Comparto con Uds. el artículo que publicó Miradas al Sur hoy, domingo 29 de julio:
El plástico que ahoga a los brasileños
El consumidor brasileño sigue sometido a tasas
exorbitantes, muy superiores a la de otros países de la región.
Año 5. Edición número 219. Domingo 29 de julio de 2012
Año 5. Edición número 219. Domingo 29 de julio de 2012
Que esta feria de refinanciaciones haya reunido a más de 60.000 personas habla por sí sola. Según un relevamiento de la Confederación Nacional del Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC), divulgada el pasado día 24, el porcentual de familias con deudas llegó en julio al 57,6%. Si bien Tulio Maciel, director del departamento económico del Banco Central, en declaraciones formuladas el jueves 26, relaciona esta alta tasa de endeudamiento con la expansión del crédito inmobiliario, la misma entidad reconoció ya un mes antes que el 29,5% de las operaciones con tarjetas de crédito tenía un atraso en los pagos mayor a los 90 días. La explicación para tan alta morosidad está en el nivel de las tasas de interés que se pagan por el financiamiento con tarjetas de crédito. ProTeste, una de las más importantes asociaciones de consumidores, dio a conocer el 18 de julio un estudio comparando las tasas que se pagan por sobregiro en Brasil con las de otros seis países de América latina (Argentina, Chile, Colombia, Perú, Venezuela y México) y comprobó que el consumidor brasileño sigue sometido a tasas exorbitantes, a pesar de la caída de la tasa básica de intereses de la economía, la Selic.
El brasileño que financia sus consumos por medio de la tarjeta de crédito –que en Brasil se conoce como “crédito rotativo”– paga una tasa anual de 323,14%. En Perú, el segundo país más caro de América latina, la tasa más cara es del 55% al año, en Chile, del 54,24% y en la Argentina del 50%. El menor porcentual (29,23%) se paga em Colombia.
Las tasas que bancos y empresas de crédito cobran en el llamado crédito rotativo son una de las causas del creciente endeudamiento de los hogares brasileños. En Brasil, hasta los comercios más pequeños permiten pagar con tarjeta de crédito.
Según Renata de Almeida, analista de la asociación, los indicadores económicos de los países investigados no justifican la discrepancia entre las tasas. Para la ProTeste, las tasas de las tarjetas de crédito deberían seguir la trayectoria descendiente de la Selic, la tasa básica de intereses de la economía brasileña, que cayó del 11% al 8,5% anual entre enero y junio. En el mismo período, en contrapartida, las tasas de sobregiro cobradas por los bancos subieron del 237,9% al 323,14% anual. De acuerdo con la asociación, el pretexto de las entidades crediticias para esta tasa gigantesca es la altísima morosidad de los consumidores.
Mientras que el Banco de Brasil y la Caixa Económica Federal, ambos estatales, bajaron sus tasas de crédito en los últimos meses siguiendo los lineamientos del Banco Central, y que la tasa de inflación ronda el 5% anual, los bancos privados se resisten a acompañar las medidas de estímulo. Los bancos extranjeros están urgidos por sus casas matrices a remitir ganancias, pero los privados nacionales tampoco acompañan al gobierno.
En medio de la crisis mundial y con una tasa de crecimiento anual del PBI del 2,5% en el primer semestre, ante las elecciones municipales de octubre próximo (comparables a nuestras legislativas a mitad del mandato) el gobierno federal necesita relanzar el crecimiento económico. La inversión en infraestructura está demorada por la ineficiencia de los estados y municipios y por trabas políticas. El altísimo nivel de endeudamiento privado le impide a su vez fomentar el consumo. A la vuelta de las vacaciones de invierno esta semana seguramente se va a intensificar la pulseada para ver quién manda en la economía brasileña.
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Eduardo J. Vior