miércoles, 31 de julio de 2019

La crisis paraguaya es un síntoma del fin del Mercosur

La pelea por Itaipú pone al Cono Sur en crisis 

El conflicto entre Paraguay y Brasil por el precio de la energía producida en la central binacional revive conflictos geopolíticos que creíamos superados desde hace cuarenta años

por Eduardo J. Vior
Infobaires24
31 de julio de 2019
Eduardo J. Vior
La protesta de la sociedad y la oposición paraguaya contra el acuerdo que el presidente Mario Abdo Benítez firmó en mayo pasado con Brasil sobre los precios de la energía provista por la represa binacional de Itaipú, en el alto Paraná, ha provocado una severa crisis política interna que probablemente se transforme en un conflicto diplomático. Como el desmonte del Mercosur en años recientes ha debilitado los mecanismos regionales de negociación y mediación, esta disputa amenaza revivir viejas competencias en el Cono Sur que se consideraban largamente superadas.
El presidente paraguayo designó el pasado martes 30 al vicecanciller Antonio Rivas Palacios como nuevo ministro de Relaciones Exteriores después de la renuncia de su antecesor, al difundirse el acuerdo secreto firmado el 24 de mayo pasado sobre el precio de la energía que el país compra de la represa hidroeléctrica binacional de Itaipú. Mientras tanto, Pedro Ferreira, quien renunció la semana pasada a la presidencia de la Administración Nacional de Electricidad de Paraguay (ANDE) en protesta por el entendimiento binacional, dijo este martes ante el Senado que el documento es “nulo”, porque ningún funcionario de la ANDE estuvo presente en el momento de su aprobación. El extitular de la ANDE denunció, además, una “extorsión financiera” de Brasil que habría retenido transferencias debidas a Paraguay como forma de presión.
Cuando Paraguay y Brasil firmaron en 1973 el tratado para la construcción de la represa, por el Anexo C del mismo acordaron el reparto por partes iguales de la energía producida, pero dado el bajo tamaño de la economía paraguaya, este país utilizaba sólo el 15% y vendía el resto a precio de costo a Brasil. Si necesitaba más energía, la recompraría al mismo costo. Brasil, por su parte, se hizo cargo del pago de la deuda de 18 mil millones de dólares contraída para construir la represa. Paraguay venía fijando anualmente el volumen de energía requerido, pero en el acta recién firmada Brasil le impuso un aumento desde los 1.370 megavatios (MW) en 2019 a 1.924 MW en 2022 al precio de mercado, lo que implica una erogación mucho mayor.
La oposición interpretó el documento como una entrega consciente de soberanía por el gobierno, que en las negociaciones sustituyó a los técnicos de la ANDE por representantes de la Cancillería. El Acta Bilateral sólo se difundió la semana pasada, cuando Ferreira anunció su renuncia. Para rebajar la tensión, entonces, el gobierno de Abdo Benítez anunció el domingo por la noche que convocaría a las partes contratantes, para abrogar el entendimiento. A esa primera medida siguieron las renuncias del canciller Luis Alberto Castiglioni, del director paraguayo de la hidroeléctrica José Alberto Alderete, del embajador en Brasilia, Hugo Saguier, y del remplazante de Ferreira en la ANDE, Alcides Jiménez. Si bien la cuádruple renuncia dejó sin efecto la sesión extraordinaria del Senado a la que estaban convocados los cuatro, la oposición liberal y el Frente Guazú han denunciado el acuerdo y la protesta se ha extendido por todo el país.
Sin embargo, será muy difícil que el gobierno brasileño se avenga a rediscutir el acuerdo. En una entrevista con el diario Gazeta do Povo de Porto Alegre, el presidente brasileño del Ente Binacional Itaipú, el general Joaquim Silva e Luna, justificó la necesidad de los aumentos en los pagos paraguayos con algunas inversiones que la empresa debe hacer en la región, como por ejemplo, la construcción de un segundo puente entre Foz de Iguazú, Brasil, y Presidente Franco, en Paraguay, para descargar el existente entre Foz de Iguazú y Ciudad del Este.
Como contrapartida, Paraguay se ha comprometido a financiar otro puente entre las ciudades de Porto Murtinho, en Mato Grosso, y Carmelo Peralta, en Paraguay, como parte de la carretera bioceánica Brasil-Paraguay-Argentina-Chile, pero el proceso licitatorio aún no comenzó.
En la declaración del general Silva e Luna es notoria la defensa del ajuste fiscal y la relativización del peso futuro de la represa más grande del mundo en el abastecimiento de electricidad para Brasil. “¿Cuánto aporta Itaipú a toda la energía a Brasil?, se preguntó. 15%, respondió. El otro 85% son de otras entradas. (…) Posiblemente, para 2023, Itaipú represente el 8% o 7% de la energía consumida en Brasil.” Y añadió significativamente: “Nuestra matriz está cambiando mucho. El viento y la energía solar aumentarán su participación. La matriz hidráulica es casi del 80%, pero la tendencia es que haya cambios.” O sea, que el gobierno brasileño relativiza la importancia de Itaipú en favor de otras fuentes renovables más caras a la inversión extranjera.
Cuando en 2023 se haya terminado de pagar la construcción de la represa, ambos países deberán renegociar el Anexo C para los siguientes 50 años. Sin embargo, Paraguay no sólo quiere discutir el precio de la energía, sino también obtener la autorización para venderla a terceros, lo que Brasil quiere impedir.
Entre tanto, el asunceño Última Hora denunció nuevamente en una nota del lunes 29 la red de contrabando instalada en las márgenes del Lago de Itaipú. Dice el matutino que “entre las ciudades de Hernandarias y Salto del Guairá, en el lado paraguayo, y Foz de Iguazú y Guaira, en el lado brasileño, en tierras de la hidroeléctrica binacional Itaipú, hay por lo menos 261 puertos clandestinos dedicados al contrabando. Drogas, armas, electrónicos, rollos de madera y cigarrillos que fabrica la empresa Tabesa, propiedad del ex presidente Horacio Cartes, cruzan el río Paraná hacia Brasil.”
Según ÚH el ingreso para invadir a Itaipú se realiza desde los sojales de poderosos agroempresarios, la mayoría de origen brasileño. El trabajo de investigación de ÚH, con el apoyo del Consorcio de Periodismo de Investigación (ICFJ, por su nombre en inglés), corroboró la complicidad de militares de la Armada Nacional, responsables de cuidar la frontera. Desde hace años en la región se sabe que el lago está permanentemente cruzado por lanchas que llevan contrabando. Sin embargo, ninguno de los dos estados ha tomado medidas serias para eliminarlo. Por el contrario, por ambas partes hay difundidas complicidades de funcionarios y empresarios.
El Lago de Itaipú forma parte de la región de las Tres Fronteras entre Argentina, Brasil y Paraguay, donde se concentra y distribuye el tráfico de drogas y de armas, para derivarlas, por un lado, hacia São Paulo y Rio de Janeiro y, por el otro, bajando por el Río Paraná para ser trasbordadas a buques transatlánticos que las llevan a Europa. Por las recientes medidas adoptadas por los gobiernos de Argentina y Brasil contra el partido libanés Hizbolá, la región también ha quedado bajo el control militar y de inteligencia de Estados Unidos e Israel.
La disputa por los precios de la energía producida por Itaipú, en consecuencia, no se limita a un problema técnico, sino que implica decisiones geopolíticas sobre la función futura de la represa, su estatuto jurídico y el control de la región. Es poco probable que Paraguay consiga que Brasil se avenga a renegociar el acuerdo de mayo pasado. Si la oposición al gobierno de Mario Abdo logra convertir el tema en una causa nacional, entonces, el conflicto puede derivar en una crisis política de envergadura. Como el debilitamiento del Mercosur por los gobiernos de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro ha reducido la capacidad de negociación y arbitraje regional, el conflicto brasileño-paraguayo por las tarifas de la energía de Itaipú puede revivir viejos enfrentamientos regionales que creíamos superados desde hace 40 años.

miércoles, 24 de julio de 2019

América del Sur quedó en medio del Medio Oriente

El polvorín en el que también estamos

La calificación de Hizbolá como grupo terrorista ha extendido a nuestras costas el riesgo de guerra que vive Oriente Medio
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
23 de julio de 2019
Eduardo J. Vior
En tanto Donald Trump dosifica el aumento de la presión sobre Irán, para renegociar ventajosamente el acuerdo nuclear de 2015, su secretario de Estado, Mike Pompeo, no ceja en su intento por agudizar el conflicto con los persas, para favorecer la reelección de su aliado Benyamin Netanyahu. Por su parte, acorde con la agresividad de su nuevo primer ministro Boris Johnson, Gran Bretaña reclama una flotilla europea, para acompañar los buques por el Estrecho de Ormuz, después de que Irán capturara el viernes 19 un petrolero británico que se conducía peligrosamente en esas aguas hipertransitadas.
Preventivamente, la República Islámica ha organizado el llamado “Eje de la Resistencia”, que abarca Irán, sectores de Irak, Siria, el partido libanés Hizbolá, Hamás en Gaza y al movimiento hutí en Yemen, y promete incendiar toda la región en caso de ser atacada. En este contexto tan peligroso la decisión del presidente Macri de proscribir a Hizbolá como organización terrorista involucra a Argentina en un conflicto lejano en el que no tiene nada que ganar y mucho que perder.
Aunque Teherán ya había asegurado que no dejaría sin respuesta el secuestro por la Marina británica del petrolero iraní Grace 1 en el Estrecho de Gibraltar el pasado 4 de julio, la retención del petrolero británico Stena Impero el pasado viernes 19 en el Estrecho de Ormuz se hizo porque infringió varias normas internacionales. El buque apagó su localizador GPS, se apartó del carril de entrada y tenía una fuga de petróleo. Hay que recordar que la vía acuática tiene un ancho máximo de 95 km, que los buques que lo transitan deben hacerlo a través de las aguas territoriales de Irán y Omán (22 km cada uno) y que deben respetar estrictamente el carril de entrada o de salida (cada uno de 4 km, separados por otros 4). Cualquier transgresión es sancionada por alguno de ambos países.
El secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt, calificó la medida iraní de “piratería estatal” y pidió “una misión de protección marítima liderada por Europa” para garantizar el paso seguro a través del estrecho. Sin embargo, matizó que Londres no se uniría a la política de máxima presión de EE.UU. hacia Irán, porque sigue comprometido con preservar el acuerdo nuclear iraní. No obstante, la Armada británica es demasiado pequeña para defender los intereses del país, admitió este sábado el ministro de Defensa Tobias Ellwood. En tanto, una fuente de ese mismo ministerio reveló que el buque de guerra HMS Montrose intentó impedir que la Guardia Revolucionaria de Irán incautara el petrolero Stena Impero, pero llegó tarde.
Signo de los tiempos que corren, Mike Pompeo declaró el lunes 22 en Fox News que el Reino Unido debe asumir solo la responsabilidad de proteger sus buques en el Golfo. De este modo expresó el desagrado de Washington por la insistencia de Londres en respetar junto con Alemania, Francia, Rusia y China la vigencia del acuerdo nuclear con Irán de 2015.
A su vez, en una columna en HispanTV, el analista Aleksander Nagi se refirió al discurso que el secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hizbolá), Seyed Hasan Nasralá, dio el día 12 de julio de 2019 conmemorando el inicio, en 2006, de la invasión israelí de 33 días a Líbano en la que la Fuerza de Defensa de Israel (IDF, por su nombre en inglés) sufrió la peor derrota de su historia. Con la credibilidad que le da que su liderazgo haya surgido de la resistencia y su capacidad de compromiso para mantener en Líbano un gobierno de amplia coalición, en una entrevista que dio el domingo a la TV iraní Seyed Nasralá avisó a las dirigencias de Israel, de las monarquías del Golfo y a Donald Trump que, en caso de agresión, Hizbolá está en condiciones de bombardear todo el territorio israelí, especialmente su núcleo productivo en el centro del país. En caso de ataque a Irán el Eje de la Resistencia “hará estallar la zona” es el mensaje que dejó el líder de Hizbolá.
La zona está bailando sobre un polvorín. Todos los actores son conscientes de la gravedad de este juego de ruleta rusa. El escalamiento aparenta ser el factor común, pero los que pueden soportar la guerra (EE.UU., Rusia, China e Irán) no la quieren y los que la quieren (Israel, Saudiarabia, los Emiratos y Bajrein) no la soportarían.
Donald Trump quiere desescalar, pero no puede retractarse de su salida del acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 ni puede librarse de la presión israelí, para que ataque a Hizbolá, a los rebeldes hutí en Yemen, ahogue a Gaza y exija a Irán destruir sus cohetes de alcance medio y largo, lo que Teherán nunca concederá.
Por ahora queda la diplomacia agresiva de EE.UU. por un lado e Irán por el otro. En el medio están los europeos, que han tratado de hacer la vista gorda incumpliendo su parte del acuerdo 5+1, aguantando por un lado la humillación y el maltrato del presidente Trump, y, por el otro, tratando de mantener a Irán dentro del acuerdo con compromisos espurios en los que Trump no pierde la cara y el europeo no arriesga su credibilidad. Todo indica que el porcentaje del enriquecimiento de uranio va a ser la moneda de cambio con la cual Irán liberará la venta de su crudo: más barriles de crudo autorizados por menos porcentaje de enriquecimiento, pero hasta que se pongan de acuerdo subsistirá el riesgo de que un movimiento mal calculado en el Golfo haga estallar el polvorín.
En estas condiciones no tiene ningún sentido que Mauricio Macri haya cedido a la presión norteamericano-israelí y declarara a Hizbolá “organización terrorista”. Para ello no se presentó ninguna otra prueba que informes de la inteligencia de ambos países que desde hace 25 años lo afirman. Tampoco hay ninguna evidencia de que la organización libanesa haya participado en los atentados de 1992 y 1994 en Buenos Aires. Para Washington la proscripción es una carta más en el póker de Medio Oriente. Para Israel, en tanto, es una herramienta más, para afirmar su control del tráfico de drogas y armas por las Tres Fronteras. Para la gran colectividad sirio-libanesa que vive en Argentina, en tanto, se trata de una amenaza colectiva y de un serio peligro para las importantes relaciones argentino-libanesas. Finalmente, para los desbocados servicios de inteligencia argentinos esta persecución representa una carta blanca, para realizar cualquier atentado de falsa bandera. Por un puñado de dólares Macri nos conduce al infierno.

sábado, 13 de julio de 2019

Grecia es el ejemplo a NO seguir

Atenas no paga traidores

Los electores griegos votaron a los neoliberales, para castigar a Syriza, que prometió demasiado y se rindió ante la troika europea en el primer enfrentamiento
Por Eduardo J. Vior
Infobaires24
13 de julio de 2019
Eduardo J. Vior
“Roma traditoribus non praemiat” (Roma no paga traidores) es una frase tradicional, para ejemplificar que la negación de los principios y las lealtades no será recompensada. El pasado domingo 7 lo experimentó el primer ministro griego, Alexis Tsipras. El triunfo de Kyriakos Mitsotakis, del conservador Nea Demokratia (Nueva Democracia, ND) devuelve el poder a las viejas familias que controlan la política helena desde la independencia en 1821. Mitsotakis asumió el martes 9 y ya comenzó a profundizar la política de ajuste que la izquierda viene aplicando desde septiembre de 2015. Además, tiene la ventaja de que ND pertenece al Partido Popular Europeo (PPE) que, junto con liberales y socialistas, ocupa todo el poder de la UE. ¿Para qué comprar la copia, si se puede tener el original?
ND obtuvo el 39,9% de los votos, pero 158 escaños en la Cámara de los Helenos, de 300 escaños, porque la reforma electoral de 2009 bonifica al partido vencedor con 50 bancas más. De ese modo, por primera vez desde que comenzó la crisis en 2008, el oficialismo tendrá mayoría absoluta para implementar su programa.
No obstante, Syriza (Coalición de Izquierda Radical, así su nombre completo) no ha sido tan derrotada como se esperaba. Con 31,5% de los sufragios y 86 diputados se afirmó como una fuerza de centroizquierda capaz de balancear el poder del gobierno. Como, por otra parte, logró mantener la adhesión de la población trabajadora del Ática (la provincia que rodea Atenas), también puede encabezar la negociación social. Asimismo, la turística Creta y pequeños distritos campesinos del noreste y noroeste siguen siéndole fieles.
En tercer lugar, igual que en mayo, aparece con el 8,1% del voto el centroizquierdista Movimiento por el Cambio (Kinal, en sus siglas griegas), que amalgama los restos del antiguo Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok, otro partido laminado por los “rescates”) y pequeñas formaciones como Dimar, y donde ha vuelto a militar el expremier socialista Yorgos Papandreu (2009-11). Con los neonazis de Aurora Dorada fuera del Parlamento, la sorpresa ha sido la entrada de DiEm25, la formación del exministro de Finanzas Yannis Varoufakis con el 3,4% de los votos y alrededor de una decena de diputados.
Unos votos por delante de DiEm25 se coloca, con igual número de escaños, un extraño partido llamado Solución Griega (SG), liderado por Kyriakos Velópulos, un periodista célebre en programas de televisión demagógicos y con un ideario ultranacionalista, prorruso y ultraconservador.
En enero de 2015 Syriza ganó las elecciones anticipadas con un 36% de los votos y llegó al poder gracias a su rechazo a las medidas de austeridad desde el exterior. Impulsada por su ministro de Finanzas Varoufakis, inmediatamente frenó las privatizaciones y las medidas de ajuste acordadas con la troika (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea). Siguieron fervientes meses de negociaciones internas y externas. Dentro del propio gobierno, Tsipras se veía presionado por Varoufakis y la izquierda, que exigían prontas medidas de reactivación económica, incluso la eventual salida del euro, mientras que la mayoría de la UE, liderada por Angela Merkel, Christine Lagarde (FMI), la Comisión Europea y el Banco Central Europeo exigían rígidas medidas de austeridad. Para responder a sus votantes, en julio realizó un referendo en el que el 61% de los votantes rechazó el plan europeo.
No obstante, sabedor de que el primer ministro desoiría el mandato popular, al día siguiente renunció Varoufakis. Efectivamente, el mandatario retomó las negociaciones con los acreedores, pero, abandonado por la izquierda, debió acudir a los votos opositores, para que el programa de ahorro y reformas fuera aprobado. Poco después, destituyó a varios ministros y el 11 de agosto de 2015 acordó con la UE un nuevo rescate por 86.000 millones de euros (95.190 millones de dólares) a cambio de duros ajustes y recortes. Finalmente, llamó a una nueva elección para el septiembre siguiente en la que obtuvo el 35,5% de los votos y 145 bancas. Sumados los Griegos Independientes (Anel), alcanzó la mayoría con la que en los siguientes tres años y medio aplicó el ajuste. Tras diez años de recortes, en agosto de 2018 el FMI devolvió su autonomía al Banco Central de Grecia, aunque la política económica del país sigue monitoreada por los acreedores internacionales.
En enero de 2019 se rompió la coalición con los nacionalistas por el acuerdo sobre el nombre de la antigua república yugoslava de Macedonia, que pasó a llamarse “Normacedonia”, porque los panhelenistas reclaman para Grecia el exclusivo uso de la denominación Macedonia. Ya al frente de Nea Demokratia, Mitsotakis aprovechó entonces la reacción nacionalista –particularmente, en la segunda ciudad del país, Saloniki-, para capitalizar el voto que le dio el triunfo en las elecciones europeas, regionales y locales del 26 de mayo.
Los analistas interpretaron la triple derrota como resultado, por un lado, de la pérdida de apoyo de los trabajadores por el desempleo y el desmantelamiento del Estado social y, por el otro, por la extremadamente alta imposición que sufre la clase media, aplicada para cubrir el déficit presupuestario que, de todos modos, se mantiene en el 180% del PBI.
La derecha supo capitalizar estas diversas oposiciones y recuperar el terreno perdido. Dentro de ND hay intereses políticos y financieros que comienzan en la centroderecha y terminan en la derecha ultraneoliberal. Es un partido fielmente pro-OTAN y Mitsotakis tiene políticas antiinmigratorias similares a las de Mateo Salvini en Italia. Por su parte, los círculos empresarios lo apoyan, porque esperan que el desmonte de los últimos restos estatales atraiga inversiones internacionales.
Ante la agudización de la política neoliberal bajo el nuevo gobierno, es probable que Syriza se fusione con el centroizquierda en una oposición “potable” para corregir los excesos del gobierno. Se habla de que el propio Tsipras podría salirse de la formación y armar una nueva alternativa, pero son todos juegos electorales que no alteran el hecho de que Grecia, por este camino, recién en 2030 recuperaría el PBI de 2009. Ni hablar del nivel de vida de la población.
Syriza traicionó las expectativas de sus votantes y perdió una oportunidad histórica. Los electores le pagaron retirándole el voto. No fue una traición querida, sino obligada por la falta de solidez de las convicciones, la ausencia de preparación del plan de gobierno y la carencia de cuadros experimentados, que se ha convertido en paradigma de lo que NO hay que hacer. Hay que mirarse en el espejo griego.