martes, 27 de mayo de 2014

Santos y Zuluaga deberán negociar con las FARC

Comparto con Uds. mi análisis de la primera vuelta de las elecciones presidenciales colombianas aparecido hoy en "Tiempo Argentino":  
 http://issuu.com/tiempoargentino/docs/nacional_180e30497d0344# 



Colombia teme la inevitable paz

por Eduardo J. Vior
Aunque Óscar Iván Zuluaga, del uribista Centro Democrático (CD), sorprendente vencedor en la primera vuelta de las elecciones presidenciales colombianas del domingo pasado, se oponga a las negociaciones del presidente Juan Manuel Santos, del Partido de la Unidad Nacional (U), con las FARC en La Habana, ambos candidatos están condenados a la paz cuyos términos se dirimirán en la segunda vuelta del 15 de junio.
En el mapa publicado por la Registraduría Nacional del Estado Civil, a cargo de los cómputos electorales, se ve una inmensa mancha azulceleste (el color del CD) que cubre casi todo el poblado centro del país con algunas pinceladas azul oscuro (de los conservadores) y amarillas (del Polo Democrático Alternativo, PDA), mientras que el ocre (de la U) pinta los departamentos fronterizos y costeros, los más pobres y poco poblados. Zuluaga venció también en la capital, Bogotá, donde el izquierdista PDA salió segundo y Santos, tercero.
La mezcla de la personalidad bonachona de Zuluaga con la adoración de muchos colombianos por Álvaro Uribe tornó emocionante una campaña antes aburrida. Zuluaga convenció por su estilo, su capacidad, una muy buena campaña publicitaria y el apoyo decidido del ex presidente. Santos, en cambio, realizó una campaña contradictoria, depuso primero al alcalde de Bogotá Gustavo Petro, para luego aliarse con él después de reponerlo en el cargo, y manejó mal la campaña sucia contra Zuluaga por los vínculos de éste con un hácker que espiaba las negociaciones de paz. Subido en 2010 como continuador de Uribe, el presidente perdió los votos de la derecha al negociar con las FARC en La Habana, sin ganar los de la izquierda. Los sectores populares, en tanto, le cuestionan que el buen rendimiento macroeconómico del país no se traduzca en una menor desigualdad ni en la superación de la inseguridad agravada por los ex paramilitares actualmente “desempleados”. En buena parte este descontento explica la altísima abstención del 60% del padrón electoral.
La gran sorpresa de las elecciones la dieron dos mujeres: Marta Lucía Ramírez, la candidata conservadora (PC), que salió tercera sin el apoyo de parlamentarios y jefes regionales de su partido, y Clara López, la candidata del PDA, que presentó una convincente plataforma democratizadora y social.
Si los votos de Ramírez van para Zuluaga y los de López para Santos, se mantendrá la diferencia de cuatro puntos y los votantes del verde Peñalosa definirán la elección, pero este cálculo no cierra, porque el sufragio es opcional y la abstención, altísima. El resultado dependerá de las alianzas que se armen esta semana, pero sobre todo de la capacidad de los candidatos para movilizar votantes. Por primera vez en mucho tiempo los programas serán decisivos. Zuluaga quiere revisar los acuerdos de La Habana e imponer a la guerrilla sus condiciones, pero debe renunciar a la pura opción militar. Santos, en tanto, deberá demostrar que el fin de la guerra traerá trabajo y seguridad. Tarde más o menos, nadie puede dejar de firmar la paz, aunque todos la teman.




domingo, 18 de mayo de 2014

El abogado del ex espía es un viejo amigo de Argentina

La cara dieta del Dr. Snowden para Ángela Merkel

Año 7. Edición número 313. Domingo 18 de Mayo de 2014
Denuncias. El ex analista de la CIA podria evidenciar el nivel de complicidad entre los servicios secretos de Alemania y de los EE.UU.
Los críticos de la Canciller alemana adjudican su adelgazamiento reciente más al próximo testimonio del fugitivo ante el Bundestag que a un régimen maravilloso.

Cuando en Berlín se habla de dietas, se piensa más en las remuneraciones de los diputados del Bundestag que en regímenes para adelgazar, pero ahora soplan nuevos vientos sobre el Spree, desde que los sacos de la Canciller Ángela Merkel ya no aprietan su abdomen. Desde enero pasado, la primera ministra ha estilizado su figura. Varios ministros la siguen en el esfuerzo. Las revistas y los programas de chimentos –como siempre, el Bild-Zeitung a la vanguardia– curiosean desde hace un par de semanas en la cocina de la Cancillería federal. Que si sólo almuerza zanahorias, mucha fruta y toma agua en lugar de vino. Los opositores verdes y rojos prefieren dar como causa del repentino adelgazamiento de la Canciller la venidera declaración testimonial del “soplón” (Wistleblower) Edward Snowden ante la comisión parlamentaria de investigación del espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos contra millones de alemanes y la propia Canciller.
Luego de largas polémicas, el pasado 8 de mayo la comisión resolvió unánimemente citar a Snowden, para que el próximo 3 de julio dé testimonio sobre el espionaje. Los partidos mayoritarios (Demócratas Cristianos, CDU y Socialdemócratas, SPD) acompañaron la moción de los opositores Verdes (B90/Die Grünen) e Izquierda (Die Linke). Sin embargo, la votación sólo resolvió una parte del problema, porque la gran coalición se sigue oponiendo a que el ex espía testifique personalmente en el Bundestag.
Según el nuevo presidente de la comisión, Patrick Sensburg (CDU), en una entrevista con la revista Der Spiegel, hay que evaluar, si “es posible tomar declaración a Snowden en un tercer país seguro o por videoconferencia. Suiza, por ejemplo, tiene instalada en su embajada en Moscú una magnífica tecnología de seguridad informática”. De este modo, se podría hacer una indagatoria segura por video. El presidente de la comisión no descartó citar al testigo a Berlín, pero advirtió que “Snowden debe prepararse a ser sometido a un proceso de extradición a los Estados Unidos”.
La jefa de la izquierda en la comisión, Martina Renner, en tanto, está contenta con la votación, porque “se han creado las condiciones formales, para que Snowden pueda ser citado”. “La puerta de entrada, para que tomemos declaración a Snowden en Alemania está ahora medio abierta”, evaluó a su vez el diputado verde Hans-Christian Ströbele.
La CDU no quiere que el testimonio se tome en el Bundestag, porque –dicen– el tratado de extradición con Estados Unidos prevé la entrega inmediata de acusados por la Justicia. El gobierno federal teme también agravar su conflicto con Washington por la crisis en Ucrania, aunque la Canciller sigue muy ofendida por haber sido espiada por la NSA. En un informe que el ejecutivo entregó a la comisión argumentó que, si se cita al ex espía a Alemania “habría que prepararse a sufrir consecuencias graves en las relaciones bilaterales, especialmente en la cooperación entre los servicios de inteligencia, de enorme importancia para Alemania”.
La semana pasada, los miembros de la comisión se encontraron reservadamente con el abogado de Edward Snowden en Alemania, Wolfgang Kaleck, para discutir las modalidades de la declaración testimonial. La minoría y el propio abogado insisten en que el testigo declare personalmente, porque el reglamento de las comisiones parlamentarias de investigación se ajusta al Código de Procedimientos en lo Penal cuyo artículo 250 exige que las declaraciones sean presenciales.
En un debate sobre el tema en un centro cultural berlinés, Ströbele subrayó el pasado viernes 9 que, en caso de tener que declarar desde Moscú, Snowden no podría decir toda la verdad, porque ajustarse a los términos del asilo otorgado por Rusia en agosto pasado que prohíben al informático emprender actividades que puedan dañar las relaciones ruso-norteamericanas. Como a fin de julio caduca su asilo y no se sabe si será prolongado, el testigo debe cuidar lo que dice en suelo ruso. Con este argumento los verdes y la izquierda amenazan a la gran coalición con demandarla ante la Justicia federal, para imponer la citación a Alemania. A fin de la semana pasada el gobierno federal entregó entonces a la comisión un nuevo informe técnico sobre esta cuestión.Redactado por representantes de varios ministerios, el peritaje es confidencial y no trascendió a la prensa.
Mientras tanto, una primera encuesta sobre la cuestión, realizada por la renombrada empresa Forsa para la revista Stern entre el 8 y el 9 de mayo, dio como resultado que el 47% de los alemanes prefiere que Snowden sea oído por la comisión en trasmisión de video. El 40%, por el contrario, insiste en que declare personalmente en Berlín. Paradójicamente, el 56% de los simpatizantes de la izquierda y el 48% de los verdes están a favor de la primera opción. Lógicamente, también el 52% de los demócratas cristianos.
En su voto, la comisión parlamentaria decidió también tomar declaración a 29 testigos más, entre ellos, el periodista Glenn Greenwald, la Canciller Ángela Merkel, el ex Canciller Gerhard Schröder (actualmente alto asesor de la empresa rusa Gazprom) y el ex Ministro del Interior (hasta 2013)Hans-Peter Friedrich.
En el debate en Berlín, Ströbele y el presidente del bloque de diputados de la Izquierda, Gregor Gysi, sostuvieron que la indagación al norteamericano es fundamental para aclarar el espionaje de la NSA contra millones de ciudadanos alemanes. No obstante, Ströbele advirtió que Snowden sabe por su abogado alemán que el riesgo de extradición a Estados Unidos es grande. El verde y el izquierdista estuvieron de acuerdo en que se debe intensificar la presión pública sobre el gobierno, para que éste otorgue la visa al fugitivo. Para ello, antes de la sesión de la comisión varias organizaciones de derechos civiles entregaron a los parlamentarios una petición de residencia para Snowden firmada por 191.000 personas. Los peticionantes reclaman que se le dé residencia y no asilo, para que pueda hacer declaraciones públicas, así como la protección para testigos en riesgo.
No obstante la cerrazón de la CDU (el SPD titubea), un peritaje legal del servicio científico del Bundestag concluyó que el Derecho alemán no obliga a extraditar a Snowden a Estados Unidos, si éste va a testimoniar a Berlín. Por consiguiente, el Ministerio del Interior debería darle visa, “si no representa una amenaza a los intereses del Estado alemán”.

Un viejo compañero en la lucha por los derechos humanos. El abogado de Snowden, Wilfgang Kaleck, es un viejo compañero de luchas de las organizaciones argentinas de derechos humanos. Desde 1998 es presidente de la Coalición contra la Impunidad de los Delitos de Lesa Humanidad en Argentina que primero intentó procesar a los genocidas argentinos en Alemania por la jurisdicción universal y luego de 2003 se concentró en las demandas contra empresas alemanas (especialmente Mercedes-Benz) por su complicidad con los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura cívico-militar entre 1976 y 1983. En 2006 presentó ante la Fiscalía General en Karlsruhe, en representación de seis ex presos iraquíes de Abu Graib, una demanda por crímenes contra los derechos humanos contra el entonces Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld, que el Procurador Federal rechazó. El entonces encargado especial de la ONU para investigar los crímenes norteamericanos en Irak, el argentino Leandro Despouy, acusó entonces a la Justicia alemana de falta de independencia.
El diputado berlinés Hans-Christian Ströbele, por su parte, es también un amigo de las luchas latinoamericanas desde hace más de cuarenta años y fervoroso adherente a la Coalición contra la Impunidad que encabeza Kaleck. El año pasado viajó por su cuenta a Moscú, para entrevistarse con Snowden, y explorar su deseo de testimoniar en Alemania. Resto de lo que alguna vez fue la izquierda verde, Ströbele goza en su ancianidad de un prestigio único entre los políticos alemanes y puede permitirse gestos éticos que horrorizan a sus colegas. No le falta picardía: con hábiles apariciones mediáticas logró reavivar en la opinión pública el interés por el escándalo de espionaje. Ströbele y Snowden se convirtieron para el alemán medio en dos nombres inseparables. Su partido, en tanto, que habitualmente le da la espalda, se colgó gustoso de la nueva escenificación, para sumar puntos en las elecciones europeas de la semana próxima. Los partidos opositores atizan el sentimiento patriótico del pueblo alemán que siente que su Canciller “se postró” ante Washington.
Ströbele y Kaleck insisten en que la indagatoria se haga en Berlín, no solamente para obligar al gobierno alemán a dar a Snowden la visa de residencia en Alemania, sino también, para que una declaración testimonial bien hecha permita en el futuro presentar con chances una demanda por violación de los derechos humanos contra el gobierno norteamericano y sentar un precedente mundial.
Para la gran coalición gobernante, por su parte, prima la razón de Estado. La revelación de las dimensiones del espionaje de la NSA ha indignado a la mayoría de la población que es extremadamente sensible en la defensa de sus derechos fundamentales. Sin embargo, al mismo tiempo Alemania no puede poner más en peligro su posición en Europa, cuando Estados Unidos y el Reino Unido están agudizando la crisis ucraniana, no sólo para debilitar a Rusia, sino también para minar la influencia de Berlín sobre los miembros de la Unión Europea y de la OTAN en Europa Central, Oriental y Suroriental. Para Ángela Merkel (CDU) y su vice Sigmar Gabriel (SPD) se impone, por lo tanto, encontrar un punto medio entre la política de derechos humanos a la que el Estado alemán adhiere oficialmente y sus intereses geopolíticos. No es de extrañar entonces que, al desfilar por este estrechísimo desfiladero, el gobierno entero esté perdiendo peso aceleradamente.

domingo, 11 de mayo de 2014

La elección en el istmo anuncia nuevos conflictos

El (de)sastre de Panamá

Año 7. Edición número 312. Domingo 11 de Mayo de 2014
Renovación. La campaña de Varela se basó en la lucha contra los especuladores y la corrupción.
John Le Carré definió al istmo como una “Casablanca sin héroes”. La guerra duradera entre el ex presidente Ricardo Martinelli y el nuevo, Juan C. Varela, confirma su percepción sobre los peligros que acechan al país del canal.

La sorpresiva victoria del Ingeniero Juan Carlos Varela Rodríguez en las elecciones presidenciales panameñas del pasado domingo 4 de mayo preanuncia la continuidad de la guerra sin fin dentro de la oligarquía que atenaza el istmo, en un contexto de gran crecimiento económico e intensas luchas sociales que pueden desbordarse en una explosión de indignación popular.
Aunque las encuestas preelectorales lo daban como tercero, el candidato del Partido Panameñista (PP) obtuvo la mayoría relativa y gobernará Panamá hasta 2019. El nuevo Presidente asumirá el mando el 1° de julio próximo. Ya se formó el comité de transición.
En los comicios Juan Carlos Varela (PP) recibió el 39,1% de los sufragios, por delante de José Domingo Arias, del hasta ahora gobernante Cambio Democrático (CD), quien alcanzó el 31,4%, y de Juan Carlos Navarro, del centroizquierdista Partido Revolucionario Democrático (PRD), quien llegó al 28,2%. El sindicalista de la construcción Genaro López, quien con el recién creado Frente Amplio por la Democracia (FAD) apenas cosechó el 0,6% de los sufragios, representó el primer intento formal de coaligar a las izquierdas, a movimientos campesinos, sindicales, indígenas y ecologistas detrás de una fórmula electoral. López ha retornado a su tarea en el Sindicato de la Construcción que desde hace semanas mantiene una exitosa huelga por aumento de salarios y ha paralizado nuevamente las obras de ampliación del Canal de Panamá.
La lucha contra la corrupción, la voluntad de frenar la especulación de precios y la vigilancia por la independencia de las instituciones han sido los tres pilares en los que Varela ha basado su campaña. Al hablar a sus seguidores el domingo por la noche, después de haber recibido del Tribunal Supremo Electoral la noticia de su elección, aseguró que su gobierno construirá muchas obras, pero que el legado más importante que busca dejar es “una democracia funcional donde hombres y mujeres de vida pública entiendan que su única razón de ser es servir a Panamá”.
El presidente electo afirmó que en los primeros cuatro días de su gobierno implementará los pilares para atender los problemas del pueblo. Igualmente, señaló que hará auditorías que le permitan establecer el real costo de las obras realizadas durante el gobierno de Martinelli, además de convocar licitaciones transparentes. El presidente electo anunció asimismo que presentará ante la Asamblea de Diputados un anteproyecto de ley que busca revocar los nombramientos de varios funcionarios por períodos fijos hechos por el Ejecutivo. También adelantó que busca remover al Presidente de la Corte Suprema, José Ayú Prado, al fiscal electoral Eduardo Peñaloza, a la contralora Gioconda de Bianchini y a la procuradora Ana Belfon.
El mandatario electo declaró que ordenaría auditorías de obras como el caso de los hospitales que construye el Grupo empresario IBT, “para ver si se han adelantado fondos y si hubo lesión patrimonial”. IBT es una empresa ligada a Rogelio Oruña quien forma parte del círculo más cercano del ex mandatario Ricardo Martinelli y sus hijos. La empresa edifica hospitales en distintas partes del país. A todos les han concedido prórroga y todos registran atrasos. En abril de 2010, Oruña fue nombrado junto con su esposa miembro de la sociedad Martiuska S.A. en reemplazo de Luis Enrique Martinelli y Ricardo Martinelli, hijos del mandatario saliente. La razón de ello fue la compra de un penthouse de 691 metros cuadrados. El empresario ha participado en fiestas y viajes al extranjero con los hijos de Martinelli y altos funcionarios del gobierno de CD.
Mientras tanto, luego de una estrecha contienda que terminó con una ventaja del 1,1% de los votos, finalmente el martes 6 se confirmó que José Blandón, del PP, logró ganar la Alcaldía de Panamá. La disputa por el Municipio de Panamá estuvo cerrada entre Blandón y el perredista José Luis Fábrega. Al contabilizarse el 99% de las mesas, Blandón obtuvo 147.337 votos contra 142.833 de Fábrega. El panameñista alcanzó el 35,69% del total de los votos, mientras que Fábrega recibió el 34,37%.

¿Quién es el nuevo Presidente? Juan Carlos Varela Rodríguez nació en Panamá en 1963. En 1983 se graduó como ingeniero industrial en el Instituto Tecnológico de Georgia, en Estados Unidos, e inmediatamente regresó a su país, para reintegrarse a la actividad política en el panameñismo. Su familia posee una conocida compañía productora de licores, Varela Hnos. También ha sido accionista de varias emisoras de radio.
Llegó a su partido de adolescente siguiendo la tradición de su familia que se cuenta entre las consideradas de la “oligarquía tradicional”. Entre sus parientes cuenta con diputados, ministros y diferentes asesores de Arnulfo Arias, tres veces elegido presidente y tres veces derrocado por los militares.
Ejerció el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores entre 2009 y 2011 y, tras ser destituido por el presidente, rompió la alianza gubernamental entre el Partido Panameñista y Cambio Democrático. Se inició en el panameñismo muy joven, cuando participó con su padre en giras de organización del Movimiento Panameñista en 1977, durante el gobierno de Omar Torrijos. Ya regresado al país, participó en la campaña presidencial de 1984 con Arnulfo Arias Madrid y en la de 1989 con Guillermo Endara. Fue uno de los coordinadores de la campaña presidencial de Alberto Vallarino en 1999. Participó como Director Nacional del Partido Arnulfista de 1992 a 1999. En 2004 ayudó en la coordinación de campañas de varios diputados, alcaldes y representantes, muchos de los cuales fueron electos y con ellos inició un movimiento de renovación en el Partido Panameñista.
En 2009 renunció a su aspiración a la presidencia, para convertirse en candidato a vicepresidente de Ricardo Martinelli y en alianza con CD derrotar al gobernante PRD. Entonces, Martinelli anunció que Varela sería el candidato presidencial de la alianza gubernamental en las elecciones de 2014, pero dos años después se retractó y Varela fue destituido de su cargo de ministro el 30 de agosto de 2011, provocando el final de la alianza gubernamental y la renuncia de los miembros del panameñismo en el gobierno. No obstante, Varela se mantuvo como Vicepresidente de la República, a pesar de las intensas presiones del presidente para que renunciara, de acusaciones de corrupción y procesos judiciales cruzados.
Aunque liberal en lo económico y políticamente conservador, Varela ganó fama en el desarrollo de programas sociales. Antes de romper con Martinelli, ideó el popular plan “100 por 70”, por el que los mayores de 70 años sin ingresos recibían un estipendio de 100 dólares mensuales. La razón de Varela para romper la alianza política fue su desacuerdo con las presuntas intenciones de Martinelli de reelegirse. Además, denunció actos de corrupción del gobierno, al adquirir helicópteros y radares a una empresa italiana de dudosa reputación ligada a Silvio Berlusconi.

Radiografía del Panameñismo. El lema de la doctrina panameñista es “Panamá para los panameños”. Esta ideología tiene sus raíces en el nacionalismo romántico imperante durante los años treinta en la clase media. Su lema frente a las constantes intervenciones del gobierno norteamericano en los asuntos internos del país era “Por un Panamá mejor”.
Durante el gobierno de Omar Torrijos (1968-81) y la posterior dictadura de Manuel A. Noriega (1981-89), el panameñismo y sus partidos políticos fueron prohibidos. En el período de la apertura posterior a la ratificación del Tratado Torrijos-Carter de 1977 por el que Panamá obtuvo la cesión del Canal en 1999, y con el regreso de Arnulfo Arias al país, el panameñismo asimiló también a liberales y republicanos, acercándose a los Estados Unidos. La cruzada civilista contra los militares lo transformó en una fuerza antimilitarista y anticomunista. Derrocado el gobierno de Noriega por la invasión norteamericana de diciembre de 1989, el panameñismo se convirtió en la segunda fuerza política del país, apoyada en el campesinado y la clase media del interior, y obtuvo dos veces la Presidencia de la República en alianza con otras fuerzas derechistas (liberales, republicanos, civilistas aglutinados en Molirena) hasta ser reemplazado por el liberal centrista Cambio Democrático en las elecciones de 2009. Con CD se abrió paso la nueva y voraz burguesía neoliberal vinculada al comercio transoceánico y a las finanzas internacionales de todo tipo.
En las elecciones de 2004 el Partido Arnulfista se dividió en una facción conservadora y una civilista, permitiendo al PRD regresar al poder con Martín Torrijos. Tras esta derrota el partido se dividió definitivamente. La facción conservadora se rebautizó como Partido Panameñista (nombre actual del partido), y la civilista creó un nuevo partido, Vanguardia Moral de la Patria, que al tiempo desapareció dejando su lugar a Cambio Democrático. Después de un costoso proceso interno, en 2005 Juan C. Varela llegó a la dirección del partido.
Como líder del PP Varela se alía con el también opositor Ricardo Martinelli, cediéndole la cabeza de la alianza y aceptando la Vicepresidencia de la República para las elecciones de 2009. Este acercamiento se dio en la embajada de los Estados Unidos. Con las filas panameñistas y de la oposición unidos bajo una sola alianza, Martinelli logró derrotar por amplio margen a la ex ministra de Vivienda Balbina Herrera, candidata del PRD.
Las varias Biblias, acompañadas de cruces de distintos tamaños y colores, que adornan los rincones de su casa, evidencian su militancia católica. Varela reconoció ser un “cooperador” del Opus Dei desde hace 17 años, cuando la Obra se instaló en Panamá. Es tal su compromiso que en diciembre de 2008 envió tarjetas de Navidad en las que reprodujo un pensamiento del fundador de la congregación, Jose María Escrivá de Balaguer. Haciendo gala de devoción religiosa luce una pulsera con distintas efigies de la Virgen en la muñeca izquierda. En consecuencia se opone a legalizar el aborto y el matrimonio homosexual, aspecto en el que difiere de su esposa Lorena.
Jorge Gamboa Arosemena, que comandó el Movimiento de Acción Panameñista –una corriente interna adversa a Varela–, sostiene que en los 26 meses que Varela formó parte del gobierno de Martinelli permitió que Panamá se “vendiera” a empresas extranjeras grandes y pequeñas. Además, fue parte de la “ley chorizo” en julio de 2010. También le reprocha que se alejó de los sectores populares. La Ley 30 de 2010, conocida como “ley chorizo”, “ley langosta” o “9 en 1”, pretendía promover el desarrollo sostenible de la aviación comercial en Panamá, pero para ello introdujo modificaciones a los códigos Judicial, Penal y Laboral y reformas a la ley general de ambiente. Luego de su aprobación –y posterior derogación– en 2010 hubo enfrentamientos entre organizaciones civiles que se oponían a la ley y la Policía, sobre todo en la provincia de Bocas del Toro. Allí dos personas murieron y decenas perdieron la vista. Según Gamboa, Varela también designó a notarios que “le daban plata” (un notario gana entre 5 mil y 50 mil dólares mensuales, según sus cálculos). Varela les decía que tenían que aportar una suma al partido que iba a parar al bolsillo de sus allegados.

La crisis permanente. No obstante estas acusaciones, durante la lucha preelectoral el discurso de Varela estuvo centrado en la lucha contra corrupción de Martinelli y su gobierno. A la inversa, la campaña electoral de Varela estuvo sospechada de estar financiada por dinero ilícito. Un diario panameño publicó que cuentas bancarias abiertas en ese país recibían fondos de lavado de dinero provenientes de apuestas ilegales para la campaña presidencial de Varela.
La puja, en realidad, se dio a favor y contra el Presidente Martinelli, porque éste pretendía colocar a su esposa Marta Linares como Vicepresidenta de Arias e intervino masivamente en la lucha. Muchos llegaron a hablar de un intento de “reelección encubierta”. Lo que no se esperaba Martinelli era que ganara Varela, quien durante la campaña aparecía irremediablemente como tercero en las encuestas. Tras haber dicho que se iba a dedicar a disfrutar de la vida, Martinelli anunció entonces el domingo su nueva condición de opositor y dijo: “Conozco lo que está del otro lado y, verdaderamente, Dios nos coja confesados”.
Con su voto los panameños han mostrado su rechazo a un estilo de gobernar autoritario y monopolizador del poder que hizo que Martinelli fuera perdiendo paulatinamente apoyos. En la decisión del votante han pesado también los escándalos denunciados en las concesiones de obras públicas.
Aunque Varela hereda una de las economías más pujantes de América latina, con un crecimiento promedio del ocho por ciento entre 2006 y 2012, la nación centroamericana posee una importante deuda pública y retrasos en las obras de ampliación del Canal de Panamá, hechos que dejan al nuevo mandatario sin efectivo, al menos hasta 2016. Además, pese al crecimiento económico, aún el 28,6 por ciento de los panameños, sobre todo indígenas y habitantes de zonas rurales, siguen viviendo en la pobreza, mientras el 11,7 por ciento vive en pobreza extrema, convirtiendo a Panamá en el quinto país más desigual de la región.
Esta extrema desigualdad alienta cada vez más intensas luchas sociales, como por ejemplo la huelga de los obreros de la construcción que han paralizado el 80% de los emprendimientos en todo el país, especialmente la ampliación del Canal de Panamá que –luego de la paralización promovida entre diciembre y febrero pasados por las empresas constructoras para obtener el pago de sobrecostos– está nuevamente frenada. Evidentemente ya no se terminará a fines de 2015, retrasando así el ansiado ingreso de divisas por el paso de los modernos supercontenedores que unen China con la costa Este de Estados Unidos.
La huelga, que se inició el pasado 23 de abril en demanda de un aumento salarial para los obreros de la construcción, fue ratificada el martes 6 por los dirigentes del Sindicato de la Construcción (Suntracs). Según Saúl Méndez, secretario general del gremio, la medida de presión continuará porque no hay avances en las negociaciones con la Cámara Panameña de la Construcción (Capac).
La victoria de Juan Carlos Varela generó el interrogante sobre si investigará las denuncias de corrupción contra el saliente presidente Ricardo Martinelli. Varela utilizó un tono bastante conciliador tras la victoria, coincidiendo con los resultados preliminares de la elección en la Asamblea Legislativa unicameral en las que su Partido Panameñista sólo logró 11 de las 71 puestos en disputa, mientras que CD se aseguraba 28 y el opositor PRD 22. “Con este panorama, la búsqueda de consenso es bueno para la democracia”, aseguró el analista político Edwin Cabrera, en declaraciones al diario La Prensa. Para José Isabel Blandón, analista del conglomerado televisivo Medcom, Varela “ganó con un buen margen, pero va a tener que depender del PRD para gobernar la asamblea”.
En los próximos cinco años Panamá recibirá ingentes ingresos del Canal ampliado que comenzará a funcionar a fines de 2015 o principios del año siguiente, pero si no se reduce la enorme desigualdad social, el país explotará. Las canonjías de las empresas multinacionales presentes en el istmo y de los contratistas del Estado, las redes de corrupción tejidas en torno a la elite de la república neoliberal posterior a la invasión norteamericana de 1989 y el clientelismo político colocan imponentes barreras a toda reforma democrática y social. Si Martinelli y Varela se empecinan en su enfrentamiento de bandas, la paciencia popular no durará eternamente. Del mismo modo que en El sastre de Panamá, la irrupción del extraño espía Andrew Osnard anuncia el desastre que se desatará inexorablemente, el advenimiento de la nueva bonanza canalera augura una catástrofe que sólo la sensatez puede evitar, pero ésta es una commodity que no transportan los superbuques contenedores.

domingo, 4 de mayo de 2014

Bruselas aprieta el cerco contra Rusia



Moldavia apresura su asociación a la UE

por Eduardo j. Vior

Los ministros de Exteriores francés y alemán viajaron el 23 de abril a Chisinau, capital de Moldavia, para ofrecer su apoyo al gobierno local frente a los separatistas prorrusos de Transnistria. Desde la firma en noviembre pasado del acuerdo de Vilna para la negociación de un acuerdo de asociación, Moldavia se apresuró a adaptar su legislación y su economía a los requerimientos europeos. Está previsto el Acuerdo de Asociación (AA) se firme en junio próximo. Asimismo se ha culminado con una rapidez inesperada el proceso de liberalización de visados: a partir del 28 de abril, los ciudadanos moldavos que posean pasaporte biométrico pueden viajar sin visado a la UE. Además, el 17 de abril el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre el derecho de Moldavia, Ucrania y Georgia a solicitar la entrada en la Unión, si adoptan los principios básicos. Detrás de la urgencia están la estrategia de algunos países europeos, como Gran Bretaña, que quieren aislar a Rusia y el miedo provocado por enérgica reacción de ésta. Rusia, por su parte, aspira a neutralizar y federalizar Moldavia. Para ello ejerce presiones económicas y alienta el separatismo transnitrio. El pasado mes de septiembre prohibió el ingreso de productos alcohólicos de Moldavia y el 8 de abril, las importaciones de cerdo. Además, en otoño de 2013 Rusia amenazó con recortar el acceso de los moldavos a su mercado de trabajo. Esta decisión perjudicaría enormemente la economía moldava que obtiene de las remesas de sus 800.000 trabajadores en el exterior hasta el 30% de su PIB. La mitad de los mismos está en Rusia. Como Moldavia recibe la mitad de su suministro eléctrico de la central de Cuciurgan, situada en Transnistria y dirigida por la filial de una empresa rusa, el poder de presión de Moscú sobre Chisinau no es desdeñable. Contra la prudencia recomendada por A. Merkel, en plena campaña electoral europea oportunistas de todo color tienen prisa para seguir los mandatos de los grandes medios. Después se quejarán por las “imprevistas” reacciones rusas.

La guerra civil ucraniana implica a sus vecinos occidentales



Transnistria impide cerrar el cerco contra Rusia

El enclave rusohablante autónomo en la faja oriental de Moldavia es un instrumento de Moscú para resistir las maniobras tendientes a asfixiar y dividir su país
por Eduardo J. Vior
Si Ud. siente nostalgias por la desaparecida Unión Soviética, visite Transnistria. En esta angosta faja territorial entre el río Dniéster y la frontera ucraniana encontrará por todas partes la hoz y el martillo, también en la bandera del autoproclamado Estado independiente. El parlamento se llama Soviet Supremo y la policía de seguridad, KGB. Sin embargo, no se trata sólo de un fósil de la ex URSS, sino de una pieza geopolítica central, con la que Rusia aspira a romper el cerco norteamericano en su torno.
Transnistria (también “Transdniéster”, “Transdniestria” o “Cisdniéster”) es un territorio separatista ubicado entre el río Dniéster y la frontera oriental de la República de Moldavia con Ucrania. Hasta 1940 esta faja era una región autónoma dentro de la RSS de Ucrania. Después de que tras la derrota nazi la región rumana de Besarabia fue definitivamente integrada a la URSS como RSS de Moldavia, Stalin le transfirió esta faja de 4.163 km2 al Este del Dniéster. Desde su declaración de independencia en 1990 y especialmente después de la Guerra de Transnistria en 1992 que dejó 700 muertos, se llama República Moldava Pridnestroviana (RMP, también conocida como “Pridnestrovia”), un Estado no reconocido al este del Dniéster, incluyendo la ciudad de Bender y sus localidades circundantes al oeste del río. La República de Moldavia no reconoce la secesión.
Transnistria es de hecho de un Estado independiente, organizado como una República presidencial, con gobierno, parlamento, ejército, policía, sistema postal y moneda. También tiene una Constitución, bandera, himno nacional y escudo. Su capital se llama Tiraspol (de “Tyras”, nombre griego del río Dniéster, y “Polis”). En el territorio permanence estacionado desde los tiempos soviéticos el 14° Ejército ruso. Transnistria tiene la mayor parte de la infraestructura industrial (ligera) de Moldavia, pero su desarrollo está limitado por el aislamiento internacional. Según el Censo de población de 2010 la República tiene 518.700 habitantes, compuesta por 300.000 rusos y respectivamente 100.000 ucranianos y moldavos. A pesar de esta composición en el referendo de 2006 el 97% votó por la incorporación a la Federación Rusa. Entonces Moscú no hizo ningún gesto, pero desde que estalló la crisis ucraniana el canciller ruso Sergei Lavrov propuso varias veces negociar la neutralización y federalización de Moldavia con amplia autonomía para Transnistria.
Aunque las elites en Kiev y Kishinau necesitan del enclave autónomo para sus negocios de contrabando, tráfico y trata, ante el riesgo de invasión conjunta de nacionalistas ucranianos y moldavos las tropas rusas estacionadas en la región se encuentran en máxima alerta. Transnistria no es Crimea; es parte de un Estado con fronteras jurídica e históricamente consolidadas y sin continuidad territorial con la Federación Rusa, aunque, si más ciudades a lo largo del Mar Negro se pliegan a la resistencia contra Kiev, se establecería un corredor entre Crimea y Transnistria y la estrategia rusa podría variar. Después de la crisis de Crimea, Ucrania trasladó la principal base de su Armada de Sebastopol a Odessa, en tanto la ciudad de Mykolaiv, y dentro de ella el puerto de Oktyabrsk, en la práctica bajo el control ruso, constituyen un nudo de transportes crucial para la exportación de armas de Rusia y Ucrania a países como Siria.
El aumento de las tensiones entre Tiraspol y Kishinau a lo largo de 2013 advierte sobre lo que puede pasar en el futuro próximo. El año pasado, Tiraspol reforzó su poder en Bender, una ciudad en la zona de nadie junto al río Dniéster que en teoría sería administrada por una Comisión Conjunta multinacional, pero en la práctica es controlada por Transnstria. En junio de 2013 su gobierno dictó una ley sobre las fronteras de la República secesionista reclamando más territorio. Además su Presidente, Yevgeny Shevchuk, inició una aproximación legal a Rusia mediante varios cambios constitucionales. Representantes de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) declararon a mitad de abril que en mayo se tendrían nuevas negociaciones tripartitas entre Moldavia, la RMP y Rusia, para reglar pacíficamente la cuestión, pero si la OSCE continúa siendo usada parcialmente por EE.UU. y Gran Bretaña, es previsible que las negociaciones fracasen.
Desde el golpe de estado en Ucrania en febrero pasado Rusia implementa una amplia estrategia defensiva, para evitar la instalación de fuerzas de la OTAN en la base de su territorio europeo. Esta estrategia tiene necesariamente efectos negativos sobre los intereses de algunas elites nacionalistas locales que esperan grandes prebendas de la profundización de su asociación con la Unión Europea. Para la estrategia regional de EE.UU. es vital cerrar el cerco en torno a Rusia, como paso previo a la desestabilización y partición de su enemigo histórico. En este choque de colosos las pequeñas tiras territoriales pueden adquirir gran importancia.