La arremetida de Berlusconi
Miradas al Sur
Año 6. Edición número 248. Domingo 17 de febrero de 2013
Elecciones generales en Italia.A sólo siete días de
los comicios italianos, la mayor novedad política es el crecimiento del
polémico ex primer ministro en las encuestas, que siguen lideradas por
el centroizquierda.
La veda legal sobre la publicación de sondeos prelectorales en las
últimas dos semanas previas a los comicios impide prever con cierta
certeza el resultado de las próximas elecciones italianas del 24 y 25 de
febrero, pero si las tendencias anteriores a la veda se mantienen,
puede anticiparse que ninguna de las coaliciones en pugna podrá formar
gobierno por sí sola. A pesar de las novedosas opciones surgidas
recientemente, Italia no va a tener un gobierno suficientemente fuerte
como para sacarla de la crisis y seguirá dependiendo de las decisiones
europeas.
En estas elecciones se renuevan totalmente ambas Cámaras del Parlamento (Diputados y Senado) y los gobiernos regionales de Lombardía, Molise y Lazio. Si bien la Legislatura habría acabado su período normal en abril próximo, los comicios anticipados se hicieron necesarios por la renuncia en diciembre del primer ministro Mario Monti y la consecuente disolución del Parlamento por el presidente Giorgio Napolitano. Cerca de 51 millones de italianos –en el país y en el exterior– están habilitados para votar. La Justicia electoral ha autorizado la presentación de 184 listas, algunas sólo regionalmente.
Como reflejo del estancamiento del sistema político puede verse la incapacidad de los partidos para llegar a un acuerdo para reformar la ley electoral de 2005, a pesar del consenso general sobre la necesidad de hacerlo.
En las elecciones compiten tres coaliciones (de centroizquierda, de centroderecha y de derecha) y nuevos movimientos electorales (particularmente el 5 Stelle, “Cinco Estrellas”) con gran adhesión juvenil. La coalición centroizquierdista Italia, Bene Comune reúne principalmente al Partido Democrático (PD), Sinistra Ecologia e Libertà (SEL) y al Partido Socialista (PSI). Lleva al presidente del PD, Pier Luigi Bersani, como candidato a jefe de gobierno electo en elecciones primarias a dos vueltas. Estas primarias se realizaron el 25 de noviembre y el 2 de diciembre. Aunque no están previstas en la ley electoral, el PD y la SEL, a su vez, el 29 y 30 de diciembre tuvieron elecciones primarias para determinar sus listas de candidatos al Parlamento. En algunas regiones se suman otras listas a la coalición.
Al mismo tiempo que el Popolo delle Libertà (Pueblo de las Libertades, PDL) el 6 de diciembre abandonaba la mayoría parlamentaria y provocaba la caída del gobierno de Mario Monti, Silvio Berlusconi anunció su “retorno al campo de batalla”. En consecuencia, su partido anuló las elecciones primarias realizadas el 24 de octubre. El 20 de diciembre algunos diputados abandonaron el PDL, para formar Fratelli d’Italia-Centrodestra Nazionale (Hermanos de Italia-Centroderecha Nacional), que sin embargo apoyará al PDL en estas elecciones generales.
El 7 de enero el PDL restablece su acuerdo con la derechista Lega Nord (LN), roto cuando los primeros entraron al gobierno Monti. Aunque Berlusconi declaró que no le interesaba ser primer ministro, sino ministro de Economía, la coalición lo eligió como primer candidato. Para la Jefatura del Gobierno él prefiere al secretario político del PDL, Angelino Alfano, mientras que la LN se manifestó por el ex ministro de Economía Giulio Tremonti. La coalición participa en las elecciones con las listas del PDL, de la LN, de La Destra (la Derecha) y de Fratelli d’Italia, pero también la acompañan numerosas listas regionales.
También el premier saliente, Mario Monti, anunció el 25 de diciembre su ingreso a la política partidaria. El 4 de enero presentó la coalición Scelta Civica (Opción Cívica)-Con Monti per l’Italia, formada por personalidades de la sociedad civil aliadas a la Unión de los Demócrata Cristianos y de Centro (UDCC) y a Futuro y Libertad por Italia (FLI). Para el Senado, la coalición se presenta con la lista única Con Monti por Italia.
Por primera vez se presenta el Movimiento 5 Stelle (“Cinco Estrellas”). Su fundador es Giusepe Beppe Grillo. Este cómico, activista, bloguero (uno de los diez más leídos del mundo, según Forbes) y político genovés proclama en su sitio de Facebook: “Mándenlos a todos a casa” (algo así como el “que se vayan todos”). En sus multitudinarios actos proclama la necesidad de que Italia redescubra la solidaridad, su espíritu comunitario. Las 5 estrellas del movimiento (registradas en exclusivo por su líder) se refieren a sus temas: agua pública, movilidad sostenible, desarrollo, conectividad y ambiente. A sus seguidores se los conoce como “grillistas”.
El 29 de octubre Beppe Grillo dictó las normas para la formación de las listas electorales, limitando la posibilidad de candidatearse a los adherentes al movimiento que ya hubieran sido candidatos en comicios anteriores y no hayan sido electos. Después los candidatos fueron escogidos en primarias online realizadas del 3 al 6 de diciembre, en las que participaron 20.252 inscriptos en el movimiento.
El 29 de diciembre se presentó asimismo la candidatura del juez Antonio Ingroia como primero de la lista Rivoluzione Civile (Revolución Civil), apoyada por movimientos y partidos de centroizquierda y fracciones comunistas. Ya en el inicio el movimiento sufrió escisiones por desconfianzas hacia el pasado político de algunos candidatos.
Durante toda la campaña electoral el centroizquierda lideró ampliamente los sondeos de opinión, a gran distancia del PDL. Sorprendentemente los “grillistas” ocuparon el tercer lugar, por delante de Monti. Sin embargo, en los días anteriores a la veda de sondeos, Berlusconi redujo sensiblemente la distancia, por lo que el resultado es incierto. No obstante, la sola enumeración de las listas y candidaturas evidencia la dispersión del sistema político italiano. Faltan ideas, líderes y movimientos capaces de captar el entusiasmo popular. La primera República Italiana colapsó en los años ’90 por su incapacidad para resolver la gobernabilidad del país, lo que permitía que éste fuera gobernado por la tecnoburocracia aliada al capital privado y a las organizaciones criminales de todo tipo. Después de veinte años, la Segunda República parece ir en el mismo sentido. ¿Cambiar algo para que nada cambie, como decía el Príncipe de Lampedusa, “Il Gattopardo”?.
En estas elecciones se renuevan totalmente ambas Cámaras del Parlamento (Diputados y Senado) y los gobiernos regionales de Lombardía, Molise y Lazio. Si bien la Legislatura habría acabado su período normal en abril próximo, los comicios anticipados se hicieron necesarios por la renuncia en diciembre del primer ministro Mario Monti y la consecuente disolución del Parlamento por el presidente Giorgio Napolitano. Cerca de 51 millones de italianos –en el país y en el exterior– están habilitados para votar. La Justicia electoral ha autorizado la presentación de 184 listas, algunas sólo regionalmente.
Como reflejo del estancamiento del sistema político puede verse la incapacidad de los partidos para llegar a un acuerdo para reformar la ley electoral de 2005, a pesar del consenso general sobre la necesidad de hacerlo.
En las elecciones compiten tres coaliciones (de centroizquierda, de centroderecha y de derecha) y nuevos movimientos electorales (particularmente el 5 Stelle, “Cinco Estrellas”) con gran adhesión juvenil. La coalición centroizquierdista Italia, Bene Comune reúne principalmente al Partido Democrático (PD), Sinistra Ecologia e Libertà (SEL) y al Partido Socialista (PSI). Lleva al presidente del PD, Pier Luigi Bersani, como candidato a jefe de gobierno electo en elecciones primarias a dos vueltas. Estas primarias se realizaron el 25 de noviembre y el 2 de diciembre. Aunque no están previstas en la ley electoral, el PD y la SEL, a su vez, el 29 y 30 de diciembre tuvieron elecciones primarias para determinar sus listas de candidatos al Parlamento. En algunas regiones se suman otras listas a la coalición.
Al mismo tiempo que el Popolo delle Libertà (Pueblo de las Libertades, PDL) el 6 de diciembre abandonaba la mayoría parlamentaria y provocaba la caída del gobierno de Mario Monti, Silvio Berlusconi anunció su “retorno al campo de batalla”. En consecuencia, su partido anuló las elecciones primarias realizadas el 24 de octubre. El 20 de diciembre algunos diputados abandonaron el PDL, para formar Fratelli d’Italia-Centrodestra Nazionale (Hermanos de Italia-Centroderecha Nacional), que sin embargo apoyará al PDL en estas elecciones generales.
El 7 de enero el PDL restablece su acuerdo con la derechista Lega Nord (LN), roto cuando los primeros entraron al gobierno Monti. Aunque Berlusconi declaró que no le interesaba ser primer ministro, sino ministro de Economía, la coalición lo eligió como primer candidato. Para la Jefatura del Gobierno él prefiere al secretario político del PDL, Angelino Alfano, mientras que la LN se manifestó por el ex ministro de Economía Giulio Tremonti. La coalición participa en las elecciones con las listas del PDL, de la LN, de La Destra (la Derecha) y de Fratelli d’Italia, pero también la acompañan numerosas listas regionales.
También el premier saliente, Mario Monti, anunció el 25 de diciembre su ingreso a la política partidaria. El 4 de enero presentó la coalición Scelta Civica (Opción Cívica)-Con Monti per l’Italia, formada por personalidades de la sociedad civil aliadas a la Unión de los Demócrata Cristianos y de Centro (UDCC) y a Futuro y Libertad por Italia (FLI). Para el Senado, la coalición se presenta con la lista única Con Monti por Italia.
Por primera vez se presenta el Movimiento 5 Stelle (“Cinco Estrellas”). Su fundador es Giusepe Beppe Grillo. Este cómico, activista, bloguero (uno de los diez más leídos del mundo, según Forbes) y político genovés proclama en su sitio de Facebook: “Mándenlos a todos a casa” (algo así como el “que se vayan todos”). En sus multitudinarios actos proclama la necesidad de que Italia redescubra la solidaridad, su espíritu comunitario. Las 5 estrellas del movimiento (registradas en exclusivo por su líder) se refieren a sus temas: agua pública, movilidad sostenible, desarrollo, conectividad y ambiente. A sus seguidores se los conoce como “grillistas”.
El 29 de octubre Beppe Grillo dictó las normas para la formación de las listas electorales, limitando la posibilidad de candidatearse a los adherentes al movimiento que ya hubieran sido candidatos en comicios anteriores y no hayan sido electos. Después los candidatos fueron escogidos en primarias online realizadas del 3 al 6 de diciembre, en las que participaron 20.252 inscriptos en el movimiento.
El 29 de diciembre se presentó asimismo la candidatura del juez Antonio Ingroia como primero de la lista Rivoluzione Civile (Revolución Civil), apoyada por movimientos y partidos de centroizquierda y fracciones comunistas. Ya en el inicio el movimiento sufrió escisiones por desconfianzas hacia el pasado político de algunos candidatos.
Durante toda la campaña electoral el centroizquierda lideró ampliamente los sondeos de opinión, a gran distancia del PDL. Sorprendentemente los “grillistas” ocuparon el tercer lugar, por delante de Monti. Sin embargo, en los días anteriores a la veda de sondeos, Berlusconi redujo sensiblemente la distancia, por lo que el resultado es incierto. No obstante, la sola enumeración de las listas y candidaturas evidencia la dispersión del sistema político italiano. Faltan ideas, líderes y movimientos capaces de captar el entusiasmo popular. La primera República Italiana colapsó en los años ’90 por su incapacidad para resolver la gobernabilidad del país, lo que permitía que éste fuera gobernado por la tecnoburocracia aliada al capital privado y a las organizaciones criminales de todo tipo. Después de veinte años, la Segunda República parece ir en el mismo sentido. ¿Cambiar algo para que nada cambie, como decía el Príncipe de Lampedusa, “Il Gattopardo”?.
El peso del voto argentino
Si la tendencia al equilibrio entre el centroizquierda y el centroderecha insinuada por los últimos sondeos electorales permitidos hace una semana se confirma, el voto en el exterior puede ser nuevamente como en 2006 el fiel en la balanza que decida sobre la formación del próximo gobierno italiano.
Unos 600.000 italianos residentes en Argentina recibieron las boletas para votar a sus representantes en el Parlamento de Italia entre múltiples candidatos. Argentina, junto con Brasil, define la elección en la circunscripción sudamericana. La fecha de votación de residentes en el exterior se extenderá hasta el lunes 18.
Figuras como la vedette Iliana Calabró, el actor Gino Renni y el médico Claudio Zin son quizá los postulantes más conocidos entre los que residen en la Argentina, a los que se suman empresarios, abogados y sociólogos oriundos de distintas ciudades del país. Actualmente, en el Parlamento saliente italiano hay cinco legisladores argentinos y, dada la cantidad de electores mencionada, las estimaciones son que Argentina retendrá todos esos escaños. La lista de centroderecha Italiani per la Libertà lleva al ex embajador de Carlos Menem en el Vaticano, Esteban Caselli, como candidato a la reelección como senador y a Iliana Calabró como candidata a diputada. De ser electa, Calabró se propone mejorar los intercambios entre Italia y la Argentina.
Los votos de los ciudadanos italianos en el exterior deciden doce escaños en la Cámara de Diputados y seis en el Senado, de los que tres diputados y dos senadores corresponden al distrito de América del Sur.
Otro de los aspirantes a diputado es el empresario de origen calabrés Eugenio Sangregorio, quien en cuarenta años de residencia en Argentina amasó una fortuna en el negocio inmobiliario. Sangregorio es cabeza de lista del partido Unión Suramericana de Emigrantes Italianos (USEI).
En tanto, el columnista televisivo y ex político menemista Claudio Zin se postula como candidato a senador por el Movimiento Asociativo de Italianos en el Extranjero, un movimiento independiente al que define como “de derecha, moderado y cristiano”. Zin formó parte del gobierno de Carlos Menem y fue ministro de Salud de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires hasta 2009, cuando renunció ante el avance de la investigación sobre la mafia de los medicamentos.
No parece que las candidaturas resulten de un debate público dentro de la comunidad de origen italiano en el país, sino más bien de la intervención de distintos grupos de intereses y lobbies. Una buena combinación, habida cuenta del estado del sistema político italiano.
Si la tendencia al equilibrio entre el centroizquierda y el centroderecha insinuada por los últimos sondeos electorales permitidos hace una semana se confirma, el voto en el exterior puede ser nuevamente como en 2006 el fiel en la balanza que decida sobre la formación del próximo gobierno italiano.
Unos 600.000 italianos residentes en Argentina recibieron las boletas para votar a sus representantes en el Parlamento de Italia entre múltiples candidatos. Argentina, junto con Brasil, define la elección en la circunscripción sudamericana. La fecha de votación de residentes en el exterior se extenderá hasta el lunes 18.
Figuras como la vedette Iliana Calabró, el actor Gino Renni y el médico Claudio Zin son quizá los postulantes más conocidos entre los que residen en la Argentina, a los que se suman empresarios, abogados y sociólogos oriundos de distintas ciudades del país. Actualmente, en el Parlamento saliente italiano hay cinco legisladores argentinos y, dada la cantidad de electores mencionada, las estimaciones son que Argentina retendrá todos esos escaños. La lista de centroderecha Italiani per la Libertà lleva al ex embajador de Carlos Menem en el Vaticano, Esteban Caselli, como candidato a la reelección como senador y a Iliana Calabró como candidata a diputada. De ser electa, Calabró se propone mejorar los intercambios entre Italia y la Argentina.
Los votos de los ciudadanos italianos en el exterior deciden doce escaños en la Cámara de Diputados y seis en el Senado, de los que tres diputados y dos senadores corresponden al distrito de América del Sur.
Otro de los aspirantes a diputado es el empresario de origen calabrés Eugenio Sangregorio, quien en cuarenta años de residencia en Argentina amasó una fortuna en el negocio inmobiliario. Sangregorio es cabeza de lista del partido Unión Suramericana de Emigrantes Italianos (USEI).
En tanto, el columnista televisivo y ex político menemista Claudio Zin se postula como candidato a senador por el Movimiento Asociativo de Italianos en el Extranjero, un movimiento independiente al que define como “de derecha, moderado y cristiano”. Zin formó parte del gobierno de Carlos Menem y fue ministro de Salud de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires hasta 2009, cuando renunció ante el avance de la investigación sobre la mafia de los medicamentos.
No parece que las candidaturas resulten de un debate público dentro de la comunidad de origen italiano en el país, sino más bien de la intervención de distintos grupos de intereses y lobbies. Una buena combinación, habida cuenta del estado del sistema político italiano.
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Eduardo J. Vior