domingo, 11 de noviembre de 2012

EE.UU. perdó el timón en el Sur

América Latina un diálogo de iguales con Washington

Año 5. Edición número 234. Domingo 11 de noviembre de 2012
Las reacciones latinoamericanas a la reelección de Barack Obama son expresivas del estado del subcontinente. Sus líderes combinaron, en una amplia gama de posiciones, las felicitaciones con sus reclamos y consejos a Estados Unidos. El colombiano Juan Manuel Santos se entusiasmó, porque Obama lo llamó este jueves para proponerle “estrechar” las relaciones con Colombia. En el filo de la navaja entre la derecha uribista y las concesiones a las FARC, Santos necesita el apoyo de Obama como el aire. Más servicial aún, el peruano Ollanta Humala escribió el miércoles que “estoy convencido de que ambos países vamos a continuar fortaleciendo nuestra cooperación en base a valores compartidos”. Por su parte, en Chile, la esposa del presidente y la vocera de prensa de la presidencia se adelantaron al propio Sebastián Piñera en enviar felicitaciones a Obama.
Después de día y medio de esfuerzos Dilma Rousseff finalmente pudo felicitar el jueves al presidente reelecto y compartir con él la preocupación por las negociaciones con los republicanos en el Congreso, para evitar la cesación de pagos. Ambos mandatarios prometieron intensificar el comercio y las inversiones en ambos sentidos. Brasilia defiende las fuertes inversiones que empresas brasileñas tienen en Estados Unidos y Washington presiona para que sus empresas participen en la explotación del petróleo off shore. Más preocupante resulta a Brasilia el despliegue de bases norteamericanas en los países vecinos. En Paraguay chocan las tendencias pro-Washington del franquismo con la presión que Brasil ejerce a través de sus 250.000 connacionales que allí viven. Aunque siempre desmentida, la amenaza de internacionalización de la Amazonia pesa sobre el nacionalismo brasileño. Dilma es más callada que Lula, pero tal vez más dura. Fortaleció la presencia internacional y regional de Brasil y quiere negociar con EUA en igualdad de condiciones.
También en el centro del espectro se ubicó la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien envió una carta felicitando al reelecto presidente. Más picante fue en Twitter: “En el Colegio Electoral obtuvo más de 100 electores de diferencia. Encuestadores y cadenas de noticias, definitivamente OUT (sic). Cualquier similitud con estas latitudes es mera casualidad. Le espera un gran desafío (a Obama)”, avanzó. “Ya ingresó al Guiness: primer ciudadano de origen afroamericano presidente de USA, además reelecto. Ahora es el turno para ingresar en la historia de su pueblo y del mundo. El rol de líder global para superar la crisis política-económica y la de Medio Oriente”, concluyó. Así, la Presidenta advirtió al inquilino de la Casa Blanca sobre el rumbo futuro.
Parecido fue el tono de Hugo Chávez. “Que reflexione y se olvide de estar invadiendo pueblos. Ése es un país dividido –expresó–, con una fractura social, económica, una pobreza que crece cada día, miseria, y una súper élite explotando ese país y envenenándolo a través de la guerra mediática”. Después de derrotar al mejor candidato que Washington tuvo allí, Henrique Capriles, la atomización de la coalición que éste lideraba es el mejor auspicio para las venideras elecciones regionales del 16 de diciembre. Desde esa posición de fuerza Chávez advierte, pero extiende la mano, aunque Washington sigue sin saber cómo convivir con él, Correa y Evo.
El gobierno y los medios de Cuba, en tanto, no comentaron la reelección, pero para Rafael Hernández, director de la revista Temas de Ciencias Sociales, la extrema derecha cubana ya no controla los votos de Florida. “Ahora, Obama puede avanzar en los contactos con Cuba. Sería interesante ver en qué medida responde a los cambios políticos en la isla, que hasta ahora no registró”, agregó.
Por su parte, el economista mexicano Orlando Delgado Selley explica la elección norteamericana en clave latinoamericana. “Los procesos electorales resuelven para cada período presidencial la combinación entre mercados privados e intervención estatal. En la elección estadounidense se discutía la política monetaria. Si Romney ganaba, en 2014 no renovaría el mandato de Bernanke, presidente de la Fed, el banco central. Éste intervino en la economía comprando deuda, para salvar empresas y Obama lo apoya”. Éste también es un consejo para el electo presidente Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que asume en México a fin de este mes. Aunque volcado al neoliberalismo, el PRI es una fuerza anclada en lo profundo de la sociedad mexicana que intentará terminar la guerra contra el narcotráfico, abrirse a América latina y relanzar la economía. Para ello necesita mucho consejo y consenso.
La militarización de la lucha contra el narcotráfico ha fracasado. El replanteo continental de las políticas de drogas desafía a los Estados Unidos, principales consumidores. Retirar los drones que operan en distintos países sería un paso adelante.
Los líderes y los expertos latinoamericanos han asumido la interrelación entre sus políticas y las internas de Estados Unidos y dan consejos de igual a igual a la Casa Blanca. Durante el neoliberalismo, Washington dominó ampliamente a América latina, unificándola. Así, desde que surgieron los actuales gobiernos reformistas y progresistas, la concertación debería ser más fácil. También para Washington existe la chance de entenderse más paritariamente con sus vecinos del Sur. Es que América latina ha llegado a la madurez.

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Eduardo J. Vior