martes, 27 de marzo de 2018

EE.UU. no encuentra el rumbo

Conflictos innecesarios y entendimientos necesarios

Washington apoya la campaña británica contra Rusia, pero se muestra más cauto en su conflicto comercial con China, mientras evalúa su debilidad en Oriente Medio
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
27 de marzo de 2018
Eduardo J. Vior
La radicalización de la política exterior norteamericana, producto de los recientes cambios en su gobierno, se hizo sentir inmediatamente en su adhesión a la maniobra británica contra Rusia. Por el contrario, en su entredicho comercial con China la Casa Blanca parece ser más cauta, quizás influida por la evidencia de los huecos y fallas del sistema defensivo que ha puesto a disposición de sus aliados en Oriente Medio.

Bolton al gobierno, la CIA al poder

El presidente Donald Trump ordenó este lunes 26 la expulsión de 60 diplomáticos rusos en represalia por el supuesto ataque químico contra el ex espía Serguéi Skripal y su hija en Gran Bretaña el pasado 4 de marzo. En total, más de 130 representantes del gobierno ruso fueron expulsados de 20 países de América y Europa en solidaridad con Gran Bretaña.
La decisión sobrevino tras una intensa batalla dentro de la Casa Blanca sobre el mejor modo de responder a lo que se calificó como “provocación” de Vladimir Putin. Las divisiones internas afloraron nuevamente la semana pasada, luego de que el presidente norteamericano conversara durante media hora y felicitara a su colega ruso por su reelección en la elección del domingo 18 de marzo, sin mencionar el atentado contra Skripal.
No es casual que EE.UU. se haya plegado a la denuncia británica contra Rusia inmediatamente después de que el presidente designara a John Bolton para dirigir el Consejo Nacional de Seguridad. Ex-embajador ante la ONU, Bolton es conocido por sus posiciones extremadamente racistas y agresivas en política exterior. Una semana antes también había sido nombrado en la Secretaría de Estado el jefe de la CIA, Mike Pompeo, igualmente agresivo.
Trump está muy presionado internamente, para que abandone su intento de entendimiento con Rusia y la enfrente. Ansioso por recuperar la iniciativa después del Brexit, también el gobierno británico trata de arrastrar a EE.UU. a una confrontación con Rusia, para preservar sus intereses coloniales en Oriente Medio, África y el Atlántico Sur.
Rusia todavía evalúa su respuesta que seguramente se hará sentir. Por ahora no se avizoran mediadores ni voluntad occidental de disminuir la tensión. El conflicto puede escalar.

Beijing tiene una paciencia china, pero con límites

Después de que la semana pasada EE.UU. y China entrecruzaran amenazas de guerra comercial, este fin de semana se vieron señales de distensión. El lunes 26 el precio de las principales acciones de Wall Street subió un dos por ciento en promedio, después de que el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, diera a Fox News una entrevista en la que declaró que estaba “prudentemente esperanzado” en alcanzar con China un entendimiento.
En los últimos días Steven Mnuchin y Liu He, nuevo viceprimer ministro de China a cargo de la política económica, tuvieron un intenso intercambio de opiniones y propuestas. China estaría dispuesta a reducir las tarifas para la importación de autos norteamericanos y a autorizar una mayor presencia de firmas de ese país en el sector financiero, para aumentar su eficiencia. Asimismo existe un prioritario interés chino en la inversión extranjera en servicios de salud para la tercera edad.
No obstante, los líderes chinos rechazan la exigencia de reciprocidad en la relación comercial presentada por el presidente Trump. La economía china, dicen ellos, todavía es muy dependiente de industrias con chimenea, como el acero y el aluminio, así como de manufacturas con mano de obra barata. El promedio de las familias chinas gana un cuarto de lo que reciben sus pares occidentales, y en las regiones rurales, así como en el centro y oeste del país, todavía hay una extendida pobreza.
China parece estar respondiendo a las amenazas arancelarias de Donald Trump con un intenso trabajo de lobby en Wall Street. Sus fondos soberanos de inversión tienen participaciones en entidades financieras estadounidenses por unos 2.500 billones de dólares. Como dice el New York Times, se trata de una buena fuente de honorarios que  asesores y lobistas no desprecian.
Por su parte, Wang Shuwen, viceministro de Comercio de China, declaró el domingo pasado que su país estaría hasta dispuesto a suprimir todo tipo de limitaciones sobre la propiedad extranjera en entidades financieras. No obstante, dejó en claro que, si las concesiones que hace China no son suficientes para el gobierno de Trump, “vamos a tener que tomar medidas”.

Un escudo poroso

El domingo trajo además muy malas noticias sobre el funcionamiento de los sistemas de defensa anticohetes que EE.UU. vendió a sus aliados en Medio Oriente. Mientras que la defensa saudita fue incapaz de repeler un ataque de los rebeldes huti de Yemen contra su capital, Riyad, en el sur de Israel el sistema de defensa reaccionó erróneamente ante ruido de armas de fuego en la vecindad, disparando una salva de cohetes interceptores que, a su vez, detonaron las alarmas e hicieron que miles de pobladores buscaran los refugios antiaéreos.
Entre tanto, si bien las fuerzas armadas sauditas comunicaron que el mismo domingo por la noche habían interceptado siete cohetes lanzados desde el norte de Yemen contra Riyad, expertos internacionales citados por la cadena catarí Al Jazeera dudaron sobre la intercepción. De hecho, se sabe que en un suburbio obrero de la capital saudita murió un trabajador egipcio y otros fueron heridos por fragmentos de un cohete.
Arabia Saudita inmediatamente culpó a Irán por el ataque. En la guerra que desde hace tres años azota a Yemen se enfrentan una coalición liderada por los sauditas con los rebeldes huti y un sector del ejército yemenita, a su vez apoyados por los iraníes. Todavía no queda claro qué tipo de cohetes dispararon los yemenitas, pero los huecos y errores en los sistemas de intercepción entregados por EE.UU. deberían servir de freno a la agresividad de la coalición saudita-israelí.

Cercado por el aparato militar y de inteligencia, el presidente Donald Trump tiene cada vez menos poder. Trata de salvar el diálogo con Rusia, pero la provocación británica lo arrastra a un conflicto sin salida. En cambio, en la mucho más sustantiva competencia estratégica con China parece estar hallando un resquicio de entendimiento. En este peligroso balance de poder todas las potencias seguramente han mirado con atención las limitaciones y fallas de los sistemas de defensa anticohetes en Israel y Arabia Saudita. En definitiva, si las armas son el último reaseguro del poder, la debilidad relativa de la alianza occidental debería ser tenida en cuenta en sus decisiones políticas y económicas.

lunes, 26 de marzo de 2018

Washington y Beijing compiten por la primacía mundial

Trump está haciendo cosquillas a un tigre

Por qué -y cómo- China responderá enérgicamente a la intimidación norteamericana y defenderá su derecho a ser primera potencia mundial.
Como muchas de las iniciativas de Donald Trump, la suba de aranceles para productos importados de China anunciada el martes pasado parece ser una finta para arrancar a China concesiones especiales y relegarla a un duradero segundo puesto mundial, por lo que la República Popular ha aceptado el desafío y va a responder no sólo con medidas comerciales. Los terceros debemos estar muy atentos a eventuales daños y ventajas de esta batalla entre elefantes.

Este viernes China urgió a Estados Unidos a “apartarse del abismo”, después de que el martes pasado el presidente norteamericano anunció su intención de imponer aranceles sobre importaciones chinas por hasta 60 mil millones de dólares. “China espera no estar en una guerra comercial, pero no le teme”, avisó un alto funcionario del Ministerio de Comercio.

Si bien EE.UU. se mostró flexible el jueves, al exceptuar a la Unión Europea, Argentina, Australia, Brasil, Corea del Sur, México y Canadá de los aumentos arancelarios sobre las importaciones de aluminio y acero, China no se inmutó y advirtió que impondrá aranceles a más de un centenar de productos estadounidenses por un total de tres mil millones de dólares. Especialmente, fueron afectadas las importaciones de frutas, carne porcina, vino y sorgo. Al mismo tiempo, Beijing informó que recurrirá a la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra las medidas norteamericanas.

Entre tanto, el representante estadounidense de Comercio (USTR), Robert Lighthizer, informó haber presentado ante la OMC una “demanda de consulta” contra China. Washington alega que empresas estadounidenses son forzadas a repasar tecnología, patentes y propiedad intelectual para operar en China y que ello constituye una “competencia desleal”.

Sin embargo, como señala Bloomberg, todavía hay más truenos que lluvia. De hecho, las medidas no se aplican de modo inmediato. El USTR tiene quince días para publicar una lista de productos que deberían pagar un mayor arancel. Luego se abre un plazo de treinta días, para que el gobierno reciba comentarios y propuestas, después de lo cual el representante comercial tiene un cierto tiempo para decidir.

En segundo lugar, el gobierno ha anunciado que subirá en un 25% las tarifas de ciertos productos chinos, pero no precisó el 25% de qué ni de qué productos.

Evidentemente, el gobierno quiere ganar tiempo para negociar, internamente con los lobbies y externamente con China.
Por otra parte, tampoco habrá acciones inmediatas sobre la denuncia por piratería de patentes. El Departamento del Tesoro tiene dos meses, para compilar la información a presentar ante la OMC. El detalle curioso en esta historia es que Trump ha acusado varias veces a la organización mundial de ser “un enemigo globalista del pueblo norteamericano” y ahora recurre a ella.

La represalia de China responde todavía sólo a las restricciones a las importaciones de acero y aluminio (que entraron en vigor este viernes) y, aunque su monto es bajo, busca estratégicamente golpear a Trump en su base electoral. Al igual que la UE, que esta semana elevó los aranceles para el whiskey bourbon, los pantalones vaqueros y las motocicletas que se producen en estados de mayoría republicana, China castiga el cerdo que se produce en Nebraska y el Medio Oeste, regiones masivamente pro-Trump.

Como sucede muchas veces, la respuesta oficiosa de China la dio el Global Times, que se edita en inglés en Beijing. Las fricciones comenzaron –señala el periódico en un editorial-, después de que el gobierno norteamericano declarara a China “competidor estratégico”. No parece tratarse de una guerra comercial, sino de un intento de intimidación, para que China haga concesiones duraderas que permitan a EE.UU. mantener su primacía mundial. Para cumplir con su consigna de “America first” -sigue el vocero chino-, el presidente norteamericano quiere impedir que China ejerza su derecho a convertirse en primera economía mundial, pero la potencia asiática no cejará, hasta convertirse en el nuevo centro mundial del capital y la tecnología.

Para triunfar en un conflicto que promete ser duradero y ríspido, añade la fuente, China debe adoptar una estrategia que exceda el conflicto comercial, ponga límites a la intimidación, afecte la imagen del presidente ante la elección de noviembre próximo y disuada a EE.UU. de intentar en el futuro cualquier agresión comercial contra China. Finalmente, propone, China debe aliarse con Europa y aislar a Estados Unidos.

Si bien Argentina fue momentáneamente exceptuada de la suba de aranceles a las importaciones de acero, la barrera china contra las importaciones de sorgo y carne porcina desde EE.UU. ofrecería a nuestro país la oportunidad de aumentar las exportaciones a China. Claro que existe el riesgo de provocar represalias norteamericanas, pero la agudización de la competencia sino-norteamericana nos permitiría mejorar nuestra posición negociadora en el mediano plazo, si tuviéramos un gobierno interesado en mejorar la posición internacional relativa de Argentina y dotado de una estrategia prudente y a largo plazo. Desgraciadamente, no lo tenemos.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Estamos en un planeta diferente

La gran transformación mundial

Las elecciones en Rusia y China, el quinto aniversario del papado de Francisco y los choques en el G 20 demuestran que estamos en una nueva época histórica
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
21 de marzo de 2018
Eduardo J. Vior
Las reelecciones de Vladimir Putin y Xi Jinping confirman la solidez del ascenso de ambas potencias y la percepción de sus elites de que se avecinan fuertes convulsiones en el balance mundial de poder. La contracara del mismo proceso está simbolizada por el quinto cumpleaños del papado de Francisco y el impresionante balance de movilización y organización de movimientos populares que su liderazgo muestra.

Unidad para la modernización

Tras su victoria en las elecciones de este domingo, Vladimir Putin ocupará la presidencia de Rusia por cuarta vez hasta 2024, cuando sumará 25 años en el poder.
El mandatario obtuvo más del 76% de los votos, superando por más de 50 puntos a su seguidor, el candidato comunista Pável Grudinin. Además, Putin también superó su votación de 2012, cuando obtuvo el 64% de los votos. Una encuesta oficial indica que hubo un 63,7% de participación en las elecciones, más que en 2016, pero menos que en 2012, probablemente debido a la convicción de muchos votantes de que Putin ganaría de todos modos por un amplio margen y que carecía de sentido concurrir a las urnas.
El resultado plebiscitario de la elección se explica, ante todo, por los éxitos exteriores del presidente. Al reincorporar Crimea a Rusia en marzo de 2014, después del golpe de estado en Ucrania, y apoyar a las repúblicas rusófonas en el este de ese país, Putin dejó claro que protegería a la numerosa minoría rusa y conservó para la flota rusa del Mar Negro la importante base de Sebastopol. En tanto, después de que en septiembre de 2015 las fuerzas armadas rusas acudieron a Siria llamadas por el presidente Baschar al Assad, derrotaron a los grupos terroristas, rechazaron la intervención extranjera y consiguieron bases en el noroeste del país que les permiten operar en todo el Mediterráneo Oriental. Además, probaron exitosamente 200 nuevos tipos de armas que dan a Rusia la superioridad estratégica sobre EE.UU. Estos triunfos granjearon al presidente la simpatía mayoritaria de su población.
Sin embargo, aunque la situación económica y social ha mejorado mucho y la pobreza ha disminuido sensiblemente, desde que Putin asumió la presidencia en 2000, se ha incrementado la desigualdad social y regional. Si bien Rusia es una gran exportadora de hidrocarburos, minerales (también preciosos) y armas, el resto de su economía está muy atrasado. Para el nuevo mandato el presidente se propone, entonces, impulsar el desarrollo económico. Su consagración en las urnas muestra el apoyo de la población, pero la decisión de extender tanto su gobierno es un signo de que la elite rusa prevé graves conmociones internacionales y quiere un liderazgo fuerte y experimentado.

Un “gran timonel” para pilotar tormentas

El presidente chino, Xi Jinping, instó ayer martes a realizar mayores esfuerzos para hacer de China un poderoso país socialista moderno para mediados del presente siglo. En su discurso, pronunciado en la reunión de clausura de la Asamblea Popular Nacional (APN), Xi exhortó a funcionarios y legisladores a profundizar la reforma en todas las áreas, a ampliar la apertura de la economía, a revisar la visión de desarrollo aplicada, a mejorar la calidad del mismo y a modernizar aún más la economía de mercado socialista. El líder chino subrayó, además, que su país seguirá la vía pacífica de desarrollo. El presidente reiteró que China no va a imponer su voluntad a otros y tampoco permitirá que intenten imponerle una voluntad ajena. “China defenderá su soberanía, su integridad territorial y los intereses de su pueblo”, concluyó el presidente chino.
El presidente de China lanzó una advertencia a Taiwán y EEUU al afirmar que los intentos de dividir el país están condenados a fracasar. El líder chino hizo esta advertencia después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, promulgara una ley que alienta los viajes de funcionarios públicos y ejecutivos de empresas estadounidenses a Taiwán, y viceversa.
Durante la Revolución Cultural (1966-76) Mao Zedong fue bautizado “el gran timonel”, para llevar a China a puerto seguro en medio de grandes tormentas. Sin embargo, Xi acumula igual o más poder que Mao. Incluso, la propaganda oficial ha empezado a nombrarle con el título informal de “Lingxiu” (Líder), como se identificaba al fundador de la RPCh. Xi controla hoy día no menos de doce cargos políticos, militares, económicos y de seguridad. La lucha contra la corrupción ha sido el símbolo distintivo de su administración.
Hay abundante debate sobre las verdaderas razones para la perpetuación de Xi en la cúspide del poder. Una de las razones más plausibles es la necesidad de preservar la continuidad y la consolidación de China como potencia del nuevo siglo en un momento de decadencia de la hegemonía mundial de Estados Unidos, en el que dirigentes aventureros en Washington o en otros países pueden verse tentados de atacar a China, para recuperar la confianza de sus poblaciones y la iniciativa internacional. La potencia asiática debe superar también grandes desequilibrios internos que pueden generar agitación social y, nuevamente, alentar la intromisión occidental. Como el presidente Xi sabe cuán deslegitimados están amplios sectores de la burocracia estatal y partidaria por su corrupción, no ha dudado en entenderse con la Iglesia Católica que, fiel a la política del Papa Francisco, ha organizado una red de movimientos populares que contienen el descontento y canalizan la participación de la población.

La alternativa crece desde abajo

Mientras se rompe el monopolio del poder mundial, el Papa Francisco celebra el quinto año de su pontificado organizando a los movimientos populares del mundo. Dice Granma (órgano del Comité Central del Partido Comunista de Cuba): “Ahora que se cumplen cinco años de su papado, (…) puede decirse que a Su Santidad lo caracterizan la espontaneidad y la intensa proyección hacia los más desposeídos”. ¡Éste es el efecto de Bergoglio Papa sobre los ajenos! Imagínense los propios.
Con un apostolado de tonos franciscanos (de ahí el nombre elegido) el Papa pone el acento en la renovación de la fe mediante la oración y la acción por la justicia, la armonía y la belleza. En su acción pastoral el Santo Padre combina la dignificación de los humildes con la democratización de la organización eclesial y el ecumenismo más amplio posible. Apoyado en este trípode ha puesto en marcha una revolución cultural mundial.
Por su edad y su precaria salud tiene prisa. Está cambiando vertiginosamente la composición del colegio de cardenales, para que el próximo papado mantenga el rumbo. Ha hecho la Curia romana más ágil, transparente y democrática. En el gobierno de la Iglesia el pontífice ha dado el gran paso de la monarquía a la república y acelerado la transición de la Iglesia europea a la universal. Por ello tantas miradas están puestas en el Cardenal ghanés Peter Turkson. Experimentado en el gobierno vaticano, desde hace casi tres años dirige el nuevo Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Integral, una especie de Secretaría de Trabajo y Previsión desde donde coordina a los movimientos populares en todo el mundo y se prepara para asumir la dirección de toda la Iglesia.
“Viejos soñadores y jóvenes profetas son la salvación de nuestra sociedad desarraigada”, dijo Bergoglio el lunes pasado en la reunión preparatoria del Sínodo Mundial de la Juventud que se reunirá en Roma el domingo 25. La sentencia caracteriza todo su pontificado.

La decadencia de un gran imperio acarrea innumerables peligros. Los nostálgicos de la vieja gloria pueden buscar la restauración. Pequeñas y grandes potencias de antaño se arrojan sobre los restos del poderoso caído. Mafias de todo tipo y colusiones empresarias se aprovechan de la falta de gobernanza internacional. Frente al nuevo caos las potencias continentales han adoptado programas de emergencia y liderazgos enérgicos. No obstante, no han podido devolver a las instituciones de gobierno la credibilidad perdida. Por ello es que el mensaje de Francisco tiene tanta resonancia, porque la revolución cultural que él ha iniciado devuelve la confianza en el mundo.

jueves, 15 de marzo de 2018

Los neoconservadores rodean a Trump

El Imperio se revuelve como fiera herida

El remplazo en la Secretaría de Estado del tecnócrata Rex Tillerson por el espía Mike Pompeo preanuncia una nueva guerra en Oriente Medio y enfrentamientos en Asia
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
14 de marzo de 2018
Eduardo J. Vior
Nada hay más impredecible que un imperio en decadencia. “Los romanos están locos”, decía Ásterix. Los Estados Unidos, también. Apenas parecía que Donald Trump se encaminaba al diálogo con Corea del Norte y acordaba con Rusia el statu quo en Siria, cuando el remplazo del secretario de Estado Rex Tillerson por el Director de la CIA, Mike Pompeo, y la sucesión de éste por Gina Haspel dieron el mando de la diplomacia y de la inteligencia norteamericana a dos tigres de la guerra.

Desde hace meses se rumoreaba en Washington a los gritos que Tillerson sería remplazado por Pompeo. Para el general John Kelly, jefe de gabinete de la Presidencia, era evidente que el ex presidente del directorio de ExxonMobil no servía para conducir la política exterior de EE.UU. El CEO intentó introducir en la Secretaría criterios empresarios y recortes presupuestarios que lo enemistaron con los diplomáticos de carrera y buena parte del Congreso.
 
Mantenía buenas relaciones con el secretario de Defensa Jim Mattis, pero no se entendía con el jefe del Consejo Nacional de Seguridad, Herbert McMaster. Difería radicalmente del presidente en su valoración del acuerdo nuclear con Irán y se enteró por Twitter de la intención de Trump de reunirse con Kim Jong-un. 
El presidente lo desmintió públicamente en múltiples ocasiones y no le perdonó que ante periodistas lo llamara “estúpido”. Hace meses que jefes de Estado, de gobierno y diplomáticos aliados y adversarios preferían hablar directamente con Trump o con alguno de los tres militares que lo rodean.

Mike Pompeo, su remplazante, es un neoconservador racista que odia especialmente a Irán cuyo régimen iguala con el Estado Islámico (EI). Con su asunción el acuerdo nuclear con Teherán está muerto.

Por su parte, la nueva directora de la CIA, Gina Haspel (la primera mujer en el cargo) dirigió y participó en la tortura de secuestrados en cárceles clandestinas en Tailandia y destruyó luego las filmaciones de los interrogatorios, violando todas las órdenes judiciales que disponían su archivamiento. Sin embargo, salvó el pellejo gracias a que Barack Obama decidió no castigar a los agentes torturadores.

Todavía no queda claro en qué medida el mandatario tuvo la iniciativa de la destitución o si lo hizo respondiendo a una presión muy fuerte de los espías. En este sentido habla la contradicción que se produjo entre Trump y Tillerson el día anterior, cuando la primera ministra británica Theresa May acusó a Rusia de haber provocado la muerte en Londres de un ex espía ruso utilizando gas nervioso. Mientras que el secretario de Estado apoyó la denuncia británica, el presidente la relativizó. En esta ocasión fue Tillerson quien actuó en consonancia con la CIA, no Trump.

El experimentado Paul Craig Roberts (http://www.informationclearinghouse.info/48940.htm) ve en el modo en que se produjo el recambio un golpe del complejo militar y de seguridad para apropiarse del gobierno, impedir el entendimiento con Rusia y agudizar el enfrentamiento con China. Craig Roberts fue Subsecretario del Tesoro durante el gobierno de Ronald Reaagn (1981-87), editor asociado del Wall Street Journal, columnista de Business Week, Scripps Howard News Service y del Creators Syndicate. Sirvió en Washington durante un cuarto de siglo y conoce bien el paño. Por eso mismo también sabe que Estados Unidos gana más entendiéndose con Rusia y China que enfrentándolos.

Según él, la combinación entre el lobby proisraelí, los neoconservadores y el complejo militar-securitario es demasiado fuerte, como para que pueda haber paz entre las superpotencias. Desde el martes a la mañana los tres grupos de presión controlan el gobierno de Donald Trump.

Cercado por las denuncias por corrupción, Benjamin Netanyahu amenaza internamente con llamar a elecciones anticipadas y externamente con desestabilizar Irán. Los neoconservadores, por su lado, apoyan a los aventureros israelíes, porque sueñan con restaurar el monopolio norteamericano sobre el poder mundial. El complejo militar-securitario, en tanto, agita el fantasma ruso, para mantener sus privilegios presupuestarios y su impunidad. Finalmente, las “prenstitutas” –como llama Craig Roberts a la prensa mercenaria- se prenden a esta agenda, para mantener el flujo de fondos estatales y su hegemonía sobre el poder mediático internacional.

Sin embargo, los golpistas no han medido el cambio de la situación estratégica. Gracias a sus nuevos sistemas de armas Rusia ha tomado la delantera frente al aparato militar estadounidense. Por su parte, China complementa su enorme poder terrestre con sus armas espaciales y cibernéticas. Irán, en tanto, no está en condiciones de atacar a sus vecinos, pero puede defenderse exitosamente por largo tiempo. Si nadie detiene a los conspiradores, desatarán guerras regionales que rápidamente pueden extenderse. Desde el martes 13 el mundo se ha hecho muy peligroso.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Nada es seguro en un imperio en crisis

Las oligarquías sobran

Los Estados Unidos reconocen el fortalecimiento de China y Rusia contra el colonialismo anglofrancés y la Unión Europea
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
12 de marzo de 2018
Eduardo J. Vior
La nueva centralidad que la República Popular China ha adquirido en el mundo después de la reforma constitucional y la nominación de Xi Jinping para un mandato indefinido ha forzado a EE.UU. a frenar su agresiva política en Corea. En el otro extremo de Asia, también Rusia ha impuesto a los norteamericanos un acuerdo honroso para acabar la guerra en Siria. Washington actúa sabiamente, no así sus aliados anglofranceses y la burocracia de Bruselas. Como demuestra Cuba, es la hora de la renovación y no hay lugar para oligarquías.

El nuevo “hijo del Cielo” pone a China en el centro del mundo

Después de que el Congreso Nacional del Pueblo plebiscitara el domingo 11 (por el 98% de los diputados) las 29 enmiendas a la Constitución que advocan el “pensamiento Xi Jinping” y dan al presidente la posibilidad de ser reelecto indefinidamente, el mandatario hizo el lunes gala de su inmenso poder reuniendo a todo el alto mando y recibiendo al pesidente del Consejo Nacional de Seguridad de Corea del Sur, Chung Eui-yong, quien le informó sobre las programadas cumbres entre los presidentes de ambas Coreas así como entre Kim Jong-un y Donald Trump, a realizarse en mayo próximo.
El viernes pasado Chung ya había llevado a Trump la invitación de Kim para reunirse, que el presidente norteamericano inmediatamente aceptó. El mismo día Trump telefoneó a Xi para informarle, según informa la agencia Xinhua. El encaminamiento pacífico de la crisis coreana, que hasta enero marchaba hacia la guerra, se debe en gran medida a la diplomacia china. “Si China no se hubiera puesto firme, EE.UU. habría atacado a Corea del Norte, afirma Lü Chao, investigador en la Academia Liaoning de Ciencias Sociales. Por su parte, Cheng Xiaohe, profesor asociado en la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Renmin, explica que China fue cumpliendo con las sanciones impuestas por la ONU contra Pyongyang, pero evitando que las mismas golpearan excesivamente a los norcoreanos. “Si Corea del Norte hubiera colapsado, argumenta, la situación habría empeorado. El éxodo de refugiados, el conflicto militar y la proliferación nuclear habrían afectado a toda Asia Oriental, dijo.”
Para completar tanta demostración de poder, el presidente del Banco Central de China, Zhou Xiaochuan, declaró el viernes pasado que Beijing continuará fomentando gradualmente la internacionalización del yuan. Para explicar el carácter paulatino de este movimiento, Zhou argumentó: “No podemos forzar a nadie, las decisiones se toman en función de su propia lógica, es por eso que es un proceso gradual”.

Gracias a Rusia, Siria se acerca al fin de la guerra

Al poner sitio a la ciudad de Haresta, el domingo 11 el Ejército Árabe Sirio (EAS) cortó en tres el enclave de Ghouta Oriental donde los islamistas han tomado a cientos de miles de civiles como rehenes. Ya la semana pasada las fuerzas gubernamentales y sus aliados habían dividido la comarca en dos.
El avance de las fuerzas estatales es posible, porque EE.UU. y Rusia han llegado a un acuerdo para acabar la guerra. Los grandes derrotados han sido Gran Bretaña y Francia que, a través de Jordania, Katar y Arabia Saudita, han apoyado a al Qaeda y otras facciones terroristas.
Después de que China ha desistido de hacer pasar el tramo terrestre de la “ruta de la seda” por Mosul y Alepo –como sucedía antiguamente-, Washington ya no pretende destruir Siria e Irak. Las potencias anglosajonas y Francia combaten el programa chino por la tradicional competencia entre las potencias marítimas y las terrestres y porque quieren impedir la sinergia entre China y Alemania.
El pasado 24 de febrero EE.UU. y Rusia hicieron votar en el Consejo de Seguridad de la ONU la resolución sobre el alto el fuego que, en realidad, es un principio de arreglo para todo el país. Rusia y Siria aceptarían que EE.UU. permanezca en el noroeste del país, a cambio de que retire su apoyo a los islamistas. Claro que, si China intenta hacer pasar su ruta por Turquía, Washington no dudará en alentar la insurgencia kurda, con lo que reavivará el conflicto en la región.
Moscú ha persuadido a los norteamericanos de avenirse a un acuerdo, después de que en los últimos 30 meses desplegó 200 nuevos tipos de armas en Siria y de que en la mañana del pasado 25 de febrero la infantería rusa entró junto al ejército sirio en la Ghouta Oriental demostrando que, en adelante, quien ataque Siria provocará automáticamente la respuesta militar rusa.
La guerra no ha finalizado aún en la totalidad de Siria, pero en Damasco ya está terminando y Rusia se ha convertido en uno de los principales actores en Oriente Medio.

Cuba renueva su liderazgo para continuar la revolución

Este 11 de marzo más de 8 millones de cubanos y cubanas eligieron legisladores para las asambleas provinciales y la nacional. Esta última designará al próximo presidente, que ya no llevará el apellido Castro. El actual presidente cubano anunció en diciembre pasado que no irá por la reelección, aunque permanecerá hasta 2021 como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Lo más relevante de estos comicios es que tendrán como resultado la renovación del mando político cubano. Ante el desistimiento de Raúl Castro, por primera vez estará al frente del país una persona que no pertenece a la llamada “generación histórica”. Tal como explicó el analista Daniel Cubilledo Gorostiaga, del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), los nuevos gobernantes ya no tendrán “la legitimidad histórica y la autoridad moral” de quienes “protagonizaron la revolución latinoamericana más influyente del siglo XX”. Además, las nuevas autoridades deberán llevar a buen puerto en una situación inestable la actualización económica, la relación entre el Partido Comunista y el Gobierno, así como soportar el presente endurecimiento de la política estadounidense hacia Cuba y la hegemonía de los gobiernos conservadores en América Latina. El nombre que suena con más fuerza es el del primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, pero recién habrá certeza el 19 de abril, cuando la nueva Asamblea Nacional vote al nuevo gobierno.

El zorro no puede cuidar el gallinero

Aunque en 2014 su elección por el Parlamento Europeo se festejó como un inmenso salto adelante hacia la democratización de la deslegitimada UE, desde el inicio la gestión de Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea se caracterizó por un autocratismo que provocó el actual auge nacionalista y separatista en todo el continente.
Sin embargo, ahora parece haber ido demasiado lejos. En la sesión de la Comisión Europea del 21 de febrero Juncker impuso la promoción de su jefe de gabinete, el abogado alemán Martin Selmayr, a vicesecretario general, para sólo nueve minutos más tarde informar a la máxima autoridad europea que el hasta ahora secretario general se jubilaría a partir del 1º de marzo, por lo que Selmayr ocuparía ese cargo. O sea, que en nueve minutos el bávaro avanzó dos casilleros hasta convertirse en jefe de los 32.000 funcionarios que desde Bruselas ejercen el poder absoluto sobre Europa.
El nuevo secretario general es sumamente capaz, aunque extremadamente rudo y agresivo. Lo que irrita es la ilegitimidad del procedimiento. Primero se dijo que no había otros concursantes para el puesto, pero después se supo que la segunda, la española Clara Martinez Alberola, inmediata subordinada de Selmayr, retiró a último momento su candidatura, para convertirse en jefa de gabinete del presidente. Un enroque perfecto.
Juncker arriesga tanto por la designación del secretario general, porque Selmayr, antes de comenzar en 2003 su carrera como funcionario de la UE, fue el jefe de la filial bruselense de Bertelsman, el segundo mayor grupo editor del mundo y en 2014 fue el jefe de la campaña electoral de Juncker, quien ahora paga el favor. El nuevo secretario general representa a los medios de comunicación más concentrados y a su poder sobre las redes. Controlando a la burocracia europea, puede manipular las negociaciones con Gran Bretaña y la planeada formación de un ejército europeo, sin temor a la opinión pública que él también influencia. Dar el poder a dirigentes que están a ambos lados del mostrador es la muerte de la democracia.

Ha comenzado una nueva era de la historia mundial. Los Estados Unidos empiezan a aceptar que deben compartir su dominio sobre el mundo. China ha vuelto a ser “el Imperio del Medio” (esto significa “China”) y, para asegurarlo, ha coronado a un nuevo “hijo del Cielo” que asegura la paz en Asia. También Rusia ha retornado a Oriente Medio, como en el siglo XIX, y ha derrotado a británicos y franceses con el consentimiento estadounidense. En un mundo que avanza aceleradamente hacia el pluralismo no caben las oligarquías, como la burocracia que ahoga a la Unión Europea. Se impone la renovación progresiva y constante del poder, como demuestra Cuba.

sábado, 10 de marzo de 2018

La fractura de las naciones sólo sirve al globalismo

Sólo el presidente puede salvar la unidad de Italia

La elección parlamentaria encumbró a fuerzas antiestatales y hundió a los partidos nacionales. El país está dividido y el jefe de Estado es el único eslabón entre norte y sur
La primera elección parlamentaria italiana desde 2013 mostró la caída de los partidos de alcance nacional, el ascenso de un partido regionalista en la mitad norte y de un movimiento antiestatalista en el centro y sur. Ante la falta de fuerzas unificadoras, sólo el presidente de la República puede mantener la unidad nacional, pero al costo de una fuerte pérdida de democracia que no se puede mantener duraderamente.

En las elecciones celebradas este domingo el Movimiento 5 Estrellas (Movimento 5 Stelle, M5S) se ha convertido en el primer partido del país con el 32% de los votos, mientras que la Liga (Lhega), con el 17,4%, ha más que cuadruplicado su votación respecto a las europeas de 2014 y junto con Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi y los neofascistas de Hermanos de la Italia (Fratelli dell’Italia, FdI) alcanza el 37,1%. Además, la Lhega ha superado a FI dentro de la derecha, que sólo ha obtenido el 14%, por lo que su líder Matteo Salvini (44 años) ha reivindicado el lunes su derecho a gobernar Italia.

No es el único, ya que Luigi di Maio (32 años), candidato a primer ministro del M5S, también se ha presentado como “vencedor absoluto” y se ha manifestado dispuesto a negociar con otros partidos la formación de una mayoría. Sin embargo, el M5S ganó el voto de protesta de los jóvenes y muchos descontentos, pero hizo campaña con una promesa de independencia y transparencia por la que sus miembros no le permitirán unirse a una coalición con alguna de las fuerzas tradicionales tan rechazadas. Tratándose de una fuerza inorgánica que hace de la democracia cibernética (el voto interno se realiza por Internet) una marca de identidad, su liderazgo carece del margen de maniobra que requiere articular una coalición parlamentaria.

Sin embargo, aunque sea incapaz de formar gobierno, el movimiento puede impedir la constitución de cualquier gabinete estable. “El nuevo mantra de 5 Stelle debería ser que es imposible e ilegal formar ninguna mayoría sin nosotros”, dijo Iacopo Iacoboni, analista político del diario La Stampa.

Salvini, por su parte, ha descartado toda alianza que lo aparte de los acuerdos de la derecha. “No vamos a hacer coaliciones extrañas, declaró. Es la coalición que ha ganado y la que podrá gobernar. No veo la hora de empezar”, ha añadido el lunes 5. El líder derechista es un firme defensor de Donald Trump e hizo campaña bajo una pancarta de “primo l’Italia”, claramente copiada del presidente estadounidense.

La Lhega entró en campaña como socio menor de Silvio Berlusconi, desprovisto por una condena judicial de la facultad de ser elegido hasta 2019, quien deseaba poner a Antonio Tajani como primer ministro hasta que poder volver al poder. El resentimiento y la bronca de los votantes, empero, prefirió al derechista neto frente al viejo caudillo conservador.

La primera consecuencia de este terremoto político fue la dimisión de Matteo Renzi como secretario del Partido Democrático (PD), el lunes por la tarde. Renzi había saltado de la alcaldía de Florencia hasta la secretaría del partido en 2014, después de perder las primarias dos años antes contra Pierluigi Bersani, quien ganó la elección general de 2013, aunque no consiguió formar gobierno. Entonces llegó Enrico Letta, también del PD, para encabezar un gobierno de coalición que desbloqueara el país, pero a poco andar fue derrocado por un golpe de estado interno del toscano.

Matteo Renzi se convirtió en 2014 en el tercer primer ministro desde 2011 que no fue electo en las urnas, pero consiguió legitimarse, cuando en las elecciones europeas de ese mismo año alcanzó el 40% de los votos y se convirtió en la esperanza de la socialdemocracia europea. Sin embargo, su estilo arremetedor, su prepotencia y arrogancia le crearon muchos enemigos y un creciente rechazo del electorado que ahora eclosionó.

La izquierda en todas sus conjugaciones ocupa el tercer lugar en las preferencias de voto y en muchas circunscripciones electorales ha desaparecido. Los resultados también muestran la decadencia de Forza Italia, puesta en pie por Berlusconi en 1994 y que ha gobernado casi 20 años en coalición con otras formaciones conservadoras.

Sin mayoría a la vista

Los analistas no ven ninguna posibilidad de alcanzar una mayoría de gobierno. Aritméticamente, sería posible formar conseguirla (316 escaños en el Congreso, 158 en el Senado) sumando al M5S, el PD y los disidentes izquierdistas de Libres e Iguales (Liberi e Uguali, LeU), pero esta coalición es imposible, porque la base del M5S rechaza el intervencionismo estatal propuesto por la izquierda, aunque sea muy moderadamente.

Otra combinación pensable sería la de la Liga con el 5 Estrellas, porque ambos son antieuropeos y contrarios a la acogida de más inmigrantes, pero ambos partidos chocarían en sus propuestas económicas. Salvini pide menos impuestos y Di Maio aboga por una renta ciudadana de hasta 780 euros al mes.

La cultura política italiana ya ha demostrado sobradamente su flexibilidad y su capacidad para alcanzar compromisos. Desde que la península se convirtió en objeto de las codicias encontradas de las potencias europeas, en el siglo XVI, su sociedad y política desarrollaron el arte de la llamada “civil conversazione”, o sea la habilidad de mantener buenas relaciones con los peores adversarios, intrigar, engañar y, al mismo tiempo, cuidar las formas, para mantener el statu quo frente a los extraños. Esta habilidad sirve a la supervivencia, pero frena toda reforma democrática profunda. Sus ventajas y desventajas se han confirmado este domingo.

El presidente Sergio Mattarella tiene ahora la pelota. Una vez que se certifiquen los votos, comenzará a reunirse con los ganadores, para iniciar lo que se espera que sean tensas negociaciones después de una campaña muy dura. Si no se dan alianzas que puedan funcionar, Mattarella podría pedir al primer ministro en funciones, Paolo Gentiloni (del PD), seguir al frente del gobierno, mientras que los partidos políticos intentan negociar un nuevo acuerdo sobre la ley electoral, pero ese gobierno sería muy débil. Antes de que Mattarella pueda comenzar con las conversaciones para formar coalición de gobierno, tienen que reunirse el nuevo Parlamento y ser elegidos los presidentes de las dos cámaras y los líderes de los grupos políticos y Gentiloni tiene que renunciar. Seguramente, esto sucederá recién después de Semana Santa.
No es previsible que la Lhega pueda conseguir la mayoría parlamentaria necesaria para formar gobierno, a menos que se parta el M5S. Tampoco es previsible que ambas fuerzas se coaliguen, porque la Lhega aspira a un Estado autoritario tecnocrático, pero con amplias autonomías regionales, mientras que el M5S rechaza la autoridad estatal. No obstante, ambos coinciden con la visión antinacional de George Soros, quien aboga desde hace años por una “Europa de los ciudadanos” y financia todo tipo de movimiento separatista y antiestatal. Probablemente lo haya hecho también en Italia. Claro que en la Europa real de hoy debilitar los estados nacionales implica fortalecer a la burocracia bruselense y a las grandes corporaciones transnacionales.

Es dudoso que en la próxima legislatura algún partido pueda formar una mayoría estable. Como ha sucedido desde el golpe de estado contra Silvio Berlusconi que en 2011 sucedió al derrocamiento de su aliado Muammar al Gadafi (plataforma de ingreso de Italia en África), Italia probablemente volverá a ser gobernada por un primer ministro designado por el presidente, único factor de unidad en un país profundamente dividido y asediado por las demás potencias. Sin embargo, si la pérdida de democracia que un gobierno presidencial implica no es rápidamente superada mediante una mayoría parlamentaria estable, la degradación del sistema representativo llevará al encumbramiento de otro tipo de régimen autoritario y/o a la fractura del país, con su consecuente sometimiento a poderes extranjeros.

viernes, 9 de marzo de 2018

A pesar de la resistencia globalista el mundo se une

La paz es la mejor alternativa

En tanto las fuerzas de la fragmentación siguen fracturando naciones para dominarlas mejor, la paz y el equilibrio de poderes son la mejor opción.
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
9 de marzo de 2018
Eduardo J. Vior
Mientras que Corea avanza aceleradamente hacia la reunificación, en Italia el “partido del presidente” aparece como única herramienta para salvar la unidad amenazada. China y Rusia, por su parte, dan pasos decisivos para diversificar el poder sobre el mundo.

Corea avanza hacia la reunificación

Después de que Chung Eui-yong, director de la Agencia Nacional de Seguridad de Corea del Sur visitó al presidente del Norte, Kim Jong Un, informó que éste le prometió suspender los ensayos con armas nucleares, si los Estados Unidos se avienen a mantener negociaciones directas. De acuerdo a sus declaraciones, Kim aceptaría también que este año todavía se realicen las maniobras militares anuales conjuntas entre surcoreanos y norteamericanos, pero que espera que, si se inician negociaciones directas entre Pyongyang y Washington, éstos últimos las reducirán año tras año.

Ante tamañas concesiones, lo único que EE.UU. puede dar en canje es el levantamiento parcial o total de las sanciones económicas decretadas por la ONU. Probablemente sea éste el objetivo inmediato de los norcoreanos.

Por su parte, Corea del Sur anunció también el martes que los presidentes de ambos estados coreanos se reunirán en abril en Panmunjon, en la zona desmilitarizada entre el norte y el sur. Corea del Norte está asimismo ansiosa por obtener garantías de seguridad que permitirían –sostienen sus representantes- al presidente Kim cumplir con el último deseo de su padre, Kim Jong Il, para que las destruya.

“El partido del presidente” para salvar a Italia

Las elecciones parlamentarias generales del domingo pasado convalidaron la primacía de dos partidos anticentralistas, antieuropeos y xenófobos. Entre la Liga (Lega) y el Movimiento 5 Estrellas (Movimento 5 Stelle, M5S) se repartieron casi la mitad de los votos totales, pero, mientras que el primero predomina en el norte, el segundo lo hace en la mitad sur de la península.

El M5S obtuvo el 32% de los sufragios y se convirtió en el mayor partido individual, mientras que la Lega cuadruplicó su caudal y sumó el 17%, superando dentro del centroderecha a Forza Italia (FI), de Silvio Berlusconi, que sólo llegó al 14%. Junto con los neofascistas de Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia, FdI) la coalición reúne el 37% de los votos. Consecuentemente, tanto el liguista Matteo Salvini como el “stellato” Luigi Di Maio se han postulado como jefes de gobierno.

Los mayores derrotados de la jornada fueron el primer ministro en funciones, Matteo Renzi, y el ex premier Silvio Berlusconi. Después de tres años y medio de gobierno, Renzi recibió la factura por su arrogancia y la tozudez con la que intentó imponer reformas neoliberales. Con él arrastró a su Partito Democratico (PD) que se hundió hasta el 15%. En la derecha, en tanto, la pérdida del liderazgo a manos de la Lega preanuncia la jubilación de Berlusconi.

El domingo por la noche Renzi todavía amagó con renunciar también a la secretaría general del PD, pero el lunes reculó, porque el presidente de la República, Sergio Mattarella, se propondría formar un gobierno suprapartidario, para salvar la unidad del país. Esta jugada quitaría sustento a muchos dirigentes, inclusive a Renzi, quien salió a combatirla. La versión se fundamenta en que el resultado electoral complica mucho la formación de gobierno. Ni el centroderecha ni el M5S están en condiciones de formar un gabinete coherente y otras coaliciones son impensables. El nuevo gobierno va a demorar. Mientras tanto, los bancos siguen devorando lo que resta de Italia. Al presidente cabe ahora la responsabilidad de salvar la unidad del país.

El Congreso chino diseña el futuro

Desde el pasado sábado 3 de marzo está sesionando en Beijing la Conferencia Política Consultiva del Pueblo Chino (CPCPCh), máximo órgano consultivo del país. Si bien se trata sólo de un foro de debates, tanto éstos como las propuestas que se elevan al gobierno son muy tenidos en cuenta por la conducción del país.

Dos días después comenzó a sesionar, también en Beijing, el Congreso Nacional del Pueblo (CNP), máximo organismo legislativo, que se congrega cada cinco años. Aunque el PCCh tiene un férreo control sobre el mismo, muchas veces se ha convertido en caja de resonancia de las discusiones que se dan en la sociedad. Este año la asamblea congrega a 2.980 diputados.

Se espera que en la reunión (que durará estimativamente quince días) el Congreso introduzca en la Constitución la advocación al “pensamiento Xi Jinping” e incorpore la posibilidad de que presidente y vicepresidente se presenten a sucesivas reelecciones, eliminando así la actual limitación a dos períodos (diez años). Con esta medida el mandatario espera que China pueda mantener su unidad en un mundo que se anuncia muy convulsionado.

Se espera que, además de modificar la Constitución en el sentido mencionado, el CNP ratifique una ley para crear una nueva y poderosa agencia anticorrupción y la continuidad de la transformación ecológica de la economía, el programa del “nuevo camino de la seda”, la reforma del sector financiero parabancario, para hacerlo más confiable y que adopte medidas para reducir la desigualdad social y regional.

Rusia contiene a EE.UU. restaurando el equilibrio bipolar

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dedicó buena parte de su discurso a la nación, el pasado 1º de marzo, a exponer avances de la tecnología militar de su país que sorprendieron a propios y ajenos y demostraron que se acabó la supremacía unipolar de Estados Unidos.

Este desarrollo militar comenzó silenciosamente en 2012, cuando las guerras en Libia, Siria e Irak evidenciaron que las potencias occidentales no respetarían ningún compromiso, hasta ser efectivamente contenidas. Comenzó, luego, a manifestarse en 2015, cuando las fuerzas armadas rusas intervinieron en Siria. Desde el inicio instalaron un sistema de intercepción que desconecta los sistemas de mando de la OTAN en un radio de 300 km. Posteriormente, desplegaron este mismo sistema en la región del Mar Negro y en Kaliningrado. Además de sus nuevos aviones, Rusia utilizó en Siria cohetes de crucero que fueron lanzados desde el Mar Caspio y alcanzaron objetivos terroristas en Siria (a 1500 km de distancia). En febrero pasado, asimismo, Rusia probó en combate aviones multipropósito hasta ahora desconocidos.
Cuando el 24 de febrero de 2018 la infantería rusa entró en combate en Ghouta Oriental, en las afueras de Damasco, lo hizo con acuerdo de Estados Unidos cuyo presidente ha decidido no implicarse más en Siria. Pero, al mismo tiempo, reveló que el Pentágono no quiere arriesgar intervenciones rusas en otras regiones del mundo.

Los programas que el presidente Putin anunció en su discurso de la semana pasada ya eran más o menos conocidos, pero los expertos los veían lejos de su fase operativa. Por ejemplo, el Sujoi-57 pasó su bautismo de fuego hace tres semanas, cuando la CIA recién lo esperaba para 2025. Otro ejemplo es el cohete intercontinental Sarmat que retoma la técnica de la “cabeza orbital”, que había garantizado la superioridad soviética en los años 1970 y luego fue abandonado. Este tipo de cohete tiene alcance ilimitado y escapa a toda intercepción, porque se sitúa primero en órbita y sólo reingresa a la atmósfera para alcanzar su blanco.
El misil Kinzhal (Daga), en tanto, se lanza desde un bombardero y alcanza una velocidad hipersónica, o sea cinco veces la velocidad del sonido, por lo que es también imposible de interceptar. Ya fue probado también exitosamente hace tres meses.

Rusia dispone asimismo de un motor nuclear miniaturizado que garantiza a los cohetes de crucero una autonomía de vuelo prácticamente infinita. Instalado en un dron submarino, este motor hace que el dron alcance una velocidad varias veces superior a la de los submarinos clásicos y pueda transportar una gran carga nuclear a larga distancia. De este modo, además de su poder destructivo, la carga nuclear puede provocar un tsunami de 500 metros de altura en cualquier costa marina. Finalmente, el presidente Putin anunció también un arma láser cuyas características no especificó y que, al parecer, es capaz de interceptar parte de los vectores estadounidenses existentes. Estas y otras nuevas armas rusas han sido concebidas para inutilizar el “escudo antimisiles” que el Pentágono ha desplegado desde hace unos 40 años.

Por el momento los países miembros de la OTAN descreen de estos anuncios, pero Rusia no fanfarronea, cuando se refiere a su arsenal. Las más de 200 nuevas armas utilizadas en Siria indican su nivel de desarrollo.

Los enormes progresos de Rusia le permiten interceptar cualquier ataque norteamericano, restableciendo así el equilibrio bipolar que imperaba antes de 1989. En él ambas superpotencias deben respetar las respectivas áreas de influencia, pero terceras potencias pueden aprovechar esa competencia para hacer un juego pendular. El monopolio de la muerte está siendo remplazado por un equilibrio de poder.

El mundo está cambiando aceleradamente. Si bien persiste la agresión globalista contra la unidad y estabilidad de las naciones, nuevas fuerzas están reequilibrando la balanza y dibujando un horizonte de relativa paz. Que la perspectiva se afiance y no se difumine.

domingo, 4 de marzo de 2018

Desde Medio Oriente asoma un nuevo conflicto mundial

Netanyahu quiere salvarse desatando una guerra
La agudización de los choques armados en Siria responde más a la complicidad entre negocios y política en EE.UU. e Israel que a la lógica del enfrentamiento
Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
4 de marzo de 2018
  

 
Los gobiernos de Rusia y Siria acusan a los islamistas de interrumpir el corredor humanitario pactado en la tregua e impedir la salida de los civiles. Por su parte, los rebeldes y la prensa occidental culpan a la aviación siria por las violaciones. Más de 500 civiles han muerto en las últimas dos semanas en la zona de combate que el ejército sirio va reconquistando palmo a palmo.

Aunque hace mucho que la información periodística está cooptada por los militares, en esta última fase de la guerra en Siria la atomización de las fuentes y la guerra psicológica impiden tener una visión objetiva, por lo que hay que acudir al sentido común. Ninguno de los actores en la guerra de Siria se distingue por su humanismo. El gobierno de Bashar al-Assad puede tener interés en acelerar la ofensiva sobre el enclave de Ghouta para librarse de los continuos bombardeos sobre la capital, pero no al precio de arriesgar una guerra internacional que tampoco quieren Rusia e Irán. Los únicos a quienes puede servir una guerra que abarque todo Oriente Medio están en el Pentágono y el gobierno israelí.

Desde que fue derrotado el Estado Islámico, la campaña de propaganda occidental busca la guerra con Irán. Para evitarla, 15 exmiembros de distintos servicios de inteligencia de EE UU dirigieron una carta abierta a Trump, en la que demuestran con argumentos y hechos que Irán no representa ninguna amenaza para su país ni está en condiciones de llevar una guerra ofensiva contra sus vecinos. Si, en cambio, puede defenderse eficazmente en caso de ataque, causar graves y perdurables pérdidas al agresor e involucrar a Rusia en su defensa, desatando una guerra mundial.

No obstante las pruebas, las provocaciones belicistas continúan. El pasado 27 la cadena Fox irradió la filmación por un satélite israelí de lo que sería una nueva base militar iraní al oeste de Damasco. Como se sabe, la difusión del film prenuncia un ataque aéreo israelí que puede desatar la guerra.

El 6 de mayo debería celebrarse en Líbano la elección parlamentaria pospuesta desde 2014. De acuerdo a las previsiones, volvería a conformarse un gobierno de unidad nacional como el actual que mantuvo al país fuera de la guerra de Siria y le permitió  conceder a un consorcio ítalo-francés la explotación de dos campos gasíferos en el Mediterráneo, con tan mala suerte que uno de ellos es reclamado por Israel, cuyo ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, amenazó con la ocupación naval del campo.

El pasado viernes 2 la brigada antifraude de la policía israelí interrogó a Netanyahu y (por separado) a su esposa Sarah por las supuestas filtraciones de información privilegiada a Bezeq, el principal operador telefónico del país, a cambio de una cobertura favorable en un diario de la empresa. Después de 12 años de gobierno, Netanyahu está al borde del abismo y no le importa desatar una guerra de proporciones, para salvar el pellejo y los negocios.

Si el primer ministro cae, va a arrastrar a Jared Kushner, esposo de Ivanka Trump, quien por la empresa inmobiliaria de su familia tiene estrechos vínculos con el premier israelí. Ya el pasado 27 el jefe del Gabinete presidencial, el general John Kelly, le rebajó la certificación de seguridad por no completar la información solicitada desde hace meses por el FBI. Esta decisión implicó un duro golpe para el joven asesor presidencial quien, para su misión de buscar oficiosamente un acuerdo entre árabes e israelíes, precisa acceder a información sensible de inteligencia.

Acciones recientes de Jared e Ivanka en relación a Corea y Oriente Medio permiten dudar sobre si son más leales al presidente o a Netanyahu. Por ello, la degradación de Kushner pudo haber sido una advertencia del presidente al primer ministro israelí antes de su visita. De todos modos, este no tiene más salida que presionar a Trump para que lo apoye en una guerra contra Irán, su único escape de la cárcel. En su misión suicida lo secundan el Pentágono y los medios occidentales hegemónicos, pero difícilmente el presidente, por lo que la reunión del lunes amerita alquilar balcones. «