sábado, 27 de abril de 2019

Putin busca restablecer el orden mundial

En Corea Rusia también pone paños fríos


Ante una agresividad norteamericana crecientemente descontrolada, Vladímir Putin busca cooperar con China restableciendo reglas para el orden mundial
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
26 de abril de 2019
Eduardo J. Vior
Cuando los presidentes de Rusia y Corea del Norte se separaron en Vladivostok en la tarde del jueves 25, no repararon el daño causado por el fracaso de la cumbre entre Donald Trump y Kim Jong Um en Hanoi en febrero pasado, pero avisaron a los halcones que rodean al mandatario norteamericano que no hay lugar para aventuras en Asia Oriental. En Asia, el Cercano Oriente ampliado y América Latina Moscú multiplica sus esfuerzos, más o menos coordinados con China, para mantener la paz y contener el desorden que está provocando el intervencionismo de Washington.
Más allá de los previstos 50 minutos, las conversaciones entre ambos mandatarios se extendieron por un total de cinco horas ilustrando el éxito del encuentro. Durante dos horas Putin y Kim dialogaron a puerta cerrada sobre el contencioso nuclear en la península y las relaciones bilaterales entre dos países. No estaba previsto que se firmara comunicado ni declaración conjunta alguna, pero el líder ruso ofreció después una rueda de prensa en la que abogó por dar «garantías de seguridad» al régimen de Pyonyang para que éste acepte renunciar de forma definitiva a las armas atómicas. Putin dio, además, a entender que dichos avales debían ser «jurídicos», es decir, plasmarse en un tratado.
El presidente ruso declaró también que informaría a la parte norteamericana de los resultados de sus gestiones con Kim Jong-un. Aunque Moscú y Washington coinciden en que la península coreana esté libre de armas atómicas, EE.UU. ha optado en este caso también por aplicar sanciones para obligar a Corea del Norte a negociar bajo sus condiciones. Por el contrario, Rusia defiende siempre la vía diplomática y las negociaciones multilaterales. De hecho, varias veces ha sido acusada de violar los embargos económicos de la ONU contra el régimen norcoreano.
En esta reunión cumbre Putin ha vuelto a insistir en el plan que Rusia y China presentaron en la ONU en 2017 para alcanzar la desnuclearización de Corea garantizando la “estabilidad” del régimen del Norte, evitando alteraciones drásticas en el tablero geopolítico y previniendo una crisis masiva de refugiados. En agudo contraste con la retórica belicosa de la Administración Trump y de Washington en general, Rusia y China proponen conversaciones 5+1 (Corea del Norte, China, Rusia, Japón y Corea del Sur, más Estados Unidos) en territorio neutral y el desmantelamiento progresivo de las sanciones económicas contra Pyongyang.
Si bien esta reunión no va a influir directamente sobre la reanudación de las conversaciones entre Trump y Kim, que fracasaron en febrero pasado en Vietnam por el masivo bloqueo ejercido por el Secretario de Estado Mike Pompeo, envía a los neoconservadores que desde enero pasado se han adueñado de la Casa Blanca una poderosa advertencia, para que bajen el tono de la confrontación con el presidente norcoreano.
Éste es sólo uno de los escenarios mundiales en los que Rusia, en el marco de un acuerdo global con China, está tratando de controlar las aventuras en las que John Bolton, Mike Pompeo, su propio yerno Jared Kushner y Elliot Abrams quieren involucrar al presidente Trump. El mandatario está pagando muy cara su fanfarronada ante el Congreso, cuando cerró el gobierno a principio de año, para obligar al Capitolio a votarle los fondos para el muro en la frontera con México. Al ser derrotado, perdió el control de la política exterior y de la estrategia internacional. Así se acumulan actualmente las confrontaciones con Venezuela, Irán, Rusia (en el Mediterráneo y en Europa Oriental), China (en el plano comercial y en América Latina) y el recalentamiento de la guerra en Libia. En la mayoría de los frentes Rusia y China intentan echar paños fríos y forzar instancias de negociación. En Libia, en tanto, Moscú se está involucrando a favor de los rebeldes del Este, apoyados por Arabia Saudita, Egipto, los Emiratos y EE.UU., para neutralizar la influencia anglofrancesa y forzar negociaciones.
En el marco de una crecientemente agresiva confrontación internacional que en cualquier escenario puede desembocar en guerras y de una amenazante crisis económica mundial, intentos como el que Putin emprendió esta semana en Corea son imprescindibles, aunque es de temer que no siempre ni en todas partes lleguen a tiempo.

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Eduardo J. Vior