TODA EUROPA HACE NEGOCIOS CON LOS REFUGIADOS
Eduardo J. Vior 31 de Agosto de 2015 |
12:00
Hasta hace pocos
días, el foco de las noticias sobre la crisis provocada en Europa por la
súbitamente multiplicadaafluencia de cientos de miles de refugiados se
había concentrado en el Mediterráneo, pero el hallazgo el jueves pasado
de 71 personas asfixiadas en un camión frigorífico en una parada de la
autopista Viena-Budapest desvió la atención de todos los medios hacia
las redes de tráfico que ocupan los Balcanes y puso sobre alerta a
Europol, la policía europea. Las fáciles imágenes de mafiosos serbios
cooperando con gángsters romaníes ocuparon las tapas de los diarios más
sensacionalistas.
Sin embargo, una primera mirada atenta sobre el monumental drama muestra que gran parte de la población europea está viviendo a costa de los fugitivos: si no son las redes de traficantes que transportan a las multitudes desesperadas desde Grecia, pasando por Macedonia, Serbia, Hungría y Austria, hasta el "paraíso" alemán, se trata de quienes les venden alimentos, bebida y alojamiento por el camino o los acogen clandestinamente en su destino. Pero también están quienes medran de los subsidios europeos para el alojamiento de los refugiados, como la "FamigliaCarminati", de la "Mafia Capitale" (llamada así por haber sido detectada en diciembre pasado en Roma), que recaudaba fortunas gracias a los subsidios estatales y europeos que recibía para hospedar a refugiados. Uno de sus "gerentes", incluso, organizaba ataques a estos alojamientos, para urgir a las autoridades a contratar otros "más seguros". En el este de Sicilia, por ejemplo, con fondos oficiales, la Mafia administra en Mineo el mayor refugio para rescatados del mar de toda Europa.
A su vez, desde su base en Trípoli el eritreo Ermias Ghermany dirige una vasta red de reclutadores y transportistas desde Eritrea, Somalia, Níger, Nigeria y Costa de Marfil hasta los anfitriones en Ámsterdam, Londres y Berlín. Nadie duda de que uno de sus mayores costos es lo que gasta en aceitar las manos de policías y agentes de inmigración en toda la UE.
La acción de los criminales abarca toda la Unión Europea. Recientes investigaciones de Scotland Yard demuestran que las mafias afganas y sirias trafican refugiados coordinadamente con criminales ingleses, de largas vinculaciones internacionales gracias al pasado imperial de Gran Bretaña. También las redes de tráfico de armas, drogas y prostitución se han volcado al más lucrativo negocio con los refugiados, porque la Unión Europea subsidia millonariamente la atención de los mismos, mientras su primitiva respuesta (erigir vallas, militarizar las fronteras, perseguir a los refugiados ilegales) aumenta los costos del ingreso en el bloque y, por consiguiente, las ganancias de los traficantes.
También ganan los gobiernos europeos, ya que el temor a los refugiados torna a sus poblaciones más propensas a apoyar las fáciles medidas represivas y más dispuestas a desviar su atención de la crisis económica y social hacia el rechazo de los extraños.
Los miles de traficantes también contribuyen al aumento del PBI europeo. Invierten sus ganancias en automotores, inmuebles, armas, equipamiento electrónico y, en algún punto de la cadena, también colocan sus ahorros en bancos (no sólo suizos) e inversiones "legales". Si la Unión Europea tuviera interés en resolver esta catástrofe humanitaria, rastrearía el origen de muchas inversiones oscuras y abriría las puertas del bloque, además de buscar sinceramente soluciones pacíficas a las guerras en su periferia. Si lo tuviera… «
Sin embargo, una primera mirada atenta sobre el monumental drama muestra que gran parte de la población europea está viviendo a costa de los fugitivos: si no son las redes de traficantes que transportan a las multitudes desesperadas desde Grecia, pasando por Macedonia, Serbia, Hungría y Austria, hasta el "paraíso" alemán, se trata de quienes les venden alimentos, bebida y alojamiento por el camino o los acogen clandestinamente en su destino. Pero también están quienes medran de los subsidios europeos para el alojamiento de los refugiados, como la "FamigliaCarminati", de la "Mafia Capitale" (llamada así por haber sido detectada en diciembre pasado en Roma), que recaudaba fortunas gracias a los subsidios estatales y europeos que recibía para hospedar a refugiados. Uno de sus "gerentes", incluso, organizaba ataques a estos alojamientos, para urgir a las autoridades a contratar otros "más seguros". En el este de Sicilia, por ejemplo, con fondos oficiales, la Mafia administra en Mineo el mayor refugio para rescatados del mar de toda Europa.
A su vez, desde su base en Trípoli el eritreo Ermias Ghermany dirige una vasta red de reclutadores y transportistas desde Eritrea, Somalia, Níger, Nigeria y Costa de Marfil hasta los anfitriones en Ámsterdam, Londres y Berlín. Nadie duda de que uno de sus mayores costos es lo que gasta en aceitar las manos de policías y agentes de inmigración en toda la UE.
La acción de los criminales abarca toda la Unión Europea. Recientes investigaciones de Scotland Yard demuestran que las mafias afganas y sirias trafican refugiados coordinadamente con criminales ingleses, de largas vinculaciones internacionales gracias al pasado imperial de Gran Bretaña. También las redes de tráfico de armas, drogas y prostitución se han volcado al más lucrativo negocio con los refugiados, porque la Unión Europea subsidia millonariamente la atención de los mismos, mientras su primitiva respuesta (erigir vallas, militarizar las fronteras, perseguir a los refugiados ilegales) aumenta los costos del ingreso en el bloque y, por consiguiente, las ganancias de los traficantes.
También ganan los gobiernos europeos, ya que el temor a los refugiados torna a sus poblaciones más propensas a apoyar las fáciles medidas represivas y más dispuestas a desviar su atención de la crisis económica y social hacia el rechazo de los extraños.
Los miles de traficantes también contribuyen al aumento del PBI europeo. Invierten sus ganancias en automotores, inmuebles, armas, equipamiento electrónico y, en algún punto de la cadena, también colocan sus ahorros en bancos (no sólo suizos) e inversiones "legales". Si la Unión Europea tuviera interés en resolver esta catástrofe humanitaria, rastrearía el origen de muchas inversiones oscuras y abriría las puertas del bloque, además de buscar sinceramente soluciones pacíficas a las guerras en su periferia. Si lo tuviera… «
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