Comedias, corrimientos del piso y catástrofes
La tragicomedia española es tan amenazante para el mundo como el giro estratégico de Arabia Saudita y la posible contaminación nuclear desde Corea del Norte.
Por Eduardo J. Vior
Infobaires24
1-11-17
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1-11-17
Aunque a
veces tengan ribetes cómicos, las poderosas tendencias a la
desintegración de la comunidad internacional que hoy presionan por
doquier pueden tener resultados catastróficos, aun si se las impulsa con
la intención de reformar y modernizar un país o una región. En Cataluña nada es tan cómico como parece.
Aunque
la fuga a Bruselas del Presidente de la recién proclamada “República
Catalana” el domingo pasado pareció poner un broche cómico al “procès”
independentista, la crisis profunda del nacionalismo conservador abre
paso a la radicalización del movimiento.
Como era de esperar, el
Tribunal Constitucional de España rechazó ayer la declaración unilateral
de independencia (DUI) que el Parlamento catalánhizo el pasado viernes
27,trasla cual el gobierno español aplicó el artículo 155 de la
Constitución que le permite intervenir la comunidad autónoma.
Sin
embargo, en acuerdo con el PSOE, Rajoy no intervino los medios públicos
de difusión y convocó a elecciones autonómicas para el 21 de diciembre
(21-D) con lo que quedó como representante de la democracia. Constatando
su fracaso, el ex Presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont,
anunció este martes desde Bélgica que acata la convocatoria a elecciones para el 21-D.
Después
del papelón estalló la crisis del catalanismo conservador. Mientras que
el ex titular de la Generalitat Artur Mas y la coordinadora del
conservador PD de Cat, Marta Pascal, hacían autocrítica por las chapuzas
cometidas, el vicepresidente de la organización civil Asamblea Nacional
Catalana (ANC), Agustí Alcoberro, abogaba ayer por configurar una “lista unitaria” del independentismo, lo que parece difícil.
A
pesar del ridículo en que cayó, el secesionismo volvería a ganar los
comicios autonómicos en escaños,aunque no en votos. Según el último
barómetro del Centre d’Estudisd’Opinió(CEO), las alianzas nacionalistas sumarían entre 68 y 72 escaños en el Parlament catalán, revalidando su mayoría absoluta, pero en sufragios alcanzarían el 45,9%,
dos puntos menos que en las elecciones del 2015.No obstante, el “sí” a
la independencia ha crecido tras la crisis de octubre. Un 48,7% de
catalanes quiere la independencia (7% más que en junio), un 43,6% la
rechaza, el 6,5% no lo sabe y el 1,3% no contesta. La encuesta se ha
hecho entre el 16 y el 29 de octubre, o sea que finalizó después de la
DUI y de que Rajoy hubiera anunciado la intervención.
La
monarquía y la derecha española festejan las chapuceadas de sus símiles
catalanistas y, probablemente, quieran condicionar el 21-D con censuras
y proscripciones, pero sólo recuperarán para España la lealtad de la
mitad de la población catalana, si acuerdan en una transición
constitucional. De lo contrario el independentismo seguirá creciendo y
la próxima oleada puede no acabar tan cómicamente.
Mohamed bin Salman, el “modernizador” neoliberal de Arabia Saudita
La
crisis duradera del Imperio norteamericano y la serie de derrotas que
acumuló desde 2001 están provocando efectos hasta hace poco inesperados.
Ante el fracaso en Siria e Irak y el empantanamiento en Yemen, el
liderazgo saudita está cambiando para salvar la cabeza.Sin embargo,su
giro puede provocar una catástrofe aún mayor que la que intenta
prevenir.
El 21 de junio pasado el rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz (86 años), designó a su hijo Mohamed bin Salman (hoy de 32 años),
como sucesor al trono. Ya previamente, como ministro de Defensa, el
joven venía dirigiendo la desastrosa invasión al vecino Yemen, donde
desde hace tres años los sauditas combaten contra rebeldes apoyados por
Irán y la mayoría del ejército, habiendo masacrado a decenas de miles de
civiles, pero sin resultado a la vista. Este fracaso, sumado a las
derrotas sufridas por el reino en Siria e Irak, ha creado una sensación
de gran inseguridad.
Por ello, la visita del presidente
norteamericano en mayo pasado no sólo ha inducido la ruptura de las
relaciones con el vecino Catar, acusado de impulsar el terrorismo en
todo Oriente Medio y el Magreb, sino que ha permitido el otorgamiento de
una ayuda militar norteamericana por 110 mil millones de dólares. A
cambio, el rey Salman retiró el apoyo al Estado Islámico y demás
yihadistas. El próximo ascenso al trono de Mohamed bin Salman asegura a
EE.UU. e Israel que Arabia Saudita seguirá conteniendo la expansión
iraní y sometiendo a las minorías chiítas en la región, pero, para poder
hacerlo duraderamente, debe reformar su economía y sociedad. Sin
embargo, la apertura de regímenes tan autoritarios como
éstehabitualmente incentiva las demandas por derechos. Al mismo tiempo,
como demuestra el ejemplo de la planeada megalópolis Neon, a construirse
en la frontera con Jordania, Israel y Egipto, diversificar la economía
obliga a buscar socios impensados. En este caso, Rusia ha ofrecido
invertir 500 mil millones de dólares.
Mohamed bin Salman quiere
cambiar algo, para que nada cambie, pero la caja de Pandora que está
abriendo puede arrasar con la monarquía que quiere salvar y ni siquiera
la esperanza le va a quedar en el fondo.
Kim Jong-Um juega al aprendiz de hechicero
Desde
hace seis años el Presidente de la República Democrática Popular de
Corea ha venido implementando una estrategia de la tensión, para forzar a
Estados Unidos a negociar paritariamente un tratado de paz para la
península coreana. El instrumento principal de esta estrategia ha sido
el desarrollo de un programa nuclear que le ha permitido detonar bombas
atómicas cada vez más potentes.
A principios de septiembre, Corea
del Norte detonó una bomba de hidrógenodebajo de la montaña Mantap, en
el extremo noreste del país. Pocos días después, empero, uno de los tres
túneles excavados en la base donde se realizó el ensayo, conocida como
Punggye-ri, colapsó y mató al menos a 200 trabajadores, según informó
este martes 31 la televisión japonesa Asahi.
Ya previamente expertos de distintos países venían advirtiendo
movimientos sísmicos y derrumbes cerca de la base. China ha anunciado
ayer conversaciones con Corea del Sur, para encarar juntos el problema y
el presidente Donald Trump informó que en su próximo viaje a la
península no visitará la línea de tregua intercoreana, para no provocar
al Norte.
Es posible que la base de ensayos nucleares Punggye-ri
deje de usarse pronto, pero el riesgo de contaminación permanecerá y,
probablemente, obligue a las potencias internacionales a una acción
mancomunada para controlarla. Lo que no logró la diplomacia, quizás lo
alcance el miedo al desastre total.
Es
fácil dialogar con los amigos. El arte de una política orientada hacia
la paz y la justicia pasa, en cambio, por hacerlo con los adversarios y
enemigos.
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Eduardo J. Vior