07/10/2021 13:10 - opinión
Los Pandora Papers revierten sobre sus inspiradores
La denuncia de la arbitrariedad con la que Estados Unidos y sus aliados seleccionaron los paraísos fiscales y a las personas denunciadas desnuda su intencionalidad política y económica
Los
informes de los últimos años sobre fuga de capitales y paraísos
fiscales fueron elaborados por el consorcio de los servicios de
inteligencia los “Cinco Ojos"
El pasado domingo 3 el Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación (ICIJ) difundió en todo el mundo los llamados “Papeles de
Pandora”, casi 12 millones de archivos basados en las filtraciones de
registros confidenciales de 14 empresas de servicios patrimoniales con
sedes en paraísos fiscales de Europa, el Caribe, Asia y Oceanía. Un día
después, como réplica inmediata, se conoció un intercambio reservado de
información de la Casa Blanca de junio pasado con algunos medios
escogidos que confirma que los informes de los últimos años sobre fuga
de capitales y paraísos fiscales fueron elaborados por el consorcio de
los servicios de inteligencia de los EE.UU., Gran Bretaña, Canadá,
Australia y Nueva Zelanda (los “Cinco Ojos”). ¿Con qué finalidad?
Dado que la información difundida en los Pandora Papers concierne exclusivamente a estudios y consultoras no norteamericanas, apenas menciona a ciudadanos estadounidenses. No obstante, los archivos demuestran que estados norteamericanos como Dakota del Sur (con 81 fideicomisos), Florida (37), Delaware (35), Texas (24) y Nevada (14) rivalizan ahora con jurisdicciones de Europa y el Caribe para atraer capitales fugitivos del fisco.
Según el blog Moon of Alabama del 4 de octubre, el 3 de junio pasado la Casa Blanca convocó a una reunión de prensa off the record con altos funcionarios del gobierno, para presentar un memorando de seguridad nacional sobre la lucha contra la corrupción. El documento es bastante breve, pero en la "Sección 2: Estrategia" propone “un mayor intercambio de información y recopilación y análisis de inteligencia, (…) trabajar con socios internacionales para contrarrestar la corrupción estratégica por parte de líderes extranjeros, empresas extranjeras de propiedad estatal o afiliadas, organizaciones criminales transnacionales y otros actores extranjeros y sus colaboradores nacionales (…)”.
En la sesión informativa, "altos funcionarios de la administración" (no nombrados) confirmaron que EE.UU. “utiliza sus diversos activos y capacidades, incluida la comunidad de inteligencia, para exponer casos específicos de corrupción en el extranjero (…). Así que [en la operación] (…) están incluidos el Director de Inteligencia Nacional y la Agencia Central de Inteligencia. (…) en gran medida, la forma en que se expone la corrupción es a través del trabajo de los periodistas de investigación y las ONG de investigación. (…) El gobierno de EE.UU. (…) proporciona apoyo a estos actores. Y estudiaremos qué más podemos hacer también en ese frente.”
Estas organizaciones son "servicios de inteligencia no estatales" que difunden documentos sobre personas que no les gustan a los “Cinco Ojos”. Uno de los principales objetivos de estas publicaciones de datos robados es la propaganda. El otro es proteger a multimillonarios y políticos corruptos de Estados Unidos. Para ello los documentos son cuidadosamente depurados antes de su publicación.
Las denuncias sobre corrupción en el extranjero buscan también promover paraísos fiscales estadounidenses como Alaska, Nevada y Delaware, pero en los últimos años el destino más popular ha sido Dakota del Sur, donde en la última década se han depositado más de 360.000 millones de dólares gracias a que en este Estado las leyes permiten crear fideicomisos secretos totalmente libres de impuestos y que pueden transmitirse sin límite a las generaciones futuras.
Así que Estados Unidos impulsa la difusión de acusaciones por corrupción contra paraísos fiscales y líderes extranjeros, mientras ofrece el mayor refugio posible para corruptos propios y ajenos. Es evidente, entonces, que los acusados en los Pandora Papers fueron escogidos con el ánimo de dañarlos patrimonial y políticamente, aunque entre ellos figuren dirigentes políticos y empresarios de indiscutible alineamiento pronorteamericano. Probablemente, al iniciarse la recuperación post-pandemia, alguien en el poder norteamericano haya decidido hacer una “limpieza profunda”, para mejorar la imagen propia y eliminar competidores, pero esta distribución internacional de abono animal recae rápidamente sobre sus iniciadores. Quien siembra vientos, cosecha tormentas.
Dado que la información difundida en los Pandora Papers concierne exclusivamente a estudios y consultoras no norteamericanas, apenas menciona a ciudadanos estadounidenses. No obstante, los archivos demuestran que estados norteamericanos como Dakota del Sur (con 81 fideicomisos), Florida (37), Delaware (35), Texas (24) y Nevada (14) rivalizan ahora con jurisdicciones de Europa y el Caribe para atraer capitales fugitivos del fisco.
Según el blog Moon of Alabama del 4 de octubre, el 3 de junio pasado la Casa Blanca convocó a una reunión de prensa off the record con altos funcionarios del gobierno, para presentar un memorando de seguridad nacional sobre la lucha contra la corrupción. El documento es bastante breve, pero en la "Sección 2: Estrategia" propone “un mayor intercambio de información y recopilación y análisis de inteligencia, (…) trabajar con socios internacionales para contrarrestar la corrupción estratégica por parte de líderes extranjeros, empresas extranjeras de propiedad estatal o afiliadas, organizaciones criminales transnacionales y otros actores extranjeros y sus colaboradores nacionales (…)”.
En la sesión informativa, "altos funcionarios de la administración" (no nombrados) confirmaron que EE.UU. “utiliza sus diversos activos y capacidades, incluida la comunidad de inteligencia, para exponer casos específicos de corrupción en el extranjero (…). Así que [en la operación] (…) están incluidos el Director de Inteligencia Nacional y la Agencia Central de Inteligencia. (…) en gran medida, la forma en que se expone la corrupción es a través del trabajo de los periodistas de investigación y las ONG de investigación. (…) El gobierno de EE.UU. (…) proporciona apoyo a estos actores. Y estudiaremos qué más podemos hacer también en ese frente.”
Estas organizaciones son "servicios de inteligencia no estatales" que difunden documentos sobre personas que no les gustan a los “Cinco Ojos”. Uno de los principales objetivos de estas publicaciones de datos robados es la propaganda. El otro es proteger a multimillonarios y políticos corruptos de Estados Unidos. Para ello los documentos son cuidadosamente depurados antes de su publicación.
Las denuncias sobre corrupción en el extranjero buscan también promover paraísos fiscales estadounidenses como Alaska, Nevada y Delaware, pero en los últimos años el destino más popular ha sido Dakota del Sur, donde en la última década se han depositado más de 360.000 millones de dólares gracias a que en este Estado las leyes permiten crear fideicomisos secretos totalmente libres de impuestos y que pueden transmitirse sin límite a las generaciones futuras.
Así que Estados Unidos impulsa la difusión de acusaciones por corrupción contra paraísos fiscales y líderes extranjeros, mientras ofrece el mayor refugio posible para corruptos propios y ajenos. Es evidente, entonces, que los acusados en los Pandora Papers fueron escogidos con el ánimo de dañarlos patrimonial y políticamente, aunque entre ellos figuren dirigentes políticos y empresarios de indiscutible alineamiento pronorteamericano. Probablemente, al iniciarse la recuperación post-pandemia, alguien en el poder norteamericano haya decidido hacer una “limpieza profunda”, para mejorar la imagen propia y eliminar competidores, pero esta distribución internacional de abono animal recae rápidamente sobre sus iniciadores. Quien siembra vientos, cosecha tormentas.
*Dr. en Ciencias Sociales y Analista internacional
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Eduardo J. Vior