domingo, 1 de junio de 2014

Syriza demuestra cuán efectiva es la solidaridad

La izquierda europea vuelve a hacer política

Año 7. Edición número 315. Domingo 1 de Junio de 2014
ASCENSO. LA IZQUIERDA GRIEGA CONFIRMÓ LA LEGITIMIDAD DE SUS DEMANDAS Y CRÍTICAS.
Elecciones en el viejo continente. Mientras que en el centro y norte del continente la protesta contra Bruselas se orientó hacia la derecha, en el sur tomó la dirección opuesta, potenciando una alternativa estratégica.

Sólo 24 horas después de que su coalición Syriza se convirtiera en el primer partido de Grecia en las elecciones europeas, regionales y municipales del pasado 25 de mayo, el candidato de la Izquierda Unitaria Europea (IUE) a la Presidencia de la Unión Europea (UE), Alexis Tsipras, reclamó al presidente de la República, Karolos Papoulias, la convocatoria a elecciones parlamentarias anticipadas. Probablemente el presidente heleno rechace el pedido de Tsipras, pero la reunión entre ambos demuestra que la izquierda europea está volviendo a hacer política, aunque sólo sea en el sur del continente.
La coalición de la izquierda radical Syriza obtuvo el domingo pasado el 26,6% de los votos, mientras que el gobernante ND sacó el 22,71% y los neonazis de Amanecer Dorado (AD), un 9,4% y tres eurodiputados. Por primera vez un partido a la izquierda de la socialdemocracia gana elecciones en Grecia, sextuplicando sus resultados de 2009. En igual período ND perdió 10 puntos, mientras que el Partido Socialista Panhelénico (Pasok) sólo alcanzó un 8%. ND se impuso en la simultánea segunda vuelta de las elecciones locales y regionales. Logró el gobierno de 6 de las 13 regiones, pero Syriza le quitó Ática, donde vive el 40% de la población, e Islas Jónicas.
El secreto de Syriza está en su política de la solidaridad. Luego de las elecciones generales de 2012, Alexis Tsipras, buen conocedor de Argentina, declaró que “en esta época de crisis se necesitan la resistencia y la solidaridad, pero la solidaridad es más importante”. Con esta línea, los militantes de la alianza de izquierdas y ecologistas organizaron en todo el país ollas populares, ambulatorios y albergues de emergencia, anclando la alianza en la base popular. En busca de los votos de las nuevas clases medias, Syriza exige también moratorias para los créditos hipotecarios, apoya la permanencia del país en la zona del euro y critica algunas huelgas radicales, mientras lucha contra la política de austeridad de la Troika y propone coaligarse con el Pasok, otras fuerzas de centroizquierda e incluso los nacionalistas moderados de Griegos Independientes para formar gobierno sin los conservadores. Ante quienes lo acusan por su “argentinismo” de querer que Grecia declare la moratoria de la deuda externa, Tsipras responde viajando a EE.UU. y reuniéndose con el ministro de Finanzas alemán, el democristiano Wolfgang Schäuble. Cada vez más su alianza precisa su plataforma de unidad nacional con base popular.
También en España avanzó la izquierda. Además de en Grecia, la izquierda radical sólo avanzó en España, donde sobre todo Izquierda Unida se benefició de las pérdidas del Partido Popular (PP), y especialmente de los socialistas (PSOE), multiplicando por tres sus euromandatos (llegó a seis). No obstante, la gran sorpresa de las elecciones europeas la dio Podemos. Con su joven líder de 35 años, Pablo Iglesias Turrión (lleva ese nombre en homenaje al fundador del PSOE), ganó cinco escaños y se integrará a la Izquierda Unitaria Europea. El dirigente declaró el domingo 25 por la noche que “nuestro desafío es construir una alternativa política de gobierno y trabajar con otros compañeros del sur de Europa para decir en el Europarlamento que no queremos ser una colonia de Alemania ni de la Troika”.
Sumados a los seis escaños de Izquierda Unida, en total son 11 los eurodiputados españoles que se sumarán a la Izquierda Unitaria Europea. Podemos, un partido surgido del movimiento de los “Indignados”, salió de las elecciones europeas como cuarta fuerza política nacional. Fue inscripto como partido hace tres meses y ahora debe organizarse y elegir su dirección. Sobre todo porque, si repite el resultado en las municipales y autonómicas de 2015, influiría en la formación de gobiernos locales y regionales. Hasta ahora el partido ha funcionado mediante “círculos”, unos 300 grupos de trabajo, diseminados por barrios y pueblos, en los que miles de personas han lanzado ideas para un partido de nuevo tipo. Podemos se propone construir un frente amplio como el de Uruguay, “para reinventar la democracia y crear un proceso constituyente como en Bolivia, Venezuela y Ecuador”.
En Portugal, en tanto, ganó el renovado Partido Socialista (PSP), con 31,4% de los votos, cinco puntos más que en 2009. La coalición de derechas gobernante sólo llegó al 27%. En tercer lugar, con el 12,7%, quedó la Coalición Democrática Unitaria (PCP-PEV) que subió de dos a tres eurodiputados. Una de las desilusiones fue el Bloque de Izquierda (BE, por sus siglas en portugués) que, de tres diputados que obtuvo en 2009, con el 4,6% bajó a una sola. Fue su tercera derrota electoral consecutiva desde 2011.
En Italia, el gran triunfador fue el primer ministro Matteo Renzi, quien con su Partido Democrático (PD) alcanzó el 40% de los votos y legitimó su política de reformas modernizantes. El Movimiento 5 Estrellas (M5S, por las siglas en italiano) se consolidó como segunda fuerza con el 21% de los sufragios. Forza Italia, de Silvio Berlusconi, en tanto, se quedó en el 15%, su peor resultado electoral. En tanto, la Lista Tsipras, formada en enero pasado para apoyar la candidatura del líder griego a la presidencia comunitaria, obtuvo el 4% y entró al Parlamento de Estrasburgo con tres diputados.
El Frente de Izquierdas francés (FG, por sus siglas en francés), que reúne al Partido Comunista (PCF), el Partido de la Izquierda (PG) y la Izquierda Unida (GU), junto con pequeños grupos de izquierda y ecologistas, igual que en 2009 quedó sexto, con el 6,61% de los sufragios y cuatro diputados.
En Alemania, a su vez, La Izquierda (Die Linke) sigue estancada en el 7% a nivel federal, con la consabida partición entre el este ex comunista y el oeste liberal.
La lucha se traslada ahora al seno del Parlamento a constituirse a principios de julio, donde los bloques deben elegir al Presidente y sus 14 vicepresidentes y repartir los puestos en las comisiones, motor del trabajo parlamentario. Con 42 bancas y el 5,57% de los votos la Izquierda Unitaria Europea/Nueva Izquierda Nórdica creció en un 1% y siete escaños respecto a 2009. Aunque aumentó poco su bancada, se espera que el mayor peso de los miembros del sur del continente le permita pasar de la declamación a la política práctica a favor de los perdedores de la crisis, negociando sin abandonar la oposición y recuperando la iniciativa en la calle y en los medios, donde se la disputan los nacionalistas. El éxito de Syriza y Podemos puede devolver la izquierda europea a la política.

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Eduardo J. Vior