jueves, 21 de octubre de 2021

SIn reformas, la socialdemocracia no perdurará

 

20/10/2021 20:08 - perspectiva

¿Qué futuro tiene la socialdemocracia europea?

Tras el triunfo del SPD en Alemania, el centroizquierda gobierna en ocho países de la UE, pero mientras no cambien la OTAN y el BCE, toda reforma será sólo cosmética


Eduardo J. Vior

Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
21 de octubre de 2021

Olaf Scholz, Ministro de Finanzas de la Gran Coalición, muy probablemente sea el próximo Canciller federal. Foto: AFP
Olaf Scholz, Ministro de Finanzas de la Gran Coalición, muy probablemente sea el próximo Canciller federal. Foto: AFP

Cuando el pasado 26 de septiembre el Partido Socialdemócrata (SPD, por su nombre en alemán) salió primero en la elección para el Bundestag, muchos en Europa y en otras regiones del globo descorcharon las botellas de champán, para celebrar el retorno del progresismo al poder en la principal potencia europea y tercera economía mundial. Se sumó a los recientes triunfos de esa corriente en Escandinavia y a su consolidación en la península ibérica. Parece que, invocando el espíritu de la reforma, Europa se sanará de sus males. Sin embargo, para saber si las reformas tendrán continuidad y modificarán realmente las reglas de juego, habrá que ver qué sucede con la alianza atlántica y la política financiera, fiscal y monetaria común.

Después de que el fin de semana pasado el SPD, los Verdes y el Partido Demócrata Liberal (FDP, por su nombre en alemán) acordaron el marco general, este jueves comienzan las negociaciones formales para formar una coalición de gobierno. La reforma ecológica de la economía, el relanzamiento del crecimiento económico y la corrección de la creciente desigualdad social y regional constituyen los puntos centrales sobre los cuales deberán alcanzar acuerdos en lo interno. Hacia afuera tendrán que definir cuánto pretenden flexibilizar el Pacto Europeo de Estabilidad y Crecimiento, cómo pretenden reformular la caótica política europea de migración y refugio, qué posición adoptarán sobre la alianza con EE.UU. y, especialmente, como quieren ordenar la economía mundial.

La familia socialista europea ha salido enseguida a festejar la victoria en Alemania. Hasta ahora los socialdemócratas lideran en la UE nueve gobiernos y en cuatro más participan. El triunfo del SPD le da un impulso cuántico a esa familia política.

Se espera que el próximo gobierno alemán apoye la flexibilización del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que ahoga al continente, pero chocará con sus compañeros nórdicos. Tras las elecciones de Noruega a principios de septiembre, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia tienen todos gobiernos de centro-izquierda por primera vez en más de 60 años. No obstante, implementan políticas financieras y monetarias ortodoxas. Por ejemplo, durante la crisis del coronavirus Dinamarca ha relanzado con Austria, Países Bajos y Suecia (junto con Finlandia, en cierta medida) el grupo conocido como los "cuatro frugales", para impedir que la Unión Europea emita deuda conjunta para apoyar su fondo de recuperación de 750.000 millones de euros. El grupo acabó cediendo, pero sólo después de que Francia y Alemania hicieron importantes concesiones.

Los países nórdicos tampoco apoyan la creación de un ejército europeo. Dinamarca seguirá absteniéndose de participar en cualquier iniciativa de defensa de la UE. Suecia, a su vez, defiende su proclamada neutralidad, en tanto Noruega es firmemente atlantista. Mientras que los principales partidos alemanes coinciden con la propuesta de la Comisión Europea, para reubicar a cuotas de refugiados dentro de la UE, otros gobiernos socialdemócratas insisten en devolverlos al primer país de ingreso en el bloque europeo.

Ante este panorama continental, se prevé una tensa negociación sobre la gobernanza europea. Para el futuro de la UE (y de la socialdemocracia) será determinante la capacidad que Berlín tenga para liderar el bloque y cómo se mueva en el mundo. Si bien en el continente crece la tendencia a independizarse un tanto de EE.UU., como la hegemonía de éstos aumenta la competencia entre los países, el atlantismo se sigue justificando.

La multiplicación de los triunfos socialdemócratas en Europa expresa el cansancio social por la pandemia y la crisis económica, así como un reclamo por reformas a nivel nacional y continental. Sin embargo, las rivalidades entre los miembros de la UE, sus diferencias sobre el trato con Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia y la relación específica que en su interior exista entre la economía financiera y la productiva dificultan sus acuerdos, aun entre los gobiernos progresistas. Por otra parte, -y esto es determinante- mientras la OTAN sea un instrumento de la hegemonía anglosajona, es imposible que Europa mejore sus vínculos con Rusia, Irán y China. Sin reformas de fondo, la ola socialdemócrata no se consolidará.

*Eduardo J. Vior,Dr. en Ciencias Sociales y analista internacional

viernes, 15 de octubre de 2021

Washington manda a Beirut una incendiaria muy peligrosa

 

14/10/2021 20:14 - Opinión

¿Pretende EE.UU. provocar una guerra en Líbano?

En llamativa coincidencia con la llegada a Beirut de la subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, francotiradores falangistas dispararon contra una pacífica manifestación chiíta y mataron a seis personas

Eduardo J. Vior

Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
15-10-21

Victoria Nuland, subsecretaria de Estado de EEUU. Foto: TW @UnderSecStateP
Victoria Nuland, subsecretaria de Estado de EEUU. Foto: TW @UnderSecStateP


Milicianos falangistas dispararon el jueves por la mañana en Beirut contra una manifestación de los partidos chiítas Amal y Hezbolá matando a seis personas. La marcha pedía la destitución por parcialidad del juez a cargo de la investigación sobre el incendio del puerto de la capital libanesa en agosto de 2020. Por su parte, el Partido Fuerzas Libanesas reconoció su autoría en la masacre y la reivindicó como “necesaria para librar a Líbano de la tiranía de Hezbolá”.

Sintomáticamente, el atentado coincidió con la llegada a Beirut de la subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, la misma que en febrero de 2014 adquirió fama mundial, cuando ordenó a su embajador en Kiev hacer caso omiso de los reparos de la Unión Europea y forzar el golpe de estado. Para ello usó una frase soez (“f…ck the EU”, “me c… en la UE”) que rápidamente trascendió a los medios de todo el mundo. Nuland llegó a Beirut procedente de Moscú, donde el miércoles mantuvo una reunión con su par ruso, Serguei Riabkov. En un comunicado posterior de la cancillería rusa se calificó la reunión como “extremadamente franca”, una paráfrasis para indicar que no se pusieron de acuerdo en nada. Que Victoria Nuland llegara a Beirut en simultáneo con la masacre despertó las susceptibilidades de muchos.

Cientos de partidarios de Hezbolá y su principal aliado chiíta, Amal, marchaban el jueves a la mañana hacia el Palacio de Justicia de Beirut, cuando francotiradores les dispararon desde los tejados, lo que obligó a los atacados a ponerse a cubierto y a su servicio de orden a responder con las armas. El tiroteo se generalizó entonces y duró algunas horas, hasta que se pacificó.

Entre tanto, el canal de TV Al-Manar difundió los nombres de tres comandantes de las Fuerzas Libanesas (cristianos maronitas) que dirigieron a los emboscados y apuntó contra su jefe histórico, Samir Gaegae. Por su parte, Hezbolá y Amal emitieron un comunicado conjunto en el que condenaron el ataque terrorista y llamaron al gobierno y al Ejército Libanés a esclarecer el hecho. A su vez, el mando militar informó que tiene identificados a diez implicados en el ataque.


Esta violencia se produjo luego de semanas de intensas tensiones en torno al juez Tariq Bitar, quien lleva la investigación sobre la explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020, que dejó más de 200 muertos y miles de heridos. En la misma acusó a varios funcionarios por negligencia y corrupción pero fue denunciado por ser parcial y este miércoles había suspendido el procedimiento.

Tiroteo en Líbano. Foto: AFP.
Tiroteo en Líbano. Foto: AFP.


Mientras Beirut ardía, el primer ministro Nayib Mikati y el jefe del Parlamento, Nabih Berry, recibían a la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Victoria Nuland, que acababa de llegar. Casada con Robert Kagan, uno de los mayores representantes del neoconservadurismo norteamericano, Victoria Nuland representa las corrientes más duras de la diplomacia de su país. Desde 1993 hasta 2017 sirvió bajo todos los gobiernos, hasta convertirse en subsecretaria de Estado para Europa (2013-17). En ese papel se dio su tristemente célebre desempeño en Ucrania.

La subsecretaria está haciendo su gira en el peor momento de la diplomacia norteamericana desde la Segunda Guerra Mundial. Derrotado en Afganistán, EE.UU. ha perdido pie en Asia Central y en los próximos meses deberá irse de la Mesopotamia y de Siria. En Europa Oriental, en tanto, su presión sólo ha conseguido una alianza más estrecha entre Minsk y Moscú, Turquía sigue dentro de la OTAN, pero compra artillería antiaérea a Rusia. Hezbolá está paliando la crisis energética libanesa con petróleo iraní y, si la elección de marzo permite formar gobierno, el país de los cedros podrá estabilizarse con ayuda ruso-siria y financiamiento chino. Por algo Israel dejó de atacar a Siria y Líbano, aunque siga apoyando a los falangistas libaneses y librando su guerra en las sombras contra Irán.

No hay evidencias que conecten la visita de Nuland en Beirut con la masacre del jueves a la mañana, pero la coincidencia es demasiado llamativa. Si Líbano se estabiliza, tenderá a integrarse con Siria y aumentará la marginación de EE.UU. en Oriente Medio. Sólo a ellos y a Israel puede interesarles que Líbano se hunda nuevamente en el caos de una guerra civil, como entre 1975 y 1990, pero ésta sería una catástrofe de dimensiones regionales o aún más. Sin embargo, 2021 no es 2014 y Líbano no es Ucrania. Esta vez Victoria Nuland no podrá vociferar “f..ck the Russians” (“me c… en los rusos”).

*Dr. en Ciencias Sociales y Analista internacional

miércoles, 13 de octubre de 2021

Perú busca un rumbo unificador y pacífico

 

13/10/2021 10:54 - opinión

Castillo, entre la ideología y el posibilismo

El presidente de Perú intenta devolver al gobierno de izquierda al curso votado en la elección de junio pasado, pero, más allá de dogmatismos y oportunismos, sólo las obras le darán el apoyo popular que necesita.

Eduardo J. Vior

Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam

Pedro Castillo, presidente de Perú.
Pedro Castillo, presidente de Perú.

El 3 de octubre del 2021, en el 53º aniversario del inicio de la Revolución Peruana liderada por el general Juan Velasco Alvarado (1968-75), el presidente Pedro Castillo anunció una segunda reforma agraria desde la explanada de Sacsayhuamán en el Cusco. Con la elección de la fecha, el mandatario rememoró el proceso nacionalista que entonces estatizó el petróleo e inició la reforma agraria. Fue un intento por recuperar impulso con un fuerte simbolismo que el presidente reforzó el pasado miércoles 6, al nombrar a Mirtha Vásquez como Presidenta del Consejo de Ministros. Castillo intenta devolver al gobierno de izquierda al curso votado en la elección de junio pasado, pero, más allá de dogmatismos y oportunismos, sólo las obras le darán el apoyo popular que necesita.

El combativo y frontal Guido Bellido (41 años) fue el primer ministro escogido por Pedro Castillo a poco de asumir a fin de julio pasado. Sin embargo, el joven ingeniero cusqueño se enfrascó en choques dentro y fuera del oficialismo que lo desgastaron y llevaron a su remplazo. Por el contrario, su sucesora, la abogada de 46 años especializada en derechos humanos Mirtha Vázquez prefiere la búsqueda de compromisos. En este sentido declaró el sábado 9 a la estatal TV Perú que, para tener una nueva Constitución es necesario estar seguros de que la población siente la necesidad de reelaborar la Carta Magna. El tema genera rispideces dentro de la coalición de gobierno, porque Perú Libre (el partido mayoritario dentro de ella) está recolectando firmas para habilitar el referendo de convocatoria a la Asamblea Constituyente.

El presidente está empeñado en poner en marcha la agenda del gobierno impulsando la llamada Segunda Reforma Agraria y la renegociación de los contratos con el consorcio privado que explota los yacimientos gasíferos de Camisea (en el área selvática del Departamento de Cusco). Entre 1968 y 1975 Perú tuvo bajo el gobierno militar de izquierda de Juan Velasco Alvarado una de las reformas agrarias más radicales de Suramérica. La clase latifundista fue erradicada, pero errores en el proceso le restaron efectividad, por lo cual la población campesina sigue siendo mayormente pobre.

Según el ministro de Agricultura, Víctor Mayta, un abogado de 29 años nacido en una comunidad quechua del departamento de Cusco, la actual reforma se resume en cinco líneas estratégicas: “La creación de un Gabinete de Desarrollo Agrario y Rural, el ajuste a una franja de precios, la creación de un programa de compras públicas de alimentos para la agricultura familiar, la protección y cuidado del agua y la asociatividad y cooperativismo”.

Al mismo tiempo, la primera ministra se puso al frente de una comisión interministerial que renegociará Camisea con el consorcio formado por la empresa argentina Pluspetrol (27% de participación), la estadounidense Hunt Oil (25,4%), la surcoreana SK Innovation (17,6%), así como la argentina Tecpetrol, la española Repsol y la argelina Sonatrach (con 10% cada una). La negociación, compleja y técnica, apunta a que el yacimiento deje más utilidades para el Estado y masifique el abastecimiento de gas doméstico para la población.

Esta semana Castillo también ratificó la continuidad como presidente del Banco Central de Julio Velarde, economista ortodoxo que desde 2006 maneja la política monetaria. No obstante, el gobierno tiene todavía muchas promesas pendientes en salud, educación, empleo, pensiones, costo de servicios y políticas tributarias.

Los primeros dos meses de la presidencia de Pedro Castillo fueron muy desgastantes y poco productivos. Está acosado por una derecha cerril que aprovecha la Constitución fujimorista de 1993 para trabar todos sus pasos. Otra derecha “moderada” lo enreda en negociaciones y pactos inconducentes. Finalmente, le falta unidad por las luchas internas entre los leales a Vladimir Cerrón -que en cada concesión ven una traición a los principios- y los “caviares” (así se llama en Perú a la izquierda limeña tecnocrática y progresista) que reniegan de cualquier cambio de estructuras. El presidente sabe que el pueblo peruano ya ha tenido demasiadas decepciones y que no está dispuesto a esperar mucho tiempo. Por ello le urge mostrar obras, para lo cual necesita mantener la unidad de la heterogénea alianza que lo sostiene. De que lo logre depende la paz de Perú y la región.

*Dr. en Ciencias Sociales y analista internacional

viernes, 8 de octubre de 2021

SIn liderazgo político, en EE.UU. mandan los militares

 

Pasaron nueve meses y el bebé sigue sin nacer

En enero pasado Joe Biden prometió aplicar una estrategia de seguridad nacional libre de condicionamientos militares, pero todavía no la formuló y “la guerra interminable” continúa

por Eduardo J. Vior
Infobaires24
8 de octubre de 2021

Hacía casi 70 años que Estados Unidos no elegía a un presidente con una experiencia en política exterior y seguridad nacional que rivalizara con la de Joe Biden.  Su único competidor en esta categoría, el presidente Dwight D. Eisenhower, colocó en puestos clave a trogloditas que por razones ideológicas se oponían a tratar diplomáticamente con la Unión Soviética. Como resultado, cuando la muerte de Joseph Stalin en 1953 abrió la puerta a posibles negociaciones con los nuevos dirigentes del Kremlin, Eisenhower perdió una importante oportunidad de distender la política mundial. Cuando cayó el muro de Berlín en 1989 y Mijail Gorbachov convocó a forjar “la Casa Común de Europa”, George Bush Sr. (1989-93) y Bill Clinton (1993-2001) desperdiciaron la oportunidad, expandieron la OTAN hacia el Este y con las guerras de Irak (1991) y Yugoslavia (1992-99) instauraron un dominio universal que creían eterno. Las guerras de Afganistán (2001-2021) e Irak (2003-2009), finalmente, sirvieron al secretario de Defensa Donald Rumsfeld, para reformar las fuerzas armadas, dándoles una autonomía inusitada que el actual presidente prometió reducir, hasta ahora sin efectos palpables.

Ni siquiera Eisenhower tenía la experiencia que Biden acumuló a lo largo de casi 50 años en el gobierno, que incluyeron 20 años en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado (12 de ellos como presidente o miembro de mayor rango) y ocho años como vicepresidente del país. Durante la campaña de 2020 el postulante demócrata citó con frecuencia sus viajes a más de 60 países y sus encuentros personales con más de 100 jefes de Estado. El entonces candidato se jactaba en privado de su capacidad para dominar a la burocracia de seguridad nacional, subrayando que “ni siquiera los militares me van a joder», pero parece que todo quedó en meras palabras.

La estrategia de Seguridad Nacional es el conjunto de lineamientos para la Defensa que cada presidente elabora al principio de su mandato y aplica durante los cuatro años siguientes. No solamente es importante para todos los actores internos y externos, para saber cuáles serán las prioridades del período, sino que, al fijar las responsabilidades respectivas de civiles y militares, pone a éstos un límite. Sin embargo, esta vez no ha sucedido. El presidente lleva nueve meses en el gobierno y todavía no definió sus prioridades en política exterior, mucho menos una doctrina o “estrategia de Biden”. Prometió que acabaría con las «guerras eternas», pero las fuerzas estadounidenses siguen activas en Irak y Siria, donde hay más de 3.000 efectivos. En otros lugares, como Libia, Somalia y Yemen, EE.UU. sigue realizando operaciones encubiertas y ataques con drones.

 

En otros tiempos (hasta hace seis meses) el US-Army entrenaba a las Fuerzas Armadas de Malí
En otros tiempos (hasta hace seis meses) el US-Army entrenaba a las Fuerzas Armadas de Malí

Sus tropas están activas en Kenia, Malí y Nigeria y realizan entrenamientos y operaciones antiterroristas en docenas de países más. No hay indicios de que Biden vaya a reducir estas actividades, a pesar del importante número de víctimas civiles por los ataques con drones. Mientras tanto, sigue sin difundirse la lista de los grupos que en el mundo pueden ser blanco de los ataques con drones, así como tampoco se sabe nada sobre los lineamientos que regirán estas operaciones y las incursiones de comandos fuera de las zonas de guerra convencionales. Ya hace más de un mes que el equipo de seguridad nacional de la Casa Blanca prometió publicar las directivas pertinentes, pero aún no hay atisbos de que lo haga.

La patética retirada de Afganistán y el acuerdo sobre el submarino nuclear australiano plantean asimismo serias dudas sobre la profesionalidad de este equipo de seguridad nacional, así como sobre la claridad de su política exterior. Los aliados europeos se enojaron mucho por ambos episodios y están mucho menos dispuestos a apoyar las misiones militares estadounidenses. Estos socios prevén que la concentración del esfuerzo estadounidense en Asia se hará a expensas de su presencia en Europa y esperan también que EE.UU. les exija un mayor gasto en defensa. 

Mientras tanto, no hay indicios de que se esté abordando y mucho menos aliviando el ambiente de Guerra Fría instalado durante el gobierno de Trump en las relaciones entre Estados Unidos, por un lado, y Rusia y China, por el otro. La constante agitación de Biden sobre una confrontación entre la «democracia y el autoritarismo» sugiere que Washington ha reanudado la Guerra Fría, aunque sustituyendo el término «comunistas» por el de «autoritarios». El mes pasado el Departamento de Defensa destituyó discretamente al subsecretario de Defensa Nuclear y Cohetería, alejando así del gobierno a un experto serio en armas y desarme, cuando estaba finalizando su evaluación de la Política Nuclear. Todo relegamiento del desarme en las prioridades del gobierno norteamericano bloquea aún más el diálogo con su par ruso.

Con respecto a China impera un enfoque grupal que ha puesto a partidarios de la línea dura en los puestos clave. El Consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan y su adjunto más próximo, Kurt Campbell, son propensos a un trato confrontativo con China y el director de la oficina del Consejo de Seguridad Nacional encargada de formular la política hacia dicho país, Rush Doshi, cree firmemente que la República Popular compite con Estados Unidos por la preeminencia mundial. Por su parte, el secretario de Defensa Lloyd Austin carece de experiencia en Asia en general y en China en particular y le han puesto al lado a otro partidario de la línea dura, Ely Ratner, acólito de Sullivan, como subsecretario de Defensa para Asuntos de Seguridad Indo-Pacífica. 

Biden ha perdido una oportunidad de hacer valer la no proliferación nuclear, al no retornar al Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por su nombre en inglés), el acuerdo nuclear con Irán. Gracias a esta torpeza la reciente elección presidencial ha empujado a ese país hacia una línea dura y lo ha reorientado hacia el bloque euroasiático, lo que complica cualquier reactivación del acuerdo. El gobierno de Biden también ha hecho caso omiso de los insistentes pedidos de los surcoreanos para que reactive las conversaciones bilaterales con Corea del Norte.

El caos en Afganistán y el acuerdo del submarino están llevando a los funcionarios europeos a cuestionar las intenciones y la credibilidad de Estados Unidos. El «pivote» de Estados Unidos hacia el Pacífico marca la militarización de la política estadounidense hacia China, cuando el verdadero desafío es de naturaleza económica. Washington nunca debería haber abandonado el Tratado de Asociación Transpacífica (CPTPP, por su nombre en inglés), que era el vehículo perfecto para competir con China en el este y el sudeste asiático. El mes pasado los chinos incluso solicitaron su adhesión al CPTPP, poniendo de manifiesto el sentido del humor de Xi Jinping y la insuficiencia de la política estadounidense.

El presidente Biden está preocupado por los graves desafíos internos actuales, por lo que es esencial que su Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado llenen el actual vacío en la política de seguridad nacional. Dos senadores republicanos (Ted Cruz y Josh Hawley) han contribuido a la debilidad de la diplomacia norteamericana, al bloquear la confirmación de secretarios adjuntos y subsecretarios clave y desde la toma de posesión de Joe Biden el Senado sólo ha confirmado a un embajador estadounidense.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, General Mark Milley, prestando declaración ante la Comisión de Fuerzas Armadas del Senado

El Pentágono está explotando claramente este vacío en la toma de decisiones exagerando la amenaza de China y del terrorismo en sus reuniones informativas en el Congreso, que han sido reproducidas literalmente por la prensa.  El jefe del Estado Mayor Conjunto Mark Milley ha aprovechado dichas apariciones mediáticas, para advertir sobre el renovado protagonismo de Al Qaeda tras la retirada de Estados Unidos de Afganistán, aunque en el plazo venidero la mayor amenaza para el gobierno talibán la representa el Estado Islámico de Jorasán (ISIS-K, por el nombre que le dan en inglés). En realidad, teniendo en cuenta la experiencia de los veinte años de guerra en el país asiático el Pentágono no parece no es el juez más calificado, para opinar sobre amenaza terrorista alguna en el Hindu Kush.

Donald Trump ciertamente empeoró una mala situación de seguridad nacional, pero hay pocos indicios de que Joe Biden esté dispuesto a abordar aquellos problemas internacionales que son susceptibles de intervención diplomática. Nada hay peor en política que dejar que los militares se autogobiernen. Mientras no haya una estrategia aprobada por el Congreso, que fije las competencias de civiles y militares, éstos últimos manejarán a su antojo el presupuesto de defensa más grande del mundo y ejecutarán a su gusto acciones bélicas, maniobras, ejercicios y amenazas en cualquier parte del mundo. Serán un peligro para su propio país y para el mundo todo. Otto von Bismarck dijo una vez que «Dios tiene una providencia especial para los tontos, los borrachos y los Estados Unidos de América». Hay que confiar en que así sea.

jueves, 7 de octubre de 2021

El que a hierro mata, a hierro muere

07/10/2021 13:10 - opinión

Los Pandora Papers revierten sobre sus inspiradores

La denuncia de la arbitrariedad con la que Estados Unidos y sus aliados seleccionaron los paraísos fiscales y a las personas denunciadas desnuda su intencionalidad política y económica

Eduardo J. Vior

Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
7 de octubre de 2021

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Los informes de los últimos años sobre fuga de capitales y paraísos fiscales fueron elaborados por el consorcio de los servicios de inteligencia los “Cinco Ojos"
Los informes de los últimos años sobre fuga de capitales y paraísos fiscales fueron elaborados por el consorcio de los servicios de inteligencia los “Cinco Ojos"


El pasado domingo 3 el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) difundió en todo el mundo los llamados “Papeles de Pandora”, casi 12 millones de archivos basados en las filtraciones de registros confidenciales de 14 empresas de servicios patrimoniales con sedes en paraísos fiscales de Europa, el Caribe, Asia y Oceanía. Un día después, como réplica inmediata, se conoció un intercambio reservado de información de la Casa Blanca de junio pasado con algunos medios escogidos que confirma que los informes de los últimos años sobre fuga de capitales y paraísos fiscales fueron elaborados por el consorcio de los servicios de inteligencia de los EE.UU., Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda (los “Cinco Ojos”). ¿Con qué finalidad?

Dado que la información difundida en los Pandora Papers concierne exclusivamente a estudios y consultoras no norteamericanas, apenas menciona a ciudadanos estadounidenses. No obstante, los archivos demuestran que estados norteamericanos como Dakota del Sur (con 81 fideicomisos), Florida (37), Delaware (35), Texas (24) y Nevada (14) rivalizan ahora con jurisdicciones de Europa y el Caribe para atraer capitales fugitivos del fisco.

Según el blog Moon of Alabama del 4 de octubre, el 3 de junio pasado la Casa Blanca convocó a una reunión de prensa off the record con altos funcionarios del gobierno, para presentar un memorando de seguridad nacional sobre la lucha contra la corrupción. El documento es bastante breve, pero en la "Sección 2: Estrategia" propone “un mayor intercambio de información y recopilación y análisis de inteligencia, (…) trabajar con socios internacionales para contrarrestar la corrupción estratégica por parte de líderes extranjeros, empresas extranjeras de propiedad estatal o afiliadas, organizaciones criminales transnacionales y otros actores extranjeros y sus colaboradores nacionales (…)”.

En la sesión informativa, "altos funcionarios de la administración" (no nombrados) confirmaron que EE.UU. “utiliza sus diversos activos y capacidades, incluida la comunidad de inteligencia, para exponer casos específicos de corrupción en el extranjero (…). Así que [en la operación] (…) están incluidos el Director de Inteligencia Nacional y la Agencia Central de Inteligencia. (…) en gran medida, la forma en que se expone la corrupción es a través del trabajo de los periodistas de investigación y las ONG de investigación. (…) El gobierno de EE.UU. (…) proporciona apoyo a estos actores. Y estudiaremos qué más podemos hacer también en ese frente.”

Estas organizaciones son "servicios de inteligencia no estatales" que difunden documentos sobre personas que no les gustan a los “Cinco Ojos”. Uno de los principales objetivos de estas publicaciones de datos robados es la propaganda. El otro es proteger a multimillonarios y políticos corruptos de Estados Unidos. Para ello los documentos son cuidadosamente depurados antes de su publicación.

Las denuncias sobre corrupción en el extranjero buscan también promover paraísos fiscales estadounidenses como Alaska, Nevada y Delaware, pero en los últimos años el destino más popular ha sido Dakota del Sur, donde en la última década se han depositado más de 360.000 millones de dólares gracias a que en este Estado las leyes permiten crear fideicomisos secretos totalmente libres de impuestos y que pueden transmitirse sin límite a las generaciones futuras.

Así que Estados Unidos impulsa la difusión de acusaciones por corrupción contra paraísos fiscales y líderes extranjeros, mientras ofrece el mayor refugio posible para corruptos propios y ajenos. Es evidente, entonces, que los acusados en los Pandora Papers fueron escogidos con el ánimo de dañarlos patrimonial y políticamente, aunque entre ellos figuren dirigentes políticos y empresarios de indiscutible alineamiento pronorteamericano. Probablemente, al iniciarse la recuperación post-pandemia, alguien en el poder norteamericano haya decidido hacer una “limpieza profunda”, para mejorar la imagen propia y eliminar competidores, pero esta distribución internacional de abono animal recae rápidamente sobre sus iniciadores. Quien siembra vientos, cosecha tormentas.



*Dr. en Ciencias Sociales y Analista internacional

miércoles, 6 de octubre de 2021

El apagón informático reveló la debilidad del capitalismo

 

05/10/2021 19:34 - Opinión

Facebook y la fragilidad de la economía digital

Aun cuando parece que el apagón del lunes 4 fue sólo un accidente, sus terribles efectos imponen a la comunidad internacional discutir sobre su regulación. El doctor en Ciencias Sociales Eduardo J. Vior analiza lo ocurrido con la mega empresa

Eduardo J. Vior

Por Eduardo J. Vior
agencia Télam
5-10-21

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Según fuentes oficiales, "problemas de red" fueron los culpables de la interrupción masiva de todos los servicios de Facebook Inc. este lunes 4. "Nuestros equipos de ingeniería han averiguado que los cambios de configuración en los enrutadores troncales (…) causaron problemas que interrumpieron la comunicación", declaró el vicepresidente de Ingeniería de la empresa, Santosh Janardhan. Aparentemente, al tratar de reconfigurar el servidor central que distribuye el tráfico por la red mundial de la empresa, éste habría caído. Como consecuencia, todo equipo que haya intentado comunicarse con las redes de la compañía recibió como respuesta que las mismas no existían.

El problema se agravó todavía, porque la interrupción también afectó a los propios sistemas y herramientas internos de Facebook. The New York Times hasta publicó un rumor según el cual los técnicos tuvieron que usar una moladora, para abrir en Santa Clara, California, la sala donde se encuentran los routers, dado que todas las puertas de la compañía se operan con tarjetas comandadas por el mismo servidor que colapsó.

Facebook Inc. no sólo es propietaria de Instagram y WhatsApp, sino también del gigante de la realidad virtual Oculus, de Workplace, de los productores de altavoces inteligentes Portal y de la empresa de monederos digitales Novi. El año pasado sus ingresos por publicidad ascendieron a 84.000 millones de dólares, 15.000 millones de dólares más que en 2019.

Ahora, en cambio, se estima que por el colapso de la red la riqueza personal de Zuckerberg se redujo en más de 6.000 millones de dólares en unas pocas horas. Una venta masiva hizo que las acciones del gigante cayeran el lunes un 4,9%, lo que se sumó a una caída de alrededor del 15% desde mediados de septiembre por las denuncias de “incorrección política”.

En septiembre del 2020 una denunciante anónima había presentado una queja ante fuerzas federales afirmando que la propia Facebook reconocía internamente que su falta de interés en combatir el odio y la desinformación en la plataforma. Durante una entrevista con el programa 60 Minutes que se emite por CBS, el domingo pasado esa mujer se identificó como Frances Haugen y relató que fue ingeniera de datos en la unidad de Integridad Cívica de Facebook desde 2019 hasta mayo de 2021 y fue responsable de censurar las informaciones engañosas durante la campaña electoral de 2020.

En esa época Haugen copió en secreto decenas de miles de páginas de una investigación interna en la que la empresa reconoció que estaba mintiendo al público sobre su lucha contra el odio y la desinformación en la plataforma.

Este martes 5, en tanto, la ingeniera declaró ante el Subcomité de Comercio del Senado, ocasión en la que sostuvo que "la gerencia de la compañía sabe cómo hacer que Facebook e Instagram sean más seguros, pero no harán los cambios, porque saben que, si cambian el algoritmo para impedir la publicación de contenidos agresivos, racistas o violentos, la gente pasará menos tiempo en el sitio y [la empresa] ganaría menos dinero, explicó. Los productos de Facebook dañan a los niños, avivan la división y debilitan nuestra democracia, sintetizó, por lo cual se requiere la intervención del Congreso. [La empresa] no puede superar esta crisis sin su ayuda", terminó Haugen.

Obviamente, si alguien hubiera querido hacer colapsar la economía mundial, no habría encontrado mejor lugar para golpear. Sin embargo, por ahora no hay evidencia de que haya habido una acción intencional. De todos modos, el episodio demuestra la extrema fragilidad de esta economía digital. Millones de pequeñas y medianas empresas en todo el planeta dependen de las redes de una única empresa para su desempeño cotidiano y este lunes han perdido decenas de miles de millones de dólares. La catástrofe ha hecho sonar todas las alarmas y el debate sobre la regulación estatal e internacional de Internet se ha hecho insoslayable.

*Doctor en Ciencias Sociales y analista internacional.