sábado, 31 de diciembre de 2016

Trump quiere llevarse bien con Putin y con Israel

La cuadratura del círculo
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
31 de diciembre de 2016
Entre la aceptación de la intervención rusa en Siria y el apoyo al expansionismo israelí, la política levantina de Donald Trump busca una cuadratura del círculo que Barack Obama quiere impedir antes del 20 de enero próximo. 
El pasado jueves Vladimir Putin anunció que desde ese día a la cero hora (local) regiría en Siria un alto de fuego en el oeste y sur del país. Putin destacó el trabajo conjunto de Rusia, Turquía e Irán, para alcanzar en Siria esta tregua. Si la misma se mantiene, gobierno y oposición iniciarán durante enero tratativas de paz en Astana, capital de Kazajistán. 
Que Turquía sea aliada de Rusia es obra de Obama. Cuando después de la intervención rusa en Siria en septiembre de 2015 y del derribamiento de un avión ruso por Turquía dos meses después, y Rusia decretó sanciones comerciales contra Turquía, el presidente Recep T. Erdoğan buscó el diálogo, pero en julio pasado Obama lo castigó apañando el fracasado golpe de Estado. Vladimir Putin, entonces, estrechó las relaciones con Ankara. Irán, en tanto, se ganó en el campo de batalla el derecho de participar en el trío. 
El miércoles pasado el presidente electo cuestionó la abstención norteamericana durante la votación de la ONU que condenó los asentamientos israelíes en territorio palestino y acusó a Obama de obstaculizar la transición. Para confirmar que está dinamitando un puente cada día, el mandatario saliente expulsó el jueves a 35 agentes de la inteligencia rusa e impuso sanciones a los dos principales servicios de ese país. 
¿Cómo compatibiliza Trump su apoyo al expansionismo israelí (su próximo embajador, David Friedman, incluso mudaría la embajada norteamericana a Jerusalén) con su diálogo con Putin? Según la agencia Reuters, excepto el Estado Islámico, los beligerantes en Siria están dispuestos a hacer la paz repartiéndose áreas de influencia y manteniendo por algunos años al presidente Bashar al Assad, aunque casi sin poder. En el mismo sentido va el estatuto del Kurdistán sirio adoptado este viernes 30. Esta solución convendría a Israel, en tanto que Trump podría ganar mucho dinero reconstruyendo Siria. Consolidada la alianza Rusia-Irán-Turquía-Siria con la adhesión de Irak, Exxonmobil también podría tender junto con empresas rusas el gasoducto de Irán a Europa. El nuevo contexto forzaría asimismo a los palestinos a recrear la confederación que tuvieron con Jordania entre 1948 y 1967, mientras que Israel, finalmente, podría con apoyo ruso exportar su gas a Europa. Esta cuadratura del círculo podría ser muy exitosa. Si la CIA no la sabotea. «

sábado, 24 de diciembre de 2016

La CIA está detrás de los ataques en Europa

Turquía y Alemania miran con desconfianza a EE.UU. por los atentados

Los acontecimientos recuerdan la creación de la red Gladio por la CIA y el MI6 británico, para combatir a la izquierda y a los movimientos sociales en Europa en los '70
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
24 de diciembre de 2016
Aunque los contextos son muy diferentes, el asesinato del embajador ruso en Turquía y el arrollamiento de los concurrentes a un mercado de Navidad en Berlín con un camión polaco se parecen demasiado, como para pensar en casualidades. En ambos casos se atacó en Estados aliados de Estados Unidos que están mejorando sus relaciones con Rusia, los dos atentados se los atribuyó el Estado Islámico (EI) y en los dos casos se intentó provocar un giro autoritario.

Inmediatamente después del asesinato el lunes pasado en Ankara del embajador ruso Andrei Karlov por un joven expulsado de la policía turca luego del fallido golpe de Estado de julio pasado, tanto el gobierno de Turquía como el de Rusia declararon que se trataba de un “ataque terrorista” y prometieron profundizar la mejora de las relaciones ruso-turcas en curso. Voceros rusos oficiosos criticaron la falta de adecuadas medidas de seguridad, pero disculparon al gobierno turco y adjudicaron el atentado a servicios secretos occidentales, a pesar de que el Estado Islámico (EI) se lo había atribuido.

Después de haber apoyado a los islamistas en Siria durante cuatro años, los atentados perpetrados por estos en Turquía y la presión internacional obligaron a Erdogan a perseguir al EI. En julio pasado el intento de golpe de Estado de una secta iluminista dirigida desde EE UU por el clérigo Fetulá Gülenlo acercó a Ankara a Moscú y este último hecho lo puso definitivamente en sintonía con la política rusa para Levante. Así, el martes se encontraron en la capital rusa los ministros de relaciones exteriores de Rusia, Turquía e Irán, para extender a toda Siria el cese del fuego alcanzado en Alepo. Junto con la tregua estas potencias se están repartiendo el control de territorio sirio en acuerdo con el gobierno de Assad.

Sin embargo, este acercamiento a Moscú debilita a Erdogan ante los nacionalistas civiles y militares que controlan las fuerzas armadas y de seguridad. Tanto los neofascistas como los iluminados y los guerrilleros kurdos mantienen fuertes contactos con la CIA, de modo que el presidente está bajo una presión múltiple de la que espera salir alcanzando el cese del fuego para el oeste de Siria junto con el gobierno sirio, Rusia e Irán. Si se alcanza esta meta, los socios esperan acordar la construcción del gasoducto iraní-iraquí-sirio-turco para exportar gas iraní a Europa, pero este proyecto depende de que Donald Trump y Vladimir Putin se pongan de acuerdo y tiene la condición previa de que Barack Obama no derribe a Erdogan antes del 20 de enero.

Berlín grita a la vida

Entretanto, hasta el viernes seguía prófugo el terrorista que el mismo lunes a la noche mató a 12 personas en un mercado de Navidad en el centro de Berlín y dejó 49 heridos. El Estado Islámico se adjudicó también esta masacre. En la cabina del camión Scania utilizado se encontró al chofer polaco del vehículo, muerto de un balazo en el momento del atentado, el permiso de residencia precaria del tunecino Anis Amri y en la puerta sus huellas digitales. 

En Alemania se ha desatado una gran polémica, al saberse que los servicios de inteligencia conocían desde hace algunos meses el plan de Amri para cometer un atentado. Sin embargo, expertos serios sospechan que el DNI y las huellas podrían haber sido colocadas intencionalmente para desorientar la pesquisa.

Aunque se temen nuevos atentados, Angela Merkel ordenó que la búsqueda del sospechoso se realice discretamente, que los tradicionales mercados de Navidad se mantengan y no se suspenda el fútbol. Especialmente los habitantes de Berlín han intensificado su presencia en los espacios públicos conla consigna de “vivir como en épocas normales“.

Viejos y nuevos nazis y muchos oportunistas aprovechan la ocasión para alzarse contra la política inmigratoria de la canciller. Su tradicional socio socialcristiano en Baviera, la CSU, ha amenazado con romper el acuerdo que la une con la CDU (Unión Demócrata Cristiana) de Merkel, aunque en este caso debería coaligar con la neonazi Alternativa por Alemania (AfD). En esta hipótesis se desharía la gran coalición gobernante CDU/CSU-SPD (socialdemócratas), sin que una alianza SPD-Verdes-Izquierda pueda conquistar la mayoría en las elecciones del año que viene aún con fecha a determinar. Evidentemente, el atentado del lunes apuntó a que se forme un gobierno entre conservadores y neonazis, por lo que es razonable sospechar que se trató de un atentado de falsa bandera, para derrocar a la canciller e instaurar un gobierno autoritario y anti ruso.

Entre fines de los años '60 y fines de los '70, la CIA y el británico MI6 movilizaron la red Gladio para combatir a la izquierda y a los movimientos sociales en auge en Europa Occidental. Esta red operaba como un gobierno clandestino que, mediante atentados con falsa bandera, intentaba crear una conmoción que justificara erigir gobiernos autoritarios. Gladio realizó atentados terroristas en Italia, Francia, Bélgica y Alemania que nunca fueron totalmente esclarecidos y hay indicios de que nunca se disolvió. El hecho de que los atentados de esta semana se dirigieran contra dos aliados de EE UU que buscan mejorar sus vínculos con Rusia permite inferir que la red criminal volvió a actuar.

Barack Obama y la CIA buscan evitar que Donald Trump y Vladimir Putin puedan alcanzar una nueva coexistencia pacífica. Para ello está dispuesto a atacar a todos los gobiernos díscolos. Más atentados están en la agenda hasta la asunción del nuevo gobierno el 20 de enero. De la calma de los gobernantes no involucrados y la templanza de sus poblaciones depende que el realismo y la sensatez primen sobre la ideología. «  

martes, 20 de diciembre de 2016

Antes de retirarse, Obama quiere dejar el caos

Alepo y el rompecabezas de la guerra
El asesinato del embajador ruso en Turquía representa un nuevo capítulo del ajedrez bélico y comercial que atraviesa Siria. Trump, Obama y el escenario que se viene.
andrei-karlov

En todo país ordenado, cuando un inquilino termina su alquiler debe hacer una limpieza a fondo de la propiedad que deja. Parece, empero, que Barack Obama entendió la consigna al revés y, antes de abandonar la Casa Blanca, se está esforzando por sembrar el caos. Los motines en Venezuela, el conato opositor en Cuba, los violentos tiroteos en Ucrania, el asesinato del embajador ruso en Turquía y el incendio de seis ómnibus del gobierno sirio que se dirigían a evacuar a la población de dos aldeas chiitas sitiadas por los islamistas muestran que la CIA y su presidente se rehusan a reconocer su derrota en Alepo, creando el caos para que Vladimir Putin y Donald Trump no alcancen la paz en Siria y acuerden el control sobre el petróleo y el gas de Levante.

El asesinato este lunes a la mañana del embajador ruso ante Turquía, Andrei Karlov, ejecutado por un ex oficial de la policía turca dado de baja después del frustrado golpe de estado de julio pasado, no pudo impedir que a partir de este martes se encontraran en Moscú los ministros de relaciones exteriores de Rusia, Turquía e Irán, para acordar el guión que deberán seguir las próximas negociaciones de paz entre el gobierno sirio y las organizaciones rebeldes. Cada uno con sus intereses particulares, estos tres países son los que más influencia ejercen sobre los actores en la guerra en Siria.

Mientras que Rusia necesita un Estado amigo para tallar en el Mediterráneo Oriental y controlar el trazado de los oleo y gasoductos de la región hacia Europa, Irán trata de romper el cerco de las potencias reaccionarias del Golfo e Israel, proteger a las minorías chiitas dispersas en Siria y Líbano y, después del levantamiento de las sanciones, hallar una salida hacia Europa de su petróleo y gas. Turquía, en tanto, protege al islamista Yabhat Fatej al-Sham (el frente antes llamado al Nusra en el que al Qaeda tiene un papel central), activo en el noroeste del país, y quiere evitar que los kurdos de la frontera sirio-turca se expandan hacia Turquía y hacia el centro de Siria. Si bien sigue reclamando la renuncia del presidente Baschar al Assad, coincide con él en enfrentar a los kurdos y al Estado Islámico (EI). Se trata de intereses encontrados, pero no irreconciliables. Será tarea de buenos diplomáticos urdir una solución que convenga al gobierno sirio y a estas tres partes externas.

Al revés de los fracasados intentos multilaterales impulsados por la ONU, este encuentro sigue un nuevo formato: se encuentran las potencias con influencia sobre las fuerzas combatientes, para acordar un cese del fuego regional que después pueda extenderse al resto del país. Ya el pasado viernes 16, en conferencia de prensa en Japón el presidente ruso Vladimir Putin dijo a los periodistas que el siguiente paso para restablecer la paz en Siria después de la reconquista de Alepo es alcanzar un alto el fuego en todo el país.

Como hay muchos más involucrados en la guerra siria y cada una de estas potencias tiene sus propios conflictos internos, abundan las operaciones de inteligencia y las campañas de rumores. Si bien fueron los servicios secretos de Rusia y Turquía quienes convinieron el cese del fuego y la evacuación de combatientes y civiles desde la recuperada parte oriental de Alepo, el gobierno turco rechazó este lunes haber hecho un acuerdo secreto con Rusia sobre el futuro de Siria. El rumor fue puesto en circulación por fuentes norteamericanas que temen el creciente acercamiento entre los dos países después del fracaso del golpe de estado que Washington impulsó contra el presidente Recep T. Erdoğan en julio pasado. Como todos los rumores, tiene una base cierta, ya que Ankara últimamente ha sido muy tolerante hacia el apoyo que Moscú da a Assad, mientras que la segunda cierra los dos ojos ante la intervención del ejército turco en el noroeste de Siria para combatir a los islamistas y los kurdos.

El acuerdo ruso-norteamericano
Si algo debe agradecer el sufrido pueblo sirio al norteamericano, es la elección de Donald Trump. Ni bien el magnate fue electo, cesó el apoyo militar norteamericano para los islamistas y el gobierno sirio pudo liberar Alepo con apoyo ruso. Aunque la recuperación de la segunda ciudad del país implica el restablecimiento fáctico de la unidad del Estado, la simultánea recuperación de Palmira por el Estado Islámico (EI) amenaza seriamente el centro del país y obliga al rápido desplazamiento de las mejores unidades del ejército sirio. También por esta razón Turquía y Rusia están interesadas en alcanzar un cese del fuego en el noroeste.

La toma de Alepo sepultó la conspiración para dividir Siria que los monarcas del Golfo e Israel llevan adelante desde 2011 con el apoyo de los Estados Unidos. Esta derrota norteamericana podría haber replicado la de Vietnam, si el 8 de noviembre pasado los votantes estadounidenses no hubieran dado un volantazo a su política mundial. El presidente electo de los EE.UU., Donald Trump, está convencido del fracaso de la estrategia ejecutada por Barack Obama y la CIA, por lo que busca contener los daños externos seleccionando mejor las prioridades de las intervenciones norteamericanas y buscando la cooperación con Rusia en Levante y el Mediterráneo Oriental.

Al nombrar a Rex Tillerson, presidente de Exxonmobil, como Secretario de Estado, Trump señaliza a Moscú su disposición a compartir el control del petróleo y el gas entre la cuenca del Mar Caspio y la iraní. Exxonmobil tiene desde hace años una intensa cooperación con el gigante ruso Rosneft en el Ártico y perdió más de mil millones de dólares por las sanciones impuestas a Rusia por el gobierno de Obama después del golpe de estado en Ucrania en febrero de 2014. La designación de Tillerson preanuncia también una decisión para construir junto con los socios rusos e iraníes el gasoducto iraní-iraquí-sirio-libanés, bloqueado desde el inicio de la guerra por ser competidor de otros dos proyectos (el Transcaspiano y el del Golfo a Turquía) propulsados por Chevron y Shell. Se trata de saber quién llevará el fluido a las cocinas europeas. Si la tubería continúa hacia Turquía o acaba en el puerto sirio de Latakia, bajo la vigilancia de la base naval rusa de Tartus, depende de la habilidad que tenga la diplomacia turca para acomodarse al venidero acuerdo ruso-norteamericano en la región.

Si en la reunión ministerial de Moscú se diseña un plan de ruta para progresivos ceses del fuego, intercambios de prisioneros y evacuaciones de civiles, a partir del 20 de enero Siria y los tres actores regionales pueden combinar sus esfuerzos con los que por vía paralela realice la diplomacia norteamericana. Ésta tendrá la difícil tarea de controlar a los israelíes y los jeques árabes, así como a los kurdos y a los terroristas que la propia CIA armó en el sur del país. Si ambos rieles marchan al unísono y Obama no logra dinamitarlos, en algún momento puede avanzar el tren de la paz.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Ante la caída de Alepo, EE.UU. busca reducir daños

Putin y Trump celebran
Tiempo Argentino
18 de diciembre
por Eduardo J. Vior

Si algo debe agradecer el sufrido pueblo sirio al norteamericano es la elección de Donald Trump. Apenas este fue electo, cesó el apoyo militar norteamericano para los islamistas y el gobierno sirio hoy controla casi toda Alepo.
Aunque la recuperación de la segunda ciudad del país aproxima la reunificación del Estado, la paz aún no asoma. Siria y Rusia se concentran ahora en retomar Palmira, ocupada por el Estado Islámico (EI) la semana pasada. La competencia representada por los bombardeos de EE UU y sus aliados para destruir el armamento capturado por los islamistas al Ejército Sirio (SAA, por su sigla en inglés) decidieron al mando ruso-sirio a priorizar la recuperación del sitio arqueológico sobre el avance contra la noroccidental Idlib, principal base de Yabat Fatej al-Sham, filial de Al Qaeda en Siria.
Por su parte, Irán forzó a Turquía y Rusia a modificar su acuerdo de cese del fuego enAlepo, para que también incluyera a dos villorrios chiítas sitiados en la vecina Idlib. Y aún quedan grupos rebeldes que rehúsan aceptar la tregua.
La toma de Alepo sepultó la conspiración que los sauditas, los jeques del Golfo y los israelíes urdieron con el apoyo de la CIA para dividir Siria. Esta derrota norteamericana habría replicado la de Vietnam, si el 8 de noviembre pasado no hubiera sido elegido Donald Trump, quien, convencido del fracaso de la estrategia ejecutada por Barack Obama para instaurar un imperio norteamericano universal, busca por la fuerza contener los daños externos e internos.
Con el nombramiento de RexTillerson, presidente de Exxonmobil, como secretario de Estado, Trump ofrece a Moscú compartir el control del petróleo mundial.
Exxonmobil coopera desde hace años estrechamente con la rusa Rosneft y fue afectada por las sanciones impuestas por Obama y la Unión Europea contra Rusia a raíz de la crisis en Ucrania. La designación de Tillerson implica también impulsar junto con rusos e iraníes la construcción del gasoducto iraní-iraquí-sirio-libanés contra el Transcaspiano y el del Golfo a Turquía, propulsados por Chevron y Shell. Que la tubería continúe hacia Turquía o acabe en el puerto sirio de Latakia, depende de cómo se recomponga el equilibrio ruso-turco-norteamericano.
En el norte los kurdos no aspiran a otra cosa que a la autonomía de su región. Sin embargo, como demuestran las idas y vueltas de los últimos días en Alepo y las amenazas del todavía presidente Barack Obama de tomar represalias contra Rusia por la intervención cibernética de esta en la campaña electoral norteamericana, Siria continúa siendo el nudo gordiano de la política mundial que hasta ahora nadie pudo desatar ni cortar.
El acuerdo ruso-norteamericano para repartirse el petróleo y el gas de Levante no se alcanzará fácilmente ni bastará por sí solo para calmar a los numerosos poderes regionales que intervienen en ese país, pero Vladimir Putin y Donald Trump tienen buenos motivos para brindar. El pueblo sirio, también.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Después del Italexit o la UE cambia o desaparece

Muerte y transfiguración de Europa

El resultado del referéndum constitucional en Italia provocó una tensión política en el país que puede derramarse hacia el resto del continente.
Foto: Martín G. Conde | Flickr
Foto: Martín G. Conde | Flickr

Cuando Matteo Renzi salió el miércoles 7 del Quirinale con el encargo de formar nuevo gobierno, después de haber dimitido ante el presidente Sergio Mattarella, la maldición del pueblo italiano resonó en toda Europa. Es que, tras el masivo rechazo del domingo 4 a la propuesta oficial de reformas constitucionales, la decisión presidencial evidenció la insistencia de la oligarquía financiera europea en no devolver el gobierno a sus pueblos. Italia está partida en dos y la contienda que se avecina abarcará todo el continente.

El presidente italiano se niega a convocar a elecciones anticipadas -como reclama la oposición- si el Parlamento antes no se expide sobre la ley electoral. Renzi, por su parte, quiere presidir un nuevo gobierno interino y continuar como secretario general del Partido Democrático (PD) después del congreso previsto para los primeros meses de 2017.

Los medios concentrados internacionales banalizan el resultado del referéndum como un rechazo popular a la limitación de los poderes del Senado. De acuerdo a la Constitución italiana la Cámara de Diputados y el Senado tienen las mismas facultades para votar leyes, lo que produce que cada tanto se bloqueen mutuamente. Para superar este empate, Renzi propuso instaurar un sistema de cuño alemán en el que el/la Canciller es elegido por la mayoría de los diputados, sólo puede ser derrocado por una mayoría alternativa, y en el que la segunda cámara se limita a representar a los estados federados. Avezado crítico de las intenciones políticas, el electorado italiano entendió que esta reforma pretendía eliminar los últimos restos de Estado de Bienestar y la bloqueó.

Foto: Marco Di Maio | Flickr
Foto: Marco Di Maio | Flickr

Con el referéndum Matteo Renzi buscaba asimismo acabar con la minoría socialdemócrata en su propio partido a la que en enero de 2014 había arrancado la dirección, pero el tiro salió por la culata y su derrota amenaza ahora escindir al PD.

Además del Senado, el referéndum se centró en la ley electoral. En mayo pasado el Parlamento aprobó el proyecto oficial conocido como “Italicum”, para reformar el llamado “Porcellum”. En este último sistema los partidos formaban alianzas laxas entre las cuales quien obtenía la mayoría simple de los votos recibía la mayoría de las bancas de diputados. En cambio, con el “Italicum” sólo se pueden presentar listas únicas que deben ir a una segunda vuelta entre las dos más votadas si ninguna supera el 40% de los sufragios en la primera. Así se impone la conglomeración de fuerzas disímiles en partidos sin identidad ideológica, pero con fuerte disciplina interna.

Según prevén las encuestas, si ahora se convocara a elecciones anticipadas, aprovechando el todavía vigente “Italicum” contra el que se alzó, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) se convertiría en bloque mayoritario y podría formar gobierno. Por eso está urgiendo al presidente para que convoque a elecciones anticipadas. La perspectiva asusta a la oligarquía europea, pero peor le resultaría que los bancos italianos caigan en una crisis general. La mayoría de las cotizaciones de activos y pasivos peninsulares se siguen sosteniendo, pero las del sector financiero se han hundido y ya amenazan al euro.

La elite europea y norteamericana dominante conjura el fantasma del “populismo”. Con el mismo menta toda manifestación directa de la voluntad popular contra la restringida democracia continental, pero si no se aviene a reformar las instituciones de la integración, más países abandonarán la UE. Citando a Beppe Grillo, aunque sin pasión partidaria, verdaderamente, “o Europa se transforma o muere”.

domingo, 27 de noviembre de 2016

La unidad continental es superior a las ideologías

Dos caminos, un destino
 por Eduardo J. Vior
analista internacional

A sus 22 años Fidel Castro presidió en Bogotá el Congreso Latinoamericano de Estudiantes que Juan D. Perón financió para oponerse a la Conferencia Panamericana de Cancilleres, con la que EE UU impuso el 9 de abril de 1948 la fundación de la OEA. Ese día el gobierno colombiano asesinó al líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, desatando un alzamiento popular (el bogotazo) que duró diez días y originó la guerra civil que ahora busca su fin.

El líder cubano fue detenido por la policía colombiana, pero un compañero argentino, Antonio Cafiero, logró que el canciller Juan A. Bramuglia –orden de Perón mediante– consiguiera la liberación del joven dirigente.
Cuando Perón estaba exiliado en España, a principios de los años '60, su delegado personal John W. Cooke quiso persuadirlo de asilarse en Cuba, pero el General prefirió la libertad de movimiento que tenía en España a pesar de Franco.

Durante su tercera presidencia, entre 1973 y 1974, Perón ordenó a su canciller Alberto Vignes votar en la OEA por el levantamiento del bloqueo contra Cuba y obligó a la empresa Ford a entregar a la isla una flota de coches adquirida con un crédito argentino.

Cuenta mi amigo Enrique del Percio que Antonio Cafiero visitó a Fidel en Cuba por última vez en 2000, poco antes de que George W. Bush comenzara su mandato. Ante su angustia por el reaccionarismo del tejano, el cubano le respondió: "¡Pero, chico! Con los republicanos siempre hemos podido negociar mejor que con los demócratas".
En el futuro próximo, los latinoamericanos necesitaremos mucho este pragmatismo. Aunque no se conocieron, los destinos de Perón y Fidel se cruzaron varias veces y se respetaron mucho. Sabían que sólo la unidad del continente puede traer la definitiva independencia y la justicia social.

Allá en el cielo latinoamericano, después de que el Comandante recupere el resuello, se presentará al General para incorporarse con el Che, Néstor, Chávez y tantos más al comando que prepara la cercana batalla celestial por la definitiva unidad e independencia del Continente. «

Fidel y Perón guían la unidad continental

El destino latinoamericano

Aunque no se conocieron, la política latinoamericana hizo que Fidel y Perón se cruzaran varias veces y se respetaran a pesar de las diferencias.
fidel-pueblo

La muerte lima los cantos y subraya las líneas maestras de una vida. Fidel Castro militó la suya en pos de la unidad latinoamericana como destino de la independencia y la justicia social. Durante su vida tuvo muchos admiradores y detractores, pero muy pocos pares, uno de ellos argentino.

Cuba hoy lo reconoce. Dice el editorial del Granma del sábado 26: “Fidel, junto a otros magnos pensadores latinoamericanos, sembró en la región esa necesaria premisa de supervivencia sobre la base de la independencia que cuando es olvidada por los pueblos conduce a involuciones históricas como las verificables hoy en partes del subcontinente”. Quien le salvó la vida, resaltó la dimensión continental de su revolución y la defendió contra el bloqueo imperialista fue Juan Domingo Perón.

A sus 22 años Fidel Castro presidió en Bogotá el comité organizador del Congreso Latinoamericano de Estudiantes que el gobierno argentino financió para oponerse a la Conferencia Panamericana de Cancilleres en la que EE.UU. impuso la fundación de la OEA el 9 de abril de 1948. Ese mismo día esbirros del gobierno conservador colombiano asesinaron al líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, desatando un alzamiento popular (“el bogotazo”) que duró diez días y cuya represión empujó a los montes de Cundinamarca a los guerrilleros que luego darían origen a las FARC. Así comenzó la guerra civil que ahora busca su fin.

En esos días de furia el líder cubano fue detenido por la policía colombiana y se temía por su vida, pero el dirigente estudiantil argentino Antonio Cafiero logró que el canciller Juan A. Bramuglia -presente en la conferencia-, con la anuencia del Presidente Perón interviniera ante el gobierno colombiano, consiguiera la liberación de Fidel y lo sacara del país.

Cuando Perón estaba exiliado en España, a principios de los años 60, su delegado personal John W. Cooke lo incitó a asilarse en Cuba, pero el General avizoró las restricciones que sufriría por la dependencia cubana de la Unión Soviética y prefirió la libertad de movimiento que tenía en España a pesar de Franco.

Durante su tercera presidencia, entre 1973 y 1974, Juan D. Perón ordenó a su canciller J.A. Vignes votar en la OEA por el levantamiento del bloqueo contra Cuba y obligó a la empresa Ford a entregar a la isla una flota de coches que el gobierno cubano había adquirido con un crédito oficial argentino. Fue por entonces que el General dio a su ministro de Economía, José Ber Gelbard una carta personal para el líder cubano, cuando en junio de 1974 el ministro viajó a Cuba en misión oficial. Allí le expresa lo siguiente: “(…) es indudable que la necesidad de una unidad latinoamericana será la única posibilidad de libertad real para nuestro continente”. La unidad continental es el único reaseguro de la libertad y la justicia. Más allá de las diferencias ideológicas, de estilo y edad, esta fe en el destino unió a ambos líderes.

Cuenta mi amigo Enrique del Percio que Antonio Cafiero visitó a Fidel en Cuba por última vez en 2000, poco antes de que George W. Bush comenzara su mandato. Ante su angustia por el reaccionarismo del tejano, el cubano le respondió: “¡Pero, chico! Si los peores ataques los hemos recibido de los demócratas. Con los republicanos siempre hemos podido negociar”. Fidel lo tuvo claro: cuando está en juego la suerte de la patria, las ideologías son meras distracciones.

En el futuro próximo los latinoamericanos necesitaremos mucho este pragmatismo maquiaveliano en el mejor sentido del término. Perón y Fidel no se conocieron, pero sus destinos se cruzaron varias veces y se respetaron mucho a pesar de las diferencias. Ambos sabían que sólo la unidad del continente puede consolidar la independencia y la justicia social.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Con Trump llega un remedo del viejo imperialismo

El fin del multilateralismo

El triunfo de Donald Trump preanuncia el pasaje de los acuerdos globales de inversión y comercio a una división del mundo en áreas de influencia rivales.
Foto: AFP
Foto: AFP

La victoria del candidato republicano en las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre está sustituyendo rápidamente en la agenda internacional los acuerdos multilaterales de inversión y comercio por pactos regionales entre grandes potencias y países emergentes tanto o más desiguales que los globales. Sin embargo, como cuando los elefantes pelean, las hormigas se divierten, esta renovada competencia entre potencias puede dar a los países en vías de desarrollo un mayor margen de maniobra.

Con el callado traspaso del liderazgo regional de Estados Unidos a China, el domingo 20 acabó en Lima la 24º Reunión del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC, por su sigla en inglés). En ésta el presidente norteamericano Barack Obama asistió impávido al entierro sin ceremonia del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP) que Donald Trump desistió de ratificar. Los veintiún mandatarios de la cuenca del Pacífico presentes juraron lealtad al libre comercio, pero su mirada ya había girado hacia Asia.

Mientras que el futuro presidente norteamericano prefiere acuerdos bilaterales a los multilaterales y pretende retirar a su país de algunas regiones y cuestiones costosas y poco rentables, China va ocupando los espacios vacantes. En Lima su presidente, Xi Jinping, se proclamó defensor del libre comercio mundial y propuso al presidente ruso Vladimir Putin, con quien se reunió el domingo 20, impulsar juntos el intercambio en el Pacífico.
 
En tanto, durante la última visita de Barack Obama a Alemania, el pasado jueves 17, la canciller Angela Merkel manifestó que Alemania sigue estando interesada en el Tratado de Libre Comercio e Inversiones (TTIP) que Europa estaba negociando con EE.UU., pero que “actualmente no están dadas las condiciones para firmar este acuerdo”.

Donald Trump todavía no gobierna pero su elección ya liquidó los acuerdos del Pacífico y el Atlántico. Con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea probablemente Alemania intente sustituir a EE.UU. en el control de Europa. China y Rusia, por su lado, procuran hacerlo en Asia y el Pacífico.

Habida cuenta de las dimensiones y la complejidad de la dirección estadounidense sobre el mundo, el venidero presidente no puede retornar al aislacionismo vigente hasta 1941, pero sí hacer más selectiva la intervención norteamericana en los asuntos mundiales y delimitar áreas de influencia que excluyan a las demás potencias.

El alineamiento de grandes estados bajo la conducción norteamericana para imponer a las naciones pequeñas y medianas sus reglas económicas y comerciales, que falsamente se llamó “multilateralismo”, será remplazado por la rivalidad entre poderes regionales. Este retorno a la dominación directa puede ser más brutal, pero es más nítido. Además, como las potencias competirán entre sí por controlar áreas cerradas, las naciones pequeñas y medianas podrán negociar en mejores condiciones recostándose en un gran Estado contra el otro.

El fin del “multilateralismo” favorece el ascenso de China hacia el liderazgo mundial, pero no tan rápido como especulan muchos observadores. En un llamativo editorial del Diario del Pueblo de Beijing se afirmaba este lunes 21 que “por un largo tiempo el liderazgo de los Estados Unidos va a ser irremplazable, pero el continuado ascenso de China es también inevitable”. La transición de un sistema al otro será dura, mas llena de oportunidades que los inteligentes y voluntariosos sabrán aprovechar.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Trmp comenzará su presidencia afrontando conflictos


“Trumponomics” en un torbellino

¿Cómo se avizoran los primeros meses de política económica del nuevo presidente de los Estados Unidos? Choques con los medios, el Congreso, la Corte y la Reserva Federal.
donald-trump

Pasada la campaña electoral, mientras el mundo va digiriendo su resultado y los observadores especulan sobre la política económica del futuro presidente, Wall Street se apresura a sacar tajada de la prospectiva de crecimiento económico. Éste puede llegar, pero, si Donald Trump es fiel a sus promesas, chocará con uno o más factores de poder.

Probablemente desista de deportar a los once millones de indocumentados que habitan en EE.UU., porque es impracticable y muchas empresas viven de ellos. A cambio, puede continuar la construcción del muro fronterizo con México, para mostrar cómo cumple su programa, y crear puestos de trabajo con dinero público. Si, como ha prometido, también atrae inmigración calificada, quedará bien, aunque no termine el muro.

Es altamente posible que el futuro mandatario desista de hacer ratificar por el Senado el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés), que quiera forzar a México a renegociar el NAFTA y pretenda imponer sus condiciones a los europeos en las aún inacabadas negociaciones sobre el Tratado Transatlántico (TTIP). Como México seguramente cederá, Trump a la vez impondría aranceles a las importaciones mexicanas y haría pagar el muro al vecino del Sur.
Puede ser que el nuevo mandatario aumente las demandas contra China en la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero es difícil que vaya más allá, porque a nadie le conviene desquiciar el comercio transpacífico.

Los observadores esperan asimismo que apuntale con dinero público las inversiones en infraestructura y en la construcción de viviendas. Dado que el desempleo ronda hoy el 4 por ciento, esta inyección de dinero aumentará los salarios y la conflictividad laboral, porque los trabajadores tomarán en serio las promesas de “su” presidente. Esta será una prueba de fuego para el reaccionario en la Casa Blanca. Como, para alentar la demanda, al mismo tiempo querrá rebajar los impuestos de trabajadores y clase media, deberá resistir las presiones de la clase alta que no quiere que disminuya la gigantesca distancia que la separa de los asalariados. Tampoco va a reducir los beneficios de la Seguridad Social ni del seguro médico. Del mismo modo, el sucesor de Obama prometió repetidamente revisar y reformular el seguro médico obligatorio para personas carenciadas (“Obamacare”), pero sin precisar su propuesta. Para no perder imagen, quizás sólo lo convierta en optativo, aunque así deje sin resolver los enormes problemas del sistema público de salud.

Sin embargo, cada una de estas iniciativas chocará con intereses en el Congreso, con los medios liberales y conservadores, con una Corte mayoritariamente liberal y con el alza de las tasas de interés que la Reserva Federal impondrá para controlar la inflación. El presidente Trump puede ceder a las presiones para mantener la gobernabilidad, pero, si es fiel a sí mismo, movilizará el apoyo popular e irá al choque, produciendo una mezcla rara de Napoleón pelirrojo con Franklin D. Roosevelt reaccionario.

Trump propone una política económica intervencionista

¿Un Roosevelt reaccionario?
Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
13-11-16

Durante la larga campaña electoral, el establishment empresario estadounidense estaba horrorizado por la demagogia agresiva y chabacana de Donald Trump, pero el miércoles habló como presidente electo a las cinco de la mañana, el Dow Jones aumentó 256 puntos (1,4 por ciento). La Bolsa tuvo su mejor semana en casi cinco años al ganar 5,36%, con dos cierres récord consecutivos. Muchos protestan contra el reaccionario, pero otros muchos festejan la esperada recuperación económica. "Vamos a revivir los centros urbanos y a reconstruir nuestras autopistas, puentes, túneles, aeropuertos, escuelas y hospitales", anunció Trump en su primer discurso. Se estima que el nuevo gobierno pedirá al Capitolio 500 mil millones de dólares para destinarlos sólo a infraestructura. Trump se propone también incentivar la producción no contaminante de carbón e innovar "ecológicamente" en la exploración de hidrocarburos. Durante la campaña se burló del ecologismo, pero sabe que el medio ambiente también da dinero. Aboga por el entendimiento con Rusia, mientras promete invertir en nuevas naves y aviones y aumentar el personal de las fuerzas armadas. Probablemente no deporte a los 11 millones de indocumentados que habitan en EE UU, pero seguirá construyendo el muro fronterizo con México para cumplir su programa y crear puestos de trabajo. Además, impondrá a su vecino del Sur aranceles a las importaciones, con lo que este terminará pagando por el muro. Trump retirará del Senado el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP) y buscará imponer a los europeos sus condiciones en las negociaciones sobre el Tratado Transatlántico (TTIP). El magnate reniega del multilateralismo, no del libre comercio bilateral. El futuro gobierno aumentará las demandas contra China en la Organización Mundial del Comercio, pero no arriesgará una guerra comercial. Como anunció que rebajará los impuestos de trabajadores y clase media, afrontará presiones de la clase alta, que quiere mantener la enorme desigualdad de ingresos actual, pero disminuirá los impuestos corporativos. Siempre dijo que revisaría el seguro médico para los carenciados ("Obamacare"), pero no lo va a abolir, porque fueron millones los pobres que lo votaron. Algún negocio se le ocurrirá también en este campo. De hecho, el viernes le dijo al Wall Street Journal que no lo eliminará, sino que lo modificará. Sabe que cada una de estas iniciativas colisionará con intereses en el Congreso, con los medios liberales y conservadores, con la Corte y con la Reserva Federal que querrá impedir la inflación. Desde hace tiempo los republicanos reclaman que el Congreso audite el Banco Central. La oportunidad de someterlo a su autoridad política los va a unir ahora. Las condiciones son inmejorables para que la mayor potencia del globo supere el estancamiento, desarrollando el mercado interno. En los años '30, Franklin D. Roosevelt salió de la crisis fomentando la demanda y con un programa liberal y social. Donald Trump prueba ahora la misma fórmula, pero con una ideología reaccionaria y métodos fascistoides.

viernes, 4 de noviembre de 2016

En Caracas nadie puede dejar de dialogar

El Papa hace bailar a Venezuela

La intermediación papal parece haber calmado -por el momento- la tensión en Caracas. Cómo sigue la negociación y el futuro de un Maduro que camina en la incertidumbre.
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Tras meses de tensión política en Venezuela, este martes se relajó el ambiente tanto que el presidente Nicolás Maduro incluso bailó con su esposa en el estudio de Radio Miraflores al inaugurar su programa “La Hora de la Salsa”. Es que el Papa Francisco puso a bailar a toda la dirigencia política venezolana.

En su programa el presidente reiteró que la Revolución Bolivariana continuará abogando “por la paz, la coexistencia, el respeto, el diálogo y la paz”. Entre tanto, ante la liberación de algunos pocos antichavistas presos, la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aplazó la evaluación del desempeño del presidente en la Asamblea Nacional (mal llamado juicio político) y suspendió la marcha hacia el palacio presidencial de Miraflores, prevista para este jueves pasado, mientras su coordinador Carlos Ocáriz daba a conocer la propuesta opositora de agenda para el diálogo nacional: 1) si no se hace el referendo revocatorio, se solicita adelantar para 2017 las elecciones presidenciales previstas para 2018; 2) libertad a los presos, retorno de los exiliados y acabar con “la persecución política”; 3) recomposición del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Consejo Nacional Electoral (CNE) para que sean más “ecuánimes”; y 4) atención a las víctimas de la crisis humanitaria.

Mientras el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Henry Ramos Allup, advertía que la oposición no había capitulado, sino sólo hecho algunas concesiones, Voluntad Popular (VP), el partido del encarcelado Leopoldo López, insistía en que hay que marchar hasta el palacio presidencial. Como en su respuesta Maduro calificó a VP de “grupo terrorista”, este miércoles la MUD acusó, a su vez, al gobierno de boicotear el diálogo político.
 
Aunque la oposición asegura que podría retomar las movilizaciones si hasta el 11 de noviembre (cuando se reunirá por segunda vez la mesa de diálogo) no hay resultados claros, de momento se enfrió el conflicto. Es que, ante la presión combinada del Papa, la UNASUR, los ex-presidentes de España, Panamá y República Dominicana y el aval de EE.UU. al diálogo, es dudoso que alguien se atreva a retomar el enfrentamiento. Ambos campos están profundamente divididos entre negociadores y guerreristas, pero el realismo parece irse imponiendo.

La mesa de negociaciones que sesionó el pasado domingo 30 todavía no determinó cómo seguirá. Los líderes opositores aún insisten con el referendo revocatorio, pero después del 1° de enero ya no se puede convocarlo, porque a Maduro sólo le restarán dos años de mandato y la Constitución ya no lo permite. La MUD se juega, por lo tanto, a adelantar la elección presidencial que el gobierno, a su vez, procurará retrasar priorizando la superación de la crisis humanitaria de la que espera que le devuelva una cuota de credibilidad.

Líderes extremistas como Leopoldo López seguramente intentarán provocar, pero el peso de la figura papal ha dejado a los violentos de ambos lados sin justificación. Gobierno y oposición están forzados a negociar. Sin dudas, el Ejecutivo irá liberando presos con cuentagotas y ambos tratarán de sacar tajada política de la ayuda exterior alimentaria y en medicamentos. Puede ser que el oficialismo consienta en incorporar opositores al máximo tribunal de Justicia y a la Corte Electoral, pero sólo si la oposición comparte la directiva de la Asamblea Nacional. Todavía habrá muchos gritos y dientes apretados, pero es difícil que alguien salga de la pista donde el Papa Francisco puso a todos a bailar.

domingo, 23 de octubre de 2016

En la Tercera Guerra Mundial se lucha en todo el globo

Mariposa, elección y batalla
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
23-10-16

Qué tiene que ver la batalla de Mosul con la de Alepo, los ataques cibernéticos del viernes y la elección del 8 de noviembre? Mucho. Parece la verificación de la metáfora china que reza "el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tornado al otro lado del mundo". La competencia ruso-norteamericana por el control de Levante ha generado en ambos campos una paranoia que los hace reaccionar exageradamente ante las señales de alarma del adversario y crea el caldo de cultivo para las provocaciones de un tercero. O devuelven a la mariposa a su caja o hace saltar el polvorín.
Mientras las fuerzas combinadas norteamericanas e iraquíes avanzaban sobre Mosul, el Estado Islámico (EI) se atribuyó el mortífero atentado del viernes en la ciudad petrolera de Kirkuk, 150 km al sur del frente. Para los occidentales, en tanto, la versión de que los principales dirigentes islamistas han abandonado Mosul con dirección a Siria es una buena excusa para lanzarse a la conquista de Rakka, la capital islamista disputada entre Damasco y las milicias kurdas. Los rusos, en cambio, sospechan que los occidentales dejaron huir a los jefes islamistas, porque solo tienen interés en inmiscuirse en Siria.
Particularmente el presidente Barack Obama tiene prisa en reconquistar Mosul y Rakka antes de que el ejército sirio reconquiste Alepo, porque quiere controlar la ruta del planeado gasoducto del Golfo Pérsico a la costa turca del Mar Egeo e impedir que Rusia construya otra tubería por la costa turca del Mar Negro que también podría transportar gas iraní. Puede pensarse que en su urgencia por entregar a su sucesora un Levante controlado y un cerco perfecto en torno a Rusia el mandatario norteamericano no haya previsto suficientemente la capacidad de respuesta de los islamistas. Por su parte, el liderazgo ruso está convencido de que los occidentales solo quieren desplazar a los islamistas hacia Siria.
Como producto de esta desconfianza, Moscú está desplazando su marina hacia el Mediterráneo Oriental, ofrece a Turquía reequipar su defensa antiaérea, acelera la construcción de refugios nucleares en sus principales ciudades y refuerza su defensa contra ataques cibernéticos. A su vez, si bien ni el Departamento de Seguridad Nacional ni el FBI han podido identificar al agresor cibernético, en Washington sospechan que el actual ataque informático viene de Moscú. Contra la hipótesis simplista de que Vladimir Putin reaccionó preventivamente a la amenaza formulada el jueves por el vocero de la Casa Blanca con tomar represalias por el hackeo de las comunicaciones del congreso del Partido Demócrata en agosto pasado habla, empero, el hecho de que también Rusia fue atacada.
Muchos indicios apuntan al EI que, derrotado en el terreno, prolonga la guerra en el ciberspacio y trata de provocar una confrontación entre Rusia y EE UU. Para fortalecer al próximo gobierno que asumirá debilitado por la polarizada campaña electoral, la Casa Blanca se ha lanzado a la aventura de Mosul sin medir las consecuencias. En este sentido, el desmedido Donald Trump tiene razón. La mariposa de la campaña electoral norteamericana está desatando crisis con Rusia y en Levante que amenazan con estallar. ¿Quién devuelve la mariposa a su caja de cristal?

jueves, 20 de octubre de 2016

La elección presidencial la ganarán la CIA o el Pentágono


El barro después del barro

La guerra de lodo en que se convirtió la campaña norteamericana proyecta un futuro presidente
con debilidades y una paz global amenazada.
hillary-trump-nope

En el tercer y último debate de la campaña electoral norteamericana realizado anoche en Las Vegas las agresiones personales primaron nuevamente sobre la discusión política y ésta se limitó a sospechas y conjeturas por ambas partes. Después de esta violenta campaña, el próximo POTUS (President Of The United States, según su sigla en Twitter) hallará un país profundamente polarizado, refractario a la política y con partidos debilitados. Por lo menos hasta la renovación parcial de ambas cámaras en noviembre de 2018 el jefe nominal del Poder Ejecutivo tendrá muy poco poder.

A tres semanas de la elección la candidata demócrata tiene una amplia ventaja sobre su rival. El pasado martes 19 el sitio Real Clear Politics daba a Clinton entre 44 y 51%, mientras que Trump rondaba entre 37 y 46% dependiendo del sondeo. En todos los casos la demócrata tiene una ventaja de entre seis y siete puntos. Sin embargo, como los votantes sólo eligen un colegio electoral, para ser candidato se necesitan 270 electores. Como Hillary ya tiene asegurados 256 y su contrincante sólo 181, la elección parece decidida, pero algunos estados todavía pueden volcar el resultado.

Un informe reciente del Wall Street Journal relevó que, entre los máximos directivos de las cien mayores compañías del país de acuerdo a la revista Fortune, ni uno solo ha donado para Donald Trump. Por el contrario, once de esos ejecutivos apoyaron a Hillary Clinton. En cambio, en 2012 solo cinco de los cien principales empresarios dieron su óbolo para Obama, mientras que cerca de treinta lo hicieron para su oponente Mitt Romney.

Flickr

Un editorial de la revista del New York Times comentaba días atrás la “paradoja” de que el superrico Trump se encuentre ahora con que sus socios de múltiples negocios están apostando muchísimo dinero para que él no sea presidente. Obviamente todo norteamericano liberal y democrático odia al magnate inmobiliario… pero por causas opuestas a las de la elite. A ésta le molestan las declaraciones económicas del candidato del GOP. “El libre comercio ha destruido las vidas de millones de olvidados trabajadores norteamericanos”, dijo por ejemplo. Otra: “La democracia estadounidense está distorsionada por los intereses de los más ricos”. Una más: “La deshonesta Hillary está apoyada por elites financieras superricas que esperan cobrar el favor”. Y así sigue. La elite política y financiera no soporta que el incontinente setentón cuente a viva voz lo que habitualmente no se dice en público.

Trump puede estar usando esta retórica demagógicamente, pero seguramente no es un fascista, como lo estiliza la propaganda demócrata. No es él, sino Clinton quien hace peligrar los restos de la democracia norteamericana con su doble discurso, su dependencia de las grandes corporaciones internas y externas o su (reciente) adhesión al libre comercio.

En estas condiciones el/la próximo/a POTUS será muy débil, aunque sea Hillary y tenga el control del Congreso, como se anticipa. Solamente la CIA y el Pentágono podrán asegurar la gobernabilidad de la mayor potencia del mundo, aunque están irremisiblemente enfrentados entre sí. La tentación de “huir hacia adelante” inventando un conflicto exterior será demasiado grande. Probablemente el Pentágono provoque a Rusia en Siria y/o a China en su Mar Meridional, pero ambas potencias ya han fijado límites estrictos. ¿Qué controles le quedan al águila rampante para no cometer un acto de locura?

domingo, 9 de octubre de 2016

La oligarquía y la democracia compiten por el futuro

Con la "plebitusa" Colombia decide qué paz quiere
por Eduardo J. Vior"
Tiempo Argentino"
9 de octubre de 2016

Mientras la Real Academia noruega otorgaba el pasado viernes al presidente Juan Manuel Santos el Premio Nobel de la Paz, en La Habana se decidía prolongar indefinidamente el cese del fuego, un protocolo de seguridad para los guerrilleros hasta la consolidación de la paz y “escuchar” a los votantes que optaron por el No en el plebiscito del domingo pasado.

Por su parte, la clase política tradicional se reunifica aceleradamente para condicionar el camino hacia la paz. Contra esta maniobra de las cúpulas se alzan las clases medias progresistas que esta semana protagonizaron manifestaciones masivas. De la competencia entre ambas corrientes depende el futuro de Colombia.
 
Al otorgar el premio a Santos, el Comité Nobel noruego llamó a que se continúe y se respete el cese del fuego y advirtió a las partes que no podrán zafar de la presión internacional por la paz.

La distinción se terminó de definir bajo la presión popular interna. En la noche del miércoles 5 de octubre se realizaron en Bogotá y otras ciudades manifestaciones multitudinarias por la paz y la democracia, y la céntrica Plaza Bolívar de la capital sigue ocupada por decenas de tiendas erigidas como reclamo de una paz democrática. Según los organizadores, más de 100 mil personas se habrían congregado entonces en Bogotá. La marcha se reprodujo en Barranquilla, Cali, Santa Marta y Cúcuta e incluso tuvo eco en Londres, París y Nueva York.

Todos buscaron apropiarse de la manifestación. Aunque Santos finalmente no asistió, envió miembros de su gobierno. También "Timochenko", el jefe de las FARC, mandó una adhesión por Twitter. No obstante, los responsables de la movilización se resisten a la cooptación. Los “indignados” colombianos dicen que salieron a la calle impulsados por la “plebitusa”. En Colombia, llaman la “tusa” a lo que se siente al perder un amor.Ese fue el sentimiento de miles de colombianos cuando el domingo pasado ganó el No en el plebiscito. La “plebitusa” es, entonces, la energía que empuja a salir a la calle para sacarse la desazón.

Esta movilización salió al cruce del entendimiento entre las élites. Ese mismo miércoles por la mañana, Juan Manuel Santos había recibido en el Palacio Nariño a su antecesor, Álvaro Uribe Vélez, mientras que, en simultáneo, el ex presidente conservador Andrés Pastrana se reunía con el también ex, pero liberal, Ernesto Samper en su oficina de Bogotá. La casta dominante colombiana ve en la derrota política de la guerrilla la posibilidad de retomar las riendas del país y se apresura. Sin poder volver al monte, las FARC son las únicas perdedoras netas de la jornada del domingo 2.

Sacando las adecuadas conclusiones del proceso de esta semana, el gobierno de Colombia y las FARC acordaron el viernes mantener el alto al fuego "bilateral y definitivo" y discutir las propuestas de "ajuste" al acuerdo de paz que sean necesarias. Aunque en el plebiscito triunfó el rechazo a las concesiones jurídicas y políticas a los dirigentes rebeldes, ahora se impone renegociar un acuerdo que guarde las formas. En estas condiciones es determinante la carrera por el poder. Si desde abajo se forma rápidamente una coalición de fuerzas democráticas que vincule la paz con la democratización del país, Colombia puede tener una paz duradera por primera vez en 200 años. Si, por el contrario, la oligarquía reunificada impone la paz de los cementerios, el renacimiento de la violencia está programado. ¿Podrá la “plebitusa” convertir la tristeza del domingo pasado en una energía creadora que abrace a todo el país? «

martes, 4 de octubre de 2016

Sòlo la mediación internacional puede alcanzar la paz

¿Quién destraba a Colombia?
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
4 de octubre de 2016
Después de la derrota del Sí en el plebiscito del domingo 2, Colombia está bloqueada. El presidente y las FARC ratificaron que el cese al fuego se mantendrá al igual que la búsqueda de la paz y todos los actores políticos se apresuraron a prometer nuevas negociaciones y a proclamar la necesidad de un pacto nacional que reunifique al dividido país, pero nadie sabe qué hacer.
Con este resultado los colombianos dejaron en el limbo cuatro años de complicadas negociaciones que culminaron la semana pasada con la firma de un histórico pacto por parte de Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias "Timochenko".
Por el Sí votaron mayoritariamente Bogotá y las zonas rurales periféricas que más sufrieron la guerra. Por el No, en tanto, optaron las regiones andinas centrales que, en general, sólo vivieron la guerra por televisión y a través de la llegada de los más de cinco millones de desplazados. El plebiscito no sólo evidenció la tajante fractura entre el país urbano y el rural, sino entre la idea tradicional de la unidad nacional a los palos que alimentó doscientos años de guerras civiles y la nueva propuesta para reconstruir el país desde el mutuo reconocimiento entre los partidos.
Hoy en Colombia la palabra de moda es "renegociar", pero nadie sabe cómo. El No deja sin piso el cese del fuego y hostilidades bilateral y definitivo. Aunque se creía que el presidente podía decretar una nueva tregua bilateral para resolver el impasse jurídico actual, carece de fuerza para hacerlo. Dado que el Estado tampoco cuenta con los recursos para mantener a las FARC, es muy probable que la guerrilla vuelva a la extorsión, el narcotráfico y la minería ilegal para financiarse y que la fuerza pública la reprima, con las tragedias concomitantes que pueden radicalizar las posturas de ambas partes.
Por otra parte, el concepto de renegociación es difícil de solucionar en la práctica. Las FARC no quieren volver al monte, pero prefieren hacerlo, antes que aceptar que los traten como criminales. De igual modo, la representación que consiguió las FARC en el Congreso, con cinco bancas en Senado y Cámara respectivamente, y 16 circunscripciones especiales territoriales, es un logro al que tampoco renunciarán. Y sobre el dinero, ellos aceptaron en el acuerdo participar en la reparación material de las víctimas, pero es difícil que vayan más allá de eso, pues su plata está más en inmuebles que en bancos suizos. Con esta derrota el presidente y los líderes de la guerrilla pierden su poder. Ahora se fortalecen en ambos bandos las líneas duras.
Cómo volver a la guerra es hoy un riesgo real, muchos creen que el gobierno de Estados Unidos, el Vaticano, la ONU y múltiples jefes de Estado presionarán para evitar el hundimiento. Algunos puntos se pueden tramitar como iniciativa legislativa de los partidos que apoyan al presidente, pero no es seguro que pueda defender estas medidas ante la opinión pública mayoritaria.
El escrutinio del pasado domingo demostró que Álvaro Uribe mantiene intacto su capital electoral. Luego del resultado del plebiscito, el ex presidente tiene el respaldo de varios millones de votantes y su partido, el Centro Democrático, ganó a pesar de la propaganda mentirosa y aterrorizadora que hizo.
La situación colombiana está bloqueada. Nadie puede permitirse volver a la guerra, aunque más de uno lo querría, pero nadie sabe cómo salir de ella. Santos y Timochenko están debilitados y Uribe, fortalecido. Los primeros no pueden seguir conduciendo el proceso de paz y el segundo no tiene autoridad para hacerlo. El Congreso, la Corte Constitucional y los mediadores externos serán los actores de la próxima etapa. En los dos años que faltan hasta la próxima elección presidencial probablemente el país viva en una situación de ni guerra ni paz en la que se multiplicarán las provocaciones de ambos lados, hasta tanto surjan en el Estado y en la guerrilla dirigentes dispuestos y capaces para reabrir el diálogo. El plebiscito fue hace apenas dos días, pero esto recién empieza.