martes, 19 de julio de 2016

Washington no puede permitir que Turquía se independice

Erdoğan cruza la estrategia de Estados Unidos


Contragolpe y movimientos que estimularán el aumento de la inestabilidad en una región clave por vincular Asia, Europa y Oriente Medio.

Por Eduardo J. Vior

Luego de derrotar el golpe militar del 15 y 16 de julio, el presidente turco RecepTayyipErdoğan está purgando enérgicamente todas las instituciones del Estado de elementos opositores y preparando la reforma de la Constitución para instaurar un régimen presidencialista autoritario, pero legitimado democráticamente e inspirado por el islamismo conservador. Al mismo tiempo cruza la política norteamericana para el Levante acercándose a Irán y mejorando sus lazos con Rusia. Ante la debilidad de Europa después del Brexit, explora sus márgenes de autonomía aunque Estados Unidos no se lo va a permitir. El próximo golpe de Estado estará mejor preparado.
El sábado el primer ministro Binali Yildirim informó que habían sido detenidos 2.839 militares ligados al golpe, 265 personas resultaron muertas durante los enfrentamientos y 1.440 fueron heridas. Diecisiete oficiales de la policía fueron muertos por un ataque con helicópteros en Ankara en la noche del viernes y otras doce personas murieron por el estallido de una bomba en el Parlamento. Simultáneamente con sus declaraciones se supo que el Alto Consejo de Jueces y Procuradores (HSYK, por su sigla en turco) había exonerado a 2745 jueces en todo el país y 1563 militares fueron detenidos, muchos de ellos jóvenes. Algunas versiones refieren también la detención de uno o más miembros de la Corte Constitucional. El primer ministro anunció asimismo la reimplantación de la pena de muerte y un “severo castigo” contra los golpistas. Estas declaraciones dan la razón al Presidente quien, al iniciarse el golpe, afirmó que se trataba de “un regalo de Dios”. No se sabe si el gobierno provocó el levantamiento, pero es seguro que estaba informado y lo esperaba.

Según Telesur, después de que huyó de su país por el golpe de Estado y de que Alemania le negara asilo, el presidente de Turquía fue acogido en Irán. Inmediatamente llamó al pueblo a movilizarse en defensa de la democracia y las leyes. Gracias a la multitud que ocupó las plazas y avenidas y rodeó a las tropas apostadas en los puentes sobre el Bósforo, el sábado el jefe de Estado pudo retornar triunfante a Estambul.
En la tarde de ese día el diario sensacionalista británico DailyMirror informó que el general AkinOzturk –comandante de la Fuerza Aérea turca entre 2013 y 2015- estaba sindicado como jefe de las fuerzas golpistas. 

Desde agosto del año pasado el general Ozturk era miembro del Supremo Consejo de Justicia Militar y, según informa el medio, se habría visto obligado a lanzar el golpe ante la inminencia de una reunión del Consejo en la que se ventilarían sus vínculos con Hizmet, una cofradía islámica muy infiltrada en el Estado que está liderada desde Estados Unidos por el ex–clérigo y antiguo aliado del presidente FetuláGülen.
No se conocen todavía las dimensiones de la conspiración, pero es evidente que en su apresuramiento las fuerzas rebeldes no estaban preparadas para derrocar al gobierno. Según el Jefe interino del Estado Mayor (el titular fue detenido por los golpistas), general UmitDundar, la mayoría de los alzados provienen de la Fuerza Aérea, la Policía Militar y las fuerzas blindadas.

Hay muchos indicios de que Erdoğan provocó el golpe para sacarse de encima a Hizmet. Este grupo místico y tecnocrático ha penetrado ampliamente las fuerzas armadas, la Justicia, las universidades y las cámaras empresarias, constituyendo un riesgo para el islamismo conservador, pero institucional, del mandatario.
Al mismo tiempo que en Turquía se desarrollaban el golpe y el contragolpe, el secretario de Estado norteamericano John Kerry acordaba en Moscú con su colega Serguei Lavrov un plan para imponer en Siria el cese del fuego y combatir no solo al Estado Islámico sino también a al Nusra, el brazo local de al Qaeda. El fin de las hostilidades es el prerrequisito para iniciar conversaciones políticas. Sin embargo, al mejorar las relaciones turco-rusas, refugiarse en Irán durante el golpe y derrotar a los militares aliados de EE.U., Erdoğan cruzó la estrategia regional de Washington.

Después de Gran Bretaña y Alemania, Turquía es el tercer aliado más importante de Estados Unidos dentro de la OTAN. Con 640.000 hombres en armas (en Turquía rige el servicio militar obligatorio), su ejército es el segundo más numeroso de la alianza. La Fuerza Aérea norteamericana y las de otros aliados usan la base de Incirlik, en la costa sur, para las misiones de bombardeo contra el Estado Islámico en Siria. Al mismo tiempo Turquía es un país del frente en la estrategia estadounidense de cerco contra Rusia. Si la alianza entre Washington y Ankara se debilita, se quiebra el centro del dispositivo antirruso de Estados Unidos.

Erdoğan no se va a enfrentar con Estados Unidos, pero ambiciona una mayor autonomía externa e interna. Mientras Obama gobierne en Washington o Clinton lo suceda, no hay espacio para líberos en Levante. A menos que Donald Trump gane las elecciones presidenciales de noviembre próximo e imponga su política de neutralidad armada con Rusia, el próximo golpe de Estado está anunciado y esta vez lo prepararán mejor.

lunes, 18 de julio de 2016

La CIA promueve sectas iluminadas en todo el mundo

Turquía y el golpismo new age

La historia de Fetulá Gülen, el hombre acusado del intento de golpe de estado contra Recep Erdogan
Fethullah-GulenEl presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó a los seguidores de Fetulá Gülen, un ex–imán sufí autoexiliado en Estados Unidos desde 1999, de haber conducido el golpe de estado fracasado del viernes y sábado pasados. El líder de la Alianza por los Valores Compartidos (así se llama su movimiento espiritualista) respondió indignado rechazando la acusación y repudiando la acción militar. Tanto la acusación como el descargo, empero, pueden ser verdaderos, ya que la estructura del movimiento de tipo “new age” que Güllen lidera permite que sus adeptos participen en el golpe, mientras su organización se mantiene prescindente. Esta irresponsabilidad de la secta es la verdadera amenaza para Turquía y todos los países donde pululan estos grupos.

Fetulá Güllen lleva años fascinando a la prensa estadounidense. Vive en una mansión en los Montes Poconos, una región poco poblada, de colinas y bosques, situada más o menos a medio camino entre Washington y Nueva York. No concede entrevistas y su ideología es motivo de controversia. El “Movimiento Gullen”, como se le denomina en Estados Unidos (o Hizmet, “el Servicio”, como lo denominan sus seguidores en Turquía), defiende el Islam, la sociedad civil, el diálogo entre las religiones y el libre mercado.

Hay quienes lo califican de secta marcada por el culto a la personalidad del fundador. La red de las Escuelas Armonía que el movimiento ha organizado tiene unos 160 centros de enseñanza primaria y media en EE.UU. Su objetivo es dar una educación de calidad mediante la “armonía” entre cuerpo, mente y espíritu y para ello adopta la fórmula de las “charter school”: recibe dinero público, es independiente del Estado y puede también recabar donaciones. En Estados Unidos esta fórmula ha mejorado los índices estadísticos de la enseñanza en zonas pobres, ha aliviado los presupuestos educativos y ha facilitado el reclutamiento de cuadros técnicos y profesionales imbuidos de tecnocratismo.
Las Escuelas Armonía han sido investigadas por el Estado norteamericano como presunta tapadera del movimiento. El movimiento proviene lejanamente del Nurculuk (“adoradores de la luz”), un movimiento de inspiración sufí que el kurdo Said Nursi fundó en la década de 1920, para oponerse a la secularización impulsada por la joven república turca liderada por Mustafá Kemal “Atatürk” (“padre de los turcos”). Aunque no conoció al fundador, Fetulá Güllen (nacido en 1941 en una pobre familia de la Anatolia oriental) se aprovechó del carisma del movimiento y de sus divisiones, para fundar en Esmirna a principios de la década de 1980 esta corriente que rápidamente ganó adeptos entre la burocracia civil y militar, así como entre universitarios y profesionales técnicos.

Desde la introducción del Islam en la actual Turquía, en el siglo XI, han convivido en él numerosas corrientes. Una de ellas es el sufismo, fundado en Siria en el siglo XII como respuesta a la invasión de los cruzados occidentales. Desde el origen esta corriente ha mezclado el culto de la luz, una inspiración mística, la estricta organización jerárquica de las sectas y un racionalismo pragmático. Duramente combatida por el sunismo dominante en el Imperio Otomano, esta orientación se mantuvo a lo largo de los siglos. Su organización en pequeñas cofradías laxamente asociadas en redes le hacía fácil evadir el control burocrático de las instituciones religioso-judiciales del Islam oficial.

AFP
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Después de que en 1985 terminó el último gobierno militar, se introdujo en Turquía el programa neoliberal: floreció la especulación financiera, los campesinos se empobrecieron aún más y emigraron a las ciudades de la costa y a Ankara, que multiplicaron su población. Disueltos los vínculos comunitarios, tanto la nueva clase media como los más pobres perdieron contención. En este fértil terreno se difundieron las sectas pseudoislámicas que ofrecen la salvación por la evasión del mundo, a cambio de la ayuda individual que financian ricas fundaciones propias y extranjeras.

Así creció el movimiento inspirado por Fetulá Güllen. Cuando el actual presidente Recep Tayyip Erdogan fue depuesto por la Justicia de la alcaldía de Estanbul (1994-98), sustituyó el islamismo tradicional por el pragmatismo de inspiración sufí y se alió con Güllen. Tanto es así que el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) que él y Abdulá Gül fundaron en 2001 tiene la luz como símbolo. La alianza con los sufíes se mantuvo hasta 2013, cuando, como resultado de la implicación turca en la guerra en Siria, donde apoyaba a las facciones islamistas, giró también dentro del país hacia el islamismo político.
Güllen no es sólo influyente en Turquía. Uno de sus asesores, Ghakan Ozok, está muy próximo a Huma Abedin, la “confidente” de Hillary Clinton. En 2009 Ozok logró a través de Abedin que Hillary convenciera a Barack Obama para que se reuniera con Ekmeleddin Ihsanoglu, un seguidor de Güllen que en 2014 perdió las elecciones ante Erdoğan. Poco después un millón de dólares fue donado a la Fundación Clinton. Güllen se ha reunido asimismo con el Papa Juan Pablo II, el Patriarca griego Bartolomeo I y el entonces rabino líder de la comunidad sefardí israelí, Eliyahu Bakshi-Doron.

Desde el fin de la Guerra Fría los movimientos espiritualistas (como el de los seguidores del Ravi Shankar, con tantos adeptos en el actual gobierno argentino) han sido fomentados por la CIA en todo el mundo como modo de captar a las nuevas clases medias dispersas y sin contención que el neoliberalismo ha creado. La Alianza por los Valores Compartidos es uno más de ellos.

Erdoğan es un conservador autoritario que ha recurrido al islamismo por oportunismo y ha chocado con EE.UU. por la necesidad de rehacer sus relaciones con Rusia e Irán. Washington no le va a perdonar la derrota de este fin de semana. Tarde o temprano movilizará nuevamente a la elite cívico-militar, antes laica y hoy “iluminada”, que controla buena porción del poder real a orillas del Bósforo. Por primera vez en su larga historia Turquía puede llegar a tener un gobierno “new age”.

domingo, 17 de julio de 2016

Obama no va a perdonar la derrota sufrida en Turquía

La Turquía de Erdogan, después del golpe que presagia otro golpe

La Turquía de Erdogan, después del golpe que presagia otro golpe

SÁBADO, 16 DE JULIO DE 2016
POR EDUARDO J. VIOR > ANALISTA INTERNACIONAL
Recep Tayyip Erdogan está aprovechando plenamente el fracaso del golpe militar iniciado en la noche del viernes 15, para concentrar el poder, pero Barack Obama no le va a perdonar la derrota, la alianza con Irán ni el mejoramiento de los vínculos con Rusia. El próximo golpe militar está anunciado.
 
El primer ministro Binali Yildirim informó ayer que habían sido detenidos 2839 militares ligados al golpe –entre ellos algunos altos mandos–, 265 personas resultaron muertas durante los enfrentamientos y 1440 resultaron heridas. Por otra parte, fueron 17 los oficiales de la policía muertos por un ataque con helicópteros en Ankara en la noche del viernes y otras 12 personas murieron por el estallido de una bomba en el Parlamento. Al mismo tiempo se supo que el Alto Consejo de Jueces y Procuradores (HSYK, por su sigla en turco) había exonerado a 2745 jueces en todo el país. y que 1563 militares fueron detenidos.
 
Algunas versiones refieren también la prisión de uno o más miembros de la Corte Constitucional. El primer ministro anunció asimismo la reimplantación de la pena de muerte y un "severo castigo" contra los golpistas. Al iniciarse el golpe, el presidente afirmó con razón que se trataba de "un regalo de Dios". No se sabe si el gobierno provocó el levantamiento, pero es seguro que estaba informado y lo esperaba.
 
Según Telesur, luego de que huyó de su país, Alemania le negó asilo, pero Irán le concedió refugio.
Desde allí llamó al pueblo por FaceTime a movilizarse en defensa de la democracia y las leyes. La movilización se organizó rápidamente a través de las redes sociales, y la multitud, que ocupó las plazas y avenidas y rodeó a las tropas apostadas en los puentes sobre el Bósforo, permitió al jefe de Estado retornar el sábado a Estambul.
 
Al denunciar un intento de asesinarlo, cuando todavía estaba en la costa cerca de Estambul, el presidente acusó a Fetulá Gülen, un ex imán exiliado en Estados Unidos desde 1999 (ver recuadro), de estar detrás de la conjura. Por su parte, el diario sensacionalista británico Daily Mirror informó que el general Akin Ozturk –comandante de la Fuerza Aérea turca entre 2013 y 2015– está sindicado como jefe de las fuerzas golpistas.
 
Desde agosto del año pasado el general Ozturk era miembro del Supremo Consejo de Justicia Militar y habría lanzado el golpe ante la inminencia de que el Consejo lo acusara de complicidad con Gülen.
No se conoce todavía el alcance de la conspiración, pero es evidente que las fuerzas rebeldes fueron demasiado pequeñas y estaban muy descoordinadas. Según el jefe interino del Estado Mayor (el titular fue detenido por los golpistas), general Umit Dundar, la mayoría de los alzados pertenecían a la Fuerza Aérea, la Policía Militar y las fuerzas blindadas.
 
Tras el golpe, los dirigentes políticos occidentales se apresuraron a pedir respeto por la democracia y los Derechos Humanos. No obstante, el secretario de Estado Kerry anunció que Estados Unidos consideraría la solicitud de extradición de Gülen si Turquía la presenta. Hay muchos indicios de que Erdogan provocó el golpe para concentrar el poder e instaurar una república presidencialista de fuerte inspiración islámica, pero mucho más fuertes son las implicaciones internacionales del episodio: mientras se desarrollaba el golpe, John Kerry y Serguei Lavrov acordaban en Moscú un plan para asegurar el cese del fuego en Siria y el control del islamista Frente al Nusra como prerrequisitos de la transición política.
 
La explicación pasa por avizorar que al provocar el golpe, empero, el presidente turco cruzó los planes de Estados Unidos. Un efectivo entendimiento de estos con Rusia sobre Siria marginaría al presidente turco que en junio pasado se reconcilió con Moscú y ha venido mejorando su vínculo con Teherán.
Washington probablemente haya querido imponer en Turquía un gobierno más leal, pero ahora Obama deberá lidiar con un Erdogan fortalecido, al que intentará derribar más seriamente.
 
Habrá que ver si Alá el Todopoderoso sigue siendo tan pródigo con el líder turco. «

La cobertura pseudo-religiosa

Fetulá Gülen, a quien el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan sindicó públicamente, de modo implícito pero claro, como líder del fracasado golpe de Estado de la noche del 15 al 16 de julio, es un multimillonario ex clérigo que dirige desde Pensilvania –donde vive desde 1999– una cofradía islámica llamada Hizmet (servicio, en castellano). 

En Turquía el movimiento tiene estimativamente el apoyo del 10% de la población (unos 8 millones de personas), pero está presente con escuelas, universidades y madrasas (escuelas coránicas) en 180 países, así como con una red de escuelas subsidiadas en Estados Unidos. Estas reciben cuantiosas donaciones con las que Hizmet ha hecho fuertes inversiones en medios, clínicas y en el sector financiero. Se trata de una cofradía secreta que ha penetrado las fuerzas armadas, la Justicia, las universidades y las cámaras empresarias de Turquía.

Hasta 2013 Gülen apoyaba a Erdoğan, pero se distanció cuando importantes funcionarios del gobierno fueron 
acusados de corrupción. Los partidarios del presidente, por su parte, acusan al ex clérigo de instrumentar la Justicia, para derrocar al gobierno democráticamente elegido. Si bien el movimiento se organiza como una red, tiene jerarquías estrictas y no acepta discusiones internas. Se lo acusa de misionar sus ideas, una práctica ajena al Islam.

Los occidentales caracterizan las ideas de Gülen como progresistas, pero Hizmet es un grupo místico que colabora con servicios de inteligencia norteamericanos y, según se supo por las denuncias contra Hillary Clinton por el uso de su casilla privada, cuando era secretaria de Estado, en 2009 seguidores del ex imán donaron cerca de un millón de dólares para la Fundación Clinton.

Desde la época otomana las cofradías secretas han sido en Turquía la forma tradicional de organización paralela al Estado. En especial aquellas adictas a versiones más místicas y menos rituales del Islam han gozado siempre de gran predicamento. En su conjunción de misticismo, autoritarismo y tecnocratismo Hizmet es una organización clandestina de gran poder.

martes, 12 de julio de 2016

Se van notando las consecuencias del referendo británico

Bancos europeos en riesgo por el Brexit


De acuerdo con un informe del FMI de fines de junio el Deutsche Bank representa uno de los mayores riesgos para el sistema financiero internacional, más que el HSBC y que el Credit Suisse. La situación se agravó con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea

por Eduardo J. Vior

Tres semanas después de la decisión británica de abandonar la Unión Europea (UE) se empiezan a distinguir algunos ganadores y perdedores. Entre los primeros están Wall Street, las corporaciones multinacionales que operan en dólares, las empresas británicas que negocian con sus 52 ex-colonias y la cooperación chino-rusa. Entre los perdedores están las empresas que comercian entre el continente y la isla, los fondos de inversión y los bancos europeos. Aunque los problemas de éstos últimos no se originan en el Brexit, el referendo los agravó.

El jueves pasado Víctor Constancio, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), esbozó en Madrid la posibilidad de ayudar a bancos en riesgo. Aunque no la mencionó, la banca italiana será la receptora de este dinerojunto, quizá, con la portuguesa. Para ello habrá que flexibilizar la prohibición europea de dar ayudas a bancos en problemas si primero no se solicitó la colaboración de sus accionistas. Según Constancio esta prohibición impidió que los bancos se deshicieran de activos con problemas.

Las manifestaciones del número dos del BCE coinciden con la campaña del primer ministro italiano Matteo Renzi para obtener ayudas del máximo Banco europeo con el argumento de que la enorme inestabilidad resultante del referendo británico impide a los bancos italianos vender los créditos incobrables como ordena la normativa europea. La situación de los Bancos italianos se agravó en los últimos días, cuando el Monte dei Paschi de Siena (MPS), el tercer banco de Italia, de 550 años de antigüedad, fue conminado hace diez días por el Banco Central Europeo a reducir en un 30% su cartera de préstamos morosos durante los tres próximos años. En la bolsa de Milán se suspendieron inmediatamente las cotizaciones de MPS, Unicredit y Banca Popolare Emilia Romagna. La declaración de Constancio fue, entonces, un intento de buscar un compromiso que evite la catástrofe.

Las entidades financieras italianas tienen más de 350.000 millones de euros en créditos dudosos (el 17% del total). Renzi pretendía reestructurar el sector sin ayuda de la UE y a su ritmo, para evitar condicionamientos macroeconómicos. Por eso aplaudió el anuncio del banquero europeo.

En Portugal, en tanto, la Caixa Geral de Depósitos (una banca pública) requiere una inyección estatal de miles de millones de euros, mientras que el Novo Banco se ha vendido a pérdida. Para agravar la situación, el 28 de junio último el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble declaró que si quiebra la Caixa será necesario un nuevo rescate europeo. Con su exabruptoSchäuble hundió el valor de los activos portugueses.

Sin embargo, en Alemania las cosas no andan mucho mejor. Si hasta fin de julio el alemán Deutsche Bank y el suizo Credit Suisse no recuperan diez puntos en el rating de las mayores empresas europeas, Stoxx50, quedarán fuera del índice.

De acuerdo con un informe del FMI de fines de junio el Deutsche Bank representa uno de los mayores riesgos para el sistema financiero internacional, más que el HSBC y que el Credit Suisse. El Fondo teme que los estrechos vínculos que los bancos alemanes (citan también al Commerzbank) tienen con compañías de seguros puedan, en situaciones críticas, generar reacciones en cadena que afecten toda la economía. La crítica del FMI desconsidera, empero, que desde el siglo XIX el capitalismo alemán se desarrolló bajo la dirección de grandes bancos que invirtieron en la economía productiva y se protegieron con el negocio de los seguros. Es una peculiaridad que los dogmáticos del neoliberalismo no entienden.

Los mayores problemas los tiene el Deutsche Bank con la Reserva Federal norteamericana. Por segunda vez la casa alemana reprobó en junio el “test de estrés“del banco central de EE.UU. Se le cuestionaron especialmente un insuficiente control de riesgos e inadecuados controles internos. ¿Hasta qué punto no es ideológica la evaluación de riesgos? Por estas dificultades el gigante germano redujo su valor de mercado a sólo 17.000 millones de euros y quedó a disposición de los especuladores.

Del mismo modo UniCredit, el mayor banco de Italia, vale hoy sólo 12.000 millones de euros, dado que sus créditos morosos ascienden a 51.000 millones. En tanto, en la semana posterior al Brexit el español BBVA (10.000 millones de euros) y los italianos UniCredit (8.400 millones de euros) e Intesa Sanpaolo (8.000 millones de euros) fueron los bancos europeos que más dinero tomaron prestado gratis al Banco Central Europeo.

Los precios de las acciones bancarias europeas, que ya caían un 20 por ciento este año, han duplicado su baja desde la votación. No obstante, el Comisario Europeo de Servicios Financieros, Valdis Dombrovskis, sostuvo el lunes 5 ante el Parlamento Europeo que la crisis de la banca italiana se debe a la baja rentabilidad y a la pesada carga de préstamos incobrables y no al Brexit cuyo gran beneficiario es el dólar que ha subido notablemente su cotización frente a las monedas europeas ofreciendo a los inversores refugio ante la inestabilidad del Viejo Continente.
 
La perspectiva de que Gran Bretaña abandone la UE amenaza asimismo la planeada fusión entre las bolsas de Londres y de Fráncfort.

Muchos de quienes votaron por la salida de la UE ponen grandes esperanzas en la ampliación del comercio con las ex–colonias británicas, pero por sus dimensiones ésta no es una alternativa al comercio con Europa, aunque el Brexit facilitará las inversiones en esos países y el comercio con ellos.

Todavía es temprano para determinar quién ganó y quién perdió por el referendo. La prensa sensacionalista acusa a Rusia de aprovecharse de la fractura europea, pero para Moscú da lo mismo negociar o chocar con los europeos juntos o por separado. Los medios oficiales chinos, a su vez, dieron el triunfo al dólar. En Moscú, por su parte, señalan calladamente a la Organización de Cooperación de Shangai a la que la semana pasada se sumaron India y Paquistán. Con seguridad los principales perdedores son los bancos europeos. ¿Querrán resarcirse en los países emergentes?

EE.UU. y Gran Bretaña chocarán también en Argentina

La Reina contraataca

Con la publicación del informe sobre la guerra contra Irak y la designación de Theresa May Isabel II retoma el control del país y frena a Obama
AFP | Getty
AFP | Getty

La ministra del Interior Theresa May sucederá el miércoles 13 de julio a David Cameron como cabeza del gobierno británico. El anuncio realizado este lunes 11 completó el efecto que tuvo la publicación, el pasado miércoles 6, del Informe Chilcot sobre la guerra contra Irak en 2003 y la ocupación posterior. En ambos hechos seguramente intervino de modo relevante la Reina Isabel II, ávida por recuperar la iniciativa, reunificar a su fracturado reino y recuperar la iniciativa internacional.

Luego de que Andrea Leadsom, ministra de Energía, desistió de competir por el cargo de primer ministro, el presidente del comité de diputados conservadores facultados para designar al nuevo premier declaró a May como líder del partido y nueva primera ministra.

La decisión llegó seis días después de que el Consejo Privado de asesores de la reina Isabel II, dirigido por Sir John Chilcot, publicó su informe sobre la guerra y ocupación de Irak a partir de 2003. La publicación provocó la semana pasada un terremoto político que, sumado al Brexit, debilitó la posición internacional del Reino Unido y lo alejó del tradicional aliado norteamericano. No se trata tanto del contenido del informe –que confirmó las sospechas de la opinión pública internacional-, como de la mentira y la tozudez que frenaron durante seis años su publicación. Redactado por un grupo de selectos aristócratas que reportan personalmente a la Reina, la mayoría –el primero, el propio Chilcot- con larga experiencia en la Policía y los servicios de inteligencia MI5 y MI6, el documento permaneció un tiempo encajonado por presiones internas y norteamericanas. Solamente pudo salir a la luz por decisión de la soberana y en el momento que ella eligió. Ahora la nonagenaria monarca británica festeja los 950 años de su reino demostrando al mundo que no piensa subordinarse.
El documento confirmó que Saddam Hussein no era una amenaza para los intereses británicos, que los datos de inteligencia sobre las supuestas armas de destrucción masiva no eran serios, que no se agotaron las alternativas para una solución pacífica del conflicto, que Estados Unidos y el Reino Unido actuaron al margen del Consejo de Seguridad de la ONU, que no hubo una fundamentación legal seria para la guerra y que ésta no era necesaria.

La comisión presidida por John Chilcot, experto en seguridad con largos años de servicio a cargo de la Policía y supervisor de los servicios de inteligencia MI5 y MI6, comenzó a trabajar en 2009 y tuvo su última sesión en 2011, ya durante el primer gobierno de David Cameron (2010-15 y 2015-16). El informe debió haber sido publicado en 2014, pero el gobierno de los Estados Unidos se oponía a que se difundieran los documentos secretos que el mismo contiene.

Lord Wallace of Saltaire, entonces asistente de la Reina, también rechazó la publicación del informe antes de la elección general de mayo de 2015. En agosto siguiente se anunció una nueva prórroga hasta 2016, para que toda persona involucrada tuviera ocasión de preparar su descargo. En octubre de 2015 Chilcot anunció que el texto estaría pronto para abril de 2016 y propuso darlo a publicidad entre junio y julio. Finalmente no pudo retardar más la decisión y lo sacó la semana pasada como una de las respuestas a la decisión mayoritaria de abandonar la Unión Europea y a la publicación en abril pasado de los “Panama Papers” que desprestigiaron mundialmente los paraísos fiscales en las áreas de dominio o influencia británica.

David Jones | PA Wire | Press Association Images
David Jones | PA Wire | Press Association Images

La opción por Theresa May debe verse en el mismo contexto. Militante conservadora desde su juventud, la política de 59 años es miembro de la Cámara de los Comunes desde 1997. En el gobierno de David Cameron dirige desde 2010 el Ministerio del Interior, el período de servicio más largo en ese cargo desde hace sesenta años, lo que demuestra sus excelentes relaciones con la Policía y los servicios de inteligencia. May se identifica con los principios del “unionismo conservador”, la corriente interna nacida en el último tercio del siglo XIX y que predominó en distintas épocas en el partido hasta ser desplazada por el thatcherismo a fin de los años 70. Los unionistas ven la sociedad como un ente orgánico en el que todos tienen deberes recíprocos. Especialmente la clase alta debe ocuparse paternalmente de las necesidades de quienes están por debajo de ella.

Durante la campaña para el referendo sobre la salida de la UE May apoyó la permanencia en el bloque, pero no se comprometió muy intensamente en la campaña y criticó a la Unión. En ese momento se especuló que la nueva primera ministra se reservaba, para después aparecer como reunificadora del fracturado Partido Conservador. Ahora le va a tocar una triple tarea: reconciliar a los tories, recuperar la unidad del reino y reformular la dañada relación con los Estados Unidos.
Después del cachetazo que Washington dio a Londres con la publicación de los “Panama Papers” y de la conmoción que produjo el abrumador voto inglés por el Brexit, la Reina Isabel demostró su capacidad de rápida reacción y su férrea voluntad de recuperar una porción del poder mundial aun contra su aliado norteamericano. Con la publicación del Informe Chilcot le devolvió el “favor” de ventilar en público los secretos compartidos. Con la decisión por May, en tanto, optó por una política con un firme anclaje en el aparato de seguridad e inteligencia que reporta directamente a la máxima autoridad del Estado, pero con virtudes unificadoras.

La restauración del poder norteamericano por el mejor oficial que la CIA alguna vez tuvo y su avance contra Rusia dejaron al descubierto la futilidad, pequeñez e inútil vanidad de las oligarquías europeas. Al revelar las mentiras y engaños con el que EE.UU. y el Reino Unido destruyeron Levante y elegir para el gobierno a una líder orgánica, la monarca británica, por su parte, salió a dar batalla por sus fueros. En el sur tendremos que buscar abrigo, porque norteamericanos y británicos no se van a atacar directamente, sino por guerras sustitutas en las cuales seremos los no involucrados quienes sufriremos los mayores golpes.

martes, 5 de julio de 2016

Macri es cómplice de la ocupación extranjera

Shell busca legitimar la ocupación de las Malvinas
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Debemos estar prevenidos para que el gobierno de Macri y Shell no aprovechen la ampliación de nuestras fronteras marítimas y convaliden la ocupación ilegal de las Islas Malvinas.

Por Eduardo J. Vior

Uno de los factores que da continuidad al dominio mundial de las grandes corporaciones internacionales es su capacidad para actuar sistémicamente, desplazando sus inversiones de una zona del globo a otra según cambien las circunstancias. Así, ante la inestabilidad que prometen el “Brexit” y la eventualidad de que Escocia se independice del Reino Unido, Royal Dutch Shell PLC amenaza con trasladar sus inversiones del Mar del Norte a la recién ampliada plataforma continental argentina. La maniobra esconde el reconocimiento fáctico de la usurpación de las Islas Malvinas.

Según informó la BBC el pasado viernes 1°, Ben van Beurden, Presidente del Directorio de Royal Dutch Shell PLC, se propone “echar una mirada atenta” a las inversiones de la compañía en el Mar del Norte. Aunque no lo manifieste, con la amenaza de cerrar o vender viejos pozos frente a las islas Shetland es evidente que el jerarca holandés está presionando a Escocia, para que después del “Brexit” no se independice del Reino Unido. Para ello agita sus alternativas de inversión, entre otras en el Mar Argentino.

Aunque Shell es una de las mayores pagadoras de dividendos del Reino Unido (15 mil millones de dólares anuales), los bajos precios del petróleo hacen que en la City se dude de que pueda seguir cumpliendo con los ahorristas. Ya el año pasado la empresa anunció que recortaría sus inversiones en 30 mil millones de dólares y que eliminaría varios miles de puestos de trabajo en todo el mundo. El anuncio de van Beurden de este viernes va en la misma línea.
No obstante, todavía el 10 de junio Paul Goodfellow, Vicepresidente de exploraciones y yacimientos de Shell para Gran Bretaña, anunció inversiones por cuatro mil millones de dólares hasta 2018 para renovar pozos viejos al oeste de las islas Shetland (al noroeste de Escocia). O sea que las declaraciones del Director General deben tomarse con precaución, como fintas políticas en el contexto del “Brexit”.

La mayoría de los analistas coincide en que los precios de las commodities –especialmente los de los hidrocarburos- repuntarán hacia 2020. Una corporación que piensa mundialmente como Shell no puede, entonces, descuidar el tomar previsiones estratégicas para asegurar su preeminencia también cuando la situación mejore.
En este sentido, en la reunión del capítulo latinoamericano del Foro Económico Mundial de Davos que se realizó en Medellín, Colombia, el 15 y 16 de junio pasados, muchos empresarios veían con optimismo el futuro mediato de la economía energética en el subcontinente. Alentados por los bajos costos financieros persistentes, la instauración de gobiernos neoliberales en Argentina y Brasil y la ampliación transcontinental de las zonas de libre comercio, prevén para los próximos años un sensible crecimiento de la demanda. Obviamente no les interesan los enormes recursos hidroeléctricos, sino los hidrocarburos que pueden ser exportados fuera de la región. En ese contexto representantes de Shell y de la italiana Eni informaron que piensan incrementar sus inversiones en América Latina ante la duplicación de la demanda regional de recursos energéticos hasta 2030.

Ante la reciente resolución de la ONU que reconoció la ampliación de la plataforma continental argentina en un 35%, muchos analistas especulan con la posibilidad de que Shell, aprovechando su privilegiada posición en el gobierno de Mauricio Macri, quiera apropiarse de los yacimientos de aguas profundas y combinarlos con los de las Islas Malvinas donde participa de modo indirecto.

No obstante los avances tecnológicos, para la ampliación de las exploraciones en la plataforma continental y su combinación con las de Malvinas subsiste aún el conflicto por la soberanía sobre las islas que el gobierno de Macri intenta obviar. Así, informes recientes en medios argentinos proponen aplicar allí fórmulas de cooperación transfronteriza que eludan las disputas por límites, como sucede entre Saudiarabia y Bahrein y en otros 60 campos alrededor del mundo. La falacia de la argumentación reside, empero, en que en todos esos casos se trata de marginar por motivos económicos disputas de límites entre dos países soberanos que se reconocen mutuamente, mientras que Argentina nunca ha aceptado el dominio británico sobre las Islas Malvinas. La única posibilidad de que empresas con concesiones del gobierno argentino cooperen con otras que operen en la zona de Malvinas sería, por consiguiente, que éstas últimas recaben la correspondiente autorización argentina, lo que a su vez no pueden aceptar los británicos.

En el contexto de la renovada hegemonía neoliberal en América del Sur los gigantes petroleros se dividen entre sí el coto de caza. Sin embargo, las dificultades técnicas y los altísimos costos de la exploración de nuevas áreas en el Mar Argentino dificultan un pronto aprovechamiento del recurso. Los precios actuales bajos del recurso tampoco justifican invertir grandes sumas en la exploración de nuevos y difíciles yacimientos. Por lo tanto, momentáneamente al gigante angloholandés sólo le interesa asegurarse el control de las nuevas áreas, mientras amenaza a los escoceses, pero debemos estar prevenidos para que el gobierno y Shell no aprovechen la ampliación de nuestras fronteras marítimas y convaliden la ocupación ilegal de las Islas Malvinas.

domingo, 3 de julio de 2016

La oscilante estrategia de Obama hace estallar a Turquía

Erdoğan cosecha tormentas

El atentado al aeropuerto Atatürk muestra las encrucijadas internas y regionales del gobierno turco, junto al peligro de que estalle un conflicto global.
SÁBADO, 02 DE JULIO DE 2016
POR EDUARDO J. VIOR
ANALISTA INTERNACIONAL
Los 44 muertos y 19 heridos que dejó el brutal atentado del pasado martes 28 en el aeropuerto Atatürk de Estanbul fueron la factura sangrienta que el presidente Recep Tayip Erdoğan tuvo que pagar por la irresponsabilidad de una política norteamericana oscilante y errores propios. Ahora, si su gobierno no halla la salida a los dilemas que lo ahogan, el guardián del Bósforo puede estallar y desatar un conflicto intercontinental. En aplicación del acuerdo migratorio del pasado marzo que permitió clausurar la ruta del Egeo el jueves pasado, la Unión Europea (UE) y Turquía abrieron una nueva ronda de negociaciones sobre la adhesión turca al bloque comunitario. Sin embargo, en medio del clima xenófobo agudizado por el brexit es poco probable que los europeos concedan a los turcos la prometida libre circulación por la Unión. Como condición Bruselas exige que Ankara ajuste sus leyes antiterroristas a las normas jurídicas europeas, pero Turquía lo rechaza para no debilitar su política antiterrorista.
 
No obstante, el gobierno turco accedió a la negociación para superar en algo su aislamiento. Ya el lunes 27 el presidente turco había anunciado la normalización de las relaciones con Israel, suspendidas en 2010, después de que fuerzas israelíes atacaran una flotilla con ayuda humanitaria para Gaza y mataran a diez turcos. Como precio del arreglo, Turquía aceptó el bloqueo israelí a Gaza y su potestad para controlar la ayuda de Ankara a los habitantes de la Franja. A cambio Tel Aviv compensará con 20 millones de dólares a los deudos de los muertos de 2010 y permitirá que empresas turcas reconstruyan la infraestructura de Gaza. Israel y Turquía cooperarán asimismo para llevar a Europa el gas de la cuenca marítima frente a Jafa. Por su parte, el presidente ruso Vladímir Putin mantuvo el martes una conversación telefónica con su colega turco, a quien dio las condolencias por el atentado terrorista y prometió reanudar inmediatamente los vuelos turísticos suspendidos después de que en noviembre de 2015 los turcos derribaran en la zona fronteriza con Siria un bombardero ruso que participaba en operaciones militares en ese país y mataran al piloto. Además, el gobierno ruso prometió normalizar las relaciones con Ankara, reanudando, por ejemplo, la importación de productos agrícolas. Para hacer posible la reconciliación, Erdoğan se disculpó por escrito por el incidente militar. No se sabe si el presidente turco reconoció que el avión derribado no había traspasado la frontera siria, si simplemente lo hizo para distender su relación son Rusia o ambas cosas, pero la disculpa fue aceptada.
 
Al mejorar los lazos con Rusia e Israel, Turquía avala la intervención rusa en Siria y obtiene el apoyo de la Mossad, para purgar de islamistas su aparato de inteligencia. Las fuerzas armadas turcas, nacionalistas, laicas y prooccidentales, pueden acompañar el viraje, pero en el propio partido y en la hermandad musulmana que lo sostiene cruje el piso.
 
Erdoğan sembró vientos y está cosechando tormentas. No va a conseguir el ingreso de su país a la UE, de Putin sólo obtuvo una tregua, el Papa ha movilizado a los armenios y a todos los cristianos de Turquía contra la negación del holocausto de 1915, por el acuerdo de marzo pasado con la UE carga con la atención de los refugiados, la guerra civil continúa sin atenuantes en el sureste, el arreglo con Israel es mal visto por la opinión pública árabe y la guerra contra el EI se ha trasladado al interior de Turquía.

Los compromisos de la pasada semana responden a la urgencia por descomprimir tremenda acumulación de conflictos, pero el presidente turco sólo podrá zafar del brete si retoma el curso exterior de sus primeros años. Sin embargo, este giro lo enfrentaría a Estados Unidos, Europa, los islamistas internos y no está claro si tendría el apoyo del ejército. Dentro de Turquía no hay alternativas visibles a Erdoğan y este no encuentra salidas en la política interna ni en la externa. Como los terroristas suicidas del aeropuerto de Estanbul, todo el país puede saltar por el aire en cualquier momento. «
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viernes, 1 de julio de 2016

La decisión británica abre una ventana de oportnidades

Brexit: aprovecharlo o sufrirlo

Oportunidades y riesgos de la decisión británica para la economía argentina
macri-preocupado

En la reunión de gabinete del pasado martes 28 el presidente Mauricio Macri recabó preocupado información y consejo sobre las consecuencias para Argentina del denominado “Brexit” (la decisión de los electores británicos de abandonar la Unión Europea). El ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay y su equipo buscaron calmar al resto de los ministros señalando que la decisión “no afecta la economía local”. Claro que la habitual ligereza de análisis del ex-JP Morgan desconsidera las chances y los riesgos que la ruptura de la UE plantea a Argentina.

Desde el Ministerio de Hacienda y Finanzas señalaron que “en el plano financiero las turbulencias no nos afectan porque tenemos cerrado el financiamiento para este año”. Después de recolectar 16.500 millones de dólares para pagar a los buitres, el Tesoro se quedó con divisas para cubrir el déficit fiscal producto de la recesión y de los cuantiosos regalos impositivos realizados. Sin embargo, si el maná no cae del cielo en este segundo semestre, como prometía el gobierno hasta hace poco, Prat Gay tal vez deba romper la alcancía. ¿Y después? Probablemente la crisis de Europa quizá no les dé chance de buscar nueva deuda allí. No obstante, los funcionarios sueñan con que el Brexit contribuya al éxito del blanqueo, ya que –especulan-, los activos locales pagan las mayores rentabilidades del mundo y la tasa de rentabilidad empresaria también es elevada.

En el intercambio comercial directo entre Gran Bretaña y Argentina no se esperan impactos de importancia porque es muy pequeño. En 2015, el comercio con el Reino Unido alcanzó 1.274,9 millones de dólares (1,1% del total comercializado por Argentina). Sí es, empero, previsible una alta volatilidad temporaria en los precios de las commodities que afectaría el valor de nuestras exportaciones hacia la Unión Europea como un todo y el ingreso de divisas comerciales. El 14,3% de las exportaciones y el 16,3 del total de las importaciones de nuestro país se realizan con la UE, que ocupa un lugar importante entre nuestros socios comerciales. En 2015 Argentina vendió al bloque 8.108 millones de dólares e importó por 10.938,8 millones. El saldo fue deficitario en 1.930,9 millones.
 
Si bien nuestro comercio directo con el Reino Unido es de menor cuantía, su economía está fuertemente integrada con la del resto de su continente, por lo que la salida del bloque perturbará fuertemente las cadenas de producción y elevará los costos de producción, haciendo las exportaciones europeas menos competitivas en el mercado mundial. La consecuencia será una disminución de su crecimiento y, probablemente, una recesión plurianual.

Al mismo tiempo, la decisión ya tomada por el Consejo Europeo, reunido el martes pasado en Bruselas, de prohibir a la Bolsa de Londres negociar títulos en euros afectará su rol como principal centro financiero internacional y probablemente la obligue a subir las tasas de interés con las conocidas consecuencias recesivas para la economía mundial.

En el mediano plazo –señalan algunos analistas- la liberación de Gran Bretaña de los controles europeos sobre los mercados financieros le permitirá concentrar los numerosos paraísos fiscales ya existentes en su área de dominio en un único y gigantesco refugio para evasores impositivos y lavadores de dineros mal habidos. La esperanza expresada por el equipo de Hacienda de que el Brexit induzca a algunos argentinos a repatriar más capitales de lo previsto aparece en este contexto como fatua.

Paul Lloyd / Flickr

François Hollande ya marcó la cancha: “no habrá mercado común à la carte”, avisó. Si el Reino Unido quiere mantener el mercado común con el resto de la Unión debe aceptar la libre circulación de las personas, advirtió. Ésta, precisamente, fue rechazada por la xenofobia británica el 23 de junio pasado. Las negociaciones entre ambos divorciantes se anuncian como difíciles.

El Brexit clausuró, al menos por ahora, las negociaciones para firmar un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. Estas negociaciones ya dependían antes del modo cómo cerraran las negociaciones europeo-norteamericanas para instituir el Tratado Trasatlántico de Comercio y Asociación (TTIP, por su sigla en inglés), tratativas que ahora se retrasarán hasta después de la elección norteamericana del 8 de noviembre. No es pensable que europeos y suramericanos vuelvan a sentarse a la misma mesa hasta el año próximo.
 
El voto británico debilita a la vez a la City de Londres (fortaleciendo a Wall Street) y a la Unión Europea. Gracias a Barack Obama, Estados Unidos ha recuperado el control sobre buena parte de la especulación financiera mundial. Con esta palanca en la mano, el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP) y su hegemonía sobre el continente americano, el (casi seguro “la”) próximo/a presidente/a de EE.UU. podrá negociar por separado con la UE y el Reino Unido el TTIP y consolidar la hegemonía mundial de su país. En este sentido -hay que reconocer- Mauricio Macri ha reaccionado correctamente desde su punto de vista colonial, cuando dejó trascender el martes 28 que “hay que plegarse en todo a los Estados Unidos”. Es dudoso que sus reinas madrinas en Londres y Amsterdam lo acompañen, pero, cuando el barco se hunde…

Gracias a la decisión británica los países del Mercosur han mejorado sustancialmente su posición internacional. Si tienen la voluntad, el momento es excelente para recuperar autonomía y presionar en las negociaciones de soberanía sobre las Islas Malvinas. Desde que éstas cesan de ser territorio de ocupación europea para depender sólo de Londres, es el momento adecuado para denunciar los tratados de Madrid de 1990, recuperar nuestra soberanía y avanzar en la ONU con una propuesta para asociarlas al Mercosur.

El referendo británico ha conmocionado la estructura del poder imperial, pero, después de un período de ajuste, éste volverá a funcionar. Por eso es urgente que los gobernantes suramericanos aprovechen la coyuntura. Si no entramos por esta ventana de oportunidades, se cerrará por mucho tiempo y nos dejará afuera.