En Medio Oriente el después de la guerra es un antes de la guerra
Turquía reveló que en las bases norteamericanas en Siria se entrenan las milicias kurdas. La resolución de la crisis de Catar con sus vecinos árabes y la alianza de Israel con Arabia Saudita preanuncian conflictos.
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
23 de julio de 2017
Tiempo Argentino
23 de julio de 2017
No fue casualidad que la agencia estatal turca de noticias Anadolu
publicara el miércoles 18 un mapa del Kurdistán sirio con las bases
militares estadounidenses donde se adiestra a las milicias kurdas que
están derrotando al Estado Islámico (EI). En por lo menos dos de ellas
también están estacionados 75 efectivos franceses. El artículo reveló,
además, los tipos y números del personal, las armas y los vehículos.
Casi
en simultáneo, el presidente Donald Trump canceló el programa de la CIA
para armar y entrenar a grupos rebeldes en Siria. La medida –largamente
reclamada por Rusia– es una concesión mayor a Vladimir Putin y reduce
la influencia norteamericana en el país después de que el EI sea
derrotado. "En Siria venció Putin", declaró un directivo de la agencia
de inteligencia al The Washington Post. Ambos hechos forman parte de los
realineamientos que se están produciendo en todo Levante luego de las
reuniones que Trump y Putin mantuvieron en Hamburgo el pasado 7 de junio
durante el G20.
Con la publicación, Turquía mostró el apoyo
militar que Washington y París están dando al Partido de la Unión
Democrática del Kurdistán (PYD) al que Ankara considera una prolongación
del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que desde hace 30
años lleva una sangrienta guerra por la independencia de Kurdistán con
el Estado turco.
El "desliz" turco se produjo al mismo tiempo que
fuentes kurdas difundían fotos de un largo convoy motorizado
estadounidense que entraba a Siria desde Irak con la intención –según
observadores locales– de perpetuar la presencia estadounidense en el
norte de Siria después de la próxima caída de Rakka, la "capital" del
Estado Islámico.
Con su jugada, Turquía buscaría imponer al
Kremlin y a la Casa Blanca su presencia en el norte de Siria, mientras
que ambas superpotencias se estcionan en tres zonas desmilitarizadas del
suroeste y sur del país y EE UU parece tener el visto bueno ruso para
quedarse en el noreste.
No se sabe qué decidieron Putin y Trump durante sus conversaciones en Alemania, pero sus efectos se están viendo: la pacificación conjunta del sur de Siria coincide con el comienzo de solución para la crisis entre Catar y sus vecinos de la Península Arábiga. Efectivamente, la decisión de los cuatro países que desde hace un mes bloquean al pequeño emirato (Arabia Saudita, Baréin, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos) -al que acusan de apoyar internacionalmente a los Hermanos Musulmanes- de reducir sus trece demandas originales a seis, es resultado de la mediación de EE UU que quiere a sus aliados unidos, pero dejando de financiar el terrorismo islámico.
El gobierno turco de Recep Erdoğan ha salido victorioso de la crisis. Desde el inicio sostuvo a su aliado catarí y hasta aumentó el contingente turco allí, se acercó a Irán y ambos aprovisionaron al sitiado.
No se sabe qué decidieron Putin y Trump durante sus conversaciones en Alemania, pero sus efectos se están viendo: la pacificación conjunta del sur de Siria coincide con el comienzo de solución para la crisis entre Catar y sus vecinos de la Península Arábiga. Efectivamente, la decisión de los cuatro países que desde hace un mes bloquean al pequeño emirato (Arabia Saudita, Baréin, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos) -al que acusan de apoyar internacionalmente a los Hermanos Musulmanes- de reducir sus trece demandas originales a seis, es resultado de la mediación de EE UU que quiere a sus aliados unidos, pero dejando de financiar el terrorismo islámico.
El gobierno turco de Recep Erdoğan ha salido victorioso de la crisis. Desde el inicio sostuvo a su aliado catarí y hasta aumentó el contingente turco allí, se acercó a Irán y ambos aprovisionaron al sitiado.
En alianza con Israel, por el contrario, la monarquía
saudita (enfrascada en una conflictiva transición del Rey Salmán a su
hijo Mohamed bin Salman) decretó el bloqueo de Catar, después de que
durante su visita a Riad en mayo, Trump condenara públicamente a la
Hermandad Musulmana. Los sauditas creyeron que su pequeño vecino era pan
comido, pero se equivocaron. Kuwait y Omán no se sumaron al bloqueo,
Irán afianzó su vínculo con Catar y Turquía se inmiscuyó en el Golfo.
Rusia, en tanto, aumentó su rol mediador. Los sauditas y su aliado
Benjamin Netanyahu han salido derrotados de la crisis. Al rechazar el
plan ruso-norteamericano para Siria, además, el líder israelí se
encontró con que los rusos se estacionaron al pie de las alturas
ocupadas del Golán.
La crisis en torno a Catar profundizó la
división de Levante entre dos coaliciones enfrentadas que Rusia y
Estados Unidos intentan controlar. Para recuperar la iniciativa, es
probable que Tel Aviv apoye a los kurdos contra Siria, Irak y Turquía.
Por eso la publicación del mapa debe entenderse como una seria
advertencia de Erdoğan. El cercano fin de la guerra preanuncia el avance
confluyente de Ankara y Damasco sobre los kurdos. En Levante, el
después de la guerra es antes de la guerra. «
Berlín y Ankara apuestan alto
Después
del fallido golpe de Estado en Turquía en julio de 2016 y a medida que
la guerra en Siria se acerca a su fin, las relaciones entre la Unión
Europea (UE) y el gobierno de Recep T. Erdoğan han empeorado
aceleradamente. En Turquía hay diez alemanes detenidos por motivos
políticos y los dirigentes de ambos lados han cruzado duros epítetos. El
valor estratégico que Turquía tenía durante el bipolarismo de Obama y
la guerra en Siria desapareció por las buenas relaciones entre Alemania,
Rusia y China y por el actual realineamiento en Levante, pero en
Turquía sobreviven todavía tres millones de refugiados que podrían
inundar Europa, si la UE cierra definitivamente las negociaciones para
la admisión del país en la Unión. Ambas partes tienen a la vez intereses
divergentes y convergentes que se balancearán la próxima semana, cuando
en Bruselas se reúnan representantes de Turquía y de la UE donde
mantendrán una reunión para discutir las relaciones bilaterales. Ese día
se sabrá cuánto cuesta un compromiso.
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Eduardo J. Vior