domingo, 31 de agosto de 2014

Golpeando y negociando Rusia busca neutralizar Ucrania

Putin debilita a Poroshenko

Año 7. Edición número 328. Domingo 31 de agosto de 2014
EN LA MIRA. VLADIMIR PUTIN PRETENDE NO PERDER POSICIONES EN EL ESTE UCRANIANO.
El presidente ruso especula con que la oposición ucraniana empuje a su par a la guerra, mientras los milicianos prorrusos lo presionan en el Este.

Apenas un día después de que Vladimir Putin y su colega ucraniano, Piotr Poroshenko acordaran en Minsk (Bielorrusia) su voluntad de negociar, la presión combinada de las milicias prorrusas desde la costa del Mar de Azov y de las manifestaciones nacionalistas en Kiev empujan al presidente ucraniano a intensificar la guerra.
Después de tres días de duros combates en la frontera rusa las fuerzas rebeldes habrían entrado el miércoles en la ciudad de Novoazovsk, a orillas del Mar de Azov. De conquistarla, los milicianos abrirían un tercer frente junto a los de Donetsk y Lugansk con el que controlarían los tres pasos fronterizos en la región, amenazarían la cercana base del batallón neonazi Azov y abrirían el camino hacia Crimea, ya bajo control ruso. Aparentemente los secesionistas están mejor armados que en batallas anteriores y han pasado a agruparse en grandes contingentes muy móviles con gran poder de fuego.
Los nuevos choques amenazan los acuerdos que Vladimir Putin y Piotr Poroshenko lograron el martes pasado durante la conferencia cumbre de la Unión Aduanera Euroasiática (UAEA) (que reúne a Rusia, Kazajistán y Bielorrusia) en Minsk. También estuvieron presentes los comisarios europeos de Relaciones Exteriores, Carolin Ashton, de Energía, Günther Öttinger, y de Comercio, Karel De Gucht.
Ambos presidentes acordaron reunir nuevamente el grupo encargado de resolver el conflicto armado en el sudeste de Ucrania. El jefe ruso señaló que Rusia continuará prestando ayuda humanitaria a los civiles del sudeste. Moscú y Kiev acordaron también intensificar la labor del grupo tripartito sobre la aplicación del Acuerdo de Asociación UE-Ucrania para el establecimiento de una zona de libre comercio. Asimismo, decidieron seguir negociando sobre el suministro de gas ruso a Ucrania.
En los últimos meses el gobierno ruso habría sido sorprendido por la intensa respuesta militar ucraniana al levantamiento en el Este del país y por la dureza de las sanciones económicas occidentales contra Rusia. Tras sustituir a la conducción miliciana por otra más disciplinada y cambiar su táctica de combate, el mando ruso habría ahora retomado la iniciativa.
Para alcanzar la paz ya no basta con un cese del fuego. Kiev debería comprometerse a dar autonomía a las regiones orientales, aun sin ceder la soberanía. Moscú, a su vez, tendría que cerrar un acuerdo económico estable con su vecino, para que éste pueda prever el precio del gas. A cambio los ucranianos postergarían sin fecha su ingreso a la OTAN y a la UE. Ucrania y Occidente deberían aceptar que el país mira tanto hacia el Oeste como hacia el Este. No obstante, aun esta fácil fórmula es inaceptable para los halcones de ambos bandos. Poroshenko ofreció a Putin que las repúblicas de Donetsk y Lugansk sean parte de una "federación ucraniana", pero el nuevo primer ministro de Donetsk, Alexandr Zajárchenko, lo rechazó y reclamó la independencia completa. El mandatario rechazó en general negociar con Kiev.
Según los últimos datos presentados por la ONU, hasta el 19 de agosto habían muerto en cuatro meses 2.249 personas, entre ellas 23 niños, y al menos 6.033 heridos, de ellos unos 38 niños. La cifra de desplazados internos alcanzó los 190.000 y la de los refugiados en Rusia, las 207.000 personas.
Al comprometer a Poroshenko a buscar una solución negociada, Putin ya logró un primer triunfo: el presidente ucraniano reconoce a las milicias prorrusas como interlocutoras válidas y es sólo cuestión de tiempo que acepte una solución federal.
Sin embargo, la enorme presión interna le impide un cese del fuego. Durante semanas el ejército ucraniano y las milicias neonazis hicieron retroceder a los separatistas. En mayo pasado, después de su elección Poroschenko irritó a los nacionalistas, al ofrecer el diálogo a sus contendientes y ahora debe mostrarse duro, para que los extremistas no le arrebaten la mayoría parlamentaria en las elecciones de septiembre próximo.
Por su parte, Putin mantiene sus objetivos en secreto y pone a prueba la reacción ucraniana con un tercer frente en la costa. Sabe que el triunfo militar definitivo es imposible y por eso apuesta a desgastar a Poroshenko.
Hasta el invierno boreal ambas partes endurecerán sus posiciones, para luego negociar en las mejores condiciones.
Poroshenko tiene suficiente racionalidad empresaria como para saber que Ucrania sólo puede abrir sus fronteras tanto hacia el Oeste como el Este, pero los nostálgicos del nazismo, predominantes en Kiev y en el Oeste del país, no quieren dejarlo. Todavía correrá mucha sangre por el Don, antes de que los guerreros se sienten a conversar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Estimad@s lector@s:
Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam.
Agradezco su atención.
Eduardo J. Vior