Los hechos valen más que mil palabras
Ante
el cúmulo de indicios de que la realidad mundial es la contraria a la
construida por el relato mediático hegemónico, al comenzar 2018 el
globalismo queda al desnudo.
Escribe Eduardo Vior,
exclusivo para InfoBaires24
25 de enero de 2018
exclusivo para InfoBaires24
25 de enero de 2018
Desde
1989 la dictadura mediática que domina el mundo invirtió la percepción
de la realidad. Aunque todavía machaca que Trump trajo la decadencia de
Estados Unidos, que el Papa Francisco fracasó en su viaje a Chile y
Perú, que los mercenarios puestos por EE.UU. en el norte de Siria son
“combatientes por la libertad” y que en Cataluña se juega la unidad de
España contra el derecho del pueblo catalán, su discurso es desmentido
por la realidad. Faltan, empero, todavía explicaciones alternativas
creíbles.
Trump es sólo el síntoma del colapso imperial
El
“cierre” del gobierno estadounidense por la falta de acuerdo entre
Congreso y Ejecutivo sobre el presupuesto federal, fue denunciado por
los medios como ejemplo de la decadencia a la que Donald Trump ha
conducido a EE.UU. durante el primer año de su gobierno que se cumplió,
precisamente, el lunes 22.
Por su
parte, la BBC en español publicó el martes los resultados de una
encuesta mundial de Gallup que mostraría la caída en más de 30 puntos
del nivel de simpatía de EE.UU. y el paralelo ascenso de China.
Tanto
la prensa liberal como los “think tanks” sobre política internacional
acusan al presidente de haber retrocedido ante Rusia en Oriente Medio y
ante China en África, Asia y América Latina. Sin embargo, la realidad es
la contraria: EE.UU. ya no logra financiar sus guerras. El malestar con
la política norteamericana en el mundo ya existía, aunque no se notara
tanto. Rusia y China, finalmente, vienen avanzando desde 2013, porque
dejan ganar a sus socios y respetan la soberanía e integridad de los
estados. Trump sólo ha percibido esta realidad y quiere revertirla en
interés de su país.
Los tiempos del Papa no son los de los medios hegemónicos
La
prensa amarilla aplicó a la visita de Francisco a Chile y Perú las
mismas técnicas que utiliza contra los movimientos populares: corrió el
eje hacia los temas morales y se escandalizó ante la “injerencia” del
obispo de Roma en la política interna.
Claro
que durante la visita del Papa a Chile se podría haber apartado al
obispo Barros de su comitiva. Su presencia junto al Papa hizo a los
medios hegemónicos y a la pseudoizquierda masónica más fácil desviar el
eje del viaje.
No obstante, los
tiempos de Francisco son mucho más largos que los de la dictadura
mediática. En Chile el Papa logró imponer en la agenda pública el
reconocimiento del pueblo mapuche como parte de una nacionalidad chilena
pluricultural y el derecho humano a migrar. En Perú, en tanto, devolvió
a su sufrido pueblo el sentido de primacía de la comunidad sobre la
corrupción y el crimen. Diluidas las nubes de polvo que agitaron los
medios, las nuevas consignas calarán en profundidad.
En
Chile el Papa logró imponer en la agenda pública el reconocimiento del
pueblo mapuche como parte de una nacionalidad chilena pluricultural y el
derecho humano a migrar.
Kurdistán 2018 no es Barcelona 1936
Desde
que en 2015 los milicianos kurdos en el norte de Siria resistieron la
ofensiva del llamado Estado Islámico (EI), los medios europeos los
rodearon de una aureola romántica avivando la asociación con las y los
milicianos anarquistas que se alzaron en 1936, para frenar el golpe
fascista.
Sin embargo, la imagen
heroica se fue deshaciendo, cuando trascendió que estaban pertrechados
por Estados Unidos, que en el área bajo su control combaten miles de
mercenarios adiestrados por la CIA y que el estado mayor islamista fue
rescatado por helicópteros del US Army y refugiado en territorio bajo
control kurdo.
Prácticamente
derrotado el EI y en retirada Al Qaeda en el noroeste de Siria, la
concertación ruso-turca (que no alianza) trata ahora de recuperar el
control sobre la frontera sirio-turca. La operación del ejército turco
en el sector occidental del confín tiende a expulsar a los kurdos y sus
aliados del oeste del Éufrates, liberar la presión sobre el suroeste de
Turquía y proteger a los turcomanos en el norte de Siria.
Damasco
y Moscú toleran por ahora la operación, porque ayuda a repeler la
intromisión norteamericana. Significativamente, Donald Trump no ha dicho
palabra, aunque su secretario de Estado, Rex Tillerson, se ha mostrado
muy enojado. Es que el presidente no puede parar las intromisiones del
Pentágono, pero puede dejar que fracasen. Él sabe que EE.UU. no puede
meter las patas en todas partes y que es mejor una retirada táctica que
una derrota estratégica.
En Cataluña no deciden los pueblos
Este miércoles se reúne por primera vez el parlamento catalán electo el pasado 21 de diciembre. Si todo fuera normal, con la constitución del mismo se acabaría la intervención del gobierno central en vigor desde el 22 de octubre por la declaración unilateral de independencia.
Sin
embargo, hay ocho diputados electos que no pueden presentarse a recoger
su diploma: los cinco refugiados en Bruselas, entre ellos el ex
presidente y candidato nacionalista a repetir Carles Puigdemont y los tres que permanecen en prisión preventiva, entre los cuales el ex vicepresidente Oriol Junqueras. Si bien los presos pueden mandatar a otros parlamentarios para que retiren sus títulos, los exiliados no.
En
la sesión del miércoles las formaciones nacionalistas irán coaligadas e
impondrán la Mesa del Parlament. En los días siguientes, tras reunirse
con los distintos bloques, el presidente del legislativo puede proponer
candidato a la Presidencia de la Generalitat. Para ello tiene diez días
hábiles, por lo que la primera sesión de investidura probablemente sea el 31 de enero.
Corresponde a la Mesa resolver cuál será el formato de la misma.
Es decir, podrá decidir si permite que los exiliados y presos
participen a distancia, lo que casi seguro sea vetado por el Tribunal
Constitucional. Si así fuera, se frenaría la investidura, pero ya
correrían los plazos para repetir las elecciones. O sea que, después de
que España votó tres veces el año pasado, su región más díscola pretende
repetir el desatino.
En Cataluña se
enfrentan la tozudez de la monarquía y el gobierno conservador, que
sólo apoyan la unidad del Estado en la obediencia, con la de los
conservadores y liberales catalanes que, financiados por George Soros,
aspiran a la destrucción de todo Estado nacional. Los pueblos son
convidados de piedra o masa de maniobra. Aquí todavía no ha asomado el
sentido de realidad.
----.----
Cuanto más
lejos del centro imperial, más patente la contraposición entre la
realidad y el discurso dominante. La verdad globalista se ha
resquebrajado, pero todavía no hay remplazos válidos. 2018 será, pues,
un año de mucho desorden a la busca de nuevas coordenadas para el
entendimiento internacional. No está claro, si surgirá un consenso, pero
sí es definitivo que la retórica que nos ahogó durante casi 30 años
caducó.