jueves, 31 de diciembre de 2015

Rusia y EE.UU. sacan ventajas antes de hablar de paz

LA CUADRATURA DE LA MESA REDONDA SIRIA

Eduardo J. Vior 31 de Diciembre de 2015 | 12:00
El pasado viernes 25, el mediador de Naciones Unidas para el conflicto sirio, Staffan de Mistura, anunció que los representantes del gobierno de Damasco se reunirán el 25 de enero en Ginebra con "el más amplio espectro posible de la oposición siria" para negociar un acuerdo de paz. De Mistura puso así en marcha la resolución unánime del Consejo de Seguridad de la ONU del pasado día 18 que implementa un plan negociado por las grandes potencias en Viena en noviembre. Entre tanto, ambas alianzas en lucha contra el Estado Islámico (EI) avanzan militarmente, para mejorar sus posiciones en la negociación, poniendo por momentos en riesgo los acuerdos alcanzados.
Por una parte, al matar a ZahranAllush y a otros cinco líderes del Jaish al-Islam (Ejército del Islam) al oeste de Damasco, la aviación rusa logró este domingo un gran triunfo. Este grupo estuvo hasta hace poco tiempo estrechamente aliado con el Frente al Nusra(Al Qaeda), pero también ha luchado contra el EI y (bajo presión saudita)se ha sumado a la iniciativa de paz. Con esta muerte Rusia apoyó la decisión del presidente Assad de no negociar con los grupos islamistas.
Al noroeste de Alepo, en tanto, el ejército sirio rechazó tres ofensivas de al Nusra contra la ciudad de Bashkoy, una posición clave sobre una de las rutas que llevan a la frontera turca y que el gobierno conquistó en febrero pasado. Al mismo tiempo, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS, una alianza entre kurdos y árabes suníes apoyada por Estados Unidos) arrebataron el viernes 25 al Estado Islámico (EI) la estratégica presa de Tishrin, sobre el río Éufrates, a apenas 22 kilómetros aguas arriba de Rakka, la capital del "Califato". El lunes 28 siguieron avanzando sobre Manbí, importante nudo carretero al nordeste de Alepo. Como en simultáneo desde el suroeste y el oeste se acercan respectivamente el ejército sirio y otros grupos rebeldes, al converger las tres ofensivas aislarían la zona ocupada por el EI de la frontera turca e introducirían en Siria un desconocido experimento de convivencia entre fuerzas hasta hace poco enfrentadas.
Mientras tanto, en la sureña provincia de Dera’a el ejército sirio, apoyado por la aviación rusa, recuperó el estratégico cruce carretero de Shaij Maskin y avanza hacia la frontera jordana. La suma de estas operaciones, más los intercambios confesionales organizados por la ONU y la conquista de la central ciudad de Homs, devuelven a Damasco el control de la faja occidental del territorio. Le bastaría con negociar con las FDS en el norte para formar una sólida coalición anti EI y acabar la guerra.Bashar al Assad marcó el terreno el jueves 24, al manifestar su disposición a cesar el fuego y a negociar con todos los grupos “no terroristas”, pero como hasta ahora el mandatario aplicó esta definición a todos los alzados en armas, el alcance que dé a esta restricción condicionará la cantidad de sillas en torno a la mesa de negociaciones.
Como es usual, la resolución de la ONU está llena de ambigüedades. Por un lado se acordó que, al entrar en vigor el alto el fuego, se forme un gobierno de unidad nacional que en el plazo de 18 meses llame a elecciones para constituir un gobierno laico y representativo, pero no se definió si Assad puede participar en el mismo ni qué pasará con él más tarde. Se prevé asimismo que la ONU supervise sobre el terreno el cese de hostilidades, pero no dice nada sobre las áreas en las que las fuerzas leales luchan contra grupos islamistas diferentes al EI. Ante tantas imprecisiones la conferencia puede romperse en cualquier momento, pero es de esperar que el extendido cansancio de guerra y la necesidad de acabar con el Estado Islámico fuercen a todos a buscar un acuerdo. Por lo pronto 2016 va a comenzar jalonado por crecientes ofensivas militares con las que las partes buscarán mejorar sus posiciones para negociar.Ojalá que en estos prolegómenos nadie se pase de la raya y arruine la esperanza. «

lunes, 28 de diciembre de 2015

El populismo conservador acosa a la elite de Washington

OPINIÓN
TRUMP ACORRALA A EE UU

Eduardo J. Vior 28 de Diciembre de 2015 | 12:00
Originariamente la élite del Partido Republicano había previsto que en las elecciones presidenciales de noviembre próximo el ex gobernador de Florida, Jeb Bush, asegurara la continuidad de su dinastía, pero el alzamiento del americano medio, blanco, masculino, trabajador o de clase media, de edad mediana, racista, proteccionista, anti-inmigrante y aislacionista ha puesto al país de cabeza. Es la campaña de la calle contra Wall Street y su vocero es un multimillonario selfmademan salido del pobrísimo Queens neoyorquino: Donald Trump.
La recesión provocada por la crisis financiera de 2007 terminó a mediados de 2009 y la economía estadounidense no ha cesado de crecer desde entonces, pero la desigualdad y la precariedad laboral persistentes hacen quemuchos hombres blancos de edad media y baja instrucción no puedan formar familia por carecer de trabajos (y domicilios) estables. Las estadísticas muestran la baja de la población anglosajona y el aumento de los latinos y asiáticos con familias numerosas. Los blancos pobres y de clase media reaccionan entonces con odio contra las instituciones del país y se identifican como "el pueblo" contra "los de arriba".
En ese terreno abonado creció el yuyo Donald Trump. El viejo (tiene casi 70 años) empresario inmobiliario expresa la bronca de "los de abajo". Al contrario de los líderes demócratas y republicanos, Trump rechaza el libre comercio, es proteccionista, está a favor de aumentar los impuestos a las fortunas y se opone a las intervenciones en el exterior. Al mismo tiempo quiere expulsar a 11 millones de indocumentados y construir un muro en la frontera con México. Por todo esto lidera las encuestas con el 39% de las preferencias republicanas contra el 19% de Ted Cruz. A nivel nacional, con el 43,7% de las intenciones de voto, se ha acercado peligrosamente al 48,9% de Hillary Clinton.
Donald Trump es el último populista. El populismo es una corriente genuinamente estadounidense que apareció en la década de 1830, cuando el general Andrew Jackson movilizó a las masas de colonos blancos contra la élite de Washington, los indios, los negros y las importaciones británicas. Lo siguieron sucesivamente Abraham Lincoln, Teddy Roosevelt, Dwight Eisenhower, Ronald Reagan y una miríada de caudillos regionales. Se alimenta de la fragmentación y el parroquialismo propios de la sociedad norteamericana. Siempre está liderado por caudillos ricos o poderosos. La construcción de antagonismos entre "arriba" y "abajo" le sirve para construir identidades unificadoras. Su fuerza reside en su capacidad para salvar las fracturas y diferencias que el capitalismo produce mediante un discurso patriótico que une a las masas con el Estado.
Sin embargo, el caudillo sabe que para ganar las elecciones debe apelar también a otros grupos (corporaciones, mujeres, iglesias, afroamericanos). Donald Trump ha sido largamente el preferido de la Casa Blanca y el establishment demócrata para dividir al Partido Republicano, polarizar la opinión y movilizar en 2016 a una nueva coalición "arco iris" como la que en 2009 llevó a Barack Obama a orillas del Potomac. La beneficiaria debería ser ahora Hillary Clinton. Pero, ¿y si, desencantados por Obama, los pobres y desplazados se quedan en sus casas, mientras que las bajas clases medias y trabajadores ungen al supermillonario?
Donald Trump tiene hoy la chance cierta de ganar las elecciones de noviembre próximo. Los estrategas demócratas deberían prever un plan B, antes de que las asambleas de Iowa den en enero el campanazo de partida para una campaña electoral que puede cambiar el país… para mucho peor.

viernes, 25 de diciembre de 2015

El acuerdo firmado en Colombia es una excepción

Verdad, justicia transicional y resarcimiento

Alcira B. Bonilla

Representantes del gobierno colombiano y las FARC–EP difundieron el 15 de diciembre pasado el Acuerdo sobre las Víctimas del Conflicto, que incluye la Jurisdicción Especial para la Paz y el Compromiso sobre Derechos Humanos. 
Representantes del gobierno colombiano y las FARC–EP difundieron el 15 de diciembre pasado el Acuerdo sobre las Víctimas del Conflicto, que incluye la Jurisdicción Especial para la Paz y el Compromiso sobre Derechos Humanos. Este acuerdo se centra en “el resarcimiento de las víctimas”, para el reconocimiento de los derechos de las víctimas, la rendición de cuentas, la no repetición, el enfoque territorial, diferencial y de género y la seguridad jurídica y constituye un modelo para la superación de procesos violentos, así como una advertencia contra el mal uso de la justicia transicional.
Componen el Sistema Integral cinco mecanismos interrelacionados: Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, Unidad especial para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, Jurisdicción Especial para la Paz, Medidas de reparación integral para la paz y Garantías de No Repetición. Después de la firma de este documento quedó expedito el camino hacia un tratado definitivo de paz y su sometimiento a referendo.
La Jurisdicción Especial para la Paz sienta un paradigma de justicia transicional, porque comprende varias salas de justicia que incluyen la de Amnistía e Indulto y el Tribunal para la Paz y ejercerá sus funciones respetando los derechos fundamentales, exceptuando de amnistía e indulto los delitos de lesa humanidad, el genocidio y los crímenes de guerra graves.
Una vez más después de la transición democrática de fines del siglo XX se discute en América Latina sobre la definición y alcances de la justicia transicional, ahora para recuperar la unidad nacional colombiana en base a memoria, verdad, justicia y reparación. El Centro Internacional para la Justicia Transicional define el concepto como “una justicia adaptada a sociedades que se transforman a sí mismas después de un período de violación generalizada de los Derechos Humanos” (CIJT 2009).
Para el caso colombiano, el acuerdo sobre la Jurisdicción Especial para la Paz tiende no sólo a castigar crímenes y excesos del pasado y a brindar reparaciones a sus víctimas, sino también a evitar la “justicia por mano propia”. En efecto, los excesos, violaciones de los Derechos Humanos e injusticias cometidas en situaciones transicionales van desde la muerte de inocentes falsamente acusados hasta la “lapidación mediática” (E. R. Zaffaroni), que consiste en la construcción en los medios de una historia falsa de colaboración o de grave violación de las leyes, para culpabilizar injustamente a una persona o grupo al amparo de cierta impunidad de los comunicadores sociales y el anonimato de la Web. Como es de público conocimiento, las violaciones de los Derechos Humanos en Colombia han producido la desaparición forzada de personas, asesinatos sumarios, torturas indescriptibles y la apropiación de bienes y personas. Resulta por consiguiente auspicioso que el proceso de justicia transicional propugnado se centre justamente en las víctimas.
Si bien las conversaciones y acuerdos se han realizado bajo la garantía de Cuba y Noruega, esta transición se diferencia de otros casos europeos y africanos por haber surgido y ser llevado a cabo por la misma sociedad afectada.
Aunque la mayor parte de las democracias de nuestra América ya se ha consolidado, el proceso colombiano actual permite plantear igualmente un “nunca más” para los intentos de pseudo-justicia transicional propugnados por algunos líderes políticos que pretenden anular derechos haciéndose justicia al margen de las instituciones jurídicas.  

lunes, 21 de diciembre de 2015

La derecha española saquea Argentina para perpetuarse

OPINIÓN
ESPAÑA NO ES PORTUGAL

Eduardo J. Vior 21 de Diciembre de 2015 | 12:00
Las elecciones generales españolas han dado un ganador neto, el partido de izquierda Podemos (20,65%), y tres perdedores: en primer lugar, el Partido Popular (PP), de Mariano Rajoy, que, aunque primero con más del 28,70% de los sufragios, quedó lejos de la mayoría absoluta y sin socio para formar gobierno de coalición. En segundo lugar, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de Pedro Sánchez, que con el 22,02% cosechó el peor resultado de su historia desde 1977. Y cuarto Ciudadanos (C's), de Albert Rivera, el partido liberal que debía ayudar a perpetuar al PP en el gobierno,que alcanzó el 13,93 por ciento. Aunque la eventual alianza PSOE-Podemos supera a su posible contrincante PP-C's por unas pocas bancas, ninguna de las dos coaliciones alcanzaría a priori la necesaria mayoría absoluta de 176 diputados.
La clave pueden darla los partidos pequeños. Si bien la alianza Unidad Popular (UP), formada por Izquierda Unida (IU) y ecologistas, obtuvo menos del 4% de los votos, podría contribuir, con el apoyo de nacionalismos regionales, a formar una coalición de centroizquierda "a la portuguesa". Sin embargo, el tamaño de la economía española, los intereses de sus empresas en el mundo árabe y en América Latina, el compromiso de su elite con la monarquía, el peso de sus fuerzas armadas, la imbricación hispano-germana y el sentido reaccionario de su derecha tornan prácticamente imposible una salida por izquierda.
Arrastrando los votos socialistas desencantados, Podemos arrasó en las grandes urbes, en Euzkadi y en Cataluña, representando a sectores trabajadores y medios empobrecidos que buscan por izquierda una alternativa a la democracia borbónica. Aunque ha recuperado Andalucía y Extremadura, en tanto, el PSOE ha perdido el resto de credibilidad que le quedaba por haber defendido a la familia real en casos de corrupción y haber sostenido al rey Juan Carlos hasta su abdicación en 2014. También su centralismo ante el secesionismo catalán le costó muchos votos.
A su vez, Ciudadanos se desinfló en las últimas semanas, cuando se hizo evidente que era una creación sólo mediática. El PP, por su parte, logró mantenerse como primera fuerza gracias al voto rural, de las ciudades pequeñas y medianas y de los suburbios de la capital. El caudal obtenido, empero, no le permite formar gobierno solo ni en compañía de Ciudadanos.
Es altamente improbable que el PSOE se suicide entrando en una coalición a la alemana, ya que AngelaMerkel parece una guardia roja al lado de la derecha española. El fin del bipartidismo que sostuvo a los Borbones desde 1977 puede cuestionar la unidad del Estado. No es casual, entonces, que Rajoy haya revivido al rey emérito en los prolegómenos de esta elección.
La elite española y sus socios europeos necesitan la continuidad del neoliberalismo en España, para obturar las necesarias reformas democráticas. Al no poder explotar más a su pueblo, buscan financiar el modelo con una renovada expansión en Argentina y Venezuela, para la que acudieron al rey emérito. Después del fin de su romance con la aristócrata germano-danesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein (2004-14) Juan Carlos de Borbón fue obligado a abdicar el año pasado, para limitar el alcance de los eventuales reclamos de la hasta entonces representante comercial del monarca.
A cambio del favor, el PP y la dirigencia empresaria mandaron al anciano Borbón a la asunción de Mauricio Macri, para que abriera la puerta al retorno de las empresas españolas al Plata. Esta gestión incluyó la oferta de comisiones a ministros y funcionarios que colaboren. Por eso el gobierno argentino tiene tanto interés en la continuidad de Mariano Rajoy.
Este entramado de intereses y la perspectiva de que las corporaciones hispanas nuevamente "hagan la América" sugieren que la corona y los conservadores van a impedir por todos los medios que la izquierda forme gobierno y, si aquella intentara una alianza amplia a la portuguesa, Felipe VI y Rajoy no van a tener empacho en aplicar medidas de excepción.
El régimen político de la democracia borbónica ha caído, los Borbones no.

lunes, 14 de diciembre de 2015

El voto español del 20-D nos atañe directamente

LA CRISIS SE PROLONGA

Eduardo J. Vior 14 de Diciembre de 2015 | 12:00
El 20 de diciembre el pueblo español concurre a las urnas para elegir nuevas Cortes y la mayoría de los gobiernos autonómicos, sin que pueda predecirse el resultado. Si bien el Partido Popular (PP)aparece como primera fuerza, pierde cerca de veinte puntos respecto a las elecciones de 2011 y deberá formar un gobierno de coalición. Lo siguen el Partido Socialista (PSOE) y el centrista Ciudadanos (C’s), pero el izquierdista Podemos viene arrimando y puede salir tercero. A esta altura sólo es predecible que se terminó el bipartidismo que caracterizó a la democracia borbónica desde 1977.
De acuerdo a las encuestas de este domingo, el PP pactaría con C’s. Si bien aritméticamente también podrían ser posibles una gran coalición PP-PSOE o la suma de PSOE, Podemos y Ciudadanos, todos los analistas coinciden en la primera opción.
Según el diarioABC, el PP obtendría un 28,3% y entre 117 y 124 escaños, mientras que el PSOE sacaría un 21,2% y de 83 a 85 diputados y Ciudadanos saldría tercero, con el 18,1% de los votos y 59-63 diputados. Podemos, a su vez,ascendió la semana pasada un punto hasta el 17,7%, lo que le daría 50-53 bancas.Éste último ganaría en Barcelona que ya gobierna en coalición.
Por su parte, El Mundo analiza el voto por comunidades: el PP retrocede en las más pobladas (Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia), mientras que e  PSOE saldría tercero detrás de C’s en Castilla y León, Canarias, Murcia, Cantabria y La Rioja. Superados también por Podemos, en Madrid los socialistas llegarían cuartos.En Cataluña la coalición de Podemos (En Comú-Podem) se impondría a los nacionalistas y también en el País Vasco se acerca al nacionalista PNV. Tras los cuatro partidos mayoritarios vienenlos independentistas catalanes ERC (izquierda republicana) y Democràcia i Llibertat. El avance de Podemos es una sorpresa, ya que había perdido mucha intención de voto, pero ahora ya lucha por el tercer puesto.
En tanto, los inversores esperan calmos el resultado electoral, aunque reclaman nuevas medidas económicas. Algunos consideran que una coalición PP-C’s puede facilitar su adopción, pero otros advierten que el multipartidismo puede paralizar la toma de decisiones. A su vez, otrosseñalan los efectos regionales y locales del cambio de régimen político, ya que “algunos gobiernos autonómicospodrían romperse y producir cierta inestabilidad".
El bipartidismo termina, pero la política económica neoliberal se mantendrá, aunque, en una coalición con el PP, C’s podría moderar algunas aristas retrógradas, especialmente en educación y cultura. Por el contrario, Ciudadanos –que levanta la consigna del “cambio sensato”- va a presionar para que se flexibilice aún más el mercado de trabajo, facilitando los despidos y liberalizando la oferta de cursos de reciclaje profesional para desempleados, dos exigencias que ni populares ni socialistas pueden aceptar por sus apoyos respectivamente en la central empresaria y los sindicatos. Tampoco está claro, si una coalición con los centristas ayudaría a la derecha a negociar con los nacionalistas catalanes que pujan por separarse de España.
El 20 de diciembre se acaba el sistema de partidos que gobernó desde 1977 y llevó a España al desastre actual, pero probablemente la crisis continúe. Y cuanto más dure la parálisis ibérica, mayor será la tendencia de sus empresas a llenar sus arcas en los países donde tienen inversiones. O sea que los latinoamericanos deberemos seguir pagando por el temor del pueblo español a salir del marasmo neoliberal.

lunes, 7 de diciembre de 2015

La cumbre de París esconde los planes de las potencias

EL CLIMA COMO PRETEXTO

Eduardo J. Vior 07 de Diciembre de 2015 | 12:00
La brutal represión contra las manifestaciones ecologistas y la consecuente amenaza de Anonymus de hackear las comunicaciones pusieron el lunes último el marco previsible a la apertura de la Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático que está sesionando en París durante estas dos semanas. El estado de emergencia vigente en Francia, que obstaculiza las protestas, y la artificial prolongación de la crisis económica en los países emergentes, tienden a que la conferencia no adopte ningún compromiso vinculante y que los países occidentales puedan seguir adueñándose impunemente de los combustibles fósiles.
Los 195 países participantes se han comprometido a reducir sus emisiones de anhídrido carbónico. Sin embargo, las delegaciones continúan divididas en torno a la adjudicación de responsabilidades por el daño ambiental y a quién tiene la obligación de ayudar financiera y tecnológicamente a los países de menor desarrollo en la conversión de sus modelos energéticos.
Desde que en Río de Janeiro se firmó en 1992 el Acuerdo Marco sobre el Cambio Climático, dentro de la ONU se partió del presupuesto de que los países industrializados serían los principales encargados deayudar a reducirlas emisiones de CO2 en todo el mundo. Sin embargo, en el borrador actualmente en discusión dichas potencias derivaron esta responsabilidad a "los países que estén en condiciones de hacerlo". Este lenguaje lavado tiende a diluir las responsabilidades y a que no se adopten compromisos vinculantes.
Por el contrario, los veinte presidentes latinoamericanos que participaron en la apertura de la conferencia coincidieron en que el programa de acción que se adopte en París debe ir de la mano con la promoción del desarrollo económico y la disminución de la desigualdad.
En particular, Evo Morales y Rafael Correa responsabilizaron al capitalismo por los actuales problemas del planeta e instaron a las economías más desarrolladas a contribuir a la solución de los mismos.Asimismo propusieron la creación de Corte Internacional de Justicia Ambiental.
En su defensa las principales potencias occidentales sostienen que, a diferencia de la Conferencia de Río de Janeiro en 1992, ahora, además de los países desarrollados y otros en vías de desarrollo, estarían también los países emergentes que bien podrían sacrificarse para contribuir a reducir el calentamiento global.
La transformación de la economía global requiere una acción conjunta y bien financiada, compromisos formales y una autoridad arbitral que sancione los incumplimientos, pero los países industrializados de Occidente hacen oídos sordos. Reduciendo el crecimiento de la economía mundial y agudizando la especulación financierabuscan evitar que los países emergentes retomemos el impulso de la década pasada. De ese modo aumentan su uso de combustibles fósiles baratos, sin que crezca el consumo total de los mismos. En estas condiciones no es de esperar que los próximos días traigan en París compromisos serios para salvar la vida de cientos de millones de personas y la existencia del Planeta. «

viernes, 4 de diciembre de 2015

El terrorismo islámico se financia con el narcotráfico

VIERNES
4 DE DICIEMBRE DE 2015
  

La ola del terror

¿Quién se olvidó un paquete en Bamako?


¿Quién se olvidó  un paquete en Bamako?
Por Eduardo J. Vior
Inmediatamente después de la masacre en París el pasado viernes 13, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, John Brennan, advirtió que el Estado Islámico (EI) planeaba nuevos atentados. Cinco días más tarde fue atacado el Radisson Hotel Blu en Bamako, capital de Malí, donde 21 personas fueron asesinadas. Sin embargo, las dudas sobre la autoría y los motivos del ataque son sintomáticas de las confusas relaciones existentes entre los servicios de seguridad occidentales y los grupos islamistas. Nuevamente el lunes 23 en el norte del país fueron asesinados seis soldados del contingente de la ONU que provenían de Burkina Faso.
Tanto el Frente de Liberación de Malina (FLM) como el Murabitún se adjudicaron el atentado en Bamako. Del primero sólo se sabe que es una reciente organización islamista de la etnia Fulani, un pueblo nómade de unos 40 millones de habitantes repartidos por todo el Sahel. En Malí ese pueblo islámico ocupa la central región de Malina.
Mucho más interesante, en cambio, es el segundo grupo, llamado Al Murabitún en referencia a los almorávides, el reino mauritano que en el siglo XII asoló el norte de África y la España musulmana. Se trata de un grupo creado en 2012 por Mojtar Belmojtar, un argelino hoy de 43 años, que se ha atribuido la masacre de Bamako “con la participación de al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)”. El ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, se apresuró a adjudicarle la responsabilidad sin mayores evidencias.
Belmojtar y AQMI tienen una larga relación con la CIA que, a su vez, coopera estrechamente con la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) de Francia. Tanto el primero como los segundos fueron entrenados por la agencia norteamericana en Afganistán, adonde el argelino llegó en 1991. En 1993 Mojtar fue devuelto por la agencia a Argelia, donde integró el Grupo Islámico Armado (GIA), una de las organizaciones más temibles en la guerra civil que azotó el país norafricano en la década de 1990.
El jefe islamista se instaló desde entonces en el desierto del sur. En enero de 2007 el GIA se transformó en Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y se alió con el Grupo Islámico Combatiente de Libia (GICL) que la OTAN utilizó en 2011 en el levantamiento contra Muamar Gadafi después de cuyo derrocamiento ambos grupos se fusionaron, aunque manteniendo una cierta división de tareas: en tanto muchos libios fueron enviados a Siria a reforzar al Frente Al Nusra, los argelinos se dedicaron al tráfico de cigarrillos y armas y la toma de rehenes en los países más al sur (Chad, Níger, Malí y Mauritania). En esos territorios los terroristas se mimetizaron con los pueblos nómades, ingresando en el tráfico de la cocaína que, procedente de Colombia, llega a África Occidental por Cabo Verde y ambas Guineas (Bissau y Conakry), para tomar la ruta del paralelo 10 norte (por eso conocida como “ruta 10”) desde la que salen los empalmes hacia la costa mediterránea y Europa.
No por casualidad la fusión de los grupos yihadistas en Magreb coincidió en 2007 con el desempeño de Robert S. Ford como embajador de Estados Unidos en Argel. Entre 2004 y 2006 Ford había trabajado en la embajada en Bagdad bajo las órdenes de John Negroponte, el mismo que veinte años antes había organizado a los contras para luchar contra el gobierno sandinista en Nicaragua. En 2010 Ford fue designado embajador en Siria, donde comenzó a organizar a los grupos rebeldes, incluidos Al Nusra y el EI.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, hay que sospechar de la adjudicación de los atentados a Belmojtar. Para saber quién pudo haber estado detrás de ambas operaciones en Malí, habría que aclarar a quiénes beneficiaron. En primer lugar, indudablemente, al gobierno francés en su búsqueda de apoyos para sus intervenciones en África y Levante. En segundo lugar benefició a Al Qaeda en su competencia con el Estado Islámico y, por elevación, a su principal apoyo, Qatar, que la utiliza contra los gobiernos laicos de la región. Pero, ¿por qué en Malí?
La mayoría de los grupos islamistas que deambulan por el desierto entre Libia, Argelia, Malí y Níger se financia con el tráfico de cocaína, armas y migrantes. Entre 30 y 40 toneladas de cocaína atraviesan cada año África Occidental en procura del mercado europeo y, recientemente, por Somalia también llega heroína desde Afganistán. Aunque los cárteles latinoamericanos retienen la mayor ganancia, funcionarios de los sucesivos países de paso, jefes tribales y milicianos islamistas cobran también sus comisiones. También la DEA norteamericana está envuelta y probablemente en gran escala. Un estudio de la ONU calcula que por este comercio en África Occidental se recaudan anualmente unos 800 millones de dólares.
Ninguna de las milicias a lo largo del paralelo 10 podría sobrevivir sin apoyos extranjeros. El Emirato de Qatar financia en Libia a Ansar al Sharia, el grupo islamista que controla Trípoli. Esta fuerza se sostiene gracias a los continuos embarques de armas que llegan a la occidental Misrata de donde proviene. Algunos milicianos y pertrechos han alcanzado ya el sur del país donde los tuaregs tratan de quitar a los tubus, un pueblo nómade recientemente refugiado en Libia y apoyado a su vez por los Emiratos Árabes Unidos (EAU), el control del tráfico transahariano. Urgido por controlar la expansión del Estado Islámico, Qatar alcanzó este lunes 30 un alto el fuego entre ambas partes. No obstante, los combatientes africanos recientemente reclutados están retornando a sus países. Particularmente Dakar, en Senegal, pero también Yaundé y Duala, en Camerún, se consideran especialmente amenazadas por atentados. 
Probablemente el islamismo golpeó en la capital malí porque alguien “se olvidó” de despachar un cargamento de cocaína ya pagada, pero puede golpear en cualquier punto del camino de la droga, incluso en nuestro continente. La imbricación entre servicios occidentales, islamismo, tráfico de drogas, armas y personas extiende el radio de acción de los terroristas y universaliza los efectos de sus atentados.

domingo, 29 de noviembre de 2015

En Levante las potencias dirimen sus intereses petroleros

GUERRA DE GASODUCTOS EN EL CIELO SIRIO

Eduardo J. Vior 29 de Noviembre de 2015 | 12:00
El derribamiento de un Su-24 de la Fuerza Aeroespacial Rusa en la frontera entre Siria y Turquía el pasado martes 24 reavivó la lucha por el control de los gasoductos que deben llevar el fluido a Europa y está realineando los bloques internacionales.
El disparo del caza turco no sólo liquidó el proyecto de gasoducto Irán-Irak-Siria-Chipre-Grecia, sino que también hundió el Turkish Stream, la tubería rusa que atravesaría el Mar Negro, para entrar a Europa por la parte europea de Turquía.Sin embargo, por carambola acabó asimismo con el competidor árabe-turco que, partiendo de Qatar, debía pasar por Jordania, Siria y Turquía y llegar a Europa por las islas griegas. En las tres opciones el destinatario habría sido Europa. La diferencia residía en quién habría controlado el pasaje del fluido.
Por supuesto que en la guerra en Siria se dirimen cuestiones más complejas que la traza de los gasoductos, pero como el control sobre los flujos energéticos a través del país levantino influirá sobre el abastecimiento de Europa con hidrocarburos abundantes y baratos, en la nación árabe chocan los intereses de todas las potencias.
Los tres factores que ayudarán a largo plazo a mantener controlados los precios mundiales del gas y el petróleo, que los países occidentales necesitan para relanzar su crecimiento, incluyen el incremento de las exportaciones petrolíferas de Irán gracias al reciente acuerdo nuclear, la amplia y flexible oferta de petróleo y gas de esquistos bituminosos de Estados Unidos y la baja persistente de la demanda energética de los países emergentes mediante la prolongación de su crisis actual.
Este mercado del petróleo con buena oferta podría conducir a precios más elevados que los actuales 60 dólares por barril, de modo de justificar la cara producción norteamericana, pero muy por debajo de los máximos alcanzados hasta 2014. Para alcanzar este objetivo es necesario ampliar la oferta de gas y petróleo a través de Siria. Desde el punto de vista norteamericano, derrocar a Assad y evitar que Rusia controle los flujos de gas hacia Europa es un objetivo central, porque Washington se entiende con sauditas y kataríes y quiere asegurarse la obediencia europea.
Recep Tayyip Erdoğan ordenó el derribamiento del avión ruso, porque EE UU necesitaba marcar la cancha, pero las sanciones económicas que Moscú impuso a Ankara restablecieron el empate en Levante. Al mismo tiempo, como la prolongación de la guerra ya afecta a Francia y ésta, junto con otros países de Europa Continental, necesita romper su exclusiva dependencia energética de norteamericanos y sauditas, el presidente François Hollande busca el acuerdo con Alemania y Rusia. Alemania ya anunció que sus tropas remplazarán en Malí a la Legión Extranjera, que intervendría en Siria contra el Estado Islámico, si París se entiende con Damasco.
A su vez, el premier británico David Cameron apura la intervención del Reino Unido en el país árabe para evitar quedar marginado de la política europea. Sin embargo, dado que Rusia está en condiciones de impedir cualquier vuelo sobre Siria, los occidentales deben entenderse con ella para poder bombardear objetivos terroristas allí. Ante la ampliación de la alianza dirigida por Moscú, Washington deberá decidir ahora si aumenta la apuesta y arriesga allí un choque con Rusia y roces con sus aliados europeos, o si acepta las condiciones impuestas y colabora en la lucha contra el EI.
El resultado de esta pulseada decidirá si el control que Rusia hoy tiene sobre el cielo sirio se traducirá en poder sobre los gasoductos que atravesarán el suelo del castigado país una vez que la guerra termine.  «

lunes, 23 de noviembre de 2015

Los negocios aúnan a servicios occidentales y terroristas

MIRADA II
DERECHO INTERNACIONAL O BARBARIE

Eduardo J. Vior 23 de Noviembre de 2015 | 12:00
Los brutales atentados del EI en París llevaron a los gobiernos y pueblos europeos a la guerra contra la milicia islamista que los EEUU y sus aliados habían demorado largamente por consideraciones tácticas, aunque sin que se definieran los objetivos, el modo y la conducción de la guerra. Un recién desclasificado documento de la Agencia de Inteligencia para la Defensa de EE UU de 2012 muestra que al principio de la guerra en Siria los gobiernos occidentales se aliaron con Al Qaeda y otros grupos islamistas para erigir un “principado salafista” en el este de Siria, derrocar al presidente Bashar al Assad y dividir el país. El informe demuestra que las potencias occidentales sabían desde el principio que la oposición siria está animada por el islamismo radical y contaban con la formación de un EI.
No se trata de un caso aislado, sino que es parte de una red de relaciones grises entre los estados occidentales, empresas, gobiernos de Levante y África y organizaciones criminales y terroristas que en las zonas controladas cobran impuestos y aranceles, rescate por secuestros y obtienen ganancias por el comercio de bienes varios, en tanto desde el exterior fluyen las donaciones del Golfo y de la propia diáspora. Para asegurar el financiamiento, los terroristas prefieren, empero, movilizar recursos internos, como los somalíes de Al-Shabab, que exportan carbón vegetal por U$S 80 millones al año. Diversas milicias de Afganistán, en tanto, exportan el 90% del opio mundial por el que ingresan U$S 150 millones al año.
A su vez, al Qaeda en el Magreb Islámico, que controla una extensa zona del Sáhara, se financia mediante secuestros de extranjeros (100 millones) y el tráfico de cocaína que desde Colombia llega a Guinea y es transportado a los puertos mediterráneos para alcanzar Europa. Además de los colombianos, de este tráfico se benefician gobiernos, empresas de transporte y milicias varias en la ruta hacia el norte. A este tráfico se añade el de las decenas de miles de migrantes que cada año atraviesan el desierto hacia los puertos libios y tunecinos.
Como las rutas son conocidas y el tráfico se concentra en pocos nodos, no debería ser difícil cercenar esas redes, pero las agencias occidentales especulan con el control de informaciones, el espionaje y las operaciones encubiertas que les permiten sus contactos con las redes terroristas, una trama de vínculos grises que abarca hasta Europa. Sin embargo, en los últimos meses la firma del acuerdo 5+1 con Irán y la masiva entrada de Rusia en la guerra en Siria apoyando al gobierno de Al Assad cambiaron la historia. EE UU y sus aliados están haciendo negocios con los ayatolas en desmedro de las monarquías árabes, en tanto que la intervención rusa en Siria obliga a los occidentales a seguirlos. En Occidente las posiciones sobre el conflicto se reparten entre el intervencionismo imperialista, el liberal y el pacifismo, pero nadie considera el acatamiento del Derecho Internacional. El desencadenamiento de la guerra obliga a las potencias occidentales a abandonar su ambivalencia hacia el terrorismo islamista y a someterse a la conducción rusa, pero solamente el camino del Derecho Internacional puede asegurar que la victoria sobre el terrorismo conduzca a un mundo más civilizado. La alternativa es Derecho o barbarie. «

miércoles, 18 de noviembre de 2015

La secesión de Cataluña puede afectar a Argentina

TIEMPO Y SALIVA PARA SALVAR A ESPAÑA

Eduardo J. Vior 18 de Noviembre de 2015 | 12:00 

La fuga hacia adelante de las derechas española y catalana está agudizando la crisis del Estado español y favoreciendo una salida monárquico-militar con consecuencias internacionales. Con la vista puesta en las elecciones generales del 20 de diciembre próximo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat, Artur Mas, sobreactúan sus diferenciassobre la decisión del Parlement catalán del pasado lunes 9 que inauguró el proceso de secesión de Cataluña para formar una república independiente.
La doble crisis estatal y gubernamental que afecta al país y a la autonomía está empantanada. La desobediencia catalana ante la orden del Tribunal Constitucional del Estado del miércoles 11, para que suspendan la separación, los halla sin gobierno, dado que el minoritario bloque de la CUP (Candidatura de Unitat Popular, de izquierda autogestionaria e independentista) rechaza votar al nacionalista derechista Artur Mas (Convergencia Democrática de Catalunya, CDC) como presidente de la Generalitat. Sin gobierno electo, Cataluña no puede segregarse ni Madrid negociar o sancionar a alguien. Mas fracasó en un segundo intento por conseguir la mayoría parlamentaria y espera ahora alcanzar un compromiso antes del plazo legal del 10 de enero. Si para entonces no hay gobierno, se celebrarán nuevas elecciones regionales en marzo.
La CUP ha hecho públicas las bases "mínimas" para poder alcanzar un acuerdo con Junts pel Sí (JxS, Juntos por el Sí, la alianza de CDC con Esquerra Republicana de Catalunya/Izquierda Republicana, ERC) en las que exige la "ruptura democrática" hacia la independencia, un "plan de choque de emergencia y urgencia social" y un "proceso constituyente popular y no elitista". Mientras que CDC confía en que nuevas elecciones le devuelvan parte de los 20 parlamentarios perdidos en junio pasado, CUP teme los comicios, porque la intención de voto antisecesionista supera ya en un punto a la independentista.
Entre tanto, Esquerra, como tercero en discordia, se beneficia de la parálisis de las negociaciones. Aunque integra JxS, dejó que CDC y CUP se rompieran los cuernos mutuamente, para después de las elecciones generales, a las que ERC se presenta sola, proponer un gobierno de coalición que impulse la separación.
En Madrid, mientras tanto, las cosas no andan mejor. Con una intención de voto de menos del 30% en todas las encuestas, el Partido Popular (PP) ha dilapidado más de 15 puntos respecto a las generales de 2011 (44,6% y la mayoría absoluta en las Cortes) y sólo podrá gobernar en coalición, quizás con los liberales de Ciudadanos (C's), y con el apoyo parlamentario de algún partido regional, ya que no es previsible que forme una gran coalición con los socialistas del PSOE. Para reafirmar su liderazgo y movilizar a sus huestes, entonces, Rajoy se presenta como adalid del centralismo, aun con el riesgo de encender la mecha.
El rey Felipe VI, por su parte, advierte con tono calmo contra la división de España. En su declaración oficial del jueves 12 defendió la unidad del pueblo español "que es la base de su convivencia en paz y libertad" y prometió defender la Constitución.Se sabía acompañado por la cúpula militar que discretamente ya se puso a disposición de Mariano Rajoy. Curiosamente, el mensaje lo hizo directamente, saltándose al ministro de Defensa. Si el catalanismo de derecha se sigue potenciando con el PP y después del 20 de diciembre tampoco se forma gobierno en Madrid, puede desatarse una catástrofe con repercusiones en Europa y América Latina, particularmente en Argentina donde la radicalización del Partido Popular puede arrastrar al PRO. Es de esperar, por el contrario, que una Generalitat de compromiso y un gobierno central de coalición (¿sin Rajoy?) impulsen negociaciones sensatas que podrían conducir a un pacto para reordenar en sentido federal el Estado de las autonomías.Éste debería regular las condiciones para una eventual autodeterminación.Sin embargo, esta solución requiere tiempo, buena voluntad y mucha saliva, condiciones imprescindibles para evitar el choque de trenes. «

domingo, 15 de noviembre de 2015

Los atentados en París entrañan riesgos para Argentina

UN PEARL HARBOR EN EL SIGLO XXI

Eduardo J. Vior 15 de Noviembre de 2015 | 12:00
El ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre dio al presidente Franklin D. Roosevelt el argumento deseado para vencer la resistencia del Senado y meter a Estados Unidos de cabeza en la Segunda Guerra Mundial. Como entonces, quizás los bárbaros atentados del viernes por la noche en París sirvan para que los países occidentales salgan de la ambigüedad y se comprometan junto con Siria, Irak, Rusia e Irán en la guerra contra el terrorismo del Estado Islámico (EI).
En una entrevista con parlamentarios franceses en Damasco, el presidente sirio Bashar al Assad declaró el sábado por la mañana que "Francia está sufriendo lo que Siria viene soportando desde hace cinco años". El mandatario convocó a las potencias occidentales a dejar de lado su ambivalencia y a luchar junto con su gobierno contra el terrorismo islámico.
Los yihadistas eligieron Francia como blanco por la gran población musulmana que habita allí (siete por ciento del total), porque la discriminación a la que este grupo es sometido alienta la radicalización de sus jóvenes, por la permeabilidad de sus fronteras, para castigar las intervenciones militares galas en África y Levante y para provocar el ingreso abierto de París en la guerra contra el islamismo en Siria e Irak. Obligando a Occidente a entrar en una lucha frontal, el EI espera convertirse en "abanderado de los creyentes" y eliminar a otras facciones islamistas que mantienen diversos lazos con las monarquías del Golfo y EE UU.
El atentado debería también hacer repensar a las potencias europeas sus relaciones con Washington, ya que es evidente que falló la coordinación de inteligencia entre los aliados. Un atentado de estas dimensiones tiene que haber sido detectado previamente por uno o más servicios de informaciones. ¿Por qué no lo impidieron? Una de las primeras respuestas hay que buscarla en el conflicto estratégico entre la Casa Blanca y el Pentágono: los generales no tienen interés en proteger a la población, y mucho menos a la europea, sino en mandar tropas a Siria e Irak para neutralizar la influencia rusa e iraní. Por eso les conviene que el EI siembre el terror en Europa.
Mientras Francia comenzaba su duelo y la policía buscaba a los criminales fugitivos, en Viena se reunía la ya previamente agendada conferencia de cancilleres sobre Siria. Durante la misma el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, apeló a EE UU y sus aliados occidentales a dejar de apoyar a los grupos terroristas en Siria y a coordinarse con Rusia en la lucha tanto contra el EI como el Frente al Nusra (al Qaeda) y otras formaciones islamistas, para alcanzar una solución militar y política que traiga la paz definitiva a Levante. Ahora comenzarán las especulaciones tácticas sobre el modo y el alcance de la colaboración con Rusia, pero ni siquiera los más reticentes en el Pentágono podrán soslayarla. Los atentados de París son una bisagra histórica.
En este contexto es imprescindible que Argentina mantenga su política internacional de paz y no alineamiento. No es de excluir que en la región haya células islamistas "dormidas", pero no actuarán, si no se les da un pretexto. Por eso también debemos evitar la alianza automática con los Estados Unidos a la que Mauricio Macri nos quiere empujar. Durante la Segunda Guerra Mundial nuestro país mantuvo sabiamente su neutralidad. Aunque debemos mantenernos atentos y vigilantes ante el terrorismo, es recomendable que ahora tampoco nos involucremos en la lucha entre las potencias por el poder mundial. «

viernes, 6 de noviembre de 2015

Se expande el escándalo por la guerra contra Irak

VIERNES
6 DE NOVIEMBRE DE 2015

El alineamiento con Estados Unidos

Si Tony Blair cae, Gran Bretaña se hunde


Si Tony Blair cae,  Gran Bretaña se hunde
Por Eduardo J. Vior
Después de que el pasado domingo 1 el conservador Mail on Sunday denunciara que poco antes de comenzar la invasión a Irak, en marzo de 2003, el entonces primer ministro Tony Blair había ordenado a sus ministros destruir el peritaje en que el Procurador General, lord Goldsmith, consideraba ilegal el ataque al país levantino, se generalizó el escándalo que envuelve a la elite británica. Si se comprobara que Blair entonces mintió y actuó ilegalmente, en teoría podría ser procesado por crímenes de lesa humanidad, pero en su caída se llevará a muchos. Por eso hay tal batahola en el reino.
La oficina de Tony Blair desmintió la versión publicada por el pasquín de Rupert Murdoch, según la cual un innombrado ex funcionario de la oficina del primer ministro habría dicho que este ordenó a sus ministros “destruir y quemar” el informe que el procurador había elevado el 7 de marzo de 2003 (tres semanas antes de la guerra) en el que advertía contra la ilegalidad de la planeada invasión a Irak.
Aún no queda claro, si esta versión está incluida en el informe que la comisión parlamentaria de investigaciones sobre la guerra contra Irak, presidida por sir John Chilcot, está elaborando desde 2009. La comisión acabó de tomar testimonios en 2011 y se supone que aún está elaborando el informe cuyo retraso se ha convertido en un escándalo nacional y da pábulo a todo tipo de conjeturas. Finalmente, el pasado jueves 29 Chilcot anunció que el informe será terminado en abril de 2016. 
Anticipándose a la publicación del mismo, en tanto, Tony Blair dio el domingo 25 de octubre una entrevista a CNN en la que se disculpó parcialmente por el modo en que se llevó la guerra contra Irak y sus consecuencias, pero no por la guerra misma. No obstante, reconoció que la guerra pudo haber conducido al surgimiento del Estado Islámico (EI). Durante la entrevista, Blair insistió en que el servicio de inteligencia exterior británico, el MI6, “se equivocó”, y lo indujo a tomar decisiones equivocadas. Sin embargo, tanto los informes del entonces embajador británico en Washington, Christopher Meyer, como los del jefe del MI6 de aquel momento, Richard Dearlove, muestran que en Washington se estaba preparando una patraña. Blair sabe que los servicios de inteligencia británicos no “erraron”, sino que –al igual que los estadounidenses– ajustaron sus informes a las decisiones políticas previamente tomadas. 
Por su parte, Bush admitió ya en 2008 que las armas de destrucción masiva no existían, aunque culpó a la inteligencia por su “error”. Sin embargo, numerosas investigaciones periodísticas han demostrado que Estados Unidos, el Reino Unido y España difundieron informes falsos para justificar la invasión a Irak. Vale decir que primero se tomó la decisión de invadir y luego se fabricaron “los informes” que “demostraban” la existencia de armas de destrucción masiva.
Luego de dejar el gobierno en 2007, Blair se dedicó a los negocios y a representar a la Unión Europea como “mediador para la paz en Medio Oriente”. En la prensa británica abundan señalamientos sobre los enormes ingresos que obtuvo de su combinación entre tareas diplomáticas y empresarias. Tuvo un papel destacado en la fusión de grandes empresas de alimentos, en la asesoría de la empresa petrolera PetroSaudí, en el gobierno de Kuwait, en fondos de los Emiratos Árabes, de Corea del Sur, de la empresa Louis Vuitton, de J.P. Morgan y de empresas de energía. Se le atribuye una fortuna de 130 millones de euros que él, empero, niega.
La Comisión Chilcot, integrada por cinco miembros, ha interrogado al propio Tony Blair, a funcionarios, diplomáticos y jefes de inteligencia. Ha prestado atención a los preparativos de la guerra y, en particular, a las conversaciones previas entre Blair y Bush. A principios de 2015 recibió la inesperada ayuda del hacker Guccifer, quien penetró y difundió la correspondencia secreta del buzón electrónico privado de Hillary Clinton, cuando esta era secretaria de Estado (2009-13). En uno de esos documentos de marzo de 2002 (un año antes de la guerra) el secretario de Estado Colin Powell informaba al presidente George W. Bush que Tony Blair apoyaba el plan de invasión a Irak.
En auxilio de Blair, empero, el pasado 2 de noviembre la televisión rusa reveló que nuevos mensajes de correo electrónico de Hillary Clinton publicados por el Departamento de Estado dan cuenta de que el ex premier intentó en 2011 detener el bombardeo de Libia y que los países occidentales negociaran con Muammar Gaddafi. Después de que estalló la guerra civil en febrero de ese año, Blair habló en repetidas ocasiones con el líder libio y afirmaba en sus mails a Clinton que “la mano derecha” de Gaddafi era un hombre razonable, instándola a no “humillar” al jefe árabe. Según el conservador Daily Mail el ex primer ministro se refería probablemente a Moussa Kussa, último ministro de Relaciones Exteriores de Gaddafi, o al ex jefe de inteligencia, Abdullá Senussi, involucrado en el atentado de Lockerbie donde en 1988 murieron 270 personas.
Con su declaración a CNN el ex primer ministro intentó anticiparse a la publicación del informe Chilcot. En cambio, su intento de culpar al servicio de espionaje parece una venganza por las denuncias sobre sus negocios en Medio Oriente. La publicación rusa sobre su intento de mediación en la crisis libia en 2011, en tanto, se dirige contra David Cameron, uno de los responsables de la invasión al país africano que llevó al caos actual y a la implantación allí del EI.
Indudablemente Tony Blair es un criminal y debería ser acusado ante la Corte Penal Internacional, si –como dijo recientemente un diplomático árabe– esta no fuera sólo para “negros y morenos”. No obstante, no es el único responsable por la masacre y el despojo de Irak. Hay muchos culpables más en los palacios reales y ministeriales de Europa, así como en los lobbies de Washington. Si el informe Chilcot culpa al ex premier, este no dudará en arrastrar a muchos otros grandes en su caída. Por eso los conservadores lo están atacando tan ferozmente. Tony Blair puede derrumbarse, pero consigo puede hundir al reino.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Turquía marcha hacia la polarización y la guerra

OPINIÓN
Ganó Erdoğan y perdió la paz

Eduardo J. Vior 02 de Noviembre de 2015 | 12:00
En las elecciones parlamentarias celebradas ayer, el Partido de la Justicia y el Desarrollo de Turquía (AKP, por su sigla en turco) del presidente Recip Taryip Erdogan logró la mayoría absoluta y gobernará nuevamente en solitario. El AKP obtuvo el 49,4% de los votos y 317 diputados en la Asamblea Nacional sobre un total de 550. De este modo reconquistó ocho puntos porcentuales perdidos en la elección del pasado 7 de junio y 59 bancas.
Con este resultado se resolvió la crisis generada por la imposibilidad de formar gobierno monocolor y la incapacidad de los cuatro partidos con representación parlamentaria para entenderse en una coalición. El triunfo le dio la razón a la estrategia del presidente de agudizar el conflicto con la minoría kurda (30% de la población y mayoritaria en el sureste), presionar a Europa con los refugiados sirios y afganos, aprovisionar junto con Saudi Arabia a los rebeldes islamistas en el norte de Siria, mientras bloquea a los kurdos, e intervenir en combinación con el alto mando estadounidense en Siria e Irak para frenar a Rusia e Irán.
El AKP es una formación islamista conservadora heredera de los Hermanos Musulmanes que está en el poder desde 2002. El apoyo electoral que disfruta se debe a que Turquía tuvo desde entonces un fuerte crecimiento económico de signo neoliberal que su gobierno compensó con políticas “islámicas” de asistencia a los campesinos y los pobres. Al mismo tiempo Erdogan consiguió controlar a los militares que durante décadas fueron los custodios de la laicidad del Estado en la tradición de Mustafá Kemal “Atatürk”, el fundador de la Turquía moderna. No obstante, su partido se ha visto involucrado en escándalos de corrupción y censura que afectaron su credibilidad.
En junio pasado el ingreso al parlamento del multiétnico y pluriconfesional Partido Democrático de los Pueblos (HDP), con el 13% de los sufragios (el piso es del 10%), suscitó la esperanza de que esta fuerza mediara en el conflicto interétnico y preservara a Turquía de la tormenta regional. Sin embargo, las provocaciones gubernamentales llevaron al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) a cesar el alto el fuego que regía desde 2013 y dos atentados atribuidos al Estado Islámico (EI) causaron 130 víctimas entre participantes en sendas manifestaciones por la paz. El AKP aprovechó la polarización para con el sentimiento nacionalista mayoritario y acorraló al HDP que, no obstante, mantuvo su status parlamentario con 57 diputados (contra los 80 anteriores). Además siguen en el parlamento el Partido Republicano Democrático (CHP, socialdemócrata), con 132 bancas, y el Partido de Acción Nacionalista (MHP) con 80 representantes.
La intervención de Erdogan en Siria acarreará la ampliación de la guerra a toda la región, la expansión del EI, el cierre del mercado ruso para las exportaciones turcas por un valor de 10 mil millones de dólares, la no construcción del gasoducto transanatólico por Gazprom (sin que, a cambio, los norteamericanos puedan construir su planeada tubería desde Qatar al Mediterráneo), el resurgimiento de la guerrilla del PKK y nuevos enfrentamientos étnicos y confesionales con kurdos y alevitas (otro 20% de la población) en las ciudades del oeste del país.
El triunfo también agravará la situación internacional en su conjunto, porque consolida la alianza del presidente turco con los halcones del Pentágono, Londres y París contra el intento de Vladimir Putin y Barack Obama para reequilibrar Levante, perpetúa su chantaje a Europa con los refugiados, debilita a Angela Merkel agudizando las tensiones entre los tres millones de ascendencia turca y kurda que habitan en Alemania y posterga la construcción de los gasoductos que Europa tanto necesita para asegurar su abastecimiento energético.
Lejos de traer la paz, su victoria profundiza los conflictos internos, regionales e internacionales. Erdogan ha vencido, Turquía, Levante y Europa han perdido.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Justin Trudeau revierte la tendencia neoconservadora

CANADÁ SUEÑA CON UN GOBIERNO LINDO

Eduardo J. Vior 21 de Octubre de 2015 | 12:00 
Justin Trudeau, desde el lunes nuevo primer ministro de Canadá, es el político que todo asesor de imagen busca: lindo, inteligente, trabajador, bien casado con una mujer hermosa y tres hijos. Además, sueña con reconstruir el "modelo canadiense" que su padre Pierre Elliot Trudeau construyó entre 1968 y 1984, aunque para ello deba superar múltiples fracturas.
Trudeau ganó por trabajo y simpatía, pero también por el rechazo que suscitó el autoritarismo y elitismo del conservador Stephen Harper (2006-15). La exención de impuestos para los más ricos, los ajustes que agravaron el déficit presupuestario, la participación en las guerras en Libia y Siria, la liberalización de la tenencia de armas, el espionaje sobre las vidas de civiles no sospechosos, la xenofobia contra los inmigrantes y las malas relaciones con el gobierno de Barack Obama trasvasaron sus votos a los liberales. Subvalorar a Trudeau fue su último y definitivo error.
En la Costa Atlántica, castigada por el desempleo en la pesquería y los astilleros, los liberales vencieron a los socialdemócratas del Nuevo Partido Democrático (NDP en inglés, NPD en francés) con la promesa de financiar durante tres años la recuperación productiva con déficit presupuestario.
En la francófona Québec, en tanto, el Partido Liberal (LP en inglés, PL en francés) resucitó después de 20 años. En 2011, todavía, el NDP/NPD ganó allí la mayoría, pero su aceptación de que las jóvenes musulmanas presten el juramento de ciudadanía con el velo puesto volcó ahora a los votantes hacia los liberales.
En la central industrial Ontario los liberales reconquistaron después de diez años los suburbios de Toronto. Al mismo tiempo ganaron terreno también en Ottawa, el norte y otras regiones de la provincia.Los liberales se opusieron exitosamente a la ley que permite quitar la ciudadanía a aquellos inmigrantes que cometan delitos y prometieron aumentar el número de refugiados sirios hasta 25 mil, aunque exigen que los inmigrantes (especialmente los musulmanes) acaten los valores y símbolos de la mayoría.
Aunque las praderas occidentales siguen siendo un bastión conservador, los liberales y socialdemócratas han hecho pie en las ciudades de la región.El Oeste es la región de más rápido crecimiento de Canadá, pero está muy golpeado por la baja de los precios del petróleo y el gas y requiere apoyo de Ottawa.
También a la Columbia Británica, sobre el Pacífico, llegó la ola liberal que, de sólo dos bancas pasó a 14 y se acercó a las históricas 16 que Trudeau  padre conquistó en 1968.
Los liberales prometen mejorar el financiamiento de la infraestructura, las jubilaciones y pensiones y el medio ambiente. Durante tres años se proponen gobernar con déficit, para después equilibrar el presupuesto mediante una economía en crecimiento, pero, para lograrlo, ya pronto deberán superar serios desafíos:ratificar el Tratado de Asociación Transpacífica (TPP), negociar con las provincias y autonomías el financiamiento de las jubilaciones y pensiones, volver a subsidiar la pesquería atlántica y el cierre de las minas de carbón en el Oeste del país, abolir las penas especiales para inmigrantes sin malquistarse con la opinión pública mayoritaria, competir por el crédito con los mercados financieros, retirar la fuerza aérea de Siria sin descuidar la defensa, etc.
Con las banderas de la tolerancia y el pluralismo, Trudeau padre venció al independentismo quebequense y mantuvo la unidad de Canadá. Pronto se verá hasta qué punto la “política positiva” del nuevo premier basta para mantener unido el país fracturado que los conservadores dejan. «

lunes, 19 de octubre de 2015

Obama aprovecha internamente la ofensiva rusa en Siria

CON LA AYUDA DEL AMIGO RUSO

Eduardo J. Vior 19 de Octubre de 2015 | 12:00
A pesar de que Barack Obama y sus principales funcionarios relativizan en público la efectividad de la intervención rusa en Siria, en verdad están felices de que sea Vladimir Putin quien limpie el país de islamistas y les evite ceder a la presión de sus propios generales. La omnipresencia de los Sujoi en el cielo sirio les da la excusa, para dedicarse a ayudar a los kurdos a combatir al EI y postergar sine die el derrocamiento de Al Assad, mientras buscan el camino hacia negociaciones de paz. Retrasar la solución de los problemas, empero, no siempre ayuda a resolverlos. Como demuestra el primer debate entre los precandidatos demócratas celebrado el martes 13, en Washington nadie sabe qué hacer en Levante.
Contra la versión de los voceros de Putin, la ofensiva de la Fuerza Aérea y Aeroespacial rusa no ataca principalmente al EI, sino a grupos sostenidos por Turquía, Saudiarabia, Katar y la CIA que en los últimos meses habían conquistado la norteña provincia de Idlib. Los bombardeos apoyan alas fuerzas sirias, iraníes, libanesas y rusasadevolver al gobierno el control sobre el oeste del país como paso previo para derrotar al EI y condicionar las futuras negociaciones de paz.
La claridad y coherencia de la alianza antiislamista dirigida por Rusia se corresponde con la falta de estrategia de Washington, queha perdido el control sobrelos apoyos del islamismo (Turquía, Saudiarabia y Katar) y no sabe cómo salirdel laberinto mediooriental.
Obama insiste en que la ofensiva rusa en Siria es una respuesta desesperada a las sanciones económicas occidentales posteriores a la reincorporación de Crimea. Lo repitió el domingo en "60 minutos" de CBS. La mayoría de los medios norteamericanos lo criticó por ello, subrayando que el débil es él. Por el contrario, Paul Craig Roberts, ex subsecretario del Tesoro de Reagan (1981-89), devenido fuerte crítico de la política exterior, sostiene queen el talk-show el presidente dio un giro de 180º y se despidió de la estrategia neoconservadora que lo encadenaba(http://www.zerohedge.com/news/2015-10-11/paul-craig-roberts-decisive-shift-power-balance-has-occurred). Al final del fragmento dedicado a Siria el mandatario negó que la solución pase por el solo envío de cientos de miles de soldados a Levante. Este vuelco –afirma Roberts- libera a Obama de la presión de los generales de EEUU y debe ser apoyado para que su efecto no se diluya. No obstante, reconocer el fracaso de la estrategia aplicada todavía no implica contar conotraalternativa. Fue especialmente evidente en el primer debate entre los cinco precandidatos demócratas en CNN el martes 13. Todos callaron sobre los inmensos problemas geopolíticos que el gobierno de Obama dejará sin resolver.Sin embargo, la mayor parte de los conflictos actuales proviene de decisiones adoptadas por Hillary Clinton como secretaria de Estado (2009-13) por las que los demócratas deben responsabilizarse. El reconocido fracaso de la estrategia de Washington en Levante y su falta de alternativaspermiten a Rusia discutirnuevamente el poder mundial. Con ese objetivo debe llevar a buen fin la guerra en Siria e Irak y asumir un rol arbitralenla región. A Obama por ahora le conviene que Putin le saque las castañas del fuego.
Mientras que los neoconservadores continúan fieles a la estrategia de la guerra permanente, los demócratas postergan la formulación de políticas para Levante y delegan en Rusia la lucha contra el EI. Fiel a la regla de las campañas electorales estadounidenses, en la de 2016 la política exterior tampoco ocupará un lugar importante,pero el retraso estratégico de Washington hará que Rusia fije la agendapara el Medio Oriente.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Con los tratados EE.UU. busca una ventaja estratégica

El TPP, un arma de guerra

Eduardo J. Vior 14 de Octubre de 2015 | 12:00
Cuando se fracturó el mercado mundial por la crisis de 1930, las principales potencias capitalistas delimitaron sus áreas comerciales y monetarias de exclusivo dominio. Los argentinos sufrimos durante 12 años el tratado Roca-Runciman de 1933 que nos convirtió en el "sexto dominio" del Imperio Británico. Esta división del mundo en bloques económicos limitó el comercio mundial, retardó la recuperación después de la crisis y fue uno de los factores coadyuvantes para el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El pasado lunes 5 EE UU, Japón y diez países más de Asia y América presentaron la versión final del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por su sigla en inglés). Sin embargo, la verdadera batalla recién comenzará, cuando sea sometido a los parlamentos. En Estados Unidos, por ejemplo, la ley que en junio pasado autorizó al presidente a negociar el tratado en un trámite abreviado puso como condición que se adopten amplias medidas de transparencia para informar a la opinión pública.
En ambos partidos hay opositores al TPP y se han formado coaliciones transversales por la diversidad de los derechos y/o privilegios afectados. Los críticos apuntan especialmente al sistema de arbitraje de diferencias inversor-Estado, que coloca a las empresas de capital extranjero al mismo nivel que los gobiernos. Los grupos de defensa de los derechos del consumidor, por ejemplo, denuncian que podrían crearse tribunales secretos integrados por abogados corporativos ante los que las empresas demandarían a los gobiernos. Sostienen también que el acuerdo elevará el precio de los medicamentos, al retrasar la competencia de los genéricos. Del mismo modo los defensores de la libertad en Internet previenen que por el tratado algunos gobiernos y empresas podrían limitar la expresión de ideas en la red.
En junio pasado la Casa Blanca armó una amplia coalición parlamentaria para obtener la concesión del trámite rápido, pero ahora deberá equilibrar las pérdidas de quienes ven afectados sus derechos o no obtuvieron tanto como pretendían con los de los que están satisfechos. El trámite rápido dispone que el presidente negocie el acuerdo y el Congreso lo vote en bloque, pero sin enmendarlo. Por eso Obama espera que el Congreso acepte el hecho consumado.
El nuevo tratado sólo va a incrementar el crecimiento de la economía norteamericana en un 0,4%, pero los críticos prevén que agrave las desigualdades internas. Por un lado las exportaciones norteamericanas aumentarán en sectores con alta concentración de tecnología y capital que, para competir, aumentarán su concentración, mientras que EE UU tenderá a importar productos de sectores que emplean a numerosa mano de obra barata. Ambos impulsos combinados bajarán los salarios y destruirán puestos de trabajo.
Los defensores del tratado, por su parte, sostienen que este elevará las condiciones laborales y la compatibilidad medioambiental en los países con menor desarrollo relativo. Sin embargo, la adecuación de las normas concernientes sólo será controlada a partir de cinco años después de la entrada en vigencia del acuerdo y no están previstas sanciones ni la expulsión del bloque de quienes violen la normativa. Para los países de menor desarrollo el tratado sólo traerá la posibilidad de recibir inversiones extranjeras.
Como el acuerdo aporta pocas ventajas económicas, debe concluirse que EE UU lo ha impulsado para excluir a China, controlar a Japón y someter a los países emergentes. Con el texto firmado Washington espera también poder presionar a los europeos para que acepten el Tratado de Asociación Transatlántica (TTIP) que hoy tambalea por las críticas al secreto de las negociaciones. En síntesis puede afirmarse que el TPP limitará la libertad de comercio, frenará la recuperación de la economía mundial y marginará a terceros países de los mercados de Asia y el Pacífico. Aunque no va a poder detener la expansión de China, Rusia, India y otros emergentes, el TPP va a agudizar los conflictos comerciales y económicos. Es un arma de guerra y un peligro para la paz mundial.  «