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Los secretos detrás del diálogo entre Corea del Norte y del Sur
Trump parece dispuesto a tolerar que ambas Coreas se aproximen a cambio de que se renegocie el acuerdo de libre comercio entre Seúl y Washington
por Eduardo J. Vior*
El pasado viernes 5 los dos gobiernos han anunciado su acuerdo para
reunirse al más alto nivel este martes y concertar la participación de
los dos únicos atletas norcoreanos calificados para los Juegos Olímpicos
de Invierno que se celebrarán del 9 al 25 de febrero en Pyeongchang,
126 km al este de la capital surcoreana.
La reaproximación se hizo posible, cuando en su discurso de Año Nuevo
el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, avisó, por un lado, que
sobre su escritorio tiene siempre disponible el botón nuclear, pero, por
el otro, manifestó el interés de su gobierno en enviar atletas a
Pyeongchang. La respuesta positiva del Presidente surcoreano Moon Jae-in
no se hizo rogar. En rápida sucesión ambas partes agendaron en los días
siguientes este encuentro. Para mejorar el clima, entonces, Estados
Unidos y Cora del Sur cancelaron el jueves las maniobras militares
anuales que debían realizarse en marzo próximo. En estos ejercicios
toman parte cientos de miles de efectivos, por lo que son percibidos por
el Norte como una provocación.
Se trata de la primera reunión entre ambos estados desde diciembre de
2015 y representa un importante triunfo para el presidente surcoreano
Moon Jae-in, quien asumió en mayo pasado, después del juicio polí- tico
que depuso a su antecesora por corrupción, y ha llevado desde entonces
una prudente línea para distender el vínculo con el Norte. En el mismo
contexto se supo extraoficialmente que en el último semestre ha habido
varias reuniones secretas entre representantes de ambas repúblicas, en
las que los delegados del Sur buscaron alentar a sus compatriotas del
Norte a enviar deportistas a los Juegos Olímpicos.
A pesar de que medios y analistas conservadores –tanto en Corea del
Sur como en Japón y EE.UU.- inmediatamente advirtieron que Corea del
Norte sólo busca ganar tiempo, que nunca ha abandonado su objetivo de
conquistar militarmente el Sur y que Seúl debe guardarse de hacerle
demasiadas concesiones, una encuesta realizada en el Sur inmediatamente
después del discurso de Kim mostró que el 76% de los ciudadanos apoya
que deportistas norcoreanos participen en los juegos de febrero.
El peso de la sanción
Desde Washington, el presidente Donald Trump consideró el martes que
la propuesta de Kim es una muestra de que las sanciones “y otras
presiones” impuestas a Pyongyang estaban empezando a tener un impacto.
“Quizás sean buenas noticias, tal vez no, ya veremos”, escribió en
Twitter.
Luego de que, en cumplimiento de las sanciones impuestas por la ONU,
barcos surcoreanos interceptaron en aguas internacionales
respectivamente en septiembre y diciembre navíos de terceros paí- ses
que llevaban petróleo y gas para Corea del Norte, el gobierno de este
país probablemente percibió que debía modificar su conducta
internacional. Sin embargo, las sanciones también tienen costos para
Estados Unidos. “Un corte total en los suministros de petróleo reduciría
drásticamente la producción de alimentos para la población civil”,
explicó esta semana David von Hippel, del Instituto Nautilus de
Seguridad y Sostenibilidad, en un reportaje para NBC News. “Si otros
países no donan alimentos, el bloqueo va a producir una hambruna”. De
hecho, tanto Rusia como China han permitido oficiosamente que camiones
con hidrocarburos abastezcan a Norcorea.
A pesar de los resquemores subsistentes sobre las intenciones de Kim,
un análisis cuidadoso del anuncio de Corea del Norte del 3 de enero
sobre la reapertura de la comunicación con el Sur indica la seriedad de
su ofrecimiento: reconoce en pie de igualdad al gobierno de Corea del
Sur, compromete al presidente Kim en la búsqueda del diálogo y prevé que
nuevos encuentros pueden seguir al de este martes.
Paz por pickups
Entre tanto, el viernes pasado las delegaciones de Estados Unidos y
Corea del Sur completaron la primera ronda de negociaciones sobre la
revisión del acuerdo bilateral de libre comercio de 2012. Al levantarse
de la mesa, los representantes de ambos países reconocieron que “todavía
hay mucho que discutir” para alcanzar un nuevo acuerdo. El déficit
comercial de EE.UU. en su intercambio con Surcorea se duplicó desde la
firma del acuerdo. En 2016, por ejemplo, más del 90% de las pérdidas se
originaron en el sector automotriz.
Desde que asumió la presidencia hace
un año, Donald Trump sacó a su país del Tratado de Libre Comercio para
Asia y el Pacífico, impuso nuevas negociaciones con Canadá y México
sobre la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(NAFTA, por su sigla en inglés) e impulsó la renegociación del acuerdo
de 2012 con Corea del Sur. Particularmente en este caso los negociadores
norteamericanos tendrán que buscar un equilibrio entre las prioridades
que les impone la agenda doméstica y la necesidad de contener el
programa nuclear norcoreano. Trump tiene prisa en lograr un nuevo
acuerdo con Corea del Sur, para usarlo como ejemplo en las negociaciones
sobre el NAFTA y poder presionar a China, para que limite sus
exportaciones hacia EE.UU. Para Washington es prioritario mantener el
arancel del 25% sobre las importaciones de pickups surcoreanas, que,
según el acuerdo vigente, debía ser eliminado hasta 2019. Los dos
mayores exportadores de estos vehículos son Hyundai y Kia, que dependen
completamente de estas exportaciones, dado el pequeño tamaño del mercado
local. A su vez, Surcorea se defiende de las importaciones
norteamericanas con una serie de barreras no arancelarias que los
estadounidenses quieren derribar.
Las empresas surcoreanas sospechan que Washington pretende subir la
cuota de 25.000 vehículos por fabricante que hoy pueden entrar a Corea y
obligar al país asiático a subir el actual límite de emisión de dióxido
de carbono que los estadounidenses consideran discriminatorio.
Obviamente, se podrá especular durante años sobre el motivo del
acercamiento entre ambas Coreas que, por lo que se ve, no es tan
repentino. Lo real es que Seúl y Pyongyang se re- únen este martes, para
acordar el modo de participación de los atletas del Norte en los Juegos
Olímpicos de invierno, al mismo tiempo que Seúl y Washington discuten
cómo mantener el tratado de libre comercio de 2012 reduciendo la
exportación de pickups a Estados Unidos.
Si Trump quiere demostrar que es capaz de negociar a lo macho para
proteger la producción norteamericana, deberá compensar a Hyundai y Kia
por las pérdidas que sufrirán. El único mercado alternativo en
condiciones de absorber este exceso de producción es el chino. ¿Está
dispuesto Beijing a actuar como garante de las negociaciones de paz en
la península coreana comprando las camionetas que ya no se encaminarán
allende el Pacífico? Si es así, Donald Trump, Xi Jinping, Kim Jong-un y
Moon Jae-in habrán realmente revolucionado las formas de la diplomacia
mundial.
*Especial para BAE Negocios
- Turismo en DMZ
La Zona
Desmilitarizada de Corea (conocida como DMZ por sus siglas en inglés) es
una franja de seguridad militar establecida tras la firma del alto al
fuego de la Guerra de Corea (1950-1953). Y en los últimos tiempos se
convirtió en un destino turístico muy visitado, especialmente entre los
extranjeros. En el Parque Imjingak (Parque Nuri de la Paz) se exhiben
reliquias históricas de Corea y artículos bélicos utilizados durante la
guerra. El parque es capaz de albergar a 25.000 personas y tienen lugar
diversas actuaciones. Tiene miradores y un jardín con 3.000 molinetes.
- 21% disminuyó el índice de deserciones norcoreanas
El
número de norcoreanos que desertaron a Corea del Sur cayó un 21 por
ciento en 2017 hasta su mínimo desde la llegada al poder hace seis años
del líder Kim Jong-un por los controles fronterizos, según datos del
Gobierno surcoreano. En total, 1.127 norcoreanos llegaron al Sur el año
pasado comparado con los 1.418 que lo hicieron en 2016. La cifra de 2017
es la menor desde que llegó al poder en diciembre de 2011 el líder
norcoreano Kim Jong-un, que ha reforzado desde entonces fuertemente los
controles fronterizos para evitar las huidas. El número máximo de
desertores se alcanzó en 2009 con 2.914, aunque las cifras han ido a la
baja.
- 7,4% se redujo el superávit interanual de Corea del Sur
El
superávit por cuenta corriente de Corea del Sur se redujo un 7,47 %
interanual el pasado noviembre hasta los 7.430 millones de dólares por
el fuerte aumento del déficit en la cuenta de servicios, según datos del
Banco de Corea (BoK). El déficit en la cuenta de servicios, que mide
los pagos por exportación e importación, se incrementó un importante 80%
con respecto a noviembre de 2016 hasta situarse en los 3.270 millones
de dólares. La ampliación del saldo negativo en responde al aumento del
número de surcoreanos que viajaron al extranjero y el de los servicios
comerciales extranjeros, indicó el BoK.
- 3,9% fue el crecimiento del PBI en Corea del Norte
La
economía norcoreana fue impulsada por la minería, que creció un 8,2%
sobre todo por la producción de carbón y plomo. La industria
manufacturera se expandió un 4,8%, mientras que el sector de suministros
públicos (agua, electricidad y gas) se disparó un 22,3%. El comercio
exterior se incrementó un 4,7% hasta los 5.600 millones de euros, un 90%
del cual se intercambió con China. La inversión en el programa de
armamento nuclear -en 2016 se llevaron a cabo dos pruebas atómicas y más
de 20 disparos de misiles- también dio un empujón a la economía, según
el Banco de Corea con sede en Seúl, ya que Corea del Norte no publica
datos.
- 7,7% se incrementó la inversión extranjera directa
Corea
del Sur registró volumen récord de inversión extranjera directa en 2017
gracias al interés en el sector de tecnologías de la información pese a
la crisis generada en la península por el programa armamentístico del
Norte. Para todo 2017 se cerraron acuerdos de inversión valorados en
unos 22.940 millones de dólares, lo que supone un 7,7 por ciento más con
respecto al volumen de 2016, según un informe publicado hoy por el
Ministerio de Comercio, Industria y Energía. La cifra fue de unos 9.360
millones de dólares, tan solo para el periodo octubre-diciembre, lo que
supone también un récord histórico trimestral.
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Eduardo J. Vior