Ante el temor de no poder formar gobierno, Alemania opta por la estabilidad
Después de dos meses de las elecciones y sin que los partidos con representación parlamentaria se pusieran de acuerdo, el presidente Frank-Walter Steinmeier convocó a los líderes a negociar una gran coalición que lleve nuevamente al poder a Angela Merkel. Un alivio para la Unión Europea.
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
26 de noviembre de 2017
Tiempo Argentino
26 de noviembre de 2017
En el
sistema constitucional alemán el presidente de la República desempeña un
rol meramente moral. De él se esperan grandes discursos que den
orientación de largo plazo, pero nada más. Esto es así en épocas
normales, pero no en la actual. La elección parlamentaria del 24 de
septiembre dispersó la representación y, después de casi dos meses de
sondeos, fracasó la formación de una coalición entre la democracia
cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel, los socialcristianos
bávaros (CSU), los liberales (FDP) y los Verdes (B90/Die Grünen). Para
evitar un largo período de inestabilidad, entonces, el jefe del Estado
se metió de lleno en la política cotidiana y convocó este pasado viernes
24 a los representantes de la CDU, la CSU y el SPD (socialdemócratas) a
una reunión el lunes o martes próximos, para tratar de reeditar la gran
coalición que ya gobernó tres veces el país (1966-69, 2005-09 y
2013-17). Con esta iniciativa el mandatario quiere evitar tanto la
formación de un gobierno de minoría tolerado desde el Parlamento como la
repetición de la elección. El resto de la Unión Europea se lo agradece.
El
24 de septiembre a la noche el derrotado candidato del SPD Martin
Schulz había descartado la repetición de la gran coalición. Todavía el
pasado lunes 19, luego de que el domingo fracasaran las conversaciones
para formar una coalición "Jamaica" (llamada así, porque la combinación
de los colores de la CDU/CSU, el FDP y Los Verdes asemeja la bandera del
país caribeño), el presidente socialdemócrata reiteró su negativa. Sin
embargo, la alternativa de repetir la elección implicaría que los
diputados ya ungidos deban competir nuevamente por sus bancas, lo que no
gustó a nadie, y tolerar un gobierno de Merkel en minoría generaría una
incertidumbre que repele a la cultura alemana. Por esta razón, en la
madrugada del viernes la conducción del SPD decidió, en principio,
acceder a conversaciones sobre la repetición de la gran coalición.
Mientras
tanto, los jefes de Estado y de gobierno de los demás miembros de la UE
acucian a Berlín, para que resuelva la crisis. Como si fuera el
delegado de sus pares, el canciller austríaco Christian Kern declaró el
viernes en una reunión de la UE en Bruselas que "Alemania es una de las
naciones líderes de la Unión y todos deseamos que pronto se forme un
gobierno estable".
Con la frase "mejor no gobernar que hacerlo
mal", Christian Lindner, jefe del FDP, abandonó en la madrugada del
domingo 18 no muy sorpresivamente las tratativas con la CDU, la CSU y
Los Verdes, cuando un acuerdo ya estaba cercano. El SPD tuvo, entonces,
que salir del nicho opositor y tomar una decisión.
De acuerdo a
una encuesta de la consultora Emnid del viernes pasado, el 49% de los
alemanes favorece la reedición de una gran coalición contra el 47% que
se opone. Este relevamiento complementa otro, realizado por el instituto
Forsa, sobre una eventual repetición de la elección. Según el mismo, el
FDP, la neonazi Alternativa por Alemania (AfD) y Los Verdes aumentarían
su votación, mientras que los demás partidos quedarían igual. Como el
45% de los encuestados prefiere volver a las urnas, analistas como el
politólogo Oskar Niedermayer advierten sobre el riesgo de
radicalización. Paradójicamente, casi el 50% previó correctamente que
Angela Merkel volvería a presentarse como candidata.
La física del
nordeste gobierna ya desde hace 12 años y está dispuesta a superar el
récord de Helmut Kohl (1982-98), a pesar de que la mayoría de los medios
quisiera verla retirada. La táctica que aplica ante cada crisis
consiste en no definirse y dejar que los antagonistas se destruyan
mutuamente para, finalmente, arbitrar una solución pragmática. De este
modo ha anulado a todos sus socios e interlocutores y ocupado todo el
espacio político. Por eso es que ahora no encuentra socios con ganas de
formar gobierno con ella, aunque no hay alternativa a la gran coalición
entre la CDU/CSU y el SPD bajo la conducción de Angela Merkel y todos
deberán acomodarse a esta realidad.
Europa y Alemania están
atravesando una gran transformación. La derrota del globalismo en las
elecciones estadounidenses de 2016, la subsecuente retirada de EE UU de
la política europea, el Brexit y el ascenso del poder ruso dan a
Alemania un lugar central en la política mundial que los neoliberales y
los neonazis (a veces, convergiendo) quieren sabotear. Para ello se
aprovechan de los temores e incertidumbres incentivados por la llegada
de más de dos millones de extranjeros desde 2015. Contra esta
incertidumbre Angela Merkel es la mayor garantía de estabilidad. No
tiene grandes visiones, pero su patriotismo, sentido del deber, su
estilo maternal y su picardía mantienen unido y actualizado el sistema
político.
La gran coalición es una mala solución para Alemania y
Europa, pero es la única que, de momento, asegura la gobernabilidad del
continente, aunque frene reformas indispensables que llegarán en tiempos
más tranquilos, o cuando alguien dé un golpe de palacio, …lo que no
quiere decir que la situación mejore. «