domingo, 22 de febrero de 2015

Tsipras consigue la continuidad de los créditos europeos

con un pie en la rendija de la puerta

El comunicado final de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas (Eurogrupo) de los 18 países de la Eurozona, que finalizó a última hora del viernes en Bruselas, representa un severo freno a la autonomía del gobierno griego y una reafirmación de la política de ajustes, pero deja abierta la rendija de la puerta para que Grecia permanezca en la Eurozona sin que Alexis Tsipras deba abandonar su programa de rescate social.
El acuerdo prevé que a fin de mes 7000 millones de euros sean transferidos a Grecia, si la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE), el FMI y el propio Eurogrupo avalan las medidas que aquella debe presentar hasta el lunes 23 a la noche. El compromiso libera a los helenos de la obligación de alcanzar ya este año un superávit primario y releva a la troika (BCE, FMI y CE) de las negociaciones con Atenas. Asimismo, el gobierno de Tsipras podrá realizar todas aquellas reformas que preserven el equilibrio fiscal. Si se autoriza la transferencia, se evitará la moratoria y Grecia seguirá en el euro.
Sin embargo, la posibilidad de llegar a acuerdos duraderos dependerá de la evolución política interna de los miembros de la UE así como del contexto internacional. Varios países pasarán hasta julio por elecciones generales, regionales y/o municipales. Además, el gobierno francés recién acaba de superar un voto de desconfianza en la Asamblea Nacional y el italiano perdió a su aliado Silvio Berlusconi en la elección presidencial reciente. En este marco tan inestable las bases de los acuerdos entre los gobiernos cambian de día en día. El gobierno griego de Syriza, a su vez, si bien disfruta todavía la legitimidad de su reciente elección, debe paliar urgentemente el drama social que aqueja a su población.
El acuerdo del viernes fue tejido entre bambalinas por varios miembros del Eurogrupo alarmados por la polarización entre los ministros Yanis Varoufakis (Grecia) y Wolfgang Schäuble (Alemania), y la puntada final la dio Angela Merkel el jueves en una conversación telefónica con Alexis Tsipras. Al día siguiente obtuvo todavía el apoyo de François Hollande y unas horas más tarde en Bruselas el ministro de Finanzas francés Pierre Moscovici, Christine Lagarde (FMI)y Jeroen Dijsselbloem cerraron el acuerdo en contacto con Tsipras.
El gobierno griego se esforzó ayer por resaltar los pocos aspectos positivos del acuerdo: "Grecia compró tiempo", declaró el primer ministro. "Hemos evitado que la Eurozona nos estrangule", añadió. Por su parte, Varoufakis, insistió en que el compromiso no implica una derrota, porque logró no tener que seguir reduciendo las pensiones ni aumentar el IVA antes del verano. Sin embargo, entre jueves y viernes los ahorristas retiraron mil millones de euros de los bancos griegos, temerosos de que el gobierno aprovechara este fin de semana largo (el lunes es feriado nacional) para congelar los flujos de capitales. Sumados a los 20 mil millones perdidos desde diciembre pasado produjeron una gran sangría que ahora se espera cortar.
Nueva Democracia (ND), el partido conservador que lo precedió en el cargo, aprovechó para relativizar lo alcanzado: "Lo más positivo del acuerdo –declaró su vocero Costas Karagunis– es que por el momento se evitó lo peor."
El gobierno alemán también está apretado. En tanto su socio en la gran coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD), y los opositores Verdes e Izquierda apoyan el compromiso, desde adentro de la propia Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su socia Socialcristiana (CSU) de Baviera arrecia la desconfianza. Por su parte, el director del influyente Instituto de Investigaciones Económicas (IFo), Hans-Werner Sinn, sostuvo que Grecia no está en condiciones de permanecer en la Eurozona.
Sin embargo mientras el presidente francés, François Hollande, se felicitaba ayer por el acuerdo alcanzado, el economista Jacques Attali (ex consejero de François Mitterrand) se escandalizó: "Los griegos no pueden obtener dinero sin reformas", declaró al canal BFM TV. "Tal como está la situación, los griegos no pueden seguir en el euro. Si se los mantiene adentro, será una mala señal para Europa", concluyó.
Por su parte, el primer ministro italiano Matteo Renzi, quien celebra el primer aniversario de su acceso al gobierno, declaró por la noche que "Italia es la bisagra que permite alcanzar un acuerdo entre los países más rígidos y Grecia".
A la hora de negociar con Atenas todos los gobiernos de la UE se abrigan. La gran coalición hegemónica en todo el continente no puede retroceder de la política neoliberal, pero tampoco puede expulsar a Grecia de la zona euro. Esta, a su vez, tampoco puede irse, pero necesita recuperar algo de su autonomía para atender sus dramáticos problemas sociales. En un punto medio en perpetuo movimiento según los avatares de la política de cada uno de los 18 usuarios de la moneda común se encuentra la posibilidad de hallar compromisos sostenibles por todos los involucrados. El viernes se ha abierto la rendija de la puerta para futuras negociaciones, pero no sólo Europa necesita que se abra de par en par.

viernes, 20 de febrero de 2015

Gracias al Estado Islámico EE.UU. va a una nueva guerra

obama y el ei: "con una ayudita de mis amigos"

Al enviar al Congreso de la Unión la solicitud de autorización para mandar fuerzas militares al exterior (AUMF, por su sigla en inglés), el presidente Barack Hussein Obama está empezando una guerra difusa e interminable que va a lastrar a la política y la economía mundiales por largos años.
La semana próxima el Congreso de los EE UU comenzará a tratar el proyecto que el presidente elevó hace una semana. Para reforzarla solicitud, el Estado Islámico (EI) avanzó el pasado jueves en el Oeste de Irak hasta las puertas de una enorme base militar en la que 300 norteamericanos entrenan a soldados iraquíes. El domingo decapitó mediáticamente en Libia a 21 trabajadores egipcios cristianos, para asegurarse la respuesta aérea egipcia y la invasión norteamericana. Desde el inicio el EI ansía la invasión occidental, para ponerse al frente de la resistencia sunita. El presidente Obama le agradece entonando aquella canción de The Beatles: "With a Little Help from My Friends" ("Con una ayudita de mis amigos").
El pedido de AUMF prohíbe utilizar "de modo duradero fuerzas militares de tierra con propósitos ofensivos" y fija un plazo de "tres años con la posibilidad de renovación", para operar "más allá de Siria e Irak2. Al desatar un gran debate interno, el mandatario traspasa al Congreso la responsabilidad por la política levantina y lo fragmenta hasta que acepte la propuesta oficial o no saque ninguna.
La mayor crítica se dirige a la persistente vigencia de la AUMF dada en 2002 al presidente Bush después del 11-09-2001. Sumamente general e imprecisa, sirve para legitimar intervenciones en escenarios muy diversos y en conflictos no discutidos por el Congreso y no puede ser limitada por otra más específica. Además una autorización por tres años renovables compromete al próximo presidente que asumirá en enero de 2017.
Ante la presión de una opinión pública masivamente favorable a la intervención, los líderes republicanos en la Cámara de Representantes y el Senado apoyan la propuesta, aunque el proyecto no define qué entiende por "eminentemente defensivo", no precisa el objetivo estratégico de "derrotar al Estado Islámico", enuncia la decisión de combatir a los yihadistas "más allá de Siria e Irak", pero no indica hasta dónde, no aclara qué hacer con las demás organizaciones terroristas de la región, ni fija el nivel de intervención posterior.
Los congresistas se han dividido en facciones transversales a los partidos. Así, mientras los liderazgos de ambas fuerzas acompañan el pedido, la izquierda demócrata pacifista se alía con la derecha libertaria republicana contraria al aumento de los poderes del Estado.
Cualquier decisión parlamentaria requerirá un acuerdo bipartidista para reunir suficientes votos. Si el Congreso niega la autorización, el presidente estará automáticamente habilitado para seguir mandando "asesores" ad referendum de una futura resolución del Congreso. Si, por el contrario, el Capitolio da el permiso sin mayor discusión, estará devolviendo al presidente el poder para proponer a su sucesor, lo que había perdido en la derrota electoral de noviembre pasado. Más probablemente los congresistas intenten precisar el proyecto y someter su renovación a una nueva decisión parlamentaria, pero entonces asumirán la responsabilidad de cualquier fracaso militar.
La intervención del US-Army en el combate contra el Estado Islámico en Irak consolidará la actual cooperación objetiva con Irán y hará que ambas partes saquen del juego a todos aquellos entre sus aliados que perjudiquen al otro socio, en Levante y donde sea. Con esta iniciativa Washington impone su conducción en Europa y Levante, limita la influencia regional de Rusia y prepara posibles intervenciones en Yemen y Libia. Se trata de un reposicionamiento general para restaurar la autoridad presidencial en el interior y poner orden entre el Sahara y el Golfo Pérsico, desde Kurdistán hasta el Océano Índico.
Qué decisión adoptará el Congreso es imprevisible, pero algunos desarrollos futuros ya pueden vislumbrarse: 1) la guerra en Levante se ampliará, profundizará e involucrará incluso a regiones lejanas y por largo tiempo; 2) el presidente Obama ha recuperado el timón de la agenda política, disciplinando a propios y ajenos, será determinante en la selección del o de la candidata demócrata e influirá sobre la decisión republicana; 3) la agudización de la guerra en Levante intensificará la competencia por el control de los hidrocarburos en todo el mundo y hará subir su precio; 4) este conflicto será el principal regulador de la economía mundial y de las futuras relaciones internacionales.
Por quinta vez en 70 años los Estados Unidos se sumergen irreflexivamente en una guerra sin objetivos ni límites claros. Para peor, otra vez parece primar el pequeño cálculo electoral interno. Los estados de la región deberán apañarse para no sucumbir en el incendio; los más lejanos, en tanto, tendrán que hallar la manera de no quedar metidos en una guerra sin fin, sin frenos y sin límites.

sábado, 14 de febrero de 2015

Sólo el acuerdo multilateral puede traer la paz a Ucrania

La voz de las armas o las armas de la voz



El "cuarteto de Normandía" (Rusia, Francia, Alemania y Ucrania) finalmente alcanzó un acuerdo de alto el fuego en el Este de Ucrania. El documento representa un triunfo de Vladimir Putin,François Hollande y Angela Merkel porque reconoce las ganancias territoriales de los milicianos rusohablantes de Donetsk y Luhansk, pero garantiza la integridad territorial de Ucrania, dispone la retirada del armamento pesado de ambos lados a gran distancia del frente, obliga al gobierno de Kiev a restablecer los servicios públicos y los gastos corrientes y sociales para las regiones sublevadas y prevé una reforma federalista de la Constitución ucraniana. Ninguno de los tres líderes tiene interés en una guerra abierta entre Rusia y Ucrania, porque acarrearía la intervención de la OTAN y la ruptura duradera de las relaciones entre Moscú y el resto de Europa. El acuerdo prevé que el gobierno central ucraniano se haga cargo de la vigilancia de toda la frontera con Rusia, pero recién "a partir de la celebración de las elecciones locales" en el Este. Por su parte, Kiev tiene que renunciar al castigo de los rebeldes, debe desarmar a sus milicias, retirar a los mercenarios extranjeros y aceptar una reforma federalista de la Constitución, aunque el presidente Petro Poroshenko negó después de la reunión que se dé autonomía a las regiones orientales.
La denominación de "cuarteto de Normandía" proviene de la reunión que los mismos mandatarios mantuvieron en esa región del norte de Francia en junio pasado, al conmemorarse el aniversario del desembarco aliado de 1944.
Todos los participantes son conscientes de que el acuerdo contiene imprecisiones que dificultarán su aplicación: no define la situación del nudo ferroviario de Debaltseva, cercado por los rebeldes y prevé la retirada del armamento pesado a cierta distancia del frente, pero no se ha determinado su trascurso. Asimismo, los rebeldes resistirán realizar comicios locales bajo la ley ucraniana, porque no reconocen las leyes sancionadas por Kiev después de su separación en marzo de 2014. Si estos comicios se demoran o no se realizan, tampoco se podrán desplegar fuerzas ucranianas en la frontera con Rusia. Dado que hasta ahora no se ha demostrado la presencia de fuerzas rusas en el Este, será muy difícil forzar su retiro, pero sí está verificado que hay mercenarios estadounidenses en Mariupol. Finalmente, no se ha definido de qué modo se realizará la reforma constitucional, si por una comisión especial, por la Rada (parlamento) actual que los rebeldes desconocen o mediante un referendo.
El éxito del acuerdo de paz depende de la voluntad persistente de las partes para alcanzar compromisos en el grupo de contacto creado para poner en práctica lo firmado. Tanto Putin como Merkel y Hollande están interesados en la paz y los dos últimos han reconocido la presión que el primero ejerció sobre los autonomistas del Este para que acompañen el acuerdo, pero Poroshenko ha aceptado un compromiso muy por debajo de su objetivo de "castigar a los bandidos" y buscará recuperar prestigio con provocaciones.
Quien en estos días haya leído los medios estadounidenses más connotados se habrá asombrado por el nivel con el que tratan la guerra civil en Ucrania. Mientras que los analistas neoconservadores están convencidos de que Rusia es la continuación del "imperio del mal" (según Ronald Reagan) y que la paz mundial requiere su desmembramiento, los liberales ven en Vladimir Putin un caudillo populista que, para desviar la atención de su pueblo, lleva una política expansionista tendiente a reconstruir el "imperio soviético". Enfrascados en estas lógicas, unos y otros abundan en sesudos debates sobre los sistemas de armas y el nivel de intervención militar directa que Washington debería alcanzar para contener y disuadir a Rusia.
Al hacerlo, desconsideran el punto de vista ruso. Si bien Vladimir Putin no desconoce que Rusia en el protocolo multilateral de Budapest de 1994 garantizó las fronteras de Ucrania a cambio de que entregara su armamento atómico, vincula este acuerdo con las seguridades que los aliados occidentales dieron a Mijail Gorbachov en 1990 de que la OTAN no avanzaría hacia el este de Europa. Violando sus promesas, el bloque liderado por Washington se ha expandido y amenaza la frontera rusa. Además, si bien Nikita Kruschov había entregado Crimea a Ucrania en 1955, lo hizo dentro de la vieja URSS y no a un Estado extranjero. Cuando en febrero de 2014 sobrevino el golpe de Estado en Kiev, Rusia temió por la seguridad de sus bases navales en la península y la anexionó para protegerse.
Si los Estados Unidos no respetan el tratamiento multilateral de la guerra civil ucraniana y desconocen los intereses de cada una de las potencias involucradas, el acuerdo del "cuarteto de Normandía" en Minsk pronto estará muerto y la guerra escalará, con la posibilidad de que rusos y estadounidenses choquen en el campo de batalla. Sería el comienzo de la guerra nuclear. Por ahora, las armas de la voz priman sobre la voz de las armas, pero ¿por cuánto tiempo?

lunes, 9 de febrero de 2015

El impuesto a las transacciones financieras divide la UE

La comezón del séptimo año

Siete años después de iniciada la crisis económico-financiera, bajo la presión del masivo y extendido descontento popular por la persistente crisis económica, once países de la Unión Europea (UE) propondrán el próximo 17 de febrero al Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) la introducción de un impuesto sobre las transacciones con acciones y derivados a partirdel 1° de enero de 2016, pero tan fuertes son las resistencias del capital financiero que la incertidumbre prevalece.
Después de bloquear largamente la iniciativa, un repentino giro de François Hollande a principios de enero permitió que los ministros económicos y financieros de Austria, Bélgica, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y España se pusieran de acuerdo el pasado 26 de enero en Bruselas en un plan de acción para extender a toda la UE la aplicación de un impuesto de base amplia y baja tasa. Su primer objetivo es lograr que el próximo 17 de febrero el Ecofin adopte la propuesta como propia y la presente el siguiente día 24 en la reunión de los jefes de Estado y de gobierno.
A principios de 2013 los once países mencionados se pusieron de acuerdo en diseñar un impuesto sobre las transacciones con acciones y algunos derivados, pero la resistencia francesa a darle una base amplia lo frenó hasta fin de 2014. Ante el nuevo impulso que adquirió ahora, los bancos hicieron sonar la alarma: en una carta enviada el pasado 23 de enero a todos los gobiernos de la UE, las asociaciones de bancos públicos y privados, de negocios y cooperativos de la UE reclamaron a los miembros de la Comisión Europea (CE) por los efectos que esta decisión, adoptada sólo por una parte de los países miembro, tendría sobre todo el continente. Significativamente no se oponen al impuesto, sino a las consecuencias que le atribuyen al ser impulsado por sólo una parte de los miembros de la Unión: "Obstaculizará el mercado financiero y distorsionará la competencia." La introducción del impuesto, añaden, haría a los gobiernos y operadores financieros extremadamente dependientes de agentes y fondos de inversión externos a la UE.
Es notorio que ya ni siquiera los agentes financieros se oponen a la introducción de un impuesto imprescindible para re-regular las operaciones financieras y subordinarlas a prioridades económicas, sociales y medioambientales, sino que lo desvirtúan para defenderse.
En un año lleno de elecciones decisivas, el descontento de los pueblos europeos con la incapacidad de sus gobiernos y de la burocracia de Bruselas para superar la crisis económica y combatir el desempleo y la pobreza se manifiesta por izquierda en el sur del continente y por derecha en el norte. La gran coalición conservadora-socialdemócrata-liberal que gobierna el continente siente que el piso quema bajo sus pies e intenta apaciguar, pero no quiere (¿no puede?) romper su matrimonio con las finanzas. Todavía es demasiado temprano para descorchar el "champú" y festejar la vigencia de un impuesto que puede aliviar la vida de cientos de millones de personas en Europa y fuera de ella.