Descentralizando el poder internacional
Año 7. Edición número 321. Domingo 13 de Julio de 2014
En Fortaleza, el anfitrión más China, Sudáfrica,
Rusia y la India, los países emergentes más poderosos del mundo, se
reúnen para encontrar alternativas a la arquitectura financiera global
La VI Reunión Cumbre de los países del Brics (Brasil, Rusia, India,
China y Sudáfrica) se celebra en Fortaleza, Ceará, el próximo 15 de
julio y continúa al día siguiente en Brasilia ampliada a representantes
de la Unasur y la Celac. La asamblea promete ser histórica porque allí
se fundará el propio Banco de inversiones y un fondo monetario de
contingencia, porque el grupo se dará un secretariado permanente y
porque la incorporación de Argentina da a la asociación un centro de
poder regional.
En la cumbre participarán la presidenta brasileña Dilma Rousseff, los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; China, Xi Jinping; Sudáfrica, Jacob Zuma, y el recién electo primer ministro de India, Narendra Modi, así como la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Además de firmar los documentos económicos, los líderes del Brics coordinarán su política global, para lo que crearán un gobierno del grupo con presidencia rotativa y subcomités regionales en los continentes de cada integrante. Rusia espera también que sus socios repudien las sanciones económicas aplicadas contra ella por Estados Unidos y la UE por la incorporación de Crimea en marzo pasado.
La fundación del Banco sienta las bases para la posterior creación de una moneda de respaldo. Ya el 60% del comercio intrabloque se realiza fuera del dólar. El Banco, que empezará a operar en 2016, financiará proyectos de infraestructura y su sede estará probablemente en Shanghai.
Argentina fue invitada a la cumbre por Rusia y sería incorporada a la asociación. Los cinco miembros actuales suman tres mil millones de habitantes, con un PBI conjunto de 16 mil billones de dólares y reservas monetarias por cuatro mil billones.
Como es lógico entre potencias tan disímiles, los intereses, objetivos y estilos de los participantes difieren considerablemente. Así Brasil –que apura la próxima firma del Tratado de Libre Comercio Mercosur-UE– busca diluir el perfil de la asociación. “El Banco y el fondo del Brics no serán competidores del Banco Mundial y del FMI, sino que los complementarán”, advirtió el pasado martes 8 José Alfredo Graça Lima, subsecretario de Política de Itamaraty.
El Banco tendrá un capital inicial de 50 mil millones de dólares (10 mil en recursos y 40 mil en garantías). La creación del organismo deberá ser ratificada por los respectivos parlamentos. El fondo, a su vez, tendrá un capital inicial de 100 mil millones de dólares (China, 41 mil millones, Brasil, Rusia e India, 18 mil millones cada uno, y Sudáfrica, cinco mil millones). Las discusiones sobre la composición de los fondos, la dirección y las sedes de ambas entidades fueron complicadas. Según indicó el ministro de Finanzas ruso Anton Siluanov en Moscú, el Banco y el fondo servirán para evitar la repetición de la fuga de capitales sufrida a fines del año pasado, cuando la Reserva Federal estadounidense redujo sus estímulos a la banca local y se produjo un “efecto aspiradora” en las finanzas mundiales. El Banco estará abierto a otros miembros de la ONU y dará créditos también fuera del Brics, pero los miembros del grupo nunca podrán poseer menos del 55% de sus acciones. Su presidencia será rotativa, con un mandato por cinco años, pero recién durante la cumbre se decidirá la secuencia, aclaró Siluanov.
Durante la reunión, el presidente Xi Jinping encontrará también bilateralmente al nuevo primer ministro de India, Narendra Modi; al presidente ruso, Vladimir Putin; al sudafricano, Jacob Zuma, y a Dilma Rousseff. Su viaje continuará por Argentina, Cuba y Venezuela.
Según Zhu Zhiwei, investigador en el Centro de Estudios sobre Brasil de la Academia China de Ciencias Sociales, “Brasil es el país que más se benefició hasta ahora del Brics, por lo que esperamos que continuará fortaleciéndolo”. Shu agregó que la cooperación entre los miembros del grupo se basa en su sentido de identidad compartida. “Brasil reconoce a China como una potencia emergente, en tanto China reconoce a Brasil como una potencia latinoamericana y un país emergente con cierta influencia internacional y asociado a China”, comentó significativamente.
Rusia quiere también aprovechar el viaje de Putin para estrechar la cooperación nuclear con Brasil y Argentina, según afirmó el jefe de la corporación nuclear rusa Rosatom, Serguei Kirienko.
La cumbre constituirá un poder internacional alternativo al de Estados Unidos, Europa Occidental y Japón. La fundación del Banco de inversiones puede acelerar imprescindibles proyectos energéticos y de transporte que reduzcan costos de las economías emergentes. Aplicando la proclamada estrategia del presidente Putin de “descentralizar el poder mundial”, China y Rusia pueden multiplicar su influencia internacional mediante el desarrollo integrado de América del Sur, pero para ello también necesitan ceñir la tendencia histórica de Brasil al doble juego. Brasilia está ansiosa por firmar el Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea con efectos dudosos en la región. Para neutralizar este riesgo, al sumar a Argentina al Brics, Rusia y China la equiparan con su vecino. Quieren aprovecharla para disciplinar a Brasil, incorporar a los demás países hispanohablantes y entrar ellos al subcontinente.
Algunos analistas esperan que la reunión del grupo sirva también para blindar las economías emergentes contra los capitales especulativos. Más allá de que Putin y Xi ofrezcan bilateralmente a Argentina y Venezuela transferencias contingentes para mejorar la situación de caja y que su apoyo levante nuestro ánimo durante las negociaciones con los holdouts, no pueden jugar nuestros partidos. El Brics no sirve para resolver todos los problemas de la economía mundial, aunque perteneciendo a él se juegue por la Copa del Mundo.
En la cumbre participarán la presidenta brasileña Dilma Rousseff, los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; China, Xi Jinping; Sudáfrica, Jacob Zuma, y el recién electo primer ministro de India, Narendra Modi, así como la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Además de firmar los documentos económicos, los líderes del Brics coordinarán su política global, para lo que crearán un gobierno del grupo con presidencia rotativa y subcomités regionales en los continentes de cada integrante. Rusia espera también que sus socios repudien las sanciones económicas aplicadas contra ella por Estados Unidos y la UE por la incorporación de Crimea en marzo pasado.
La fundación del Banco sienta las bases para la posterior creación de una moneda de respaldo. Ya el 60% del comercio intrabloque se realiza fuera del dólar. El Banco, que empezará a operar en 2016, financiará proyectos de infraestructura y su sede estará probablemente en Shanghai.
Argentina fue invitada a la cumbre por Rusia y sería incorporada a la asociación. Los cinco miembros actuales suman tres mil millones de habitantes, con un PBI conjunto de 16 mil billones de dólares y reservas monetarias por cuatro mil billones.
Como es lógico entre potencias tan disímiles, los intereses, objetivos y estilos de los participantes difieren considerablemente. Así Brasil –que apura la próxima firma del Tratado de Libre Comercio Mercosur-UE– busca diluir el perfil de la asociación. “El Banco y el fondo del Brics no serán competidores del Banco Mundial y del FMI, sino que los complementarán”, advirtió el pasado martes 8 José Alfredo Graça Lima, subsecretario de Política de Itamaraty.
El Banco tendrá un capital inicial de 50 mil millones de dólares (10 mil en recursos y 40 mil en garantías). La creación del organismo deberá ser ratificada por los respectivos parlamentos. El fondo, a su vez, tendrá un capital inicial de 100 mil millones de dólares (China, 41 mil millones, Brasil, Rusia e India, 18 mil millones cada uno, y Sudáfrica, cinco mil millones). Las discusiones sobre la composición de los fondos, la dirección y las sedes de ambas entidades fueron complicadas. Según indicó el ministro de Finanzas ruso Anton Siluanov en Moscú, el Banco y el fondo servirán para evitar la repetición de la fuga de capitales sufrida a fines del año pasado, cuando la Reserva Federal estadounidense redujo sus estímulos a la banca local y se produjo un “efecto aspiradora” en las finanzas mundiales. El Banco estará abierto a otros miembros de la ONU y dará créditos también fuera del Brics, pero los miembros del grupo nunca podrán poseer menos del 55% de sus acciones. Su presidencia será rotativa, con un mandato por cinco años, pero recién durante la cumbre se decidirá la secuencia, aclaró Siluanov.
Durante la reunión, el presidente Xi Jinping encontrará también bilateralmente al nuevo primer ministro de India, Narendra Modi; al presidente ruso, Vladimir Putin; al sudafricano, Jacob Zuma, y a Dilma Rousseff. Su viaje continuará por Argentina, Cuba y Venezuela.
Según Zhu Zhiwei, investigador en el Centro de Estudios sobre Brasil de la Academia China de Ciencias Sociales, “Brasil es el país que más se benefició hasta ahora del Brics, por lo que esperamos que continuará fortaleciéndolo”. Shu agregó que la cooperación entre los miembros del grupo se basa en su sentido de identidad compartida. “Brasil reconoce a China como una potencia emergente, en tanto China reconoce a Brasil como una potencia latinoamericana y un país emergente con cierta influencia internacional y asociado a China”, comentó significativamente.
Rusia quiere también aprovechar el viaje de Putin para estrechar la cooperación nuclear con Brasil y Argentina, según afirmó el jefe de la corporación nuclear rusa Rosatom, Serguei Kirienko.
La cumbre constituirá un poder internacional alternativo al de Estados Unidos, Europa Occidental y Japón. La fundación del Banco de inversiones puede acelerar imprescindibles proyectos energéticos y de transporte que reduzcan costos de las economías emergentes. Aplicando la proclamada estrategia del presidente Putin de “descentralizar el poder mundial”, China y Rusia pueden multiplicar su influencia internacional mediante el desarrollo integrado de América del Sur, pero para ello también necesitan ceñir la tendencia histórica de Brasil al doble juego. Brasilia está ansiosa por firmar el Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea con efectos dudosos en la región. Para neutralizar este riesgo, al sumar a Argentina al Brics, Rusia y China la equiparan con su vecino. Quieren aprovecharla para disciplinar a Brasil, incorporar a los demás países hispanohablantes y entrar ellos al subcontinente.
Algunos analistas esperan que la reunión del grupo sirva también para blindar las economías emergentes contra los capitales especulativos. Más allá de que Putin y Xi ofrezcan bilateralmente a Argentina y Venezuela transferencias contingentes para mejorar la situación de caja y que su apoyo levante nuestro ánimo durante las negociaciones con los holdouts, no pueden jugar nuestros partidos. El Brics no sirve para resolver todos los problemas de la economía mundial, aunque perteneciendo a él se juegue por la Copa del Mundo.
Argentina, ¿el nuevo sexto elemento?
Antes y después de la Reunión del Brics en Brasil, Argentina recibe
al presidente ruso, Vladimir Putin, y al de China, Xi Jin Ping. El
primero estuvo ayer en el país y el segundo vendrá el próximo día 19,
ambos para firmar importantes acuerdos en hidrocarburos, minería e
infraestructura.
Vladimir Putin estuvo ayer en Buenos Aires como primera escala de su viaje por América latina que hoy lo lleva a Brasil donde mañana y pasado participará de la reunión del Brics. El miércoles sigue viaje a Cuba. Con la gira, el Kremlin impulsa que América latina se convierta en uno de los centros del sistema internacional policéntrico que propone. Argentina ocupa un lugar central en ese esquema.
En Buenos Aires se negoció ayer sobre inversiones rusas en hidrocarburos, construcción de diez hidroeléctricas y una planta de energía nuclear. También se firmaron convenios en varias áreas más y se conversó sobre una inversión rusa en yacimientos mineros de Mendoza y San Juan y la venta de barcos militares de ese país.
El gigante del gas ruso Gazprom está comprando parte del complejo gasífero que Wintershall comenzará a perforar en agosto en Vaca Muerta. Se trata de una filial de la química alemana BASF que tiene en Argentina 15 proyectos petroleros y de gas y es el cuarto productor de gas natural. A cambio BASF recibirá el 25% más una acción del yacimiento de gas de Urengoi en Siberia, a ser explotado desde 2016. En Argentina los rusos entrarían en dos yacimientos ya operativos en Neuquén y Tierra del Fuego, mientras que una subsidiaria de Gazprom suministrará gas natural licuado (GNL) hasta 2015.
Los rusos también podrían interesarse por un pozo de la empresa petrolera estatal neuquina GyP en Aguada Federal que llegó al esquisto de Vaca Muerta.
Por su parte, Xi Jinping llegará el 19 de julio para iniciar la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic sobre el río Santa Cruz. Beijing pondrá 4.714 millones de dólares para ese proyecto y otros 2.099 millones para modernizar el ferrocarril Belgrano Cargas. También tiene cierto interés en el corredor bioceánico entre San Juan y Coquimbo.
La inversión en las represas patagónicas es la mayor de China en el exterior y también la mayor inversión del kirchnerismo. Las represas serán construidas por un consorcio de Electroingeniería y la china Gezhouba, en tanto el China Development Bank (CDB) financiará el 100%. Entre 3.800 y 3.900 millones de dólares llegarán para ello al Banco Central; con el resto se comprarán turbinas en China.
El Belgrano Cargas es la otra gran prioridad china. Para financiar buena parte de la obra, el CDB otorga un crédito de 2.099 millones de los cuales 1.235 millones ingresarán al país para pagar obras y el resto se gastará en China comprando vagones y locomotoras.
Con estas inversiones y su incorporación a los Brics Argentina aumenta cualitativamente su peso internacional y puede dar un gran salto adelante en su desarrollo económico, pero precisa claridad, voluntad política y continuidad en la ejecución.
Vladimir Putin estuvo ayer en Buenos Aires como primera escala de su viaje por América latina que hoy lo lleva a Brasil donde mañana y pasado participará de la reunión del Brics. El miércoles sigue viaje a Cuba. Con la gira, el Kremlin impulsa que América latina se convierta en uno de los centros del sistema internacional policéntrico que propone. Argentina ocupa un lugar central en ese esquema.
En Buenos Aires se negoció ayer sobre inversiones rusas en hidrocarburos, construcción de diez hidroeléctricas y una planta de energía nuclear. También se firmaron convenios en varias áreas más y se conversó sobre una inversión rusa en yacimientos mineros de Mendoza y San Juan y la venta de barcos militares de ese país.
El gigante del gas ruso Gazprom está comprando parte del complejo gasífero que Wintershall comenzará a perforar en agosto en Vaca Muerta. Se trata de una filial de la química alemana BASF que tiene en Argentina 15 proyectos petroleros y de gas y es el cuarto productor de gas natural. A cambio BASF recibirá el 25% más una acción del yacimiento de gas de Urengoi en Siberia, a ser explotado desde 2016. En Argentina los rusos entrarían en dos yacimientos ya operativos en Neuquén y Tierra del Fuego, mientras que una subsidiaria de Gazprom suministrará gas natural licuado (GNL) hasta 2015.
Los rusos también podrían interesarse por un pozo de la empresa petrolera estatal neuquina GyP en Aguada Federal que llegó al esquisto de Vaca Muerta.
Por su parte, Xi Jinping llegará el 19 de julio para iniciar la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic sobre el río Santa Cruz. Beijing pondrá 4.714 millones de dólares para ese proyecto y otros 2.099 millones para modernizar el ferrocarril Belgrano Cargas. También tiene cierto interés en el corredor bioceánico entre San Juan y Coquimbo.
La inversión en las represas patagónicas es la mayor de China en el exterior y también la mayor inversión del kirchnerismo. Las represas serán construidas por un consorcio de Electroingeniería y la china Gezhouba, en tanto el China Development Bank (CDB) financiará el 100%. Entre 3.800 y 3.900 millones de dólares llegarán para ello al Banco Central; con el resto se comprarán turbinas en China.
El Belgrano Cargas es la otra gran prioridad china. Para financiar buena parte de la obra, el CDB otorga un crédito de 2.099 millones de los cuales 1.235 millones ingresarán al país para pagar obras y el resto se gastará en China comprando vagones y locomotoras.
Con estas inversiones y su incorporación a los Brics Argentina aumenta cualitativamente su peso internacional y puede dar un gran salto adelante en su desarrollo económico, pero precisa claridad, voluntad política y continuidad en la ejecución.
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Eduardo J. Vior