sábado, 31 de diciembre de 2016

Trump quiere llevarse bien con Putin y con Israel

La cuadratura del círculo
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
31 de diciembre de 2016
Entre la aceptación de la intervención rusa en Siria y el apoyo al expansionismo israelí, la política levantina de Donald Trump busca una cuadratura del círculo que Barack Obama quiere impedir antes del 20 de enero próximo. 
El pasado jueves Vladimir Putin anunció que desde ese día a la cero hora (local) regiría en Siria un alto de fuego en el oeste y sur del país. Putin destacó el trabajo conjunto de Rusia, Turquía e Irán, para alcanzar en Siria esta tregua. Si la misma se mantiene, gobierno y oposición iniciarán durante enero tratativas de paz en Astana, capital de Kazajistán. 
Que Turquía sea aliada de Rusia es obra de Obama. Cuando después de la intervención rusa en Siria en septiembre de 2015 y del derribamiento de un avión ruso por Turquía dos meses después, y Rusia decretó sanciones comerciales contra Turquía, el presidente Recep T. Erdoğan buscó el diálogo, pero en julio pasado Obama lo castigó apañando el fracasado golpe de Estado. Vladimir Putin, entonces, estrechó las relaciones con Ankara. Irán, en tanto, se ganó en el campo de batalla el derecho de participar en el trío. 
El miércoles pasado el presidente electo cuestionó la abstención norteamericana durante la votación de la ONU que condenó los asentamientos israelíes en territorio palestino y acusó a Obama de obstaculizar la transición. Para confirmar que está dinamitando un puente cada día, el mandatario saliente expulsó el jueves a 35 agentes de la inteligencia rusa e impuso sanciones a los dos principales servicios de ese país. 
¿Cómo compatibiliza Trump su apoyo al expansionismo israelí (su próximo embajador, David Friedman, incluso mudaría la embajada norteamericana a Jerusalén) con su diálogo con Putin? Según la agencia Reuters, excepto el Estado Islámico, los beligerantes en Siria están dispuestos a hacer la paz repartiéndose áreas de influencia y manteniendo por algunos años al presidente Bashar al Assad, aunque casi sin poder. En el mismo sentido va el estatuto del Kurdistán sirio adoptado este viernes 30. Esta solución convendría a Israel, en tanto que Trump podría ganar mucho dinero reconstruyendo Siria. Consolidada la alianza Rusia-Irán-Turquía-Siria con la adhesión de Irak, Exxonmobil también podría tender junto con empresas rusas el gasoducto de Irán a Europa. El nuevo contexto forzaría asimismo a los palestinos a recrear la confederación que tuvieron con Jordania entre 1948 y 1967, mientras que Israel, finalmente, podría con apoyo ruso exportar su gas a Europa. Esta cuadratura del círculo podría ser muy exitosa. Si la CIA no la sabotea. «

sábado, 24 de diciembre de 2016

La CIA está detrás de los ataques en Europa

Turquía y Alemania miran con desconfianza a EE.UU. por los atentados

Los acontecimientos recuerdan la creación de la red Gladio por la CIA y el MI6 británico, para combatir a la izquierda y a los movimientos sociales en Europa en los '70
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
24 de diciembre de 2016
Aunque los contextos son muy diferentes, el asesinato del embajador ruso en Turquía y el arrollamiento de los concurrentes a un mercado de Navidad en Berlín con un camión polaco se parecen demasiado, como para pensar en casualidades. En ambos casos se atacó en Estados aliados de Estados Unidos que están mejorando sus relaciones con Rusia, los dos atentados se los atribuyó el Estado Islámico (EI) y en los dos casos se intentó provocar un giro autoritario.

Inmediatamente después del asesinato el lunes pasado en Ankara del embajador ruso Andrei Karlov por un joven expulsado de la policía turca luego del fallido golpe de Estado de julio pasado, tanto el gobierno de Turquía como el de Rusia declararon que se trataba de un “ataque terrorista” y prometieron profundizar la mejora de las relaciones ruso-turcas en curso. Voceros rusos oficiosos criticaron la falta de adecuadas medidas de seguridad, pero disculparon al gobierno turco y adjudicaron el atentado a servicios secretos occidentales, a pesar de que el Estado Islámico (EI) se lo había atribuido.

Después de haber apoyado a los islamistas en Siria durante cuatro años, los atentados perpetrados por estos en Turquía y la presión internacional obligaron a Erdogan a perseguir al EI. En julio pasado el intento de golpe de Estado de una secta iluminista dirigida desde EE UU por el clérigo Fetulá Gülenlo acercó a Ankara a Moscú y este último hecho lo puso definitivamente en sintonía con la política rusa para Levante. Así, el martes se encontraron en la capital rusa los ministros de relaciones exteriores de Rusia, Turquía e Irán, para extender a toda Siria el cese del fuego alcanzado en Alepo. Junto con la tregua estas potencias se están repartiendo el control de territorio sirio en acuerdo con el gobierno de Assad.

Sin embargo, este acercamiento a Moscú debilita a Erdogan ante los nacionalistas civiles y militares que controlan las fuerzas armadas y de seguridad. Tanto los neofascistas como los iluminados y los guerrilleros kurdos mantienen fuertes contactos con la CIA, de modo que el presidente está bajo una presión múltiple de la que espera salir alcanzando el cese del fuego para el oeste de Siria junto con el gobierno sirio, Rusia e Irán. Si se alcanza esta meta, los socios esperan acordar la construcción del gasoducto iraní-iraquí-sirio-turco para exportar gas iraní a Europa, pero este proyecto depende de que Donald Trump y Vladimir Putin se pongan de acuerdo y tiene la condición previa de que Barack Obama no derribe a Erdogan antes del 20 de enero.

Berlín grita a la vida

Entretanto, hasta el viernes seguía prófugo el terrorista que el mismo lunes a la noche mató a 12 personas en un mercado de Navidad en el centro de Berlín y dejó 49 heridos. El Estado Islámico se adjudicó también esta masacre. En la cabina del camión Scania utilizado se encontró al chofer polaco del vehículo, muerto de un balazo en el momento del atentado, el permiso de residencia precaria del tunecino Anis Amri y en la puerta sus huellas digitales. 

En Alemania se ha desatado una gran polémica, al saberse que los servicios de inteligencia conocían desde hace algunos meses el plan de Amri para cometer un atentado. Sin embargo, expertos serios sospechan que el DNI y las huellas podrían haber sido colocadas intencionalmente para desorientar la pesquisa.

Aunque se temen nuevos atentados, Angela Merkel ordenó que la búsqueda del sospechoso se realice discretamente, que los tradicionales mercados de Navidad se mantengan y no se suspenda el fútbol. Especialmente los habitantes de Berlín han intensificado su presencia en los espacios públicos conla consigna de “vivir como en épocas normales“.

Viejos y nuevos nazis y muchos oportunistas aprovechan la ocasión para alzarse contra la política inmigratoria de la canciller. Su tradicional socio socialcristiano en Baviera, la CSU, ha amenazado con romper el acuerdo que la une con la CDU (Unión Demócrata Cristiana) de Merkel, aunque en este caso debería coaligar con la neonazi Alternativa por Alemania (AfD). En esta hipótesis se desharía la gran coalición gobernante CDU/CSU-SPD (socialdemócratas), sin que una alianza SPD-Verdes-Izquierda pueda conquistar la mayoría en las elecciones del año que viene aún con fecha a determinar. Evidentemente, el atentado del lunes apuntó a que se forme un gobierno entre conservadores y neonazis, por lo que es razonable sospechar que se trató de un atentado de falsa bandera, para derrocar a la canciller e instaurar un gobierno autoritario y anti ruso.

Entre fines de los años '60 y fines de los '70, la CIA y el británico MI6 movilizaron la red Gladio para combatir a la izquierda y a los movimientos sociales en auge en Europa Occidental. Esta red operaba como un gobierno clandestino que, mediante atentados con falsa bandera, intentaba crear una conmoción que justificara erigir gobiernos autoritarios. Gladio realizó atentados terroristas en Italia, Francia, Bélgica y Alemania que nunca fueron totalmente esclarecidos y hay indicios de que nunca se disolvió. El hecho de que los atentados de esta semana se dirigieran contra dos aliados de EE UU que buscan mejorar sus vínculos con Rusia permite inferir que la red criminal volvió a actuar.

Barack Obama y la CIA buscan evitar que Donald Trump y Vladimir Putin puedan alcanzar una nueva coexistencia pacífica. Para ello está dispuesto a atacar a todos los gobiernos díscolos. Más atentados están en la agenda hasta la asunción del nuevo gobierno el 20 de enero. De la calma de los gobernantes no involucrados y la templanza de sus poblaciones depende que el realismo y la sensatez primen sobre la ideología. «  

martes, 20 de diciembre de 2016

Antes de retirarse, Obama quiere dejar el caos

Alepo y el rompecabezas de la guerra
El asesinato del embajador ruso en Turquía representa un nuevo capítulo del ajedrez bélico y comercial que atraviesa Siria. Trump, Obama y el escenario que se viene.
andrei-karlov

En todo país ordenado, cuando un inquilino termina su alquiler debe hacer una limpieza a fondo de la propiedad que deja. Parece, empero, que Barack Obama entendió la consigna al revés y, antes de abandonar la Casa Blanca, se está esforzando por sembrar el caos. Los motines en Venezuela, el conato opositor en Cuba, los violentos tiroteos en Ucrania, el asesinato del embajador ruso en Turquía y el incendio de seis ómnibus del gobierno sirio que se dirigían a evacuar a la población de dos aldeas chiitas sitiadas por los islamistas muestran que la CIA y su presidente se rehusan a reconocer su derrota en Alepo, creando el caos para que Vladimir Putin y Donald Trump no alcancen la paz en Siria y acuerden el control sobre el petróleo y el gas de Levante.

El asesinato este lunes a la mañana del embajador ruso ante Turquía, Andrei Karlov, ejecutado por un ex oficial de la policía turca dado de baja después del frustrado golpe de estado de julio pasado, no pudo impedir que a partir de este martes se encontraran en Moscú los ministros de relaciones exteriores de Rusia, Turquía e Irán, para acordar el guión que deberán seguir las próximas negociaciones de paz entre el gobierno sirio y las organizaciones rebeldes. Cada uno con sus intereses particulares, estos tres países son los que más influencia ejercen sobre los actores en la guerra en Siria.

Mientras que Rusia necesita un Estado amigo para tallar en el Mediterráneo Oriental y controlar el trazado de los oleo y gasoductos de la región hacia Europa, Irán trata de romper el cerco de las potencias reaccionarias del Golfo e Israel, proteger a las minorías chiitas dispersas en Siria y Líbano y, después del levantamiento de las sanciones, hallar una salida hacia Europa de su petróleo y gas. Turquía, en tanto, protege al islamista Yabhat Fatej al-Sham (el frente antes llamado al Nusra en el que al Qaeda tiene un papel central), activo en el noroeste del país, y quiere evitar que los kurdos de la frontera sirio-turca se expandan hacia Turquía y hacia el centro de Siria. Si bien sigue reclamando la renuncia del presidente Baschar al Assad, coincide con él en enfrentar a los kurdos y al Estado Islámico (EI). Se trata de intereses encontrados, pero no irreconciliables. Será tarea de buenos diplomáticos urdir una solución que convenga al gobierno sirio y a estas tres partes externas.

Al revés de los fracasados intentos multilaterales impulsados por la ONU, este encuentro sigue un nuevo formato: se encuentran las potencias con influencia sobre las fuerzas combatientes, para acordar un cese del fuego regional que después pueda extenderse al resto del país. Ya el pasado viernes 16, en conferencia de prensa en Japón el presidente ruso Vladimir Putin dijo a los periodistas que el siguiente paso para restablecer la paz en Siria después de la reconquista de Alepo es alcanzar un alto el fuego en todo el país.

Como hay muchos más involucrados en la guerra siria y cada una de estas potencias tiene sus propios conflictos internos, abundan las operaciones de inteligencia y las campañas de rumores. Si bien fueron los servicios secretos de Rusia y Turquía quienes convinieron el cese del fuego y la evacuación de combatientes y civiles desde la recuperada parte oriental de Alepo, el gobierno turco rechazó este lunes haber hecho un acuerdo secreto con Rusia sobre el futuro de Siria. El rumor fue puesto en circulación por fuentes norteamericanas que temen el creciente acercamiento entre los dos países después del fracaso del golpe de estado que Washington impulsó contra el presidente Recep T. Erdoğan en julio pasado. Como todos los rumores, tiene una base cierta, ya que Ankara últimamente ha sido muy tolerante hacia el apoyo que Moscú da a Assad, mientras que la segunda cierra los dos ojos ante la intervención del ejército turco en el noroeste de Siria para combatir a los islamistas y los kurdos.

El acuerdo ruso-norteamericano
Si algo debe agradecer el sufrido pueblo sirio al norteamericano, es la elección de Donald Trump. Ni bien el magnate fue electo, cesó el apoyo militar norteamericano para los islamistas y el gobierno sirio pudo liberar Alepo con apoyo ruso. Aunque la recuperación de la segunda ciudad del país implica el restablecimiento fáctico de la unidad del Estado, la simultánea recuperación de Palmira por el Estado Islámico (EI) amenaza seriamente el centro del país y obliga al rápido desplazamiento de las mejores unidades del ejército sirio. También por esta razón Turquía y Rusia están interesadas en alcanzar un cese del fuego en el noroeste.

La toma de Alepo sepultó la conspiración para dividir Siria que los monarcas del Golfo e Israel llevan adelante desde 2011 con el apoyo de los Estados Unidos. Esta derrota norteamericana podría haber replicado la de Vietnam, si el 8 de noviembre pasado los votantes estadounidenses no hubieran dado un volantazo a su política mundial. El presidente electo de los EE.UU., Donald Trump, está convencido del fracaso de la estrategia ejecutada por Barack Obama y la CIA, por lo que busca contener los daños externos seleccionando mejor las prioridades de las intervenciones norteamericanas y buscando la cooperación con Rusia en Levante y el Mediterráneo Oriental.

Al nombrar a Rex Tillerson, presidente de Exxonmobil, como Secretario de Estado, Trump señaliza a Moscú su disposición a compartir el control del petróleo y el gas entre la cuenca del Mar Caspio y la iraní. Exxonmobil tiene desde hace años una intensa cooperación con el gigante ruso Rosneft en el Ártico y perdió más de mil millones de dólares por las sanciones impuestas a Rusia por el gobierno de Obama después del golpe de estado en Ucrania en febrero de 2014. La designación de Tillerson preanuncia también una decisión para construir junto con los socios rusos e iraníes el gasoducto iraní-iraquí-sirio-libanés, bloqueado desde el inicio de la guerra por ser competidor de otros dos proyectos (el Transcaspiano y el del Golfo a Turquía) propulsados por Chevron y Shell. Se trata de saber quién llevará el fluido a las cocinas europeas. Si la tubería continúa hacia Turquía o acaba en el puerto sirio de Latakia, bajo la vigilancia de la base naval rusa de Tartus, depende de la habilidad que tenga la diplomacia turca para acomodarse al venidero acuerdo ruso-norteamericano en la región.

Si en la reunión ministerial de Moscú se diseña un plan de ruta para progresivos ceses del fuego, intercambios de prisioneros y evacuaciones de civiles, a partir del 20 de enero Siria y los tres actores regionales pueden combinar sus esfuerzos con los que por vía paralela realice la diplomacia norteamericana. Ésta tendrá la difícil tarea de controlar a los israelíes y los jeques árabes, así como a los kurdos y a los terroristas que la propia CIA armó en el sur del país. Si ambos rieles marchan al unísono y Obama no logra dinamitarlos, en algún momento puede avanzar el tren de la paz.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Ante la caída de Alepo, EE.UU. busca reducir daños

Putin y Trump celebran
Tiempo Argentino
18 de diciembre
por Eduardo J. Vior

Si algo debe agradecer el sufrido pueblo sirio al norteamericano es la elección de Donald Trump. Apenas este fue electo, cesó el apoyo militar norteamericano para los islamistas y el gobierno sirio hoy controla casi toda Alepo.
Aunque la recuperación de la segunda ciudad del país aproxima la reunificación del Estado, la paz aún no asoma. Siria y Rusia se concentran ahora en retomar Palmira, ocupada por el Estado Islámico (EI) la semana pasada. La competencia representada por los bombardeos de EE UU y sus aliados para destruir el armamento capturado por los islamistas al Ejército Sirio (SAA, por su sigla en inglés) decidieron al mando ruso-sirio a priorizar la recuperación del sitio arqueológico sobre el avance contra la noroccidental Idlib, principal base de Yabat Fatej al-Sham, filial de Al Qaeda en Siria.
Por su parte, Irán forzó a Turquía y Rusia a modificar su acuerdo de cese del fuego enAlepo, para que también incluyera a dos villorrios chiítas sitiados en la vecina Idlib. Y aún quedan grupos rebeldes que rehúsan aceptar la tregua.
La toma de Alepo sepultó la conspiración que los sauditas, los jeques del Golfo y los israelíes urdieron con el apoyo de la CIA para dividir Siria. Esta derrota norteamericana habría replicado la de Vietnam, si el 8 de noviembre pasado no hubiera sido elegido Donald Trump, quien, convencido del fracaso de la estrategia ejecutada por Barack Obama para instaurar un imperio norteamericano universal, busca por la fuerza contener los daños externos e internos.
Con el nombramiento de RexTillerson, presidente de Exxonmobil, como secretario de Estado, Trump ofrece a Moscú compartir el control del petróleo mundial.
Exxonmobil coopera desde hace años estrechamente con la rusa Rosneft y fue afectada por las sanciones impuestas por Obama y la Unión Europea contra Rusia a raíz de la crisis en Ucrania. La designación de Tillerson implica también impulsar junto con rusos e iraníes la construcción del gasoducto iraní-iraquí-sirio-libanés contra el Transcaspiano y el del Golfo a Turquía, propulsados por Chevron y Shell. Que la tubería continúe hacia Turquía o acabe en el puerto sirio de Latakia, depende de cómo se recomponga el equilibrio ruso-turco-norteamericano.
En el norte los kurdos no aspiran a otra cosa que a la autonomía de su región. Sin embargo, como demuestran las idas y vueltas de los últimos días en Alepo y las amenazas del todavía presidente Barack Obama de tomar represalias contra Rusia por la intervención cibernética de esta en la campaña electoral norteamericana, Siria continúa siendo el nudo gordiano de la política mundial que hasta ahora nadie pudo desatar ni cortar.
El acuerdo ruso-norteamericano para repartirse el petróleo y el gas de Levante no se alcanzará fácilmente ni bastará por sí solo para calmar a los numerosos poderes regionales que intervienen en ese país, pero Vladimir Putin y Donald Trump tienen buenos motivos para brindar. El pueblo sirio, también.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Después del Italexit o la UE cambia o desaparece

Muerte y transfiguración de Europa

El resultado del referéndum constitucional en Italia provocó una tensión política en el país que puede derramarse hacia el resto del continente.
Foto: Martín G. Conde | Flickr
Foto: Martín G. Conde | Flickr

Cuando Matteo Renzi salió el miércoles 7 del Quirinale con el encargo de formar nuevo gobierno, después de haber dimitido ante el presidente Sergio Mattarella, la maldición del pueblo italiano resonó en toda Europa. Es que, tras el masivo rechazo del domingo 4 a la propuesta oficial de reformas constitucionales, la decisión presidencial evidenció la insistencia de la oligarquía financiera europea en no devolver el gobierno a sus pueblos. Italia está partida en dos y la contienda que se avecina abarcará todo el continente.

El presidente italiano se niega a convocar a elecciones anticipadas -como reclama la oposición- si el Parlamento antes no se expide sobre la ley electoral. Renzi, por su parte, quiere presidir un nuevo gobierno interino y continuar como secretario general del Partido Democrático (PD) después del congreso previsto para los primeros meses de 2017.

Los medios concentrados internacionales banalizan el resultado del referéndum como un rechazo popular a la limitación de los poderes del Senado. De acuerdo a la Constitución italiana la Cámara de Diputados y el Senado tienen las mismas facultades para votar leyes, lo que produce que cada tanto se bloqueen mutuamente. Para superar este empate, Renzi propuso instaurar un sistema de cuño alemán en el que el/la Canciller es elegido por la mayoría de los diputados, sólo puede ser derrocado por una mayoría alternativa, y en el que la segunda cámara se limita a representar a los estados federados. Avezado crítico de las intenciones políticas, el electorado italiano entendió que esta reforma pretendía eliminar los últimos restos de Estado de Bienestar y la bloqueó.

Foto: Marco Di Maio | Flickr
Foto: Marco Di Maio | Flickr

Con el referéndum Matteo Renzi buscaba asimismo acabar con la minoría socialdemócrata en su propio partido a la que en enero de 2014 había arrancado la dirección, pero el tiro salió por la culata y su derrota amenaza ahora escindir al PD.

Además del Senado, el referéndum se centró en la ley electoral. En mayo pasado el Parlamento aprobó el proyecto oficial conocido como “Italicum”, para reformar el llamado “Porcellum”. En este último sistema los partidos formaban alianzas laxas entre las cuales quien obtenía la mayoría simple de los votos recibía la mayoría de las bancas de diputados. En cambio, con el “Italicum” sólo se pueden presentar listas únicas que deben ir a una segunda vuelta entre las dos más votadas si ninguna supera el 40% de los sufragios en la primera. Así se impone la conglomeración de fuerzas disímiles en partidos sin identidad ideológica, pero con fuerte disciplina interna.

Según prevén las encuestas, si ahora se convocara a elecciones anticipadas, aprovechando el todavía vigente “Italicum” contra el que se alzó, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) se convertiría en bloque mayoritario y podría formar gobierno. Por eso está urgiendo al presidente para que convoque a elecciones anticipadas. La perspectiva asusta a la oligarquía europea, pero peor le resultaría que los bancos italianos caigan en una crisis general. La mayoría de las cotizaciones de activos y pasivos peninsulares se siguen sosteniendo, pero las del sector financiero se han hundido y ya amenazan al euro.

La elite europea y norteamericana dominante conjura el fantasma del “populismo”. Con el mismo menta toda manifestación directa de la voluntad popular contra la restringida democracia continental, pero si no se aviene a reformar las instituciones de la integración, más países abandonarán la UE. Citando a Beppe Grillo, aunque sin pasión partidaria, verdaderamente, “o Europa se transforma o muere”.