Otra vez “la hora de la espada”
Ante
el cambio de gobierno en Argentina, el terrorismo narco derrocó a
Morales en Bolivia, mientras Piñera da un autogolpe. ¿Tras la liberación
de Lula sigue Brasil? El cerco se cierra.
En
su famoso discurso de 1923 Leopoldo Lugones proclamó el advenimiento de
“la hora de la espada”. Innumerables golpes de estado y asonadas se
sucedieron hasta 1983, de los cuales los de 1955 y 1976 fueron los
peores. Ambos fueron preparados por los servicios británicos y
norteamericanos mediante asaltos autoritarios en los países vecinos.
Ahora se repite la historia. Ante el cercano advenimiento de un gobierno
nacional y popular en Argentina, con la ayuda de los gorilas brasileños
Estados Unidos está cerrando el cerco alrededor de Argentina.
Este
negro domingo 10, después de que las bandas “cívicas” de Santa Cruz
asolaran La Paz durante dos días con atentados terroristas, el
presidente Evo Morales Ayma presentó la renuncia. Ante la sublevación de
la Policía Nacional y la “abstinencia” del Ejército, el día antes había
acatado la recomendación de la OEA y convocado a repetir la elección
presidencial ya realizada el 20 de octubre pasado.
En
realidad, las denuncias por fraude fueron desde el inicio una excusa
para el golpe de estado. La radicalización opositora fue empujada por
los “comités cívicos” de Santa Cruz, milicias organizadas por los
terratenientes sojeros del Oriente, muchos de ellos brasileños con
sólidos vínculos con el narcotráfico. Su líder es Luis Fernando Camacho,
de 40 años, hijo de la elite cruceña y desconocido hasta el inicio del
conflicto, quien marcó el ritmo, hasta entrar este domingo en el Palacio
Quemado.
En este contexto, la
defección de la policía y la falsa “neutralidad” de los militares
invalidaron el apoyo de los movimientos sociales del campo y la ciudad.
La hegemonía de los “cívicos” cruceños permite prever la erección de una
dictadura terrorista, con masivas violaciones de los derechos humanos,
especialmente de los pueblos indígenas, campesinos y trabajadores.
Frente al odio racial y clasista de los narcosojeros no habrá
“moderación” que valga.
En
Brasil, en tanto, la ejecución del “golpe en el golpe” se da por
etapas. La alegría por la liberación de Lula no puede ocultar la puja
entre la familia Bolsonaro y el alto mando militar por el liderazgo de
una nueva fase de represión, persecuciones y entrega del patrimonio
nacional. La liberación del líder petista parece desconcertante, porque
el Supremo Tribunal Federal (STF) es el mismo que ha legitimado la
conspiración desde 2014, hasta ahora sigue avanzando la entrega de la
economía brasileña, se intensifica el control militar sobre la
información y las comunicaciones, la oposición parlamentaria y mediática
calla, el alineamiento ciego con EE.UU. e Israel permanece invariado y
el obtuso discurso reaccionario sigue dando el tono del régimen.
Si se acuerda con esta caracterización, es preciso inferir que Lula salió de la prisión por voluntad de las fuerzas dominantes
¿Para
qué? Lula fuera de la prisión sirve para justificar todas las idioteces
de la prensa oficialista. Se lo puede responsabilizar por todo y culpar
por la “inestabilidad” que acarrearía para la política y la economía.
Probablemente, la derecha utilice su liberación también como pretexto,
para endurecer la legislación represiva y poner un cerrojo a la
postulación de candidaturas, si no, directamente, para suspender los
derechos constitucionales.
No
obstante, como en todo partido de fútbol participan dos equipos, este
juego de Estado Mayor puede fracasar por la genialidad del líder del PT.
Basta con que la semana próxima, cuando Putin y Xi estén en Brasil para
la reunión del BRICS, se dé una reunión confidencial sin micrófonos,
para que el rehén se convierta en captor. La próxima elección a la
presidencia del PT indicará qué estrategia lleva las de ganar.
También en Chile asoma un cerramiento del régimen, en este caso mediante un autogolpe del presidente Sebastián Piñera
Después
de tres semanas de alzamiento popular contra el neoliberalismo y de
reclamos por un referendo para una Asamblea Constituyente que sustituya
la Constitución dictatorial de 1980 por una democrática y social, el
mandatario anunció el jueves 7 el endurecimiento de la legislación
represiva y el sábado 9 envió al Congreso un proyecto de reforma parcial
de la Constitución vigente, para incluir en ella algunas concesiones
caritativas.
Después de una larga
fase de titubeo el presidente parece ahora decidido a encarar reformas
cosméticas, mientras agudiza la represión. Aunque las manifestaciones de
protesta mantienen su masividad, la carencia de legitimidad de las
fuerzas opositoras y la falta de un liderazgo alternativo inteligente
prolongan la indefinición. Considerando la agudización de la crisis
económica y social, agravada por la inestabilidad política, y la
ofensiva reaccionaria en la región, es previsible que pronto llegue la
hora de las decisiones.
A diferencia del Planalto, el gobierno de Donald Trump se comportó de manera profesional ante el triunfo electoral del Frente de Todos
No
solamente el mandatario norteamericano llamó al presidente electo
Alberto Fernández el viernes 1º, pocas horas antes de que éste viajara a
México, sino que el embajador Edward Prado se reunió este viernes 8 con
Sergio Massa y Jorge Argüello junto con congresistas republicanos. En
México, Fernández se fotografió con Mauricio Claver, un abogado cubano
anticastrista que en el Consejo de Seguridad Nacional es responsable
para el Hemisferio Occidental. Es decir, asesora directamente a Trump en
los temas de la región. Además, dato clave, viene de representar a
EE.UU. en el FMI. AF mantuvo en México también, se sabe, una reunión
secreta con un ignoto enviado del Departamento de Estado.
Sergio
Massa había visitado Estados Unidos veinte días antes de las
elecciones. El tigrense tiene desde hace tiempo como asesor en temas de
seguridad a Rudy Giuliani, el ex alcalde neoyorquino que ahora es
abogado personal de Trump, un vínculo importante con la Casa Blanca. El
dirigente renovador dio una charla en el Wilson Center pero,
principalmente, se reunió en forma reservada con funcionarios del
Departamento de Estado y del Tesoro, ansiosos de pistas sobre el próximo
gobierno.
Massa y Argüello
expusieron el viernes sobre la necesidad de la continuidad de las
inversiones norteamericanas en el país y buscaron ganar el apoyo de los
representantes norteamericanos ante el FMI.
Sin
embargo, el golpe en Bolivia y la desdolarización de las tarifas de los
servicios públicos pronto van a agriar el idilio. El próximo gobierno
argentino va a adoptar una firme defensa de la democracia y los derechos
humanos, va a recibir a exiliados bolivianos e insistir en la necesidad
de una salida pacífica en Venezuela.
Al
mismo tiempo, si quiere contener el flagelo del narcotráfico, se
enfrentará a la mafia internacional enquistada en el Planalto y a la
DEA. Asimismo, la “reperfilación” de la deuda va a dejar a algún herido
por el camino. Finalmente, el forzoso cumplimiento de los acuerdos de
cooperación estratégica con China va a chocar con los intereses de
EE.UU. Éstos lo saben. Por eso ya cierran el cerco en torno a Argentina
que deberemos romper con astucia y constancia.