domingo, 21 de junio de 2015

Texas retira su oro de la Reserva Federal norteamericana

OPINIÓN

AIRES DE SECESIÓN EN EE UU.

Desconfiar del Estado y privilegiar el interés privado son apotegmas de los neoconservadores norteamericanos nucleados en el Tea Party. Pero ahora el gobierno de Texas, el Estado de la estrella solitaria (por su bandera), los ha llevado al extremo de descreer de la Reserva Federal de los Estados Unidos y retomar un curso secesionista que parecía terminado con el fin de la guerra civil en 1865.
El pasado 12 de junio el gobernador de Texas Greg Abbott promulgó la Ley 483 que permite al gran Estado en el Suroeste construir un depósito de lingotes y monedas de oro y plata. La ley parece inocente, pero tiene implicaciones enormes, ya que en primer lugar dispone retirar de la Reserva Federal en Fort Knox (Nueva York) mil millones de dólares en metal, pero también defender dichas reservas ante cualquier intento federal por confiscarlas.
Por lo pronto el Fondo de Inversiones de la Universidad de Texas recibió el metal y lo guarda provisoriamente en un depósito del HSBC en Nueva York. La decisión de las autoridades del fondo de traspasar sus inversiones a barras de oro y plata estuvo influenciada por Kyle Bass, un ejecutivo de fondos de inversión de riesgo que hizo fortunas durante la crisis de 2008 y es miembro de directorio del fondo universitario de inversión. "Los bancos centrales están imprimiendo más papel moneda del que pueden respaldar y no sabemos cuál es el valor de ese dinero", dijo hace poco Bass en una entrevista. "Para mí el oro es precisamente una moneda que ellos no pueden imprimir."
Por su parte, el representante texano Giovanni Capriglione, autor del proyecto de ley, declaró al Star-Telegram de Dallas que "cuando anuncié mi proyecto, recibí muchos emails y llamadas de gente de todo el mundo que quería guardar su oro en Texas".
Los analistas norteamericanos ven dos razones para la insólita decisión texana: en primer lugar, la desconfianza extendida hacia el sistema de almacenamiento de metales preciosos de la Reserva Federal, pero en segundo lugar –lo que es mucho más grave- el deseo neoconservador de abandonar el papel moneda. Keith Weiner, presidente del Gold Standard Institute, un lobby con sede en Arizona, por ejemplo, declaró que, a diferencia de los depósitos bancarios de metales preciosos, en este caso los ciudadanos van a tener el oro y la plata a la vista y que podrán retirarlos en cualquier momento, para usarlos como moneda.
Kyle Bass también advierte que existen muchos más títulos a futuro sobre depósitos de metal que oro físico y que, por lo tanto, es prudente almacenar el metal físico. Al transferirlo a Texas, los partidarios de la operación esperan también utilizarlo como respaldo para distintas operaciones bancarias y que los ciudadanos utilicen el metal como moneda y abandonen el papel moneda.
Los defensores de la medida argumentan con el artículo 1, sección 10 de la Constitución de los Estados Unidos que prevé que todo estado federado debe tener la capacidad de acuñar suficiente moneda de oro y plata como precise. Claro que este argumento populista obvia el monopolio federal sobre el acuñamiento de moneda establecido ya en 1792 y reforzado por la introducción del papel moneda a partir de 1861.
Conscientes del conflicto constitucional que generará la ley, sus partidarios se entusiasman con el choque judicial que sobrevendrá, ya que, al tratarse de un conflicto entre la Unión y un Estado, la Corte Suprema será la única instancia.
¿Es el primer paso hacia la secesión de Texas, como algunos temen? Más bien parece una provocación con fines electorales, pero si otros estados siguen este ejemplo, la autoridad de la Unión será puesta seriamente en cuestión. Más aún, en tanto la Reserva Federal de los Estados Unidos almacena el oro de muchos países, el vaciamiento de sus depósitos inducirá a las potencias extranjeras a imitar el ejemplo para proteger sus reservas de cualquier conflicto constitucional interno. Finalmente, si partes del propio Estado norteamericano muestran tan profundo descreimiento en el papel moneda verde, ¿Por qué habríamos de creer en él los demás estados? «

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Estimad@s lector@s:
Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam.
Agradezco su atención.
Eduardo J. Vior