El asesinato de la hija del filósofo conservador Alexander Dugin
agudiza el reclamo social por una victoria decisiva en Ucrania y la
ruptura definitiva con Occidente
Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam 23-08-2022 | 15:46
Daría Platónova Dúgina, la hija del filósofo y geopolítico conservador Alexander Dugin. / Foto: AFP
El asesinato de Daría Platónova Dúgina, la hija del filósofo y
geopolítico conservador Alexander Dugin, cometido el pasado
sábado 20 en las cercanías de Moscú por una
militante de la organización nazi ucraniana Azov al
servicio de la inteligencia de ese país (SBU)
puede parangonarse en sus intenciones y efectos posibles a la
solicitud de incorporación a la OTAN formulada por el presidente
Volodymir Zelensky en septiembre del año pasado: ambas fueron
provocaciones, para empujar a Rusia a una intervención violenta no
deseada. La primera está acarreando más daños para el provocador que
para el provocado. Queda por ver qué sucederá con el segundo desafío.
Darya Dugina (29), hija del filósofo conservador Alexander Dugin, asesinada en un atentado contra su padre.
Los hechos clave de la tragedia ya se han
establecido. Un todoterreno Land Cruiser Prado, propiedad de
Dugin y con Daría (de 30 años) al volante, explotó el sábado alrededor
de las 22 hs. en una carretera cerca del pueblo de Bolchie Vyazemy, a
poco más de 20 km de Moscú. Ambos venían de un “Festival de la
Tradición” en el que el filósofo había pronunciado una conferencia.
En el último momento Daría tomó el todoterreno y su
padre la siguió en otro coche. Según testigos presenciales,
se produjo una explosión en la que el coche de la joven quedó envuelto
en llamas y chocó contra un edificio de la carretera. El cuerpo de la
víctima se calcinó hasta quedar irreconocible.
Alexander Dugin era un objetivo de la lista Myrotvorets. / Foto: AFP
El Comité de Investigación ruso no tardó en determinar que el artefacto
explosivo improvisado -unos 400 gramos de TNT sin encapsular- estaba
colocado bajo la parte inferior del todoterreno, en el lado del
conductor, y fue operado a distancia.
Natalia Vovk Shaban, ucraniana, 43 años, sindicada como autora del atentado contra Daría Dúgina.
Como autora del atentado fue identificada Natalia Vovk
Shaban, de 43 años, miembro de la organización nazi
ucraniana Azov, quien puso la bomba junto con su hija de 12 años. Entró a
Rusia en un auto Mini Cooper, alquiló un departamento en el mismo
edificio donde vivía Daría Dúgina y vigiló atentamente sus pasos. Para
no generar sospechas, posiblemente fue su hija quien colocó el explosivo
bajo el vehículo, mientras Dugin daba su charla. Al día siguiente la
terrorista y su hija atravesaron la frontera con Estonia.
Alexander Dugin era un objetivo de la lista Myrotvorets, las siglas del
Centro de Investigación de Indicios de Crímenes contra la Seguridad
Nacional de Ucrania que trabaja junto con la OTAN cogiendo información
sobre "terroristas y separatistas prorrusos". El
domingo 21 Maria Zajárova, vocera de la Cancillería
rusa, dio una declaración en la que expresó sus condolencias
a Alexander Dugin, condenó a quienes festejan ese asesinato y pidió que
se cumplan las leyes nacionales e internacionales contra el terrorismo.
Alexander Dugin es una personalidad controvertida dentro y fuera de su
país. El filósofo, creador de la “cuarta teoría” e impulsor de la unidad
euroasiática, ha tenido una trayectoria política muy cambiante, pasando
de ser comunista a fanático nacionalista y ferviente cristiano
ortodoxo. No es asesor de Putin ni tiene tanta relevancia en Rusia, como
se afirma en Occidente.
Sin embargo, más allá de su
personalidad, es preciso colocar esta nueva fase del conflicto en su
lugar, dice el periodista brasileño y analista internacional Pepe
Escobar. “El problema es que las reglas han cambiado, afirma,
y el combo SBU/OTAN, ante una debacle indescriptible en
Donbass, está subiendo el dial de sabotaje, contrainteligencia y
maniobras diversivas.
Empezaron bombardeando territorio
ruso, agrega, se extendieron por la cuenca del Don
-como cuando intentaron matar al alcalde de Mariúpol-, incluso
lanzaron drones contra el cuartel general de la Flota del Mar Negro en
Sebastopol, y ahora, con la tragedia de Daría Dúgina, enumera, están a
las puertas de Moscú.”
Posiblemente dichas acciones sean
irrelevantes para cambiar el curso de la guerra en el teatro de
operaciones, pero la continuación de esta serie de
sangrientas operaciones psicológicas puede resultar extremadamente
dolorosa para la opinión pública rusa y empujarla a exigir un castigo
devastador. Está claro que Moscú y San Petersburgo se han convertido en
escenarios de guerra.
La verdadera cuestión, y la
más candente, es hasta qué punto reaccionarán el Kremlin
y la inteligencia rusa. Los ataques de Kiev a las puertas de Moscú
trasponen la "línea roja" puesta por Moscú y exigen una respuesta a la
altura de la promesa repetida por el propio Putin de golpear los
"centros de decisión". Será una decisión fatídica, porque Moscú no está
en guerra con Kiev sino con la OTAN y viceversa. Todas las apuestas se
están haciendo a que la tragedia de Daría Dúgina acabará acelerando el
calendario ruso e imponiendo una revisión radical de su estrategia a
largo plazo.
Para Moscú sería muy fácil decapitar la dirigencia
de Kiev con unos pocos cohetes hipersónicos. Sin embargo, si lo hace,
¿con quién negocia después? Por el contrario, si el Kremlin no hace
nada, estará abriendo las puertas a una invasión terrorista.
En
un posteo en Telegram antes del asesinato de su hija, el propio Dugin
marcó lo que está en juego: “Creo que el régimen de statu quo
en Rusia no puede durar teóricamente más de seis meses.
La desesperada resistencia del régimen atlantista de
Kiev exige a Rusia sustanciales transformaciones internas,
que son fundamentales. Estructurales, ideológicas, de
personal, institucionales, estratégicas.”
Se produjo una explosión en la que el coche de la joven quedó envuelto en llamas. / Foto: AFP
Y continuó, “el aumento de los ataques a Crimea, los
intentos de bombardear Zaporiyia, las declaraciones sobre
un contraataque en Jérson, la rígida negativa de
Zelensky a negociar, la insistencia de Occidente en
cortar todos los lazos con Rusia son todos signos de
que el otro extremo ha decidido mantenerse firme. Son
comprensibles: Rusia ha desafiado realmente (y esto no es propaganda) a
Occidente como civilización. Así que nosotros también tendremos que
llegar hasta el final.”
Más adelante sostuvo que “el
Comandante en Jefe dijo que no hemos empezado nada. Ahora tenemos que
empezar. Tenemos que hacerlo, queramos o no. Durante los primeros seis
meses hemos sido capaces -y es un hecho- de llevar a cabo nuestro propio
Operación Militar Especial (OME) sin cambiar fundamentalmente nada
en la propia Rusia. Hasta ahora, los cambios son cosméticos, e
incluso se ha decidido que las elecciones, totalmente irrelevantes e
innecesarias, sigan su curso. Como si no pasara nada. Pero de hecho algo
ha pasado.”
Añadió también que “el régimen de máximo confort
(ajustado a las condiciones de emergencia) y la conservación del antiguo
sistema tendrán que ser cancelados en algún momento. Me parece que a
principios de otoño esta toma de conciencia de la necesidad de poner al
país en una nueva vía será bastante clara. Habrá que
esperar otros seis meses para darse cuenta de la
‘irreversibilidad de lo irreversible’ y de la continuación inercial de
lo antiguo. Y no falta mucho para el 24 de febrero de 2023”, advirtió.
A continuación sostuvo que “puedo
entender que el gobierno esté acostumbrado a gobernar como lo ha hecho
-más o menos eficazmente- durante 22 años. Pero ese periodo ya es
pasado. La OME ha cambiado todo. Ahora la cuestión no es
si el gobierno querrá o no el cambio patriótico
(conservador revolucionario). El cambio es sencillamente inevitable.”
“Las poderosas fuerzas de la historia han entrado en
juego, las placas tectónicas se han desplazado. Dejemos que el
antiguo régimen entierre a sus muertos. Llega un nuevo tiempo ruso.
Inexorablemente“, concluyó.
La pregunta del billón de rublos:
¿ha llegado el momento en que Rusia se decida a atacar los "centros de
decisión"? Toda la sociedad rusa lo está reclamando impaciente, pero
¿tiene el pueblo ruso consciencia de que tal paso implica salir de la
comodidad de la vida cotidiana actual (con una inflación en baja, altas
tasas de ocupación, crecimiento económico, sin escaseces) para poner
todo el país en función de la guerra? Como dijo Vladimir Putin hace poco
tiempo: “todavía no empezamos nada”. Ay del mundo, si la OTAN sigue
provocando a Rusia para que empiece.
Estimad@s lector@s: Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam. Agradezco su atención. Eduardo J. Vior
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Estimad@s lector@s:
Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam.
Agradezco su atención.
Eduardo J. Vior