viernes, 30 de septiembre de 2022

EE.UU. sustituye la "Vieja Europa" por la "Nueva"

 

Objetivo cumplido: Alemania hundida, Polonia conectada

Tras la destrucción de ambos gasoductos ruso-alemanes y la inauguración de una tubería noruego-polaca, EE.UU. ha remplazado la “Vieja” por la “Nueva Europa”

Por Eduardo J Vior
Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
30-09-2022 | 15:19
Foto AFP
Foto: AFP.

Respondiendo a las preguntas de un periodista neerlandés, el 27 de enero de 2003 el entonces secretario de Defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, diferenció entre la “Vieja Europa” (liderada por Francia y Alemania), que sólo traía problemas a Estados Unidos, y la “Nueva” (los países de Europa Central y Oriental que antes eran socialistas), más interesada en cooperar con los norteamericanos. Esta escisión recorre desde principios de este siglo la política norteamericana hacia sus aliados. Se corresponde con el traslado del centro de gravedad de la OTAN hacia el este, hasta las fronteras de Rusia. La destrucción esta semana de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que debían proveer a Alemania y Europa Central con el gas ruso, llevó ese desplazamiento a un punto crítico: hundida la economía alemana y conectada Polonia al gas noruego, Europa queda desvinculada de Rusia y sometida a los intereses anglosajones, por lo menos, mientras sus pueblos lo toleren.
  
Todo comenzó la noche del domingo al lunes, cuando aviones de combate daneses detectaron una alfombra de burbujas que surgían del agua en las proximidades de la isla de Bornholm, por donde pasa el Nord Stream 2.

Björn Lund, del Instituto Sismológico Sueco (SNSN), dijo a la televisión sueca SVT que “no hay duda de que se trata de explosiones“. Sus colegas en Dinamarca también habían observado las explosiones. Una de ellas tuvo una magnitud de 2,3 y fue registrada por 30 estaciones de medición en Suecia. Según Lund, la primera explosión se produjo a las 2.03 de la madrugada del lunes y la segunda a las 7.04 de la tarde. Según el canal de televisión SVT, las coordenadas de las explosiones coinciden con las de las fugas en los dos gasoductos.

En el caso del Nord Stream 1, una de las fugas está en aguas danesas y la otra en aguas suecas, mientras que la del Nord Stream 2 está en aguas danesas. Según un portavoz de Nord Stream, los daños, que ocurrieron simultáneamente en tres hilos de gasoductos del sistema Nord Stream en alta mar el mismo día, no tienen precedentes. De ahí que no pueda excluirse la tesis de un sabotaje.

Entre tanto, este miércoles la guardia costera sueca descubrió una cuarta fuga en uno de los dos gasoductos, sin precisar aún en cuál.

Las tuberías submarinas del Nord Stream están hechas con acero de grado DNV SAWL 485 (similar al grado X70) para espesores de pared que van de 26,8 a 34,4 mm y fueron fabricadas por seis productores calificados (uno en Rusia, cuatro en Europa y uno en Japón). Los tubos están revestidos de hormigón. Están hechos para soportar hasta el impacto de un ancla de portaaviones. Son básicamente indestructibles sin cargas explosivas.

Telam SE

Inmediatamente las usinas de propaganda inundaron los medios de Europa y el mundo con cables adjudicando la responsabilidad del incidente a Rusia. Ahora bien, estos gasoductos eran casi la única palanca que a Rusia le quedaba para hacer presión sobre Europa. Aunque ahora las tuberías estuvieran fuera de servicio, es dable pensar que en cualquier negociación Moscú las habría utilizado como carta para obtener ventajas.

Informaciones procedentes de círculos de seguridad en Alemania sostienen que hay muchos indicios que apuntan a que los dos gasoductos fueron dañados deliberadamente. “Nuestra imaginación ya no puede concebir un escenario que no sea un ataque dirigido; todo habla en contra de una coincidencia”, sostuvo un informante al diario Tagespiegel.

En una interesante coincidencia, miles de personas en varias ciudades alemanas han protestado recientemente contra la política de Olaf Scholz y el gran aumento en la energía en general, pero particularmente en los precios del gas. Los manifestantes también exigieron el fin de las sanciones a Rusia y también pidieron el reinicio operativo de Nord Stream 2, sin que los grandes medios se inmutaran.

Asimismo, durante las pasadas semanas circuló intensamente el rumor de que el gobierno alemán –Scholz en particular- había iniciado conversaciones con el gobierno ruso, para resolver a la vez el conflicto geopolítico entre ambos países y evitar el desastre que amenaza dentro de muy pocos meses a la industria, la economía y la sociedad alemanas. Una resolución que, necesariamente, debía pasar por la reanudación del suministro de gas ruso a Alemania por Nord Stream 1 y por Nord Stream 2.
Entre las aguas suecas y las danesas los gasoductos pasan a profundidades de entre 80 y 120 metros. Si se trató de un sabotaje (todo lo hace pensar), por lo tanto, se lo tiene que haber llevado a cabo mediante drones submarinos lanzados desde un barco. Sólo tres países poseen esta tecnología: EE.UU., Rusia y, posiblemente, China.
 
En relación con estas especulaciones se comentaron mucho los tuits que el ex canciller polaco y eurodiputado Radek Sikorski subió el lunes. El primero muestra el mar revuelto tras las deflagraciones submarinas de uno de los gasoductos con el comentario "Gracias América". En el segundo escribe que "Ucrania y todos los Estados del Mar Báltico se han opuesto a la construcción de Nord Stream durante 20 años. Ahora 20.000 millones de dólares de chatarra yacen en el fondo del mar, otro costo pagado por Rusia por su decisión criminal de invadir Ucrania. Alguien ha realizado una operación especial de mantenimiento". Entre tanto los borró, pero el responsable por los atentados quedó señalado.

No hay pruebas, pero los indicios se acumulan. Buques de guerra y un submarino de la Armada de EE.UU. estuvieron activos en esas mismas zonas hace unos días. El semanario alemán Der Spiegel informa esta semana que en el verano pasado EE.UU. notificó a Alemania sobre un posible ataque ucraniano a los oleoductos Nord Stream. Esta descarga de responsabilidad se debe a que Washington no puede reclamar el bombardeo de una infraestructura rusa, porque implicaría una declaración de guerra a Moscú, y porque las tuberías fueron instaladas por un consorcio internacional al que varias empresas europeas aportaron miles de millones que, además, no serán compensados.

Por su parte, a pesar del ataque directo a una de sus instalaciones, Rusia mantiene un perfil bajo, para no verse obligada a responder.

Da la casualidad de que ambas explosiones se registraron el mismo día en que se inauguró el gasoducto Baltic Pipe que conecta a Noruega con Polonia, país llamado a reemplazar a Alemania como distribuidor del gas a Europa. Al dar la noticia la agencia Reuters tituló: “Baltic Pipe: El gasoducto Noruega-Polonia se abre en un movimiento clave para reducir la dependencia de Rusia”.

El Primer Ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo que con el nuevo oleoducto se abre "una nueva era de soberanía energética y mayor seguridad, en el sentido más amplio del término". Un concepto que también subrayó el responsable de la Dirección General de Energía de Dinamarca, Jorgensen, quien recordó cómo la guerra rusa en Ucrania ha hecho incierto el suministro de gas desde Moscú. "El mensaje que enviamos es que Rusia no tendrá éxito", dijo el funcionario.

Varsovia ya había rescindido su contrato con Gazprom en 2019, pero fue con las sanciones contra Moscú tras el comienzo de la guerra de Ucrania, cuando el gigante energético ruso cerró completamente los grifos. Hasta el año pasado, los suministros del este seguían representando casi la mitad del consumo polaco. El gasoducto recién inaugurado suministrará 2.400 millones de metros cúbicos al año, aproximadamente el 15% del consumo nacional.

La destrucción de los dos gasoductos hace casi inevitable el desastre de la economía alemana y europea y su dependencia y sometimiento a las corporaciones norteamericanas. A la vez, se evita el temido desmarque geopolítico de Alemania y se asegura la subordinación de Europa Occidental a la elite corporativa norteamericana y su alejamiento del bloque de los países emergentes y en desarrollo.

Ya en enero pasado el presidente Joe Biden amenazó con destruir el Nord Stream 2, si Rusia entraba en guerra con Ucrania. “Somos capaces de hacerlo y lo haremos”, anunció entonces. El gobierno de Biden pretende una escalada bélica a costa de los europeos. Ésta fue, al menos, la opinión del ex presidente Donald Trump en un posteo que realizó el miércoles en su propia red social, Truth Social. El ex mandatario vinculó las explosiones en las tuberías con el conflicto en Ucrania, reprodujo la mencionada declaración de Joe Biden y afirmó que un enfrentamiento militar entre Moscú y Kiev nunca habría ocurrido si él estuviera en la Casa Blanca. Además, instó a Washington a ayudar a solucionar el conflicto y "no empeorar las cosas con la explosión de los gasoductos".

La destrucción de los gasoductos Nord Stream sitúa a Alemania –y con ella a toda Europa- ante una encrucijada histórica, mantener su alianza estratégica con Estados Unidos y sucumbir o romperla y recuperar soberanía. Se trata de una encrucijada cuyo desenlace va a corresponder fundamentalmente al gobierno alemán y a la presión que al respecto puedan ejercer los agentes sociales y el propio pueblo alemán. Esta reacción inmediata es, a la vez, necesaria y complicada. Fundamentalmente, porque la clase política alemana lleva generaciones sometida a los dictados de las corporaciones norteamericanas y liberarse de esa sumisión de un día para otro no es sencillo en absoluto.

Preguntado en la década de 1950 para qué servía la OTAN, un político francés respondió “para mantener a los rusos afuera, a los norteamericanos adentro y a los alemanes abajo”. Desde 1992 la alianza atlántica se ha expandido hasta incluir 30 países. Gracias a la guerra en Ucrania está activa como nunca antes. Una OTAN más grande y más activa implica –si seguimos el proverbio citado- más intromisión de EE.UU. en Europa, más exclusión de Rusia y más sometimiento de Alemania. La “Nueva Europa” (Polonia, los países bálticos, Chequia, Eslovaquia, Rumania, Bulgaria y los países ex yugoslavos) carece de espalda suficiente como para sostener a la vez el enfrentamiento contra Rusia y la destrucción de los “viejos” líderes del continente. Hay demasiada presión en la olla y la tapa puede saltar pronto.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Argentina define de hecho su rumbo mundial

 

Alcances y limitaciones del BRICSA

Con la bienvenida de China al bloque, Argentina quedó de hecho incorporada a la alianza integracionista de las principales potencias emergentes, pero no todas son rosas

Por Eduardo J Vior
Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
28-09-2022 | 09:26
“Observar con calma; asegurar nuestra posición; afrontar los hechos con tranquilidad; esconder nuestras capacidades y ganar tiempo; mantener un perfil bajo y nunca reclamar liderazgo”Deng Xiaoping

El comunicado de la cancillería china saludando el ingreso de nuestro país al acuerdo entre las más relevantes potencias medianas convalida la incorporación de Argentina a la primera liga de la política mundial, pero es para celebrar en silencio. En un mundo en guerra los peligros acechan. La defensa de la neutralidad argentina pasa por desfiladeros muy estrechos. Haber añadido una A al BRICS es un enorme logro internacional, pero qué resultados se obtengan de esta adhesión dependerá de la visión, la inteligencia y la astucia de nuestros dirigentes.

Con la incorporacin de Argentina el bloque integracionista suma seis potencias emergentes
Con la incorporación de Argentina el bloque integracionista suma seis potencias emergentes.

A través de una comunicación diplomática el gobierno de la República Popular comunicó el miércoles pasado en una escueta frase que “China da la bienvenida a Argentina a la gran familia BRICS” y se muestra “dispuesta a fortalecer la comunicación y coordinación entre los dos países en asuntos internacionales y regionales”. Previamente, este martes durante un encuentro con el canciller argentino, Santiago Cafiero, al margen de la 77a sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, expresó su aval a nuestra incorporación al bloque.

En el encuentro el jefe de la diplomacia de Beijing expresó que “China aprecia la adhesión de Argentina al principio de una sola China y apoya a Argentina en la salvaguarda de la soberanía nacional y la integridad territorial”.

En la reunión Cafiero dijo que desde el establecimiento de relaciones diplomáticas hace 50 años, los dos países siempre se han respetado, unido y cooperado. “Gracias a China por su fuerte apoyo a Argentina. Argentina adhiere firmemente a la política de una sola China, da la bienvenida a la inversión china y está dispuesta a promover la construcción conjunta de la Franja y la Ruta, ampliar la cooperación bilateral en diversos campos como la economía, comercio, minerales, gas de esquisto y gas natural, y abrir los próximos 50 años de relaciones más fructíferas entre los dos países”, dijo el canciller.

Las naciones del BRICS en su conjunto representan el 22% de la superficie terrestre del planeta, el 42% de la población mundial, el 24% del Producto Bruto Interno (PBI) global y contribuyen con el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios.

La alianza surgió en 2008, cuando Brasil, Rusia, India y China comenzaron a desarrollar enfoques comunes sobre economía internacional. En 2010 se incorporó Sudáfrica y los BRIC pasaron a ser los BRICS.

BRICS no es una asociación comercial ni un organismo de integración económica, sino un bloque de naciones de mediano porte coordinadas para desarrollar entre ellas y con los demás miembros de la comunidad internacional relaciones equitativas y de mutuo reconocimiento. Según sus propios documentos, el mecanismo del BRICS tiene como objetivo promover la paz, la seguridad, el desarrollo y la cooperación.

Actualmente la asociación está presidida por China; el próximo presidente pro tempore será Suráfrica. Argentina se va a incorporar formalmente al BRICS en la próxima reunión cumbre, probablemente junto con la República Islámica de Irán.

Las principales ventajas que trae la pertenencia al bloque están relacionadas con el comercio y el acceso al mercado, la inversión extranjera directa y, sobre todo, con un mayor poder de negociación y una voz común en los asuntos internacionales. Actualmente, la cooperación sectorial abarca más de 30 áreas.

En 2014, durante la XIa cumbre celebrada en Brasil, se crearon instituciones de importancia estratégica primordial, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por su nombre en inglés) y el Acuerdo sobre Reservas Contingentes (CRA, idem), que tienen efectos e implicaciones de gran alcance para el mundo global en general y las economías de los BRICS en particular. Durante los últimos años el NDB ha aprobado unos 80 proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible por un valor de 30.000 millones de dólares que también incluyen préstamos concedidos en el marco del Mecanismo del NDB para la Ayuda de Emergencia entre los países miembros.

Aunque existe un amplio entusiasmo por la expansión del bloque, la iniciativa se enfrenta a limitaciones prácticas. La primera es la desconexión ideológica entre los actuales miembros del BRICS. Aparte de su peso en las respectivas regiones y tener grandes masas de tierra con poblaciones considerables, no hay mucho más en común. Sus intereses son diversos y a veces chocan.

La segunda limitación práctica a la expansión está relacionada con las finanzas. Suráfrica, Rusia y Brasil están lidiando con sus propios problemas monetarios internos y externos, por lo que su capacidad financiera es limitada. Es decir que las instituciones que sostienen la alianza deben ser financiadas principalmente por China, lo que puede derivar en un sesgo nacional de la política crediticia del bloque.

Tres factores han renovado recientemente el impulso de esta iniciativa. En primer lugar, la falta de confianza en la conducta de las potencias occidentales en los organismos multilaterales, particularmente en los financieros y comerciales. Los diplomáticos norteamericanos hablan permanentemente sobre la necesidad de que todos los actores internacionales “se ajusten a reglas”, pero eluden definirlas cuando se les pregunta por ellas. Al mismo tiempo en los últimos veinte años han abrogado todos los tratados de la época de la Guerra Fría que limitaban el riesgo de guerra nuclear. También han vaciado de contenido los organismos de Naciones Unidas con decisiones unilaterales e inconsultas.

En segundo lugar, el comportamiento del Norte durante la COVID-19 -especialmente a través del “apartheid de las vacunas”- ha empujado a los países en desarrollo a buscar alianzas más fiables y justas.

En tercer lugar, la estrecha mentalidad de Guerra Fría de Occidente en torno al conflicto entre Rusia y Ucrania ha alienado a las naciones en desarrollo que no quieren elegir un bando u otro.

En este contexto el cambio hacia un BRICS ampliado es inevitable a largo plazo. Sin embargo, se producirá gradualmente. La ampliación no tiene tanto que ver con el aumento de la base de poder como con la creación de alianzas y opciones alternativas, lejos de la actual dependencia del dólar y de la hegemonía occidental.

Precisamente esta mayor libertad para elegir socios e interlocutores internacionales que Argentina adquirirá al ingresar al BRICS aterra a Estados Unidos. Sin nada que ofrecer al continente más que buenas palabras (necesarias) en los organismos financieros internacionales o amenazas (innecesarias), Washington está en malas condiciones para competir con Beijing. Tanto más agresivo se ha vuelto.

Sean los legisladores norteamericanos que junto con un funcionario del FBI hace pocos meses vinieron a Argentina, para visitar Atucha, o la Cámara de Comercio Argentino-Estadounidense (AmCham) que la semana pasada se manifestó contra la ampliación de la Corte Suprema de Justicia o la Jefa del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EE.UU., la generala Laura Richardson, quien hace dos semanas reunió en Ecuador a los ministros de Defensa de diez países del continente para advertirles sobre el peligro que entrañan las inversiones chinas, falto de inversiones productivas que ofrecer, a Estados Unidos sólo le queda la razón de la fuerza.

Por cierto, en la delicada situación financiera en que se encuentra, nuestro país no puede darse el lujo de enfrentarse a la todavía primera potencia del mundo. Es bueno que Argentina añada al BRICS una A, es bueno que aprovechemos sus posibilidades crediticias. En este mundo, cada vez más inestable, confrontativo y caótico, todo parece indicar que la única posibilidad de salir del subdesarrollo y la dependencia es privilegiar aquellas vinculaciones que nos den un mayor margen de maniobra en la toma de decisiones y nos excluyan de cualquier chantaje político para la realización de nuestra proyección exterior y nuestra política interna.

Sin embargo, una cosa es andar a los bandazos y otra es realizar una política internacional pragmática. No todo acuerdo internacional aporta al desarrollo y la soberanía del país; no se puede borrar con el codo lo que se afirmó ayer a los gritos. Desde comienzos de este año nuestro gobierno tomó varias decisiones internacionales erráticas e innecesarias de las que costará mucho alejarse. El orden de prioridades de las iniciativas de nuestra Cancillería debe ser ampliar el margen de maniobra de Argentina en el mundo, establecer un sólido sistema de alianzas con socios confiables, mantener buenas relaciones con el mayor número posible de países (lo que también implica no asumir como propios enfrentamientos ajenos), hacer buenos negocios, atraer inversiones productivas y difundir una imagen positiva de Argentina en el mundo.

Estas prioridades requieren tener una sólida visión sobre el futuro de nuestro país, capacidad de conducción, habilidad táctica y astucia. Sólo cumpliendo estas condiciones podremos aprovechar el haberle agregado una A al BRICS.

sábado, 24 de septiembre de 2022

La confrontación entre Occidente y Eurasia es TOTAL

 

Se acabó la Operación Especial y comenzó la GUERRA

Al convocar los referendos para incorporar la “Nueva Rusia” y movilizar a los reservistas, Rusia constata que el conflicto con Occidente es mundial, prolongado y de amplio espectro

Por Eduardo J Vior
Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
22-09-2022 | 21:40
Foto AFP
Foto: AFP.


No importa, si la decisión del gobierno ruso de convocar a la movilización de los reservistas con experiencia de combate y a los referendos en las cuatro provincias de la “Nueva Rusia” para decidir sobre su incorporación a la Federación estuvo motivada por el repliegue de las tropas rusas de la provincia de Járkov o si estaba planificada de antemano. Lo concreto es que representan un punto de inflexión en un conflicto que hasta ahora afectó más a Europa y a Ucrania que a los principales contendientes: Estados Unidos y Rusia. Se acabó la Operación Militar Especial (OME) y comienza la GUERRA con mayúsculas entre el bloque euroasiático y Occidente. Será larga, se combatirá en distintos frentes y ámbitos, aún no se sabe quién vencerá, pero ya se sabe quiénes son los primeros derrotados: Ucrania y Alemania. Los siguientes podemos ser las naciones emergentes del Sur Global.

Al hablar el martes 20 al país, el presidente Vladimir Putin se comprometió a "asegurar la integridad territorial de nuestra patria, nuestra independencia y libertad". El presidente ruso se refirió a las "declaraciones de representantes de alto rango de los países de la OTAN" sobre la "posibilidad y permisibilidad de usar armas de destrucción masiva contra Rusia" y recordó “a los que se permiten tales declaraciones sobre Rusia, que nuestro país también tiene diversos medios de destrucción y, en algunos componentes, más modernos que los de los países de la OTAN”. Y agregó: “no podemos, no tenemos ningún derecho moral a permitir que las personas cercanas a nosotros sean masacradas por el verdugo. No podemos dejar de responder a su sincero deseo de determinar su propio destino".

En su alocución Putin prometió proporcionar condiciones seguras para la celebración de referendos en Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jerson, las cuatro provincias ucranianas de mayoría rusohablante que están bajo el control del ejército ruso. "Sabemos que la mayoría de las personas que viven en los territorios liberados, y éstos son principalmente las tierras históricas de Novorossia, no quieren estar bajo el yugo del régimen neonazi. Han visto y son testigos de las atrocidades que los neonazis están llevando a cabo en las zonas ocupadas de la región de Járkov."

También el martes 20 la Duma Estatal rusa aprobó una enmienda sobre la introducción de los conceptos de "movilización general", "ley marcial" y "período de guerra" en el Código Penal ruso. Estas figuras habían desparecido del léxico ruso con la caída de la URSS, pero ahora recobran actualidad.

La orden de movilizacin parcial alcanza a slo a veteranos con experiencia de combate o sea el 1 de los 30 millones de efectivos que potencialmente podra poner en armas
La orden de movilización parcial alcanza a sólo a veteranos con experiencia de combate, o sea el 1% de los 30 millones de efectivos que potencialmente podría poner en armas


Después del presidente habló el ministro de Defensa Serguei Shoigú, quien informó que está previsto convocar a 300.000 reservistas que ya hayan servido y tengan experiencia de combate a prestar servicio en las fuerzas armadas de Rusia. La movilización parcial no afectará a estudiantes ni universitarios. Lo mismo se aplica a los reclutas, quienes continuarán haciendo el servicio militar en el territorio de la Federación Rusa, especificó Shoigu. Los reservistas serán instruidos en nuevas técnicas, tecnologías y en las experiencias obtenidas en Ucrania, antes de que se los envíe a guarnecer el territorio que ahora se incorpora a Rusia.

En su discurso el ministro de Defensa informó por primera vez que las fuerzas armadas rusas perdieron durante el conflicto a 5.937 efectivos. Más del 90% de los heridos volvió al servicio activo. También dio a conocer las pérdidas ucranianas: “en la etapa inicial -recordó-, las fuerzas armadas de Ucrania ascendían a unos 202.000 efectivos. Desde entonces, perdieron más de 100 mil. Al mismo tiempo, 61.207 militares murieron y 49.368 resultaron heridos. Estas son pérdidas bastante significativas”, dijo Shoigú. Según él, Kíev “ya está en la cuarta ola de movilización”, sumando “casi 300.000 nuevos efectivos”.

El alto jefe militar denunció asimismo la gran cantidad de instructores de la OTAN con mando efectivo sobre las fuerzas armadas ucranianas y “los mercenarios que están en la línea de combate. Hoy quedan un poco más de mil, algunos se fueron y más de 2.000 mercenarios murieron”.

Todos los líderes políticos rusos, empezando por Genadi Zyuganov, el presidente del Partido Comunista de Rusia, venían impulsando la celebración de referendos que incorporen los territorios de Lugansk, Donetsk, Zhaporiya y Jerson a la Federación Rusa. Ahora bien, al dar este paso crucial, Rusia cambia completamente el carácter del conflicto, ya que una vez que las cuatro provincias voten su incorporación a Rusia, bombardear estos territorios equivaldrá a bombardear la Plaza Roja de Moscú. Y no sólo eso, una vez realizada la adhesión, los rusos no podrán dar marcha atrás en ninguna negociación diplomática. Esto cambiará las cosas considerablemente, y además es una señal de que cualquier diálogo con Kiev se cierra definitivamente.

Las cuatro provincias que pronto se sumarán a la Federación de Rusia (a las que pronto se sumarán, con seguridad, Nicolayev y Odessa, aún en manos del gobierno de Kiev) son conocidas históricamente como “Nueva Rusia” (Novoróssia). En sucesivas guerras desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la primera del XIX el Imperio Ruso ganó estas regiones al Imperio Otomano. Ya desde 1754 comenzaron a fundarse allí ciudades rusas y, bajo el gobierno del Príncipe Potiomkin (1775-91), se asentó allí a miles de campesinos rusos en condición servil. Por eso la denominación de “Nueva Rusia”. Fue decisión de V.I. Lenin en 1921 que estas provincias pasaran a la jurisdicción de la RSS de Ucrania, pero sus habitantes siempre hablaron ruso y se sintieron rusos, aunque no fueran étnicamente rusos. Si bien discutible desde el punto de vista del Derecho Internacional (como fue la desintegración de Yugoslavia), la decisión que ahora se espera restablece la realidad histórica.

Trescientos mil nuevos efectivos bastan para defender las zonas hasta ahora ganadas por el ejército ruso en un frente de más de 1.000 km de extensión, quizás hasta para conquistar Odessa, pero para nada más. Como se espera que británicos y norteamericanos aumenten pronto la intensidad de la guerra, probablemente el año próximo a esta leva sigan otras. La guerra ha salido de la fase de precalentamiento y recién empieza a ponerse a tono con la dimensión de un conflicto mundial.

Rusia prevé tener que librar la guerra contra Occidente al mismo tiempo en Ucrania, el sur del Cáucaso (Armenia) y Asia Central. Esta previsión implica también que en el interior del país se acabó la laxitud de los últimos años. Un país movilizado requiere disciplina y control social.

Mientras tanto, se insinúa una mediación turca. En una entrevista con PBS Newshour el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, instó el lunes 19 a sus homólogos ucranianos y rusos a hablar directamente para llevar el conflicto a una rápida conclusión. Tras "extensas reuniones con Vladimir Putin durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai de la semana pasada, Erdogan explicó que ha dicho tanto a Putin como a Vladimir Zelensky que es necesario un final negociado de los combates porque "nadie ganará al final del día". No obstante, el Kremlin ya dijo anteriormente que los líderes rusos y ucranianos sólo deberían reunirse si lo hacían para firmar acuerdos concretos preparados por sus negociadores.

Lamentablemente, sería sorprendente que los apoyos occidentales de Zelensky le permitieran negociar seriamente. La situación ha empeorado: Liz Truss y el nuevo rey tienen una posición muy débil y el presidente norteamericano enfrenta en noviembre elecciones de medio término que se anuncian como desastrosas para el Partido Demócrata. Por otra parte, el hundimiento de la economía europea y el alza de las tasas de interés en EE.UU. han canalizado hacia Washington enormes masas de dinero que no encuentran dónde invertirse por falta de demanda. La tentación de prolongar indefinidamente la guerra y ampliarla geográfica y sectorialmente es, entonces, muy grande.

La Rand Corporation es una gigantesca consultora financiada entre otros por el Departamento de Defensa DoD por su nombre en ingls de EEUU        
La Rand Corporation es una gigantesca consultora financiada, entre otros, por el Departamento de Defensa (DoD, por su nombre en inglés) de EE.UU.


Que la crisis europea y el alza de las tasas de interés son resultados de una política de recuperación del liderazgo norteamericano lo demuestra la reciente discusión sobre un documento reservado que la Rand Corporation habría sometido al gobierno en enero pasado. Rand es una gigantesca consultora de Washington que, financiada por el Departamento de Defensa, la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad, desde hace más de sesenta años elabora recomendaciones estratégicas para el gobierno.

El documento comienza describiendo el estado de los EE.UU. en la competencia entre las potencias y afirma que, mientras que Europa, liderada por Francia y Alemania (especialmente por ésta última) se encuentra a la vanguardia de la innovación tecnológica y productiva, Estados Unidos se ha retrasado. Como consecuencia de su falta de competitividad y del traslado de sus inversiones productivas hacia China ha aumentado el déficit de su balanza comercial y su endeudamiento externo.

El secreto de la ventaja alemana, señala el texto, reside en la disponibilidad de energía rusa barata. Los vínculos entre Alemania y Rusia, por un lado, entre Alemania y China (por las inversiones germanas en el país asiático), por el otro, se han vuelto muy estrechos. Si EE.UU. quiere recuperar la delantera –razona el documento-, debe romper esos lazos, para que Alemania no se pueda aprovisionar de energía barata y pierda su ventaja relativa. De ese modo declinaría el potencial de toda Europa.

El mejor instrumento para alcanzar ese objetivo es poner a Europa en guerra contra Rusia. Esto se puede alcanzar (recordemos que el texto fue datado en enero pasado) forzando a Rusia a una guerra contra Ucrania. Alemania y el resto de la Unión Europea, como miembros de la OTAN, se verían entonces obligados a solidarizarse con el país agredido, decretarían sanciones contra Rusia, dejarían de recibir energía barata, su producción se encarecería y perderían sus ventajas comparativas. El euro, por consiguiente, se devaluaría frente al dólar y las inversiones financieras se redireccionarían hacia EE.UU.

Ahora bien, como, al derrumbarse la economía europea, la industria norteamericana perdería una demanda que su propio mercado tampoco puede satisfacer, la única rama industrial que podría desarrollarse sería la militar. Pero, para hacerlo, necesita guerras. Por eso, termina el documento, hay que llevar adelante una guerra interminable que asegure la inversión productiva de los trillones de dólares que están fluyendo hacia EE.UU.

El documento fue publicado por primera vez el 11 de septiembre en Weltexpress, un pequeño periódico digital de Berlín, de ostensiva filiación nacionalista y antieuropeísta. El autor de esta columna se puso en comunicación con el medio para solicitarles que autenticaran el informe, pero los editores no respondieron. No importa. Aunque la publicación sea falsa, su contenido resume con exactitud lo que está sucediendo.

La guerra entre Rusia y la OTAN tiene hasta ahora cinco vencedores y dos perdedores. Rusia está venciendo, porque ocupó el 20% del territorio ucraniano, se sobrepuso a las sanciones occidentales, recompuso sus reservas externas, redujo al mínimo las pérdidas de su economía y está conquistando nuevos mercados. China, en tanto, está llenando sus depósitos y tanques con petróleo y gas ruso que compra con el 30% de descuento. India está ganando fortunas comprando petróleo ruso y revendiéndolo refinado y más caro a Europa. Irán, por su parte, está cobrando suculentos peajes por el pasaje de petróleo ruso hacia India y vendiendo miles de drones a Rusia, que los emplea con éxito en Ucrania. Estados Unidos, finalmente, ha liquidado la competencia europea, ha subido las tasas de interés, mejorando la cotización del dólar, y ha conseguido el aval de su Congreso para multimillonarias inversiones en la industria armamentista. Los grandes perdedores son, a todas luces, Europa (sobre todo Alemania), que está sufriendo pérdidas por aumento en los costos de la energía de las que no se va a recuperar por muchos años, y Ucrania, destinada indefectiblemente a desaparecer.

Pero allí no termina la guerra. Para afianzar su liderazgo dentro de Occidente y desgastar a Rusia, Estados Unidos necesita llevar una guerra prolongada, de amplio espectro y en distintos frentes a la vez. Washington no se atreve a atacar directamente a Rusia, porque teme la superioridad de sus cohetes hipersónicos, pero pretende desgastarla.

Rusia, por su parte, no sólo cuenta con su propio potencial, sino con una retaguardia cuidada por China y Corea del Norte, un flanco sur guardado por Irán y Siria y la neutralidad benevolente de India y Turquía.

Hoy puede preverse que la guerra aumentará su intensidad, apenas las nuevas tropas rusas entren en acción, y que se prolongará durante el año que viene. Ahora bien, cuanto más dure y se extienda esta nueva guerra mundial, más sufriremos las naciones del Sur Global. No podemos comerciar con quien nos convenga, para no herir susceptibilidades. El endeudamiento impuesto nos quita libertad interna y externa. La ruptura de las cadenas productivas aumenta los costos de nuestra producción. Y, finalmente, la guerra se libra también en el interior de nuestros países mediante partidos, servicios y organizaciones que responden a unos y otros. Sólo la acción mancomunada de las naciones emergentes puede devolver la paz al mundo. Cuanto antes, mejor.

*Analista internacional

lunes, 19 de septiembre de 2022

La OTAN busca un conflicto interminable

 

La guerra de Ucrania se prolonga e internacionaliza

Por Eduardo J Vior
Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
16-09-2022 | 18:38
La guerra de Ucrania se ha convertido en un duelo a muerte por la existencia de Rusia o de la OTAN Foto AFP
La guerra de Ucrania se ha convertido en un duelo a muerte por la existencia de Rusia o de la OTAN / Foto: AFP.

Después de la contraofensiva ucraniana en el noreste del país y de la confirmación por parte de los líderes occidentales de su voluntad de continuar la guerra hasta la rendición de Rusia, el derrocamiento de su gobierno y la fragmentación del país, el conflicto ha salido de la zona de confort. La guerra de Ucrania se ha convertido en un duelo a muerte por la existencia de Rusia o de la OTAN, afecta a las poblaciones de los 32 países comprometidos (los 30 miembros de la alianza más Rusia y Ucrania), se libra por todos los medios y durará mucho tiempo, a menos que alguno de los contendientes pierda las ganas y se avenga a negociar.

Por la contraofensiva ucraniana, en los últimos diez días las fuerzas rusas se replegaron de la nordestina provincia (Oblast) de Járkov hasta los límites de Lugansk y Donetsk. Ucrania ha recuperado más de 3.000km cuadrados, ha reconquistado muchos pueblos y ciudades y 30.000 pobladores rusohablantes han huido hacia la vecina región rusa de Belgórod o hacia las repúblicas separatistas del este.

Para evitar ser confundidos por la propaganda de ambos bandos, es importante retener: 1) nadie ha vencido y nadie fue derrotado, porque, inexplicablemente, en esa región no había tropas rusas, sólo unidades de la Guardia Republicana y de las fuerzas especiales de la policía que se replegaron sin dar batalla; 2) en una semana Ucrania ha perdido 2.000 efectivos; 3) aunque esperada, la ofensiva ucraniana ha sorprendido a los rusos por su velocidad y por las novedosas tácticas de lucha. Dada la relación de fuerzas en ese frente, la retirada parece haber sido una maniobra prudente, para preservar a los efectivos y recomponer la línea defensiva. Lamentablemente, al hacerlo, el mando ruso ha entregado a las represalias de los nacionalistas a miles de civiles de habla rusa (en la región no hay prácticamente ucranianos) que no pudieron huir.

Según fue posible reconstruirla, la situación actual en el campo de batalla es la siguiente: en el noreste el frente se ha estabilizado en el río Oskol, un afluente del Donets que fluye de norte a sur. Mientras tanto, en Donetsk la empresa militar privada rusa (PMC, por su nombre en inglés) Wagner sigue avanzando paso a paso. El centro de los combates sigue estando en esa región oriental. Por suparte, en Zaporiyia, en el centro-sur, se están concentrando fuerzas de ambas partes y se espera que pronto haya allí un ataque ucraniano. En esa zona está la homónima central nuclear, la más grande de Europa, que esta semana debió ser apagada completamente tras dos meses de bombardeos ucranianos que dañaron las líneas de trasmisión.

En tanto, en el frente de Jersón/Nicolaiev, en el sur, tras el fracaso de la contraofensiva ucraniana de hace dos semanas quedó cercado un contingente de esa fuerza al este del río Ingulets, un afluente del Dniéper que corre de norte a sur. Aprovechando que el río aguas arriba, en la cercana ciudad de Krivoy Rog (cuna del presidente Zelensky), está contenido por una represa, este miércoles 14 la cohetería rusa la bombardeó. Los cohetes perforaron el dique, elevando en 2,5m el nivel del curso fluvial e inundando el centro de la ciudad y el curso inferior el río. El cruce del mismo se ha hecho muy difícil y las unidades ucranianas al este del curso han quedado aisladas.

El segundo frente de esta guerra está representado por los ataques a la infraestructura civil. La fracasada contraofensiva ucraniana en el frente de Jersón a principios de septiembre buscó obligar a Rusia a concentrar fuerzas allí, mientras se preparaba el ataque en Járkov. Una vez conquistado en esta región el nudo ferroviario de Izium, el frente del sur, donde la OTAN espera obtener una victoria decisiva, quedaba a sólo 200 km. El mando atlántico planeaba aprovechar la buena conexión ferroviaria para un rápido traslado de las tropas. Sin embargo, en la noche del domingo al lunes, en dos horas y media la artillería rusa destruyó la mitad de las centrales eléctricas y líneas de conexión de Ucrania y el país quedó a oscuras. Los ataques al sistema energético ucraniano se repitieron el miércoles 14. Numerosas centrales de medio voltaje fueron destruidas y pasará mucho tiempo hasta que sean reconstruidas. Como las líneas férreas están electrificadas, este bombardeo dificulta el movimiento de las tropas ucranianas.

En dos horas y media el domingo 12 Rusia destruy el 50 de la infraestructura elctrica ucraniana
En dos horas y media, el domingo 12 Rusia destruyó el 50% de la infraestructura eléctrica ucraniana

El tercer frente es el mediático. En éste el gobierno ucraniano viene venciendo incontestablemente. Kiev ha convencido a un gran público occidental de que Rusia es la agresora e hizo del avance en Járkov una contraofensiva épica. El presidente de Ucrania se ha convertido en un “producto” que vende una densa red de agencias de imagen, propaganda y lobby en todo Occidente. Asimismo, la embajada británica en EE.UU. ayudó a su par ucraniana a conectar con los medios de comunicación. El rápido éxito a la hora de obtener más ayuda militar alentó la reorientación de numerosas empresas, algunas de las cuales incluso antes representaban intereses rusos en EE.UU. El propio gobierno de Kiev, finalmente, está tutoreado de cerca por empresas británicas que planifican y supervisan cada aparición del presidente y sus colaboradores.

Rusia, por el contrario, sigue confiando en su sólida comunicación oficial,pero ha delegado la batalla en las redes en un sinfín de blogueros más o menos independientes, carece de medios en Occidente y, bajo la férrea censura occidental, ha desaparecido de Facebook y Twitter.

Esta dispersión de la comunicación rusa fue aprovechada por la OTAN para sembrar el pánico tras el avance ucraniano en Járkov. Durante algunos días cundió el desconcierto y la inseguridad se extendió a la opinión pública rusa, que entonces comenzó a reclamar una conducción más enérgica de la guerra. Las críticas apuntan al Estado Mayor Ruso (RGS, por su nombre en ruso).

Rusia se metió en febrero en la “Operación Militar Especial” (OME) respondiendo al pedido de ayuda de Donetsk y Lugansk que se habían independizado de Ucrania. Verdad o retórica, este argumento limitó el despliegue de sus fuerzas a los territorios mayormente habitados por población rusa. Por eso, hasta ahora no había atacado la infraestructura civil ucraniana y se concentró en despejar los territorios del este y sur del país. Nunca empleó en esta guerra más del 15% de sus fuerzas profesionales. Estas tropas, cuatro veces menos numerosas que las ucranianas, no pueden cubrir una línea del frente de más de mil kilómetros.

De todos modos, sea por un error de cálculo de la inteligencia militar o por desidia del Estado Mayor, el haber dejado desguarnecido el frente en Járkov y tener que replegarse fue una sacudida para el Estado, los militares y la sociedad de Rusia.

¿Por qué Ucrania lanzó en septiembre una ofensiva en Járkov con sus mejores fuerzas, sabiendo que las pondría al descubierto en un territorio sin trincheras ni fortificaciones y las arriesga a quedar encerradas en un bolsón? Ante todo, porque, ante el decaimiento del interés por esta guerra en la opinión pública occidental, era necesario crear un estímulo que apartara la atención de la debacle económica y social de los países occidentales. En segundo lugar, porque pronto comienza el otoño, la estación de las lluvias, cuando  los terrenos y caminos del este y sur de Ucrania se vuelven intransitables. También, porque esta ofensiva debía prologar otra mayor en el sur, que el bombardeo ruso de la infraestructura eléctrica por ahora impidió. Finalmente, porque el gobierno de Zelensky y sus sostenedores británicos y norteamericanos necesitan movilizar más y más ayuda occidental, una parte importante de la cual –según informes del Pentágono- se vuelca al mercado negro.

La conmoción que el éxito ucraniano ha generado en Rusia tendrá consecuencias que por ahora son difíciles de prever. Probablemente, Moscú aumente la cantidad de efectivos a desplegar en Ucrania. Por razones psicológicas, es empero improbable que Putin decrete la movilización parcial o total. Sí debe contarse con que el ejército ruso ataque todo tipo de objetivo civil  que sirva a sus fines tácticos. Aún no hay señales de una eventual ofensiva en gran escala. Quizás el alto mando opte por continuar con la guerra de posiciones y el desgaste de su adversario, provocándolo para que ataque y poder diezmarlo.

En tanto, el liderazgo ucraniano, convencido de haber obtenido una gran victoria en Járkov, maximiza los objetivos. El fin de semana pasado Zelensky aprovechó una cumbre celebrada en Kiev para reiterar sus exigencias maximalistas: la devolución de todo el territorio ucraniano, amplias garantías multilaterales de seguridad, reparaciones y cargos por crímenes de guerra. Para que quede claro de qué se trata, Andriy Yermak, jefe de la oficina presidencial pecisó que "es difícil encontrar garantías más fiables que las que ofrece el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte".

"No podemos permitirnos parar", dijo el presidente a los asistentes a la reunión. "Rusia está ahora en el camino de su derrota histórica y no retomaremos las negociaciones con Moscú hasta que los rusos demuestren que están dispuestos a devolver la tierra que nunca ha sido suya". El presidente rechazó, además, la posibilidad de que el país sea neutral.

En el mismo sentido, para aumentar su capacidad de ataque a la infraestructura civil rusa, Zelensky solicitó este miércoles 14 a EE.UU. el envío de cohetes de alcance medio (300 km). Rauda llegó la reacción rusa: “si Estados Unidos decide suministrar a Kiev misiles de mayor alcance, se convertirá en parte directa del conflicto”, advirtió este jueves 15 el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

En paralelo, informa The Financial Times, citando a un alto funcionario de Defensa norteamericano, que Washington y sus aliados están considerando proporcionar a Ucrania equipos de defensa aérea y aviones de combate. Sería el primer suministro occidental de este tipo a Kiev, detalla el medio.

Por su parte, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó el miércoles 14 que “incorporaremos a Ucrania a nuestra zona de libre circulación europea".

Jens Stoltenberg secretario general de la OTAN Foto AFP
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN / Foto: AFP.

La nueva fase de la guerra no sólo trae más sufrimiento para la población civil, sino un más nítido involucramiento de los miembros de la OTAN. El jueves 8 el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, en su conferencia de prensa junto con el secretario de Estado Antony Blinken, tras la reunión del grupo internacional de apoyo a Ucrania en la base norteamericana de Ramstein, en el suroeste de Alemania, afirmó que “(…) estamos enviando un mensaje inequívoco a Moscú sobre nuestra disposición a proteger y defender cada centímetro de nuestro territorio. Estamos reforzando significativamente nuestra presencia en el este de la Alianza.” Esta asimilación de Ucrania a “nuestro territorio” y la invitación de la UE para que Ucrania se incorpore al bloque confirman los temores de Rusia: la OTAN pretende extenderse hasta la frontera rusa también en el sur, a 1.500 km de Moscú.

Siempre hay alguien que dice la verdad. El general Ben Hodges, ex comandante del Ejército de Estados Unidos en Europa, pidió el miércoles en el británico The Telegraph que se empiece a preparar el colapso de Rusia, para reducir las consecuencias geopolíticas de este proceso. El verdadero fin de la guerra de la OTAN contra Rusia es generar tanta insatisfacción que el pueblo se alce y derroque el régimen. El país se sumiría, entonces, en un ciclo de caos y guerra civil que lo fracturaría en numerosas republiquetas sin poder. Éste es el objetivo de la estrategia anglosajona contra Rusia desde hace por lo menos dos siglos…y no cambia.

Para Rusia se trata de una guerra existencial, un asunto de vida o muerte. El objetivo geopolítico/geoeconómico estadounidense es destruir la unidad del país, imponer un cambio de régimen y saquear sus inmensos recursos naturales. Los ucranianos no son más que carne de cañón para alcanzar este proyecto.

Por el otro lado, si Rusia resiste las sanciones y el bloqueo occidental y es capaz de conquistar Odessa y con ella toda la costa del Mar Negro, es difícil que la unidad entre los aliados de Zelensky se mantenga. Y, si la UE y la OTAN se fracturan y el conflicto se termina o se paraliza luego de que Ucrania haya perdido más de la mitad de su territorio, es dudoso que la alianza atlántica, si es que sigue existiendo, tenga alguna vigencia en el futuro.

Para ambos contendientes el triunfo es una cuestión de vida o muerte. Por eso es altamente improbable que en los próximos meses lleguen a una negociación. Más bien es de esperar lo contrario. Cuando el invierno boreal paralice las operaciones militares, debemos temer una intensificación de la guerra en otros ámbitos, con acciones de terrorismo económico o cibernético. Todos los países del mundo mantenemos relaciones con ambos contendientes. La prolongación y ampliación de la guerra de Ucrania nos va a afectar a todos. Y esto recién empieza.

(El autor es analista internacional)

jueves, 8 de septiembre de 2022

La parálisis británica pone en riesgo la paz mundial

 

Liz Truss guía a Gran Bretaña aún más rápido al abismo

Manteniendo el equipo de su antecesor y radicalizando las políticas neoliberales, antisociales e imperialistas, la nueva primera ministra sólo puede agudizar la crisis interna e internacional

Por Eduardo J Vior
Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
07-09-2022 | 18:40
Liz Truss nueva primera ministra del Reino Unido Foto AFP
Liz Truss, nueva primera ministra del Reino Unido / Foto: AFP

La nueva primera ministra británica, Liz Truss, declara a quien quiera oírla que pretende seguir el curso de su antecesor, Boris Johnson, pero más enérgica y raudamente. Para no dejar dudas al respecto, ya en el primer día de su gestión, este miércoles 7, acudió al Parlamento y defendió su propuesta de reducción de impuestos contra las críticas del Partido Laborista. En su debut como líder conservadora descartó aplicar un impuesto sobre los beneficios de las petroleras para subsidiar la reducción de las tarifas energéticas. A cambio prometió congelar las tarifas.

Después de aceptar la invitación de la Reina Elizabeth II en una reunión en el castillo escocés de Balmoral, Liz Truss asumió el martes el cargo de Primera Ministra del Reino Unido. La nueva jefa de gobierno volvió inmediatamente a Londres, donde en una alocución a la puerta de Downing Street 10 anunció rebajas en las tarifas de gas y electricidad,  convocó a los británicos a “trabajar más y mejor” y declaró que reformará el Servicio Nacional de Salud (NHS), “para que todos puedan conseguir sus turnos médicos”.

No hay sorpresas por la elección de la hasta ahora secretaria del Foreign Office ni por la composición de su gabinete: se trata de una selección de los más fieles y duros seguidores del premier anterior. Aunque éste cayó víctima de su propio desorden y de un golpe de salón orquestado por Rishi Sunak (quien después compitió contra Truss por la jefatura conservadora), los clubes tories inmediatamente cerraron filas y optaron por endurecer y no cambiar la política. Proporcionar al país (y al mundo que lo sufre) más de la misma medicina que ya llevó al fracaso y la guerra es una receta segura para llegar pronto al abismo.
 
Tras una reñida campaña durante julio y agosto para reemplazar a Boris Johnson, Truss venció con 81.326 votos frente a los 60.399 de su rival, el exministro de Finanzas Rishi Sunak, con una participación del 82,6% de los miembros del partido. Como líder del partido, Truss se convirtió automáticamente en primera ministra sin necesidad de elecciones generales, porque los conservadores siguen teniendo mayoría en la Cámara de los Comunes. Las elecciones generales recién están previstas para 2024.

Por primera vez en cuatro décadas el aumento de los precios de los alimentos y la energía, impulsados por las sanciones contra Rusia, así como las consecuencias de la pandemia de Covid19 y el Brexit, han impulsado la inflación del Reino Unido por encima del 10%. El Banco de Inglaterra prevé que alcance el 13,3% en octubre y que el reino entre en una recesión prolongada a finales de año.

Los conductores de trenes, el personal portuario, los recolectores de basura, los trabajadores de correos y los abogados al servicio del Estado han organizado huelgas para exigir que los aumentos salariales se ajusten a la inflación y millones más, desde profesores a enfermeras, podrían declararse en huelga en los próximos meses.

Pero no sólo los trabajadores y empleados están preocupados por el alza de los precios. Según informaba Bloomberg el pasado jueves 2, el aumento de la factura energética amenaza con el cierre a seis de cada diez fabricantes británicos. MakeUK, el grupo de presión de los industriales del Reino Unido, dijo en un reciente informe que en el último año casi la mitad de los fabricantes ha experimentado un aumento en las facturas de electricidad de más del 100%. "La crisis actual está dejando a las empresas ante una dura disyuntiva", dice el informe. "Recortar la producción o cerrar el negocio por completo si la ayuda no llega pronto".

El sector fabril británico ya está en declive, según un índice de directores de compras publicado por S&P Global esta semana. La encuesta de MakeUK por su parte, indica que el 13% de las fábricas han reducido sus horas de trabajo o evitan los periodos de máxima actividad, mientras que el 7% de ellas interrumpen la producción durante periodos más largos.

Además de los problemas internos de Gran Bretaña, Truss se enfrenta a enromes desafíos exteriores, como la guerra que Londres fogonea en Ucrania y las frías relaciones con la UE tras el Brexit. Como secretaria de Asuntos Exteriores la actual jefa del gobierno desafió a Rusia de todas las maneras posibles. Como única medida de promoción industrial que se le conoce, en tanto, la lideresa conservadora ha prometido aumentar el gasto en defensa del 2% al 3% del PBI. De modo que no es de esperar que se avenga a negociar con Moscú. También es probable que siga fomentando la agitación en Hong Kong. En tanto, la continuada implementación de la estrategia “Global Britain” aumentará simultáneamente la tensión en el Mediterráneo, el Atlántico Sur, el Índico, el Golfo Pérsico y el Pacífico Suroccidental, sin que su flota esté en condiciones de operar al mismo tiempo en todos esos mares.

Durante su desempeño a cargo de la diplomacia británica Liz Truss respaldó la decisión de Boris Johnson de violar el tratado de salida de la Unión Europea, al levantar la aduana interna entre Irlanda del Norte y el resto del reino. En Europa la esperan con mala cara y no es improbable que la UE emprenda acciones legales que escalen el conflicto hasta convertirlo en una guerra comercial.

El martes 6 en el castillo de Balmoral Escocia Liz Truss recibi de la Reina Elizabeth II el encargo de formar gobierno como primera ministra de Gran Bretaa Foto AFP
El martes 6 en el castillo de Balmoral, Escocia, Liz Truss recibió de la Reina Elizabeth II el encargo de formar gobierno como primera ministra de Gran Bretaña / Foto: AFP

Su gabinete, conocido este martes, se inclina fuertemente hacia la derecha: la secretaria de Salud y viceprimera ministra, Thérèse Anne Coffey, es una privatizadora feroz que rechaza todo tipo de medida social. Por su parte, Kwasi Kwarteng, un economista hijo de padres ghaneses, fue designado Canciller del Tesoro. Lobista de las empresas petroleras y fiscalista duro, de él se espera una férrea oposición contra todo tipo de subsidios a la producción industrial y al consumo. En tanto, James Cleverly, teniente coronel retirado, fue designado como secretario del Foreign Office. Finalmente, como ministra del Interior fue nombrada Suella Braverman, una abogada de 42 años conocida por sus duras posiciones en política interior y de seguridad. Braverman se ha descrito a sí misma como "hija del Imperio Británico". Sus padres, originarios de Mauricio y Kenia, llegaron al Reino Unido "con admiración y gratitud por lo que Gran Bretaña hizo por Mauricio y Kenia, y por la India", dice. Así, el gobierno de Liz Truss es una continuación del equipo de Boris Johnson, más radicalizado y con otra figura de proa.
 
Sin embargo, los encendidos discursos tories no pueden ocultar que el país enfrenta desde hace tiempo graves crisis: primero, que desde el gobierno de coalición conservador-liberal en 2010 el país ha estado continuadamente gobernado por primeros ministros conservadores, de los cuales sólo David Cameron (2010-16) subió al poder por elección, mientras que todos han caído por escándalos y/o por golpes de palacio. Segundo, los pobres datos de crecimiento, productividad y la preocupante desigualdad que se han enquistado en su sistema económico. En tercer lugar, la crisis de la monarquía que se desencadenará, apenas muera la reina y asuma Charles, para inmediatamente abdicar a favor de su hijo William. El cuadro crítico se completa, si se considera la desproporción entre los recursos y capacidades de la antigua potencia y su insistencia en meterse en aventuras, como la de Ucrania, que sobrepasan sus fuerzas y habilidades.

Las primarias conservadoras han permitido echar una mirada a las honduras del pensamiento reaccionario, cada vez más influenciado por guerras culturales en rincones de las redes sociales sin apenas contacto con la realidad. Todo indica que el Partido Conservador británico continuará alineándose a su derecha, un proceso similar al de otros partidos de la centroderecha europea que han abandonado su identidad y se dejan manipular por un puñado de fanáticos guerreristas.

Tradicionalmente, los tories se han distinguido por su falta de principios y su aferramiento al poder. En el establishment británico importan menos las convicciones sobre temas concretos que la conciencia de clase a ultranza. El “socialismo de ricos” proporciona a los antiguos alumnos de Eton, Oxford y Cambridge una fuente constante de nombramientos, oportunidades y otras prebendas público-privadas que corrompe al más honrado. Al mismo tiempo los líderes conservadores poseen una capacidad sin precedentes de adaptar su proyecto al sentido común cultivado por un cada vez más reducido núcleo de magnates mediáticos. En Reino Unido, tres empresas concentran el 90% del mercado de prensa nacional: News UK (de Rupert Murdoch), Daily Mail Group y Reach. Estas mismas empresas reúnen el 48% de las interacciones en las redes de Facebook (WhatsApp, Facebook Instagram).

Pese al legendario papel moderador de la BBC en la televisión, recordemos que la mayoría de sus tertulianos y periodistas provienen en gran medida de un sector audiovisual altamente concentrado. Es, por lo tanto, difícil que allí se escuchen narrativas progresistas sobre la economía, la inmigración o la Unión Europea. En general, se podría atribuir el secreto del triunfo Cameron-May-Johnson-Truss al cultivo de un nacionalismo superficial, revanchista y de solidaridad negativa. Esto último quiere decir que en tiempos de decadencia el objetivo del movimiento conservador ya no es mejorar la vida de la mayoría, sino demonizar todos los días nuevas minorías sobre las cuales descargar la culpa por el malestar general.

Se acercan tiempos turbulentos que pondrán extremadamente a prueba la alianza de la monarquía con las fuerzas armadas, la burguesía financiera especulativa concentrada, la Bolsa y los medios hegemónicos. En último lugar, pero en el primer nivel de importancia, está la guerra en Ucrania. Como colofón de su guerra cultural por la supremacía los conservadores provocaron la guerra con Rusia para demostrar la supremacía de Occidente sobre el Oriente eslavo, pero la criatura se les está escapando de las manos. Si son derrotados en Ucrania, no podrán evitar que en Europa surjan airadas reacciones contra los responsables de la aventura. Tratarán de arrastrar a los norteamericanos a enterrar las botas en el barro de la estepa, pero si el próximo Capitolio tiene mayoría republicana, es difícil que Washington se arriesgue a un choque frontal con Rusia que sabe que no puede ganar.

Liz Truss es una aventurera ambiciosa, sin principios ni conocimientos, que ha llegado a gobernar Gran Bretaña gracias a su oportunismo sin medida y a la crisis del sistema político que ha triturado a todos los líderes que podían hacerle sombra. Pero estas “virtudes” no bastarán, cuando se enfrente a la verdadera política. En la próxima cita del G20 en Bali, Indonesia, en noviembre, deberá medirse con líderes de la talla de Xi Jinping, Vladimir Putin, Narendra Modi o Recep T. Erdogan. Para entonces las fuerzas rusas habrán alcanzado Odessa y el frío habrá empujado a millones de británicos a protestar en las calles. Será la ocasión para que dé examen ante personas experimentadas y con visiones del mundo encontradas entre sí, pero valiosas.

lunes, 5 de septiembre de 2022

La AIEA comprueba los ataques ucranianos contra la usina

 

Aun atacando la central nuclear, Johnson y Zelensky no pudieron impedir la inspección de Zaporiyia

Poco antes de la llegada de la misión de la AIEA 60 miembros de las fuerzas especiales de Ucrania conducidos por oficiales británicos intentaron ocupar la mayor usina atómica de Europa

Por Eduardo J Vior
Por Eduardo J. Vior
Agencia Télam
01-09-2022 | 20:27
Rafael Grossi Foto AFP
Rafael Grossi. Foto: AFP


Excepto unos diez técnicos, el Director General de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), el diplomático argentino Rafael Grossi, y la mayor parte del equipo internacional de expertos nucleares que visitó el jueves 1º la central nuclear de Zaporiyia se marcharon tras una inspección de pocas horas que debieron negociar arduamente hasta el último minuto con las fuerzas ucranianas, para que les permitieran llegar a las instalaciones. Pero éste no fue el obstáculo principal: en la madrugada del jueves una unidad de fuerzas especiales de Kiev cruzó el río y desembarcó cerca de los edificios donde vive el personal de la planta.
Aparentemente intentaban tomar por asalto la central nuclear, pero fueron aniquilados por las fuerzas rusas que los esperaban informados de su venida. Es la primera vez en la historia que alguien ataca militarmente una usina atómica.

El equipo de expertos de la AIEA inspeccionó las condiciones de seguridad de la central y los impactos de proyectiles en ella y sus alrededores, para determinar qué parte beligerante está con sus disparos arriesgando una catástrofe nuclear que afectaría a millones de personas en Europa Oriental y Central.

Durante su viaje los inspectores corrían el riesgo de ser afectados por bombardeos y tiroteos y tanto los funcionarios rusos como los ucranianos confirmaron que la cercana ciudad de Energodar, donde vive gran parte de los empleados y trabajadores de la usina y sus prestadores de servicios, había sufrido una mañana de bombardeos.

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Según fuentes rusas (los ucranianas y sus aliados ni confirmaron ni desmintieron las informaciones sobre el desembarco), las fuerzas de Kiev habrían atravesado el embalse del río Dniéper y desembarcado cerca de la ciudad de Energodar.


Es más, distintas fuentes rusas informaron que sus fuerzas habían frustrado un intento de desembarco ucraniano. Según fuentes oficiales y no oficiales de Rusia, alrededor de las 6 horas (hora local) dos barcazas y hasta 30 embarcaciones ucranianas atravesaron el río Dniéper por el embalse de Kajovka y desembarcaron en la costa a tres kilómetros al noreste de la central nuclear de Zaporoyia. Llegaron en dos grupos de sabotaje con hasta 60 efectivos y se dirigieron hacia la central. Una barcaza fue quemada por el fuego ruso durante el camino, parte de la fuerza logró desembarcar, pero fue destruida por las tropas rusas. Solamente tres efectivos fueron hechos prisioneros, de los cuales dos están gravemente heridos. Hasta ayer a la noche otros doce estaban rodeados por los rusos. Según fuentes rusas no confirmadas, entre los caídos habría oficiales de países de la OTAN, pero habrá que esperar a la identificación de los muertos y los prisioneros para tener más certeza. Los 64 miembros de las fuerzas especiales habrían completado recientemente su formación en el Reino Unido y viajaron de Varsovia a Odesa el 29 de agosto. La operación habría sido coordinada por agentes del MI6 desde su sede en los suburbios de Kiev.

Al mismo tiempo el ministerio ruso de la Defensa informó que sobre la central de Zaporiyia (ZNPP, por su nombre en inglés) habían sido derribados tres drones suicidas ucranianos. El ministerio añadió que durante el bombardeo cuatro proyectiles ucranianos explotaron a unos 400 metros de la primera unidad de potencia de la ZNPP. Por precaución, tras el inicio del bombardeo fue detenida la quinta unidad de potencia. Entre tanto, desde las 8 horas las fuerzas armadas de Ucrania bombardearon el área del asentamiento de Vasilyevka, por donde la misión de la AIEA debía ingresar a la zona controlada por Rusia en su camino hacia la central.

No existen en el mundo antecedentes de ataques militares a centrales atómicas. Quien los ordena sabe que está arriesgando una catástrofe que puede despoblar amplias regiones de Europa. Por otra parte, no es creíble la acusación de Ucrania y sus aliados de que las fuerzas rusas estén bombardeando una central nuclear bajo su control y con la que se provee de electricidad a amplias regiones mineras e industriales que gobiernan desde hace meses y que aspiran a incorporar a Rusia.

Por otra parte, desde el punto de vista militar tampoco tuvo sentido el desembarco. Los rusos sostienen que el GRU (como se conoce al servicio de inteligencia militar de Rusia) supo de la operación en todas sus etapas y que por eso estaban esperando a los ucranianos en la costa del embalse. De todos modos, aunque éstos hubieran podido consolidarse y marchar hacia la usina, habría sido imposible ocultar su avance, ya que desde el sitio de desembarco hasta la central nuclear hay varios kilómetros a través de una estepa sin árboles. La propia ciudad de Energodar está construida en su mayor parte por edificios de nueve plantas sin vegetación, por lo que es imposible esconder allí a un grupo armado de 60 personas.

Además, la central nuclear tiene varias líneas de seguridad y está vigilada por efectivos de la Guardia Nacional de Rusia equipados con armas pesadas. Hubiera sido extremadamente difícil para las fuerzas armadas ucranianas, que disponían sólo de armas pequeñas, penetrar las líneas de defensa. Incluso, si hubieran podido saltarse el sistema de seguridad, les habría sido extremadamente difícil retener la estación debido a la inmensidad del interior y a los intrincados pasillos. Aun con varios guías es muy fácil perderse allí.

Todavía, supuesto el caso de que capturaran y retuvieran la central en sus manos, surgiría la pregunta “¿y ahora qué?” ¿Habrían pedido que la central pasara al control ucraniano? Más de cien kilómetros al norte de la misma están bajo dominio ruso. ¿Habrían reclamado la “desmilitarización” de la misma? ¿Y quién habría podido garantizar la seguridad de las instalaciones y las líneas de trasmisión?

Foto AFP
Foto: AFP


Considerando el grado de control británico sobre el elenco de Volodymir Zelensky, no se entiende qué pretende Londres poniendo al continente al borde de un desastre nuclear. Informaciones procedentes de Moscú dan cuenta de que Boris Johnson llevó el plan del MI6 para  la operación la semana pasada, cuando estuvo en Kiev para celebrar el Día de la Independencia de Ucrania. Se dice que si el proyecto tenía éxito, se negaría la semana próxima a transferir el cargo de primer ministro justificándose con una emergencia internacional que amenazaría con una catástrofe a escala planetaria. Obviamente, nadie ha confirmado ni rechazado esta hipótesis delirante. Hasta la medianoche local tampoco se había manifestado públicamente sobre esta situación el presidente Zelensky. De todos modos, el jefe de la misión de la AIEA y el Secretario General de la ONU Antonio Guterres fueron inmediatamente notificados.

Según las autoridades regionales, entre 8 y 12 miembros de la misión de la AIEA permanecen en la central nuclear, el resto de los expertos, dirigidos por Rafael Grossi, abandonaron Energodar antes de las 20 horas. "La artillería, las ametralladoras pesadas y los morteros dos o tres veces fueron realmente bastante preocupantes para todos nosotros, declaró Grossi a los medios. Tuvimos un apoyo espléndido del equipo de seguridad de las Naciones Unidas que también está aquí conmigo. Así que creo que hemos demostrado que la comunidad internacional está ahí, puede estar ahí y seguimos con ello", dijo el diplomático argentino. Más explícito fue, en cambio, el representante oficial del Secretario General de la ONU, respondiendo a una pregunta directa de los periodistas: "Nos alegramos de que Rusia haya hecho todo lo necesario para garantizar la seguridad de nuestros inspectores", dijo.

La guerra de Ucrania se está acercando rápidamente a un punto de inflexión. El fracaso de la contraofensiva ucraniana en el sur no sólo ha permitido a Rusia conservar los territorios que tenía bajo su control, sino que, al producir a los ucranianos enormes cantidades de muertes (se habla de más de 2.000 muertos en tres días) y un sinfín de heridos (confirmados por los médicos convocados en toda la región para atenderlos), ha dejado expedito el camino hacia Odessa y la frontera moldava. Aunque se sabe que Ucrania prepara una nueva arremetida en la norteña región de Járkov, Rusia ya tiene prontas en las fronteras del norte y este grandes contingentes de reservistas frescos y adiestrados.

Por otra parte, se acerca el otoño boreal, que en esa región es lluvioso y produce grandes lodazales. Después sigue el invierno con su frío, nieve y hielo. Ante este cuadro de situación, es probable que Rusia pronto pase del modo ahorro a la ofensiva masiva. Aunque los ucranianos se resisten bravamente, no tiene sentido que el país se siga desangrando inútilmente al costo de su existencia futura. Cualquier liderazgo racional buscaría la negociación. Sin embargo, Zelensky no puede negociar aunque quisiera, porque sus tutores británicos se lo prohíben.

En medio de una pavorosa crisis económica y social, con alzamientos por doquier, el Reino Unido amenaza al mundo con provocar una catástrofe nuclear en medio de Europa. ¿No hay nadie que lo detenga?

*Analista internacional