miércoles, 7 de febrero de 2018

Sigue indecisa la puja entre Trump y los generales


Del dicho al hecho hay corto trecho

Trump expropió a los 500 más ricos del mundo, para relanzar la economía, pero el Pentágono le hace una zancadilla tras otra
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
6 de febrero de 2018
Eduardo J. Vior
Desde que Donald Trump gobierna Estados Unidos la transición hacia un mundo multipolar se ha acelerado. Con pasmosa radicalidad el presidente trata de poner en práctica los aspectos centrales de su programa electoral, pero los militares lo cercan, condicionan e intentan comprometerlo con el antiguo rumbo globalista.

El presidente cumple …

La asunción de Jerome Powell como nuevo presidente de la Reserva Federal norteamericana (FED, por su sigla en inglés), el lunes pasado, desató una corrida mundial desde la especulación bursátil al dólar. Febrero acumula ya una caída del 7%, lo que, de acuerdo a Bloomberg, representó sólo a las 500 fortunas más grandes del mundo pérdidas por más de 180.000 millones de dólares. Warren Buffet fue quien más perjudicado se vio al perder 5.100 millones de dólares y lo siguió Mark Zuckerberg con 3.600 millones de dólares. Incluso el dueño de Amazon, Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, perdió $3.300 millones de dólares.

¿Qué relación tiene este colapso de las bolsas con la política de Donald Trump? Mucha. El presidente norteamericano había prometido en su campaña electoral transferir grandes masas de dinero desde la especulación financiera al financiamiento de la renovación de la decadente infraestructura de EE.UU. Al nombrar a Powell, dio la señal de que las tasas de interés y, por ende, la cotización del dólar debían subir, para reducir la deuda externa norteamericana y valorizar las reservas de la FED. De este modo alcanza varios efectos con un solo golpe: debilita a los multimillonarios globalistas, a sus aliados israelíes y árabes que financian al terrorismo y empujan a guerras permanentes y, finalmente, a sus aliados/adversarios en Europa que medraron durante décadas gracias al aumento de la deuda externa norteamericana y la pérdida de valor del dólar.

Wall Street ya señaló al culpable: el aumento en los sueldos y salarios de los trabajadores por la disminución del desempleo. Sin embargo, no hay rastros de ascenso de la inflación que justificara la suba de las tasas de interés. Claro que el golpe de Trump encarecerá las exportaciones estadounidenses y los créditos internos, pero el presidente espera bajar los costos de producción mediante el desarrollo de la infraestructura y aumentar el consumo, para así, en pocos años, hacer nuevamente competitiva a la industria de su país. Trump está desacoplando el mercado cambiario y financiero norteamericano del mundial. Las consecuencias para los países emergentes con alto endeudamiento van a ser desastrosas: el aumento de las tasas de interés encarecerá los créditos que hayan sido tomados a tasa móvil y el encarecimiento del dólar agudizará la fuga de divisas, pero EE.UU. florecerá.

aun sitiado en la Casa Blanca

Si bien Donald Trump dice buscar entendimientos con Rusia y China, los hechos que crea el Pentágono –con o sin su consentimiento- van en la dirección contraria. El último fue el documento sobre la Revisión de la Postura Nuclear (NPR, por su sigla en inglés) publicado el pasado viernes por el secretario de Defensa James Mattis.

Por primera vez desde 2010 el documento proclama la necesidad de que “los Estados Unidos tengan capacidades nucleares modernas, flexibles y resilientes”. El bosquejo propone no el aumento del arsenal nuclear, sino la posibilidad de utilizarlo en nuevos escenarios. Aquí reside el mayor peligro para la paz mundial.

Siguiendo la tradicional argumentación de los generales, la NPR generaliza y magnifica conflictos regionales, para estilizarlos como amenazas globales, por ejemplo, el conflicto con Rusia por Ucrania y el que EE.UU. mantiene con China por el Mar Meridional. Además prevé la posibilidad de usar armas nucleares en conflictos convencionales y aboga por el desarrollo y utilización de armas nucleares tácticas.

En su conjunto la última revisión de la política nuclear norteamericana va a conducir a un alarmante empeoramiento de la seguridad planetaria e impulsar la competencia atómica con otras potencias. No queda claro, si el presidente Trump avala esta propuesta o si le fue impuesta por los militares como muchas otras, pero sí es seguro que bajo la amenaza del garrote atómico ni Rusia ni China se avendrán a la negociación global que el mandatario dice buscar. En el sentido contrario al de la política interna, el temor es grande de que a la proclama siga rápidamente la acción.

Dialogando se acerca la paz

El próximo viernes 9 comienzan en Pyeongchang, Corea del Sur, los Juegos Olímpicos de Invierno y todos los ojos van a estar puestos en los 22 atletas norcoreanos. Después de meses de conversaciones secretas, en enero pasado ambas partes de la península llegaron a un acuerdo, para que deportistas del Norte se integren con sus compatriotas del Sur en una delegación común (con las dos banderas), para competir en los juegos y simbolizar la voluntad de reunificar Corea en forma pacífica.

Los deportistas norcoreanos no habían participado en las Olimpíadas de invierno desde los juegos en Vancouver, Canadá, en 2010. Corea del Norte va a estar presente en cinco competiciones: patinaje artístico sobre hielo, carrera de patinaje sobre hielo, esquí de fondo, esquí alpino y hockey sobre hielo, para el que mandó a doce jugadores que se integraron al equipo coreano unificado. Una parte de los deportistas llegó al sitio de los juegos el pasado 25 de enero y el resto, el 1º de febrero.

Obviamente, los atletas están acompañados por funcionarios deportivos, de seguridad y de inteligencia. Es que los juegos son sólo un pretexto, para simbolizar la voluntad de reunificación y para negociar nuevos pasos en la distensión puesta en marcha por Seúl y Pyongyang, a pesar de las provocaciones permanentes desde Estados Unidos y Japón. También en este caso del dicho al hecho hay poco trecho, gracias a Dios.


Romper con 27 años de monopolio norteamericano sobre el poder mundial no es un juego de niños. Donald Trump lo sabe y no le place, pero sabe que los costos económicos, militares y políticos del globalismo son insostenibles. Por eso busca desacoplar a su país de la economía mundial, para volver más adelante con nueva fuerza, y, entre tanto, tolera la distensión en Corea. Sin embargo, rodeado por los militares en las posiciones claves de su gobierno, el presidente debe avalar bravuconadas como la reciente sobre política nuclear que van en la dirección contraria a la deseada por él. Las palabras han perdido su vuelo y cada día están más cerca de los hechos …en todos los sentidos.

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Eduardo J. Vior