domingo, 22 de septiembre de 2013

México profundiza las reformas neoliberales

Un pacto maleducado

Año 6. Edición número 279. Domingo 22 de Septiembre de 2013
 
Con la Reforma Educativa, Enrique Peña Nieto afecta la capacidad movilizadora
de uno de los pocos focos de resistencia sindical.

La devastación que dejaron los huracanes que atravesaron México hace una semana acalló momentáneamente los clamores de maestros y profesores que en todo el país protestan contra la llamada Reforma Educativa del gobierno de Enrique Peña Nieto avalada por los principales partidos en el Pacto por México. Sin dudas, la movilización volverá con bríos la semana próxima, poniendo a prueba la fuerza de los contendientes en esta batalla nodal para el futuro del neoliberalismo y de la estrategia norteamericana en la cuenca del Pacífico.
Doce mil profesores de distintos niveles escolares marcharon este miércoles, convocados por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de México, hacia la plaza de Las Tres Culturas, en la ciudad de México. Previamente, la CNTE convocó a una suspensión de clases en todas las escuelas del sistema público entre el miércoles y el viernes. La manifestación se realizó en protesta a la reforma educativa aprobada en diciembre de 2012 que ha incrementado la inconformidad dentro del magisterio por la aprobación de tres reglas reglamentarias que, al decir de representantes sindicales, “modifican sustancialmente las relaciones laborales” entre los maestros y el Gobierno.
El dirigente Pedro Hernández explicó que “junto a académicos, investigadores y legisladores hemos analizado a detalle esta llamada reforma educativa y sus leyes reglamentarias y no encontramos una sola línea en los textos de la reforma que hable de como transformar la educación en nuestro país”. Dice que “se esperaría que hablar de una reforma educativa es pensar de un cambio hacia adelante que va a beneficiar a la escuela pública, a la educación, a los trabajadores, al pueblo y lo que estamos viendo en esa reforma es que sustenta la responsabilidad exclusiva del fracaso educativo en los docentes”.
Asegura que más de la mitad de las escuelas públicas en México son unidocentes o bidocentes, lo que quiere decir que uno o dos maestros se encargan de los seis grados de la educación primaria en comunidades bastante alejadas, donde sufren carencia de infraestructura, internet, agua potable y luz. Hernández dice que con esta nueva reforma los profesores están bajo evaluación constante, por lo que en caso de que el docente repruebe dicha evaluación queda fuera del sistema de docencia. “Ésta en una constante amenaza”. Agregó que “no estamos en contra de la evaluación, pero no puede ser una evaluación para correr docentes”.
En un volante a los padres solicitándoles su solidaridad la CNTE vincula la lucha docente con la resistencia de distintos sectores contra las “reformas estructurales” previstas en el Pacto por México. Allí se pone: “actualmente nuestro México se encuentra agraviado por las reformas estructurales (entre ellas la Reforma Educativa) que acaban con los derechos y conquistas históricas de nuestro pueblo; motivo por el cual seguimos impulsando con mayor fuerza la lucha social en todos los sectores de nuestra comunidad. La tarea no será fácil, en ocasiones remaremos contra corriente; pero unidos como sociedad venceremos. ¡Unidos y organizados venceremos!”
Sin embargo, ante el consenso interpartidario y la energía puesta por el gobierno para imponer sus reformas neoliberales, el sindicato docente debe repensar sus métodos de lucha. Con desigual éxito se realizó el paro nacional docente por 72 horas dispuesto por la CNTE. Especialmente en los estados del sur se cumplió ampliamente, en otras partes de la Federación menos y en algunos estados hasta se enfrentó con “marchas de niños” contra la suspensión de actividades. El paro se dirigió puntualmente contra la decisión de dar de baja al docente si falta tres días injustificadamente a las aulas, como lo marca Ley General del Servicio Profesional Docente, según declaró Víctor Manuel Agustín Reyes, integrante de la sección política de la Sección 22 de Oaxaca. Sin embargo, la CNTE canceló previamente la megamarcha que tenían contemplada para el lunes, para evitar choques con el desfile de las Fuerzas Armadas en conmemoración del inicio de la Independencia de México en 1810.
La llamada Reforma Educativa es uno de los componentes más importantes del Pacto por México. Éste es un acuerdo político nacional firmado el 2 de diciembre de 2012 en el Distrito Federal por el Presidente de la República y los líderes del Partido Acción Nacional (PAN), el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). El Pacto tiene como acuerdo principal “profundizar el proceso democrático” con base en tres ejes rectores: el fortalecimiento del Estado mexicano, la democratización de la economía y la política, así como la ampliación y aplicación eficaz de los derechos sociales y la participación de los ciudadanos como actores fundamentales en las políticas públicas. En su voluminosa redacción incluye capítulos sobre diferentes reformas de cuño neoliberal morigeradas por algunas cláusulas democráticas que impuso el PRD.
La Reforma Educativa, a su vez, es una reforma constitucional que fue aprobada por el Congreso Nacional en diciembre pasado. En febrero de 2013, la reforma fue declarada constitucional por el Poder Legislativo Federal y promulgada por el Ejecutivo. El 10 de septiembre de 2013 el presidente Peña Nieto promulgó la reforma a la Ley General de Educación, la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y la Ley General del Servicio Profesional Docente. De acuerdo a la información oficial “la Reforma está estructurada para buscar el mejoramiento constante y el máximo logro educativo de los estudiantes, siendo el Estado quien garantizará los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de docentes y directivos para el cumplimiento de tal precepto constitucional en un marco de inclusión y diversidad. Se eleva a rango constitucional la posibilidad para que los padres de familia puedan expresar su opinión sobre los planes y programas educativos.”
Se adiciona al artículo 3 de la Constitución Federal la fracción IX para crear el Sistema Nacional de Evaluación Educativa, coordinado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y se le da a este último el carácter de organismo público autónomo con personalidad jurídica y patrimonio propios. La labor del instituto será evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del sistema educativo nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior.
Sin embargo, los múltiples críticos de la Reforma señalan que ésta se queda en la recuperación del control del magisterio por el Estado mediante la evaluación. Los cambios a la ley regulan el ingreso y la permanencia en la carrera docente, pero no la definen. Los opositores acusan que se trata, en realidad, de una reforma laboral en materia educativa y es justamente ahí donde se inscribe la protesta magisterial. Hace décadas el Estado había cedido ese control al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), hasta que esa fuerza gremial se convirtió en un factor más que contribuyó a destartalar al sistema educativo por obra de caciques sindicales del priísmo como Carlos Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo. Ésta fue detenida y procesada por enriquecimiento ilícito y corrupción en 2012. Contra ellos surgió la CNTE hace 30 años con reivindicaciones de democracia sindical, hasta convertirse –como dice el antropólogo de izquierda Roger Batra— en una excrecencia del SNTE, dogmática y “sobreideologizada”, con algunas reivindicaciones aceptables y otras francamente anacrónicas.
México está cansado. Como todos los países que acaban de salir de la barbarie de una guerra civil encubierta con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico que costó 120.000 vidas en un decenio y medio, primero quiere paz y está dispuesto a aceptar cualquier solución que la garantice. Con su Pacto por México y gestos decididos de gobierno, como su asistencia a las víctimas de las tormentas “Manuel” e “Ingrid” que asolaron el país la semana pasada, Enrique Peña Nieto tiene una importante cuota de consenso popular para poner en ejecución su política. Las reformas neoliberales previstas en el Pacto por México son determinantes también para el éxito de la Iniciativa del Pacífico pergeñada por los EE.UU. para rodear a China. Peña Nieto ha comenzado por las más estratégicas: con la del petróleo abrió Pemex al ingreso de capitales norteamericanos; con la de la educación golpea con fuerza sobre uno de los pocos sindicatos mexicanos que aún tienen capacidad de movilización a nivel nacional. El Pacto por México ha generado la impresión de que existe un amplio consenso interpartidario y eso llega bien después de los catastróficos doce años del PAN. La educación no es lo importante, sino dar vuelta el país sin demasiadas protestas.

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Eduardo J. Vior