Europa se fragmenta, Asia se integra
Por Eduardo J. Vior
especial para Infobaires24
especial para Infobaires24
El presidente de la Generalitat de
Cataluña, Carles Puigdemont, proclamó ayer ante el parlamento regional
la independencia de la región como resultado del referéndum del 1º de
octubre, pero al mismo tiempo pidió que se suspendan sus efectos para
intentar una mediación.
Es dudoso que el Rey y el Presidente del
gobierno central, ensoberbecidos por la multitudinaria concurrencia a
la marcha unionista del pasado domingo en Barcelona (entre medio y un
millón de personas, según las fuentes), acepten dialogar con los
secesionistas. Tampoco los miles de ciudadanos ataviados de blanco que
el sábado pasado se congregaron en la madrileña rotonda de Cibeles
convocados por la plataforma ciudadana “Hablamos”, para reclamar el
diálogo pueden ser mediadores independientes. Uno de los promotores de
esta iniciativa es Guillemo Fernández Vázquez, un joven madrileño de 32
años, quien escribe en medios financiados por la Open Society Foundation
del magnate George Soros, lo que hace que esta movilización recuerde
demasiado a las “revoluciones de color” que Estados Unidos impulsa desde
los años 90.
El especulador húngaro-norteamericano
subsidia a organismos catalanistas especializados en relaciones
internacionales y también ha intervenido en el Brexit. No sólo obtiene
ingentes ingresos por las oscilaciones del euro frente a la libra y el
dólar provocadas por la crisis política. Junto con el conservador
American Enterprise Institute (AEI) y el lobby israelí en el Congreso
norteamericano, Soros busca dividir Europa en una miríada de miniestados
fáciles de controlar desde Washington, Londres y Bruselas. Esta alianza
tuvo éxito en los Balcanes, recientemente en Kurdistán y ahora lo
intenta en España.
Esto no implica desmerecer el derecho a decidir del pueblo catalán ni justifica la bárbara represión borbónica del 1-O, pero llama a la reflexión y al cuidado. La salida democrática de la crisis catalana debería darse por el diálogo y la reforma federalista de la Constitución española de 1978, no mediante la balcanización del país.
El Papa une
Ayer confirmó el Vaticano que entre el
26 de noviembre y el 2 de diciembre el Papa Francisco viajará a Myanmar y
Bangladés. A pesar de que el ejército de Myanmar está reprimiendo
severamente el alzamiento de combatientes rohingyas, no está previsto
que el Pontífice se encuentre con representantes de este grupo. El 28 de
noviembre hablará ante la líder civil y Premio Nobel de la Paz Aung San
SuuKyi, miembros del gobierno y diplomáticos en NayPyiTaw, la capital
política, y al día siguiente se reunirá con el consejo supremo budista.
El primero de diciembre Francisco
viajará a Bangladés donde pronunciará un discurso sobre relaciones
interreligiosas ante líderes de distintas creencias. Bangladés, una
nación musulmana de 160 millones de habitantes, ha enfrentado una serie
de ataques por extremistas islámicos desde 2013.
Los rohingya son descendientes de
trabajadores bengalíes desplazados por el Imperio Británico en el siglo
XIX. Mientras que la mayoría de los 51 millones de habitantes del país
son budistas, este grupo es musulmán. Ya en 2013, durante la guerra en
Siria, la inteligencia saudita organizó lo que ahora se denomina
“Ejército de Salvación Rohingya”. En ese grupo armado coinciden
verdaderos birmanos con los habituales mercenarios de la yihad ysu jefe
es un pakistaní que combatió junto en Afganistán. Los yihadistas
birmanos están armados por Estados Unidos y el Reino Unido y su número
se estima en 5000 hombres. La represión del ejército birmano ha
provocado recientemente el éxodo de decenas de miles de civiles hacia
Bangladés, pero el gobierno de Dacca mantiene el silencio ante las
implicaciones geopolíticas del conflicto.
Desde su independencia en 1948 Birmania
(desde 1978, Unión de Myanmar) ha estado asolada por violentos
conflictos étnicos y religiosos. No obstante, desde 1962 un consejo
militar ha logrado mantener el país unido. Después de que en 1990 la
hija del fundador de Birmania, Aun San Suu Yi, ganó las elecciones, fue
sometida a prisión domiciliaria, hasta que en 2008 fue liberada. Por un
acuerdo alcanzado en 2016 los militares aceptaron compartir el poder con
ella y se formó una comisión internacional, para investigar la
discriminación contra los rohingya. Sin embargo, su trabajo fue
boicoteado por una serie de atentados en la región.
El alzamiento rohingya se ha hecho más
virulento, desde que en mayo pasado empezó a funcionar el oleoducto que
une el nuevo puerto petrolero en la costa del estado de Rakáin (donde
habita este grupo) y la región de Yunnan, en el suroeste de China. A
través de este oleoducto de 1420 km China transporta gran parte del
petróleo que compra en el Golfo Pérsico, ahorrándose la vuelta por el
Estrecho de Malaca.
El apoyo a la causa rohingyase ha
convertido en una causa panislámica. Igual que en Cataluña, el intento
de dividir un Estado se escuda en lemas humanitarios, pero a diferencia
de aquel caso el gobierno birmano tiene el apoyo de las divisiones
blindadas chinas y de las que el Santo Padre tiene en el Cielo,
parafraseando a Pio XII.
Putin también
No puede cerrarse un panorama semanal de
la política mundial, sin mencionar las visitas del Rey Salmán bin
Abdulaziz bin Saud y del Presidente Nicolás Maduro a Rusia.
El primero estuvo allí el 5 y 6 de
octubre pasado. Fue el primer rey saudita en visitar Moscú.
Especialmente el acuerdo para la venta de armamento ruso por 3000
millones de dólares y el plan para instalar en Saudia Arabia una fábrica
de Kalashnikov marcan la distancia que el país árabe está tomando
respecto a Estados Unidos, pero también el rol de árbitro regional que
Rusia tiene gracias a su victoriosa intervención en Siria. Irán y
Turquía miran el nuevo acuerdo con desconfianza, pero la alianza del
primero con Rusia en Siria y las ingentes compras de armamento ruso por
el segundo indican que Moscú es capaz de articular a sus aliados medioorientales en una coalición amplia y compleja.
El monarca saudita prácticamente se
tropezó con el presidente venezolano Nicolás Maduro quien llegó a Moscú
al mismo tiempo. Ambos países acordaron una canasta de monedas para las
ventas de petróleo venezolano y las empresas rusas incentivarán sus
inversiones en la producción y transporte del crudo caribeño. Asimismo,
aumentarán el equipamiento y el adiestramiento ruso para la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana.
Mientras que los Estados Unidos y Gran
Bretaña se dedican a dividir países y a desatar conflictos nacionales,
étnicos y religiosos, Rusia y el Papa, cada uno con sus medios, han
hecho de la unión e integración entre países y culturas la fuente de su
poder.
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Eduardo J. Vior