Avanzan preservando al personal y, además, hasta ahora sólo han
comprometido una fracción reducida de su potencia de fuego y efectivos.
A falta de planes y objetivos claros, los líderes anglonorteamericanos
pueden pronto pensar que deben mandar sus propias tropas. Ya lo están
haciendo con cuentagotas, pero pronto vendrá un derrame.
Estados
Unidos se está deslizando hacia una guerra abierta en Ucrania y no sabe
dónde parar. Lo más racional sería que se avinieran a negociar con
Putin, pero no pueden hacerlo, porque tanto Boris Johnson como Joe Biden
temen ser depuestos o perder las elecciones. Además, han cebado sus
máquinas de propaganda antirrusa y prometido pingües ganancias a sus
fabricantes de armas con los que ahora deben cumplir.
Si no
pueden o no quieren negociar, les queda la opción militar, pero, sin
objetivos ni planes claros, habrán abierto otro pozo sin fondo. Si nadie
los para, en breve se escribirá la crónica de un desastre largamente
anunciado.
El futuro de “Global Britain” se dirime en Belfast
Al triunfar en la elección en Irlanda del Norte, los independentistas
ponen en cuestión las ambiciones de la monarquía británica para
restaurar el perdido imperio
Por Eduardo J. Vior Agencia Télam
10-05-2022 | 13:40
Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, acosado por la crisis
económica, los escándalos y la derrota en las recientes elecciones
municipales y regionales / Foto: Archivo.
Mientras toda Gran Bretaña espera el “Discurso del Trono” de este
martes, la secretaria del Foreign Office se apresta a declarar la guerra
comercial a la Unión Europea (UE). En los próximos días se espera que
vea la luz un documento de la diplomacia británica liberando a Irlanda
del Norte de toda obligación hacia la normativa de la Unión Europea
(UE), rompiendo así el tratado de 2019 que regula la salida de Gran
Bretaña del bloque comunitario. A cambio de mantener abierta la
“frontera seca” entre ambas partes de Irlanda, Londres estableció
entonces una aduana interna entre Ulster y el resto del reino. Al
dificultar el comercio intrabritánico, empero, esta barrera favoreció el
triunfo de los independentistas irlandeses del Sinn Fein en la elección
regional del jueves pasado y acercó la reunificación con la República
de Irlanda. ¿Para qué vale, entonces, enarbolar nuevamente la vetusta
bandera imperial, si Londres no puede mantener la unidad de las cuatro
regiones del reino?
No se espera que hoy se anuncie ningún
proyecto de ley en el discurso anual del trono, pero se dice que la
secretaria del Foreign Office ha pedido a los funcionarios que preparen
un proyecto, para que el Reino Unido incumpla sus obligaciones con
Bruselas. Por su edad (96 años) y estado de salud este año la Reina
dejará de presentarse como anualmente ante el Parlamento, para leer el
informe y plan de acción del gobierno, y se espera que el Príncipe
Charles, la Duquesa de Cornualles y el Príncipe William la suplan.
Además de suprimir los controles, el proyecto de ley de la canciller
también cancelaría las competencias del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea sobre Irlanda del Norte y suprimiría la jurisdicción de toda
normativa de la UE sobre la provincia. Una fuente gubernamental confirmó
que Liz Truss tenía la intención de actuar unilateralmente, para
preparar el cambio de algunas partes del protocolo, pero negó que el
gobierno británico hubiera renunciado a negociar con la Comisión
Europea. No obstante, es evidente que la secretaria piensa que el Reino
Unido no puede esperar el resultado de las tratativas con Bruselas,
porque al gobierno le urge reaccionar ante los resultados de las
elecciones del jueves pasado en Irlanda del Norte. Mientras que la UE,
por un lado, no está dispuesta a hacer concesiones, por el otro, en
Ulster crece la insatisfacción por las trabas al comercio con el resto
del reino. Fue así que el triunfo de los independentistas dio en Londres
una ruidosa señal de alarma.
Se dice que algunos ministros del
gabinete, entre ellos el canciller del Tesoro, Rishi Sunak, y el
secretario de nivelación regional, Michael Gove, están inquietos por las
implicaciones de la estrategia de Truss y por el riesgo de una guerra
comercial con la UE en momentos en los que el Reino Unido está al borde
de una recesión. Por su parte, fuentes del gabinete no mencionadas
sugirieron que la maniobra de Truss es parte de un "revoloteo de
plumas", para posicionarla ante los conservadores como rival de Sunak en
la lucha por suceder al primer ministro Boris Johnson.
Según
informó el Times este martes, el proyecto de ley eliminaría
explícitamente algunas partes del protocolo con la UE firmado por
Johnson en 2019. En aquel momento el documento sirvió como compromiso,
para que, después de la salida del reino del bloque europeo, no se
erigiera nuevamente una “frontera dura” entre Irlanda del Norte y la
República de Irlanda que habría servido de justificativo a un renovado
reclamo nacionalista. Entonces se convino dejar abierta la frontera
terrestre entre ambas partes de la “isla verde”, pero a cambio en
Irlanda del Norte siguió rigiendo la normativa europea y la Corte de
Luxemburgo mantuvo su jurisdicción. Al mismo tiempo la provincia se
perjudicó por la erección de na aduana interna entre ella y el resto del
reino. El descontento que generó esta traba al comercio intrabritánico
fue ahora aprovechado por los nacionalistas del Sinn Féin que ganaron la
elección regional.
Si la propuesta de Liz Truss entra en vigor,
se espera que provoque represalias legales por parte de la UE,
incluyendo nuevos aranceles a la importación de productos británicos.
Como justificativo la secretaria argumenta que los resultados de las
elecciones en Irlanda del Norte imponen una decisión urgente, ya que el
Partido Unionista Democrático (DUP, por su nombre en inglés) ha dicho
que boicoteará cualquier participación en un nuevo gobierno en Stormont
(sede del parlamento norirlandés) hasta que se resuelva la cuestión.
La iniciativa de la jefa de la diplomacia está motivada por los
resultados de la elección autonómica en Irlanda del Norte, celebradas el
jueves, en la que triunfó Sinn Féin, que aboga por la reunificación de
Irlanda. De este modo se convirtió en el primer partido nacionalista en
controlar el parlamento de Irlanda del Norte en 101 años.
El Sinn Fein, liderado por Michelle O
De acuerdo con la ley, se espera que Michelle O'Neill, candidata y
vicepresidenta del partido, asuma el cargo de ministra principal del
ejecutivo autónomo, a pesar de que desde la formación han dejado
entrever que aspiran en un futuro indefinido a la celebración de un
referéndum para la reunificación con el resto de Irlanda. Tanto O'Neill
como la líder del partido, Mary Lou MacDonald, han declarado que
"debemos prepararnos para un referéndum para unificar Irlanda", previsto
para llevarse a cabo "dentro de un marco de cinco años".
En
1998 los gobiernos británico e irlandés firmaron con las fuerzas
contendientes en Ulster un acuerdo de paz que fue aceptado por la
mayoría de los partidos políticos norirlandeses, para poner fin al
conflicto armado que aquejó la provincia desde fines de la década de
1960. Sin embargo, las discrepancias por la distribución del poder entre
las facciones probritánicas y las independentistas persisten.
Sinn Féin, fundado en 1905, siempre ha abogado por que Irlanda del Norte
se separe del Reino Unido y forme una Irlanda unida. Aunque la victoria
de Sinn Féin probablemente no suponga a corto plazo la celebración de
un referéndum para abandonar el Reino Unido, tiene un enorme significado
simbólico, ya que pone fin a un siglo de dominio de los partidos
pro-británicos en la región. Aprovechando la oportunidad, la ministra en
jefe del gobierno escocés, Nicola Sturgeon, quien también aboga por la
salida de su país del Reino Unido, felicitó al Sinn Féin en las redes
sociales y calificó su victoria como un "resultado verdaderamente
histórico". Entre tanto, algunos analistas señalan que en los próximos
años las secuelas del Brexit pueden llegar a suponer un contragolpe aún
más violento para el reino.
Aunque el Sinn Féin ya puede nombrar
a una primera ministra, legalmente ésta no puede asumir el cargo, a
menos que el DUP, el mayor partido del bloque unionista, acepte nombrar a
un viceprimer ministro. Su líder, Sir Jeffrey Donaldson, aún no ha
tomado una decisión sobre si el partido lo hará. El sábado, el líder del
DUP dijo que su partido respetaría el resultado de las elecciones, pero
que era necesario introducir cambios en el Protocolo de Irlanda del
Norte de 1998.
Los gobernantes británicos son sumamente
contradictorios a la hora de abordar las inestabilidades dentro y fuera
de sus fronteras. El Reino Unido coopera con Estados Unidos para
implementar la llamada "estrategia del Indo-Pacífico" y aboga por la
"expansión global" de la OTAN, aumenta las sanciones a Rusia por el
conflicto con Ucrania e interfiere en los asuntos internos de China,
como son los de Hong Kong, Xinjiang y Taiwan. Se trata de acciones
arriesgadas, que se realizan en un intento de crear una imagen de una
"Gran Bretaña global", con el objetivo de compensar la debilidad
estratégica del reino empujando a EE.UU. a un enfrentamiento con Rusia y
China.
Algunos políticos británicos parecen seguir viviendo
sumidos en aquel sueño de un "imperio en el que el sol nunca se pone".
Son reacios a admitir que su colonialismo ha creado demasiados desastres
en el mundo y que ha plantado la semilla de la que están aflorando
muchos problemas en su propio país. Probablemente, los sueños de un
renacimiento imperial sean sepultados por la desintegración del propio
reino.
Moscú le advierte a Washington que no siga a Londres
El aviso de Putin de que su país está dispuesto a usar armas no
convencionales si es atacado no se dirigió contra EE.UU., sino que fue
un alerta por el discurso imperialista de la canciller británica
Por Eduardo J. Vior Agencia Télam
06-05-2022 | 09:50
Reunión de la OTAN.
El
pasado 27 de abril el presidente de Rusia amenazó a Occidente con
utilizar armas no convencionales si terceras potencias intervienen en el
conflicto en Ucrania. Aunque el presidente Joe Biden le quitó
importancia, los medios norteamericanos y europeos presentaron al
unísono la advertencia como el aviso de que Rusia se apresta a utilizar
armas nucleares tácticas. Sin embargo, si se pone la declaración de
Vladimir Putin en el contexto de los cruces discursivos de la semana
pasada, puede inferirse que el líder ruso, en realidad, advirtió a los
líderes norteamericanos sobre los riesgos que corren obedeciendo al
senil imperialismo británico.
“Si alguien tiene la intención de
interferir desde el exterior, debe saber que constituye una inaceptable
amenaza estratégica para Rusia. Deben saber que nuestra respuesta a los
contraataques será muy rápida”, advirtió Putin en un acto con
legisladores rusos en San Petersburgo el pasado miércoles 27 de abril.
“Nadie puede presumir de estas armas y nosotros no nos jactaremos de
ellas, pero las usaremos”, aseguró.
Inmediatamente abundaron en
los medios occidentales los comentarios sobre la “intención” rusa de
usar su armamento nuclear. Por su parte, el presidente Joe Biden
advirtió el jueves 28 que la amenaza de Vladimir Putin es
“irresponsables”.
No es seguro que Putin se haya referido
exclusivamente a las armas nucleares. También puede haber aludido al
3M22 Zircon, el cohete de crucero hipersónico para distancias de hasta
400 kilómetros. Ya fue probado dos veces en esta guerra y sus resultados
fueron excelentes. Asimismo hay que considerar los cohetes hipersónicos
estratégicos Avangard y el recientemente probado Sarmat, que en pocos
minutos podrían alcanzar objetivos en toda Europa y América del Norte.
Ambos pueden llevar cabezas de distinto tipo.
La advertencia del
presidente ruso sobre un eventual uso de armas no convencionales fue
formulada apenas un día después de que su canciller, Serguéi Lavrov,
llamara a no subestimar la posibilidad de una tercera guerra mundial.
El
aviso de Putin podría entenderse como una reacción a la reunión de los
aliados de la OTAN en la base aérea estadounidense de Ramstein, en
Alemania, el 26 de abril. La posible adhesión de Finlandia y Suecia a la
alianza y la constitución de un “Grupo Consultivo sobre Ucrania” (en
realidad, una coordinación operativa) son motivos de alarma suficientes.
Maria Zajárova, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia. Por
su parte, la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia,
Maria Zajárova, lo explicó en una columna de opinión que publicó en su
canal de Telegram el jueves 28: “En Occidente se han activado los
mecanismos de filtración de una nueva tesis en la conciencia pública:
los rusos amenazan con una guerra nuclear”. Y aclaró: “Huelga decir que
es una tesis absolutamente falsa”. Y explicó: “Hace dos días, Sergei
Lavrov, respondiendo durante una entrevista dijo resumidamente lo
siguiente:
1) Fue Rusia quien persuadió a Estados Unidos en una
larga negociación para que reafirmara la fórmula Gorbachov-Reagan de que
no puede haber vencedores en una guerra nuclear y que ésta nunca debe
desencadenarse.
2) Fue Rusia la que convenció a los Cinco Nucleares para que adoptaran una declaración en el mismo sentido.
3) Hay riesgos, no debemos inflarlos, pero tampoco debemos subestimarlos”. “Hemos
hecho, prosiguió, todo lo posible para evitar una guerra nuclear,
porque entendemos los riesgos y peligros reales que conlleva un
comportamiento irresponsable en este ámbito. No podemos permitir que se
produzca la mera idea de una guerra nuclear”.
“Obsérvese la
torpeza con la que se ha enmarcado esto en términos de trabajo con los
medios de comunicación”, criticó. Primero, un periodista repitió todas
las citas hechas a medida contra nuestro país y luego Ned Price (vocero
del Departamento de Estado) volvió a mencionarlas. Nadie se molestó en
prestar atención a lo que dijo el Ministro de Asuntos Exteriores sobre
los riesgos y los intentos de Rusia por evitar lo impensable.
“Al
día siguiente -siguió relatando- la campaña se unió a la concienciación
masiva a través de los medios de comunicación. (…) Y ahora Europa
también habla de ello: el ministro de Asuntos Exteriores francés,
Jean-Yves Le Drian, califica las palabras del ministro de Asuntos
Exteriores ruso de ‘retórica de la intimidación’. Me gustaría
preguntarle al francés si ha visto lo que ha dicho Serguéi Lavrov”,
informó.
“Nuestro país está en contra de la guerra nuclear, eso
es lo que afirma el ministro ruso”, declaró. Quizás el problema es que
los capitales occidentales han leído las entrevistas tal y como las
narran los medios de comunicación occidentales. Simplemente, no deberían
haber desconectado sus fuentes alternativas de información; entonces
habrían escuchado las declaraciones de Rusia cerca del original. Y no en
la interpretación de sus propios medios, que lo hacen según la propia
metodología de la OTAN”, concluyó la vocera.
Si Lavrov sólo
manifestó la preocupación de Rusia ante los crecientes riesgos para la
paz mundial y Putin se limitó a advertir contra la eventual injerencia
de terceras potencias en el conflicto de Ucrania, ¿por qué ambos líderes
del Estado ruso tocaron el tema en la misma semana?
No basta la
mencionada reunión en Ramstein para despertar tamaña alarma de los
gobernantes rusos, pero sí debería inducir a todo el mundo a la máxima
preocupación la última expresión del delirante curso del Reino Unido:
Global Britain representa una amenaza superlativa para la paz mundial (y
a los argentinos nos atañe directamente).
Al dirigirse al cuerpo
diplomático reunido en la alcaldía de Londres en la tradicional cena de
Pascua, Elizabeth “Liz” Truss, secretaria del Foreign Office, fijó los
lineamientos de la estrategia global de su país, “Global Britain”. El
discurso tuvo como título “El retorno de la Geopolítica” (Geopolitics is
back), pero habría que subtitularlo “El fin de la diplomacia y el
retorno de las cañoneras”.
Buscará en vano quien quiera saber qué
entiende la ministra por seguridad global (global security), objetivo
omnipresente en el texto. Tampoco vale la pena preguntar cuáles reglas
(rules) es preciso acatar para pertenecer al club de las naciones
“libres”. Sería importante, porque la secretaria amenaza con duros
ataques económicos y militares a quien ponga en peligro la “seguridad
global” y viole las “reglas”.
“Mi visión es la de un mundo en el
que las naciones libres son firmes y dominantes. Donde la libertad y la
democracia se fortalezcan a través de una red de acuerdos económicos y
de seguridad”, postuló al principio. Esta red de acuerdos y pactos se
extendería a lo largo y ancho del mundo, pero sería muy diferente al
sistema internacional vigente. La secretaria lo explica a su modo: “Las
estructuras económicas y de seguridad que se desarrollaron tras la
Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría han permitido la agresión en
lugar de contenerla”.
Y continúa: “Rusia es capaz de bloquear
cualquier acción efectiva en el Consejo de Seguridad de la ONU. Putin ve
su veto como una luz verde a la barbarie. Ha abandonado el Acta
Fundacional de la OTAN-Rusia y el Tratado sobre Fuerzas Armadas
Convencionales en Europa. Ha violado múltiples medidas de control de
armas. El G20 no puede funcionar como un organismo económico eficaz
mientras Rusia siga en la mesa”. En realidad, fue la OTAN la que,
mediante su continua expansión hacia el este y sus acciones unilaterales
(Irak, Libia, Siria, Yemen, etc.) incumplió dichos pactos. Fueron
europeos y norteamericanos quienes en el G20 bloquearon el diálogo con
los países en vías de desarrollo. La inversión de la realidad es una
constante del discurso de Truss.
Y propone “necesitamos un nuevo
enfoque, que combine la seguridad dura y la seguridad económica, que
construya alianzas globales más fuertes y en las que las naciones libres
sean más asertivas y tengan más confianza en sí mismas, que reconozca
que la geopolítica ha vuelto”. No hacen más falta organismos
internacionales en los que las naciones compatibilizan intereses y fines
encontrados, sino alianzas “duras” (militares) entre estados que
coincidan en la defensa de la libertad y la democracia tal como la
entiende Londres.
Para alcanzar su objetivo, la canciller propuso
utilizar tres instrumentos: a) la fuerza militar, b) la “seguridad
económica” y c) “alianzas globales más profundas”.
“En primer
lugar, comenzó Truss su enumeración, debemos reforzar nuestra defensa
colectiva.” En realidad, como reconoce la propia secretaria, este
objetivo ya se viene implementando: “El Reino Unido envió armas y
entrenó a las tropas ucranianas mucho antes de que comenzara la guerra.
Pero el mundo debería haber hecho más para disuadir la invasión. No
volveremos a cometer el mismo error”. Recordemos que en 2015 se firmó el
segundo acuerdo de Minsk que la parte ucraniana nunca cumplió. Entre
2015 y 2019 hubo múltiples contactos sobre Ucrania entre Rusia y las
potencias occidentales sin que se llegara a negociaciones efectivas. Ya
en 2020 comenzó a escalar la tensión que ahora desembocó en guerra.
Según la canciller británica, ni siquiera deberían haber hablado.
Primero los cañones, es su consigna.
Pero la propuesta
intensificación en el uso del instrumento militar excede a Ucrania y a
las fuerzas convencionales: “(…) rechazamos la falsa opción entre una
defensa tradicional más fuerte y las capacidades modernas. Tenemos que
defendernos de los ataques en el espacio y el ciberespacio, así como por
tierra, aire y mar. También rechazamos, continuó, la falsa elección
entre la seguridad euroatlántica y la seguridad indopacífica. En el
mundo moderno necesitamos ambas”.
Liz Truss, secretaria del Foreign Office. Lo
dejó claro: “Necesitamos una OTAN global. Con esto no me refiero a la
ampliación de los miembros a los de otras regiones. Quiero decir que la
OTAN debe tener una perspectiva global. Tenemos que adelantarnos a las
amenazas en el Indo-Pacífico, trabajando con nuestros aliados como Japón
y Australia para garantizar la protección del Pacífico. Y debemos
garantizar que democracias como la de Taiwán sean capaces de
defenderse”. Rusia es un enemigo secundario; el enemigo principal de
Occidente es China. La guerra en Ucrania es sólo el comienzo de una
guerra global y de amplio espectro contra China. Por ello la furiosa
advertencia de la República Popular al día siguiente del discurso: quien
reconozca una eventual independencia de derecho de Taiwán afrontará la
guerra.
También la economía es un campo de guerra: “En segundo
lugar, debemos reconocer el creciente papel que desempeña la economía en
la seguridad”. Para operar esta instrumentación, la canciller redefine
la idea de libre comercio. “El libre comercio y los mercados libres son
el motor más poderoso del progreso humano. Siempre defenderemos la
libertad económica. Pero el libre comercio debe ser justo y eso
significa respetar las reglas”. Los diplomáticos norteamericanos y
británicos hablan permanentemente de “un orden basado en reglas”, que no
son las del sistema internacional vigente y que nadie define.
Esas
“reglas” fijan los límites del libre mercado. Para acceder a él, hay
que respetarlas: “Estamos demostrando que el acceso económico ya no es
un hecho. Hay que ganárselo. Los países deben cumplir las reglas. Y eso
incluye a China. (…) No seguirán ascendiendo si no cumplen las reglas”.
Se acabó el libre comercio. En un mundo en guerra sólo los más fuertes
pueden comerciar. Y a quien no se someta a las “reglas” (que, por
indefinidas, pueden cambiar todos los días), se lo amenaza con destruir
su economía.
“Esto nos lleva al último punto, cierra la
secretaria, que es que nuestra prosperidad y seguridad deben construirse
sobre una red de fuertes acuerdos. (…) Debemos seguir reforzando
nuestra alianza de la OTAN con vínculos en todo el mundo (…)”. La
conclusión es obvia: “El G7 debería actuar como una OTAN económica,
defendiendo colectivamente nuestra prosperidad”.
Tal arenga
requiere tal final: “Los agresores están dispuestos a ser audaces,
nosotros debemos serlo más. Así es como nos aseguraremos de que se
restablezca la soberanía de Ucrania. Así es como nos aseguraremos de que
la agresión y la coerción fracasen. Así es como, en todo el mundo
ganaremos esta nueva era de paz, seguridad y prosperidad”.
El
discurso de Liz Truss no es para tomar a la ligera. Es el anuncio de que
el mundo está en una guerra interminable y global. La reina Elizabeth
II está en el tramo final de su vida. Su hijo Charles es incapaz de
asumir el trono y su nieto William aún no se puede hacer cargo. La
monarquía británica se basa en las fuerzas armadas y la simbiosis entre
ambas mantiene unida a la aristocracia y asegura la lealtad de la
burguesía (sobre todo la financiera). En un momento de vacancia el poder
recae en los militares y la política del gobierno se conduce con lógica
bélica. No hay lugar para la diplomacia. Sólo los cañones piensan.
Si
EE.UU. tuviera un liderazgo político fuerte, la acefalía del poder
británico se paliaría. Pero también en Washington faltan cabezas y sus
sustitutos carecen del sentido de realidad, la templanza y la prudencia
que impone la situación interna y mundial. En esas condiciones el pesado
yugo de la Madre Patria ata los destinos de ambas naciones. A esto
temen los líderes rusos y chinos. Por ello es que advierten, casi
imploran, a Washington que no siga detrás de los delirios seniles de un
imperialismo británico caduco, pero por eso mismo tan peligroso.