EE. UU. IMPIDE LA PAZ
Eduardo J. Vior 14 de Septiembre de 2015 |
12:00
Cuando
las intensas negociaciones entre Rusia y casi todos los actores de la
guerra en Siria parecían autorizar la intervención militar rusa e iraní
para repeler a los terroristas, restaurar la integridad territorial del
país y posibilitar nuevas negociaciones de paz, el electoralismo que
domina en Washington amenaza con impedir la ayuda al gobierno de Damasco
y con entregar el país a la barbarie islamista, forzando una gran
guerra para salvar a Israel y Europa.
La relativa calma con la que gobiernos y medios occidentales habían tomaron hasta la semana pasada la intervención rusa contra al Qaeda en el noroeste de Siria y la llegada a Damasco de la Guardia Revolucionaria iraní se quebró repentinamente el pasado martes 8, cuando Bulgaria y Grecia informaron que a pedido de EE UU prohibían a la fuerza aérea rusa sobrevolar sus territorios con ayuda humanitaria y armamento para el gobierno sirio. Irán autorizó inmediatamente una ruta alternativa, pero es más larga y sobrevuela territorio ocupado por EI.
No es la primera vez que el gobierno de Barack Obama cierra acuerdos sensatos con las demás potencias y sus subalternos los boicotean por especulaciones personales. Hasta ese momento los medios occidentales e israelíes habían reaccionado expectantes, pero sin alarma, ante la entrada en combate de la Infantería de Marina rusa en las sierras de la provincia de Latakia, en el noroeste de Siria, para impedir que las milicias de al Nusra (la rama siria de al Qaeda) descendieran a la costa y amenazaran el puerto de Latakia, el cercano aeropuerto de Bassil al Assad (por donde llegan los pertrechos rusos) y el apostadero naval ruso en Tartus.
Pero la maniobra norteamericana incentivó el nerviosismo con el que los medios israelíes reaccionaron el jueves 10 ante la llegada a Siria de baterías de cohetes antiaéreos rusos.
Después de cuatro años y medio de una guerra librada en numerosos frentes a la vez que ya costó 240 mil vidas, las fuerzas que defienden al gobierno sirio están retrocediendo. Más allá de las violaciones de los Derechos Humanos que todos los partidos han cometido, el gobierno de Damasco sigue siendo el único garante de la integridad territorial del país y de la posibilidad de derrotar al islamismo. Por este motivo Rusia busca que las demás potencias la autoricen para intervenir en defensa del régimen y forzar negociaciones de paz. Buscando este apoyo, elcanciller ruso Serguei Lavrov ha dialogado con casi todos los actores intervinientes en Siria y el viernes 11 llamó a las potencias occidentales a combinar con Moscú y Damasco sus esfuerzos contra el EI "para evitar incidentes".
No obstante, el plan ruso depende de que el régimen sirio se sostenga militarmente y del acuerdo de la Casa Blanca. Pero hasta el próximo 17 de setiembre ésta estará involucrada en el Capitolio en una batalla para impedir que el Congreso, bajo mayoría republicana, repudie el acuerdo nuclear con Irán. Para evitar que los republicanos utilicen esta confrontación en la campaña electoral del año próximo, la mayoría de los líderes demócratas están compitiendo por decir las mayores barbaridades sobre Rusia, Irán y Siria. Este circo durará hasta el final de la semana. Es de esperar que entonces la cordura vuelva a dirigir la política exterior norteamericana y que sus responsables entiendan que la intervención militar defensiva rusa e iraní es la única alternativa restante para repeler la barbarie islamista y llegar a negociaciones de paz. ¿O ya empieza en Washington el nuevo show politiquero? «
La relativa calma con la que gobiernos y medios occidentales habían tomaron hasta la semana pasada la intervención rusa contra al Qaeda en el noroeste de Siria y la llegada a Damasco de la Guardia Revolucionaria iraní se quebró repentinamente el pasado martes 8, cuando Bulgaria y Grecia informaron que a pedido de EE UU prohibían a la fuerza aérea rusa sobrevolar sus territorios con ayuda humanitaria y armamento para el gobierno sirio. Irán autorizó inmediatamente una ruta alternativa, pero es más larga y sobrevuela territorio ocupado por EI.
No es la primera vez que el gobierno de Barack Obama cierra acuerdos sensatos con las demás potencias y sus subalternos los boicotean por especulaciones personales. Hasta ese momento los medios occidentales e israelíes habían reaccionado expectantes, pero sin alarma, ante la entrada en combate de la Infantería de Marina rusa en las sierras de la provincia de Latakia, en el noroeste de Siria, para impedir que las milicias de al Nusra (la rama siria de al Qaeda) descendieran a la costa y amenazaran el puerto de Latakia, el cercano aeropuerto de Bassil al Assad (por donde llegan los pertrechos rusos) y el apostadero naval ruso en Tartus.
Pero la maniobra norteamericana incentivó el nerviosismo con el que los medios israelíes reaccionaron el jueves 10 ante la llegada a Siria de baterías de cohetes antiaéreos rusos.
Después de cuatro años y medio de una guerra librada en numerosos frentes a la vez que ya costó 240 mil vidas, las fuerzas que defienden al gobierno sirio están retrocediendo. Más allá de las violaciones de los Derechos Humanos que todos los partidos han cometido, el gobierno de Damasco sigue siendo el único garante de la integridad territorial del país y de la posibilidad de derrotar al islamismo. Por este motivo Rusia busca que las demás potencias la autoricen para intervenir en defensa del régimen y forzar negociaciones de paz. Buscando este apoyo, elcanciller ruso Serguei Lavrov ha dialogado con casi todos los actores intervinientes en Siria y el viernes 11 llamó a las potencias occidentales a combinar con Moscú y Damasco sus esfuerzos contra el EI "para evitar incidentes".
No obstante, el plan ruso depende de que el régimen sirio se sostenga militarmente y del acuerdo de la Casa Blanca. Pero hasta el próximo 17 de setiembre ésta estará involucrada en el Capitolio en una batalla para impedir que el Congreso, bajo mayoría republicana, repudie el acuerdo nuclear con Irán. Para evitar que los republicanos utilicen esta confrontación en la campaña electoral del año próximo, la mayoría de los líderes demócratas están compitiendo por decir las mayores barbaridades sobre Rusia, Irán y Siria. Este circo durará hasta el final de la semana. Es de esperar que entonces la cordura vuelva a dirigir la política exterior norteamericana y que sus responsables entiendan que la intervención militar defensiva rusa e iraní es la única alternativa restante para repeler la barbarie islamista y llegar a negociaciones de paz. ¿O ya empieza en Washington el nuevo show politiquero? «
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