domingo, 27 de abril de 2014

Los mercenarios llevan la guerra al Este de Europa

27.04.2014 | "Contratistas" de la ex Blackwater compiten con empleados de una empresa militar rusa

Avanza la privatización militar del conflicto entre Ucrania y Rusia

 Más allá de las demandas puntuales de ciudadanos de ambos sectores, la información disponible permite afirmar que en muchos de los hechos puntuales ocurridos participaron efectivos de compañías particulares. 

Por: Eduardo Vior

 El confuso episodio en el que milicianos rusohablantes detuvieron en Slaviansk un ómnibus en el que viajaba personal militar de civil que aparentemente pertenecía a una misión de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) reavivó en el este del país el temor a la presencia de mercenarios estadounidenses, como ya había sido denunciado semanas atrás. El pasado 10 de abril el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso dijo que en Donetsk 150 contratistas de la empresa estadounidense Greystone Ltd. habrían sido empleados contra los manifestantes filorrusos junto con la policía ucraniana, la nueva Guardia Nacional y las milicias neonazis de Sector Derecho. Dos días después, otros informes de la misma ciudad referían la llegada al aeropuerto de más mercenarios norteamericanos. Según informes periodísticos británicos y estadounidenses citados por La Voz de Rusia, a mediados de abril la fuerza mercenaria total de Greystone en Ucrania ascendería a los 1800 hombres. No obstante, el pasado día 9 Tiffany Anderson, vocera de la empresa, desmintió que la firma esté actuando en ese país. Desde entonces no hubo nuevos posicionamientos.
La compañía militar privada Greystone Limited se ocupa del adiestramiento de fuerzas policiales y de operaciones de seguridad y sólo actúa en el exterior bajo contrato del Pentágono, del Departamento de Estado o de clientes extranjeros aprobados por el gobierno de Estados Unidos. Ucrania es un escenario ideal para el empleo de milicias privadas, porque la intervención de tropas regulares de la OTAN o rusas pondría al mundo al borde de la guerra. 
Desde el inicio de la revuelta de la plaza Maidan en Kiev en diciembre pasado, se denunció repetidamente la intervención de agentes occidentales. Junto con las milicias neonazis actuaron francotiradores que mataron a numerosos manifestantes. A pesar de que se conoció la conversación telefónica entre el canciller estonio, Urmas Paet, y la comisaria europea para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, en la que el primero informaba que quienes dispararon sobre la multitud y la policía estaban cercanos a los rebeldes, la investigación del gobierno golpista sobre estas muertes se arrastra sin resultados. La presencia de mercenarios se confirmó el 10 de marzo, cuando paramilitares angloparlantes uniformados, pero sin insignias, rescataron a funcionarios del gobierno ucraniano de un edificio administrativo de Donetsk sitiado por manifestantes pro-rusos. 
Según un informe de la agencia ITAR-TASS del 25 de marzo que cita una fuente del Servicio de Seguridad de Ucrania, los mercenarios occidentales se emplean en la detección de adversarios y en la protección de la seguridad estatal. La iniciativa es financiada por Ihor Kolomoyskyi, copropietario del PrivatBank ucraniano, y Serhiy Taruta, presidente de la Unión Industrial de la Cuenca del Don, la zona carbonífera del sureste, después de que fueron respectivamente designados gobernador de Dniepropetrovsk, en el centro, y del Donetsk. 
Greystone está registrada en las Islas Barbados. La compañía recluta personal en diferentes países a través de su subsidiaria Satelles Solutions Inc. La empresa, establecida hace 47 años, tiene origen en una organización de mercenarios registrada en 1967 por veteranos de los comandos británicos SAS. En aquel momento, la empresa se llamó WatchGuard International y se hizo conocida al fracasar en el primer intento de matar al líder libio Muammar Khadafi en 1971. Su segunda gran operación –junto con ex comandos SEAL retirados de la Marina estadounidense– fue durante la invasión a Irak entre 2003 y 2011. Greystone Limited es sólo una de las ramas de un gran emporio mercenario norteamericano que cambia permanentemente de nombre: hasta 2009 se llamaba Blackwater, luego Xe Services y Academi, y ahora US Training Center. El volumen de operaciones de los servicios militares privados en EE UU se estima en 200 mil millones de dólares. Altos funcionarios retirados del Departamento de Estado, la CIA y otros servicios de EE UU lideran habitualmente operaciones y empresas de servicios mercenarios. 
La agencia RIA-Novosti informó el 11 de abril que "el primer ministro ruso Vladimir Putin está considerando la propuesta del diputado Alexei Mitrofanov de crear un sistema de empresas militares privadas que presten servicios de protección a objetivos militares y en el entrenamiento de fuerzas militares aliadas en el exterior". Según Mitrofanov, las empresas podrían utilizarse para influir sobre gobiernos extranjeros. Ya el 28 de febrero medios occidentales informaron que uniformados sin identificación habrían ocupado un aeropuerto en Crimea. Se estima que son soldados de la empresa rusa Vnevedomstvenaya Ochrana que habitualmente trabaja para los ministerios de Defensa e Interior, o sea que la idea de Putin ya tiene forma. En tiempos de neoliberalismo también la guerra se privatiza.  «
 
 La derecha y los paramilitares en el poder
 
Al comenzar las protestas, los herederos del Ejército Insurgente Ucraniano (EIU) –que en la II Guerra Mundial luchó contra nazis y soviéticos– se unieron como Pravy Sektor (Sector Derecho, SD) para proteger a los manifestantes. Su líder es Dmytro Yarosh, de 42 años y militante nacionalista. SD es un partido paramilitar con 5000 militantes que en febrero de 2014 atacó a la policía con palos, cascos y bombas caseras. Ya con armas de fuego, el 20 de febrero provocaron la muerte de más de 60 personas, ocuparon las principales instituciones y derrocaron al presidente Yanukovich. Una semana después Yarosh dividió el partido en un bloque militar y otro político para presentarse a las presidenciales del 25 de mayo, pero el 24 de marzo cayó baleado Alexander Muzychko, jefe del oeste del país, y el 31 otro militante protagonizó un tiroteo que dejó tres heridos. El gobierno reaccionó reprimiendo a SD, pero sin ilegalizarlo.
"Svoboda" (Libertad) es un partido político nacionalista, populista y anticomunista, pero no enteramente nazi. Es una de las cinco mayores fuerzas políticas y concentra su electorado en el oeste. Es sucesor de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (ONU), fundada por Stepan Bandera en 1941 para auxiliar a los nazis. Su caudal electoral pasó del 0,16% en las legislativas del '98 a un 10,04% y 37 escaños en 2012, ocupando el cuarto lugar. En octubre de 2012 se sumó a la coalición opositora de centroderecha ahora mayoritaria. Tras el golpe de estado, Svoboda tiene la vicepresidencia y los ministerios de Defensa, Educación e Integración en la Unión Europea. 

El 27 de abril de 1979 fue un giro en la lucha antidictatorial

Una huelga irrepetible

Año 7. Edición número 310. Domingo 27 de Abril de 2014
La movilización obrera del 27 de abril de 1979
Sombras de olvido y sospecha ocultan todavía la huelga general del 27 de abril de 1979 a la memoria colectiva. Los protagonistas directos están muertos o muy ancianos, muchos sindicalistas se avergüenzan de las defecciones posteriores de algunos jefes de la jornada, para la “opinión culta” de derecha e izquierda se trató de una acción de la burocracia sindical y otros oportunistas que gozan “la gracia del nacimiento tardío” prefieren olvidarla, para que la Historia comience después de 1983 y puedan señalar con el dedo a todo sobreviviente del terror. Sin embargo, hace 35 años esta batalla fue el punto de inflexión en la resistencia contra la dictadura.
El gobierno de facto había sometido al movimiento obrero a duros ataques, pero desde el mismo golpe comenzó la resistencia, aunque inconexa y sin unidad. Ya en marzo de 1977 se formó una primera “Comisión de los 7” a la que se adhirieron otros sindicatos, hasta conformar en 1978 la “Comisión de los 25” que en junio de ese año fundó su brazo político semiclandestino, el Movimiento Sindical Peronista (MSP). En agosto de 1978 se escindió la dialoguista “Comisión Nacional de Trabajo”, pero “los 25” minaron sus bases ganando a seccionales y agrupaciones de los colaboracionistas. Se reunían en varios locales y casi nunca todos juntos. Uno de sus principales refugios era el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) de la Compañía de Jesús, en el actual barrio de Las Cañitas, donde el Padre Jacinto Luzzi coordinaba las reuniones. Ex profesor de Teología y Filosofía de la Universidad del Salvador, era un hombre pequeño, enjuto y siempre agitado (murió en 1986 por su enfisema de fumador empedernido). Con paciencia y constancia, entre 1977 y 1978 reunió a dirigentes sindicales opositores de las más diversas corrientes. Según me contó en junio de 1985 (la última vez que lo vi), los asesinos de los padres palotinos buscaban en realidad el CIAS para matar a los jesuitas y se equivocaron de edificio.
Me sumé a esa ronda a principios de 1978 de la mano de Julio D’Amato, ex asesor del Ministerio de Trabajo en 1975 y posteriormente asesor de Lorenzo Miguel hasta la muerte de éste en 2002. Lo había conocido antes del golpe en la CGT y lo encontré casualmente a mediados de 1977. Con él milité hasta mi ida a Alemania en 1980.
No había reuniones periódicas y su composición variaba. Recuerdo a Alberto Campos (UOM), Roberto García (Taxistas) y Abel Cuchetti (dirigente opositor de los telepostales). Otros asistían ocasionalmente. Nunca participé en los encuentros que se hacían en otros lugares, aunque (sobre todo durante 1979) mantuve reuniones con García, Alberto Campos, Carlos Cúster y Rodrigo Carazo (ATE), con Víctor De Gennaro y hasta me encontré clandestinamente con Alfredo Ferraresi a quien había conocido diez años antes en la CGT de los Argentinos. Yo tenía 28 años y nula experiencia sindical. Fui mensajero y enlace entre los dirigentes y otros sectores. De ese modo me tocó en octubre de 1979 vincular a los sindicalistas con los asesores del vicepresidente del PJ Deolindo F. Bittel (Carlos Chacho Álvarez, Alberto Iribarne, Chuzo Barbero y Norberto Ivancich) a quienes conocía desde JP Lealtad y aún antes (a algunos, desde el secundario). Ese grupo redactó el documento del PJ denunciando las violaciones masivas de los derechos humanos que fue presentado a la CIDH y casi cuesta la vida al escribano Bittel.
El 21 de abril de 1979 “los 25” convocaron a una huelga general por 24 horas para el día 27 demandando la restitución del poder adquisitivo del salario, el restablecimiento de las convenciones colectivas de trabajo, contra la reforma de las leyes de Asociaciones Profesionales y de Obras Sociales y por la normalización sindical. La dictadura reaccionó rápidamente convocando a los dirigentes al Ministerio de Trabajo, para responder un cuestionario. Ninguno de los interrogados respondió y 20 dirigentes fueron arrestados a la salida del Ministerio. No queda claro si Ubaldini también fue detenido o siguió organizando la medida de fuerza con el Comité de Huelga clandestino que previsoramente habían creado. El día 24 este comité ratificó la huelga, reclamando la libertad de los detenidos que finalmente fueron liberados tres días después de la medida. La paralización afectó principalmente el cinturón industrial del Gran Buenos Aires, las ciudades más importantes del interior del país, grandes fábricas del conurbano bonaerense y las líneas Roca, Mitre y Sarmiento. Comercio, servicios y transporte urbano funcionaron casi normalmente.
La huelga general de 1979 constituye una coyuntura interesante para apreciar, aún en forma parcial y limitada, el funcionamiento de la campaña de apoyo a los trabajadores a nivel internacional. Las reacciones internacionales se produjeron sobre todo a partir de la detención de los sindicalistas a la salida de la mencionada reunión en el Ministerio de Trabajo. Este hecho proporcionó a las organizaciones de exiliados la oportunidad de colaborar concretamente con los sindicalistas en suelo argentino, convocando a la solidaridad del sindicalismo internacional. La reacción de las organizaciones internacionales no se hizo esperar: las tres centrales mundiales enviaron telegramas pidiendo la inmediata liberación de los detenidos, numerosas centrales nacionales europeas (sobre todo la alemana, las francesas y españolas) presentaron inmediatas protestas y hasta voceros del gobierno de Estados Unidos manifestaron la preocupación del presidente Carter por los detenidos.
La huelga general de 1979 es una bisagra en la historia de las luchas populares argentinas. Aunque la dictadura todavía promulgó en 1979 su Ley Sindical disolviendo las organizaciones de tercer grado, en enero de 1980 nació la CGT Brasil y las huelgas se sucedieron, hasta que a fin de 1982 la CGT moviliza 30.000 personas a Plaza de Mayo. Más allá de su éxito coyuntural la huelga impidió la cooptación del sindicalismo por la dictadura y destruyó la carrera política de Emilio Massera, quien se quedó sin base para su proyecto populista. La protesta sirvió para marcar los límites del terrorismo de Estado y unificar un frente sindical variopinto que, conducido por Saúl Ubaldini, sostuvo la resistencia hasta el fin de la dictadura, y devolvió al peronismo protagonismo en la política argentina. No resolvió los problemas del sindicalismo ni superó la corrupción de muchos dirigentes, pero dio a los trabajadores un instrumento para la negociación. Este movimiento no debe ser idealizado, pero tampoco olvidado: fue único por su coyuntura, por el giro que dio a la Historia Argentina y por la magnitud del triunfo que lograron dirigentes y activistas tan comunes como los que lo protagonizaron. Cuando se escriba la Historia (con mayúsculas) de la dictadura, los procesos de lucha no violenta, grises y poco nítidos, recuperarán su lugar en la memoria colectiva y permitirán entender las derivas recientes de la sociedad argentina.

domingo, 20 de abril de 2014

Israel y Líbano, próximas potencias energéticas

El gas rediseña las alianzas en el Mediterráneo Oriental
La explotación de los nuevos yacimientos submarinos explica las recientes maniobras internacionales de Tel Aviv e influye sobre las próximas elecciones presidenciales en Beirut

La puesta en explotación en marzo de 2013 de los yacimientos submarinos de Tamar y Leviatán, 80 km al Oeste del puerto de Haifa, planteó el problema de su transporte hacia los consumidores. Inicialmente el endeudado Chipre se había hecho la ilusión de que en su territorio se instalara una planta de licuafacción, para trasladar después el gas israelí a Europa, pero a principios de la semana pasada Turquía y Egipto manifestaron interés en la construcción de gasoductos submarinos, para abastecer su creciente demanda. 
La incorporación de los nuevos yacimientos a la producción llega en un momento en el que se calcula que la demanda mundial de gas aumentará anualmente al 1,6%, para remplazar al carbón como segundo combustible fósil detrás del petróleo. Particularmente China está empeñada en cambiar su matriz energética, para combatir la contaminación del aire en sus megalópolis. 
En los últimos meses Israel ha firmado acuerdos de suministro de gas a Jordania y Palestina, pero las relaciones con ésta última se encuentran en crisis y de todos modos el consorcio Leviatán, concesionario del yacimiento más importante, necesita recuperar sus ingentes inversiones. Si los nuevos potenciales socios se confirman, se estima que ya en 2015 el combustible de Tamar y Leviatán puede estar fluyendo hacia ambos países por debajo del mar. Los socios se ilusionan incluso con la posibilidad de instalar en Suez una planta de licuafacción, para exportar el hidrocarburo a los mercados de Asia Oriental donde os precios son dos veces más altos que en Europa.
El régimen militar que gobierna Egipto está urgido en abastecer el mercado interno con gas barato, porque su propia producción de GNL está comprometida para los mercados asiáticos y el gobienro desea limitar el alza del costo de vida por razones politicas. La enorme represión que acompañó el derrocamiento del gobierno islamista de M. Mursi el año pasado y que aún se mantiene sólo puede justificarse ante la opinión pública, si no se reduce aún más el nivel de vida de la mayoría de la población. Los militares no olvidan que el alza del costo de vida fue uno de los factores que más contribuyó a la cólera de la población contra el régimen de H. Mubarak.
Las negociaciones entre el consorcio Leviatán y sus interlocutores turcos están centradas en la construcción de un gasoducto submarino capaz de transportar 10 mil millones de metros cúbicos de gas. El costo de su construcción se estima en 2.200 millones de dólares. Si el proyecto se concreta, el planeado poliducto que desde Azerbaiyán, a orillas del Mar Caspio, debe llevar petróleo y gas hasta los puertos mediterráneos de Turquía y de allí a Europa abriría a partir de 2019 enormes perspectivas para el gas israelí. El contrato de suministro por 25 años generaría importantes sinergias entre las economías de ambos países. 
"Egipto y Turquía necesitan recursos energéticos que nosotros tenemos. De este modo se crea una interesante convergencia regional de intereses," comentó un diplomático israelí a la agencia Reuters apuntando a las implicaciones estratégicas del posible acuerdo.
El consorcio Leviatán está compuesto por las empresas israelíes Delek Drilling, Ratio y Avner Oil, así como por la tejana Noble Energy. Si se ponen de acuerdo también con Egipto, compartirán el negocio con BP que ya tiene en Idku una planta de licuafacción. La idea es construir un gasoducto submarino hasta allí, para evitar los riesgos de atentados que implicaría llevarlo a través del desierto de Sinaí.
 
También en Líbano
La cuenca gasífera del Mediterráneo Oriental se extiende desde la costa norte de Israel hasta frente al litoral sirio, pasando frente a las márgenes libanesas. El intrincado conflicto y las cambiantes alianzas entre las facciones confesionales en este país han impedido hasta ahora la implementación de acuerdos de cooperación con grupos empresarios extranjeros, para explotar los yacimientos. Por esta razón las complicadas negociaciones actuales previas a la elección del nuevo Presidente de la República en mayo próximo están muy influenciadas por las perspectivas de negocios futuros en torno al gas submarino.
Ya en mayo del año pasado el Ministro libanés de Energía y Agua hizo el primer llamado a licitación para la exploración los yacimientos submarinos de gas y petróleo que en un 70% yacen en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Líbano. En ese momento se licitaron cinco de los diez bloques del yacimiento.52 empresas habían comprado los pliegos de las cuales 46 fueron consideradas eligibles. Entre las 12 mejor calificadas Anadarko (APC), Chevron (CVX) y ExxonMobil (XOM) fueron reconocidas como operadores; Marathon Petroleum (MPC) y Geopark/Petroleb, por su parte, como no operadoras. De acuerdo a la Ley libanesa de Recursos Petroleros Fuera de Costa las compañias seleccionadas deben formar un consorcio con por lo menos tres, de las cuales por lo menos una debe ser operadora. Sin embargo, la constitución del mismo debió postergarse ya tres veces por falta de un gobierno en funciones en condiciones de aprobar dos decretos imprescindibles: uno que delimite los bloques de exploración y otro que apruebe el modelo de exploración y producción propuesto por el consorcio. Luego de constituido un nuevo gobierno de coalición en marzo pasado se espera que el proceso de concesión retome su ritmo. 
Los recursos gasíferos libaneses deben ser vistos en el contexto de la Cuenca del Mediterráneo Oriental, que según la Oficina de Investigaciones Geológicas de EE.UU. incluye 1.700 millones de barriles de petróleo y 122 mil billones de pies cúbicos (cerca de 40 mil millones de metros cúbicos) de gas. Tanto bajo tierra como bajo el mar esta cuenca abarca territorios de Líbano, Siria, Israel, Palestina y se extiende hasta la ZEE de Chipre. Aunque comparativamente modesta por el volumen de sus reservas, la Cuenca del Levante tiene una enorme importancia estratégica, porque puede dar a los países de la región una gran autonomía político-económica. Por ejemplo, se calcula que el yacimiento israelí de Tamar puede satisfacer las necesidades energéticas del país durante veinte años. Leviatán contiene el doble y está convirtiendo a Israel en exportador de gas. Chipre, a su vez, descubrió el yacimiento Afrodita en 2011. 
Estos desarrollos recientes seguramente van a influir en la evolución de la guerra civil siria y sus conexiones internacionales, pero explican también en parte la intensificación de los contactos políticos entre Israel y Arabia Saudita.  Mientras que el desarrollo del petróleo y el gas de esquistos está independizando a Estados Unidos de los abastecimientos petroleros provenientes de la península arábiga y le permite progresivamente entenderse con Irán, el archienemigo regional de sauditas e israelíes, la perspectiva de autoabastecerse de hidrocarburos da alas a la política internacional de Tel Aviv. Dependiendo del lugar que Hezbolá consiga en la configuración del nuevo gobierno libanés y en la elección del próximo Presidente, podrá inferirse de qué manera la nueva riqueza puede influir en la busca de un acuerdo de paz que acaba con la guerra civil siria.

domingo, 6 de abril de 2014

La OTAN estrecha su cerco en torno a Rusia

Al ladrón, al ladrón

La segunda Guerra Fría entre la OTAN y Rusia se agudiza actualmente en Ucrania, pero se extiende mundialmente a través de la geopolítica del petróleo y el gas
Aún antes de haber completado la ocupación de Ucrania, la alianza occidental ha adelantado el nuevo movimiento para completar el cercamiento de Rusia: el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, acordaron el viernes 4 en Estanbul la construcción del gasoducto transanatólico que debe transportar el gas azeri a puertos del Medtierráneo, obviando el existente poliducto que atraviesa Georgia, el norte del Cáucaso, el sur de Rusia y Ucrania. Combinado con la oferta norteamericana de proveer a Europa Occidental de Gas Natural Licuado (GNL) y la propuesta alemana de intensificar la explotación de hidrocarburos no convencionales en Europa Central y Oriental, esta nueva iniciativa está destinada a neutralizar la capacidad de presión que Rusia aún mantiene como principal proveedora de gas de Europa Central y Occidental. Al bloquear a Rusia, los estrategas occidentales esperan rendirla por agotamiento económico y así sitiar a China. Pero el disparo puede salirles por la culata.

Después de salir de sus conversaciones con el primer ministro turco, el eterno presidente de Azerbaiyán declaró el viernes 5 que su país piensa invertir alrededor de 20 mil millones de d ólares en lae conomía turca en os próximos años.“Va a ser la mayor intervención de Azerbaiyán en el exterior,” dijo Aliyev en una conferencia de prensa y añadió que ambos países tienen un cierto número de proyectos energéticos “que han superado los límites regionales y ganado escala global.” “Los proyectos de construcción de ductos entre Baku, Tbilisi y Ceyhan, entre, Baku, Tbilisi y Erzurum, así como el poliducto Transanatólico (TANAP, por su sigla en inglés) han cambiado el mapa energético del mundo,” subrayó. El presidente aazeri también resaltó las “buenas posibilidades y perspectivas” de la cooperación militar entre los dos países.

Azerbaiyán es desde la época zarista el gran productor de petróleo y gas a orillas del Mar Caspio y mantiene con Armenia un conflicto limítrofe irresuelto en el Monte Karabach. Pueblo de origen turco, desde la caída de la Unión Soviética se alió a Turquía y Uzbequistán. No obstante, hasta el reciente golpe de estado en Ucrania y la salida de este país de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), respetó los contratos de suministro de petróleo y gas usando los ductos de la época soviética que atraviesan el sur de Rusia y Ucrania. El nuevo anuncio debe entenderse como un signo de su reorientación estratégica y parte del rediseño en curso de las fronteras entre Rusia y sus enemigos. También el momento del anuncio es significativo: al vencer el domingo 30 en las elecciones municipales, el primer ministro Erdogan se fortaleció y quedó libre para retomar la iniciativa en materia de política exterior.

Si EE.UU. y la Unión Europea (UE) pensaron que el otorgamiento del préstamo del FMI por 18.000 millones de dólares a Ucrania (que apareja condiciones cruelísimas) y el anuncio de nuevas "ayudas" de la UE paralizaría la iniciativa rusa, se equivocaron. El mismo viernes el ministro ruso de Agricultura, Nicolai Fyodorov, anunció que "si Ucrania abandona la CEI, deberemos proteger a los productores agrarios rusos", lo que en buen castellano se llama erigir barreras aduaneras y dificultar el ingreso de productos agrarios ucranianos a Rusia. Paralelamente, mientras escribo estas líneas, activistas prorrusos ocupan las administraciones regionales de Jarkov, Donetsk y Lubansk, en el oriente de UCrania, exigiendo la federalización del país. 

La versión oficial occidental de los hechos es que en Ucrania se produjo un alzamiento popular contra un gobierno autoritario y corrupto que culminó en su destitución por el parlamento, a lo que habrían seguido las ilegales "invasión" y "anexión" rusas de Crimea. Consecuentemente, el gobierno provisional de Ucrania debería ser apoyado y asociado a la Unión Europea. En la versión rusa, en Ucrania se produjo un "golpe blando" impulsado por EE.UU. y ejecutado por neonazis que derrocaron un gobierno legítimo. Como los golpistas amenazaban los derechos de la mayoría de población rusohablante de Crimea, ésta se alzó y en un referendo proclamó su incorporación a Rusia.

La realidad contiene elementos de una y otra versión. Indudablemente el gobierno de Vladimir Yanukovich era corrupto, pero no más que el resto de la oligarquía ucraniana (como su archirrival Julia Timochenko) con la que se enfrentaba. Ciertamente a la vanguardia del golpe de estado estuvieron milicias neonazis, pero en el alzamiento participaron otros sectores (como los conservadores de V. Klishko) con los que el gobierno habría podido dialogar, si hubiera tenido más cintura. Indiscutiblemente la sesión de la Rada que derrocó al presidente violó los procedimientos constitucionales. También es verdad que los derechos de la minoría rusohablante en Crimea y en la mitad oriental de Ucrania están amenazados por los nacionalistas ucranianos que dominan el gobierno en Kiev. Sin embargo, esto no legitima el referendo realizado en Crimea, por una población no originaria y que, por consiguiente, no puede arrogarse por sí sola la representación de un "pueblo crimeo" inexistente.

Rusia fue sorprendida por el golpe de estado en Ucrania y careció de flexibilidad para negociar con Alemania una salida de compromiso. Con este golpe EE.UU. quebró todos los equilibrios geopolíticos construidos desde el siglo XVII y colocó sus fuerzas en condiciones de avanzar directamente hacia Moscú. La OTAN no puede esperar que, ante esta amenaza Rusia no reaccione. Ante el equilibrio de fuerzas militares en la región, probablemente Vladimir Putin acuda a un conjunto de medidas de desestabilización de Ucrania: el alza del precio del gas, las barreras proteccionistas contra la importación de productos agropecuarios, la sublevación de la minoría rusa en Ucrania oriental y la amenaza militar en la frontera. Pero no va a poder revertir rápidamente el corrimiento de las fronteras entre los bloques y las empresas rusas van a sentir las sanciones crediticias occidentales. Si no se llega a algún acuerdo a través de la mediación alemana, el líder ruso va a tener que abrir nuevos frentes, para distraer la presión occidental sobre sus fronteras. Uno de ellos va a ser revisar las alianzas estratégicas de las grandes empresas rusas del sector energético: Gazprom y Rossnet.

En este punto el conflicto se mundializa. La estrategia expansionistas del imperio norteamericano ha lanzado al mundo a una segunda Guerra Fría que, al igual que la primera, se va a desarrollar "candentemente" en distintos escenarios internacionales. A diferencia de la primera, en cambio, va a utilizar más preponderantemente herramientas de guerra económica, especialmente en el sector energético. No sólo por el rediseño del mapa petrolero como consecuencia del boom del petróleo y gas de esquistos, que apuntan a dar a Estados Unidos el autoabastecimiento hasta 2020, sino también por la conglomeración de corporaciones y de capitales financieros asociados que se hace necesaria por el volumen de las inversiones actuales es previsible que la nueva Guerra Fría influya en Argentina en tanto país petrolero. Habrá que seguir muy atentamente el rediseño de las alianzas internacionales en el sector y su influencia en nuestro país.