miércoles, 11 de octubre de 2017

EE.UU. y Gran Bretaña dividen para imperar





Europa se fragmenta, Asia se integra

Por Eduardo J. Vior
especial para Infobaires24
 

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, proclamó ayer ante el parlamento regional la independencia de la región como resultado del referéndum del 1º de octubre, pero al mismo tiempo pidió que se suspendan sus efectos para intentar una mediación.

Es dudoso que el Rey y el Presidente del gobierno central, ensoberbecidos por la multitudinaria concurrencia a la marcha unionista del pasado domingo en Barcelona (entre medio y un millón de personas, según las fuentes), acepten dialogar con los secesionistas. Tampoco los miles de ciudadanos ataviados de blanco que el sábado pasado se congregaron en la madrileña rotonda de Cibeles convocados por la plataforma ciudadana “Hablamos”, para reclamar el diálogo pueden ser mediadores independientes. Uno de los promotores de esta iniciativa es Guillemo Fernández Vázquez, un joven madrileño de 32 años, quien escribe en medios financiados por la Open Society Foundation del magnate George Soros, lo que hace que esta movilización recuerde demasiado a las “revoluciones de color” que Estados Unidos impulsa desde los años 90.

El especulador húngaro-norteamericano subsidia a organismos catalanistas especializados en relaciones internacionales y también ha intervenido en el Brexit. No sólo obtiene ingentes ingresos por las oscilaciones del euro frente a la libra y el dólar provocadas por la crisis política. Junto con el conservador American Enterprise Institute (AEI) y el lobby israelí en el Congreso norteamericano, Soros busca dividir Europa en una miríada de miniestados fáciles de controlar desde Washington, Londres y Bruselas. Esta alianza tuvo éxito en los Balcanes, recientemente en Kurdistán y ahora lo intenta en España.

Esto no implica desmerecer el derecho a decidir del pueblo catalán ni justifica la bárbara represión borbónica del 1-O, pero llama a la reflexión y al cuidado. La salida democrática de la crisis catalana debería darse por el diálogo y la reforma federalista de la Constitución española de 1978, no mediante la balcanización del país.

El Papa une
Ayer confirmó el Vaticano que entre el 26 de noviembre y el 2 de diciembre el Papa Francisco viajará a Myanmar y Bangladés. A pesar de que el ejército de Myanmar está reprimiendo severamente el alzamiento de combatientes rohingyas, no está previsto que el Pontífice se encuentre con representantes de este grupo. El 28 de noviembre hablará ante la líder civil y Premio Nobel de la Paz Aung San SuuKyi, miembros del gobierno y diplomáticos en NayPyiTaw, la capital política, y al día siguiente se reunirá con el consejo supremo budista.

El primero de diciembre Francisco viajará a Bangladés donde pronunciará un discurso sobre relaciones interreligiosas ante líderes de distintas creencias. Bangladés, una nación musulmana de 160 millones de habitantes, ha enfrentado una serie de ataques por extremistas islámicos desde 2013.
Los rohingya son descendientes de trabajadores bengalíes desplazados por el Imperio Británico en el siglo XIX. Mientras que la mayoría de los 51 millones de habitantes del país son budistas, este grupo es musulmán. Ya en 2013, durante la guerra en Siria, la inteligencia saudita organizó lo que ahora se denomina “Ejército de Salvación Rohingya”. En ese grupo armado coinciden verdaderos birmanos con los habituales mercenarios de la yihad ysu jefe es un pakistaní que combatió junto en Afganistán. Los yihadistas birmanos están armados por Estados Unidos y el Reino Unido y su número se estima en 5000 hombres. La represión del ejército birmano ha provocado recientemente el éxodo de decenas de miles de civiles hacia Bangladés, pero el gobierno de Dacca mantiene el silencio ante las implicaciones geopolíticas del conflicto.

Desde su independencia en 1948 Birmania (desde 1978, Unión de Myanmar) ha estado asolada por violentos conflictos étnicos y religiosos. No obstante, desde 1962 un consejo militar ha logrado mantener el país unido. Después de que en 1990 la hija del fundador de Birmania, Aun San Suu Yi, ganó las elecciones, fue sometida a prisión domiciliaria, hasta que en 2008 fue liberada. Por un acuerdo alcanzado en 2016 los militares aceptaron compartir el poder con ella y se formó una comisión internacional, para investigar la discriminación contra los rohingya. Sin embargo, su trabajo fue boicoteado por una serie de atentados en la región.

El alzamiento rohingya se ha hecho más virulento, desde que en mayo pasado empezó a funcionar el oleoducto que une el nuevo puerto petrolero en la costa del estado de Rakáin (donde habita este grupo) y la región de Yunnan, en el suroeste de China. A través de este oleoducto de 1420 km China transporta gran parte del petróleo que compra en el Golfo Pérsico, ahorrándose la vuelta por el Estrecho de Malaca.

El apoyo a la causa rohingyase ha convertido en una causa panislámica. Igual que en Cataluña, el intento de dividir un Estado se escuda en lemas humanitarios, pero a diferencia de aquel caso el gobierno birmano tiene el apoyo de las divisiones blindadas chinas y de las que el Santo Padre tiene en el Cielo, parafraseando a Pio XII.

Putin también
No puede cerrarse un panorama semanal de la política mundial, sin mencionar las visitas del Rey Salmán bin Abdulaziz bin Saud y del Presidente Nicolás Maduro a Rusia.

El primero estuvo allí el 5 y 6 de octubre pasado. Fue el primer rey saudita en visitar Moscú. Especialmente el acuerdo para la venta de armamento ruso por 3000 millones de dólares y el plan para instalar en Saudia Arabia una fábrica de Kalashnikov marcan la distancia que el país árabe está tomando respecto a Estados Unidos, pero también el rol de árbitro regional que Rusia tiene gracias a su victoriosa intervención en Siria. Irán y Turquía miran el nuevo acuerdo con desconfianza, pero la alianza del primero con Rusia en Siria y las ingentes compras de armamento ruso por el segundo indican que Moscú es capaz de articular a sus aliados medioorientales en una coalición amplia y compleja.

El monarca saudita prácticamente se tropezó con el presidente venezolano Nicolás Maduro quien llegó a Moscú al mismo tiempo. Ambos países acordaron una canasta de monedas para las ventas de petróleo venezolano y las empresas rusas incentivarán sus inversiones en la producción y transporte del crudo caribeño. Asimismo, aumentarán el equipamiento y el adiestramiento ruso para la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Mientras que los Estados Unidos y Gran Bretaña se dedican a dividir países y a desatar conflictos nacionales, étnicos y religiosos, Rusia y el Papa, cada uno con sus medios, han hecho de la unión e integración entre países y culturas la fuente de su poder.

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Eduardo J. Vior