martes, 12 de julio de 2016

Se van notando las consecuencias del referendo británico

Bancos europeos en riesgo por el Brexit


De acuerdo con un informe del FMI de fines de junio el Deutsche Bank representa uno de los mayores riesgos para el sistema financiero internacional, más que el HSBC y que el Credit Suisse. La situación se agravó con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea

por Eduardo J. Vior

Tres semanas después de la decisión británica de abandonar la Unión Europea (UE) se empiezan a distinguir algunos ganadores y perdedores. Entre los primeros están Wall Street, las corporaciones multinacionales que operan en dólares, las empresas británicas que negocian con sus 52 ex-colonias y la cooperación chino-rusa. Entre los perdedores están las empresas que comercian entre el continente y la isla, los fondos de inversión y los bancos europeos. Aunque los problemas de éstos últimos no se originan en el Brexit, el referendo los agravó.

El jueves pasado Víctor Constancio, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), esbozó en Madrid la posibilidad de ayudar a bancos en riesgo. Aunque no la mencionó, la banca italiana será la receptora de este dinerojunto, quizá, con la portuguesa. Para ello habrá que flexibilizar la prohibición europea de dar ayudas a bancos en problemas si primero no se solicitó la colaboración de sus accionistas. Según Constancio esta prohibición impidió que los bancos se deshicieran de activos con problemas.

Las manifestaciones del número dos del BCE coinciden con la campaña del primer ministro italiano Matteo Renzi para obtener ayudas del máximo Banco europeo con el argumento de que la enorme inestabilidad resultante del referendo británico impide a los bancos italianos vender los créditos incobrables como ordena la normativa europea. La situación de los Bancos italianos se agravó en los últimos días, cuando el Monte dei Paschi de Siena (MPS), el tercer banco de Italia, de 550 años de antigüedad, fue conminado hace diez días por el Banco Central Europeo a reducir en un 30% su cartera de préstamos morosos durante los tres próximos años. En la bolsa de Milán se suspendieron inmediatamente las cotizaciones de MPS, Unicredit y Banca Popolare Emilia Romagna. La declaración de Constancio fue, entonces, un intento de buscar un compromiso que evite la catástrofe.

Las entidades financieras italianas tienen más de 350.000 millones de euros en créditos dudosos (el 17% del total). Renzi pretendía reestructurar el sector sin ayuda de la UE y a su ritmo, para evitar condicionamientos macroeconómicos. Por eso aplaudió el anuncio del banquero europeo.

En Portugal, en tanto, la Caixa Geral de Depósitos (una banca pública) requiere una inyección estatal de miles de millones de euros, mientras que el Novo Banco se ha vendido a pérdida. Para agravar la situación, el 28 de junio último el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble declaró que si quiebra la Caixa será necesario un nuevo rescate europeo. Con su exabruptoSchäuble hundió el valor de los activos portugueses.

Sin embargo, en Alemania las cosas no andan mucho mejor. Si hasta fin de julio el alemán Deutsche Bank y el suizo Credit Suisse no recuperan diez puntos en el rating de las mayores empresas europeas, Stoxx50, quedarán fuera del índice.

De acuerdo con un informe del FMI de fines de junio el Deutsche Bank representa uno de los mayores riesgos para el sistema financiero internacional, más que el HSBC y que el Credit Suisse. El Fondo teme que los estrechos vínculos que los bancos alemanes (citan también al Commerzbank) tienen con compañías de seguros puedan, en situaciones críticas, generar reacciones en cadena que afecten toda la economía. La crítica del FMI desconsidera, empero, que desde el siglo XIX el capitalismo alemán se desarrolló bajo la dirección de grandes bancos que invirtieron en la economía productiva y se protegieron con el negocio de los seguros. Es una peculiaridad que los dogmáticos del neoliberalismo no entienden.

Los mayores problemas los tiene el Deutsche Bank con la Reserva Federal norteamericana. Por segunda vez la casa alemana reprobó en junio el “test de estrés“del banco central de EE.UU. Se le cuestionaron especialmente un insuficiente control de riesgos e inadecuados controles internos. ¿Hasta qué punto no es ideológica la evaluación de riesgos? Por estas dificultades el gigante germano redujo su valor de mercado a sólo 17.000 millones de euros y quedó a disposición de los especuladores.

Del mismo modo UniCredit, el mayor banco de Italia, vale hoy sólo 12.000 millones de euros, dado que sus créditos morosos ascienden a 51.000 millones. En tanto, en la semana posterior al Brexit el español BBVA (10.000 millones de euros) y los italianos UniCredit (8.400 millones de euros) e Intesa Sanpaolo (8.000 millones de euros) fueron los bancos europeos que más dinero tomaron prestado gratis al Banco Central Europeo.

Los precios de las acciones bancarias europeas, que ya caían un 20 por ciento este año, han duplicado su baja desde la votación. No obstante, el Comisario Europeo de Servicios Financieros, Valdis Dombrovskis, sostuvo el lunes 5 ante el Parlamento Europeo que la crisis de la banca italiana se debe a la baja rentabilidad y a la pesada carga de préstamos incobrables y no al Brexit cuyo gran beneficiario es el dólar que ha subido notablemente su cotización frente a las monedas europeas ofreciendo a los inversores refugio ante la inestabilidad del Viejo Continente.
 
La perspectiva de que Gran Bretaña abandone la UE amenaza asimismo la planeada fusión entre las bolsas de Londres y de Fráncfort.

Muchos de quienes votaron por la salida de la UE ponen grandes esperanzas en la ampliación del comercio con las ex–colonias británicas, pero por sus dimensiones ésta no es una alternativa al comercio con Europa, aunque el Brexit facilitará las inversiones en esos países y el comercio con ellos.

Todavía es temprano para determinar quién ganó y quién perdió por el referendo. La prensa sensacionalista acusa a Rusia de aprovecharse de la fractura europea, pero para Moscú da lo mismo negociar o chocar con los europeos juntos o por separado. Los medios oficiales chinos, a su vez, dieron el triunfo al dólar. En Moscú, por su parte, señalan calladamente a la Organización de Cooperación de Shangai a la que la semana pasada se sumaron India y Paquistán. Con seguridad los principales perdedores son los bancos europeos. ¿Querrán resarcirse en los países emergentes?

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Eduardo J. Vior