La Reina contraataca
Con la publicación del informe
sobre la guerra contra Irak y la designación de Theresa May Isabel II
retoma el control del país y frena a Obama
La ministra del Interior Theresa May
sucederá el miércoles 13 de julio a David Cameron como cabeza del
gobierno británico. El anuncio realizado este lunes 11 completó el
efecto que tuvo la publicación, el pasado miércoles 6, del Informe
Chilcot sobre la guerra contra Irak en 2003 y la ocupación posterior. En
ambos hechos seguramente intervino de modo relevante la Reina Isabel
II, ávida por recuperar la iniciativa, reunificar a su fracturado reino y
recuperar la iniciativa internacional.
Luego de que Andrea Leadsom, ministra de Energía,
desistió de competir por el cargo de primer ministro, el presidente del
comité de diputados conservadores facultados para designar al nuevo
premier declaró a May como líder del partido y nueva primera ministra.
La decisión llegó seis días después de que el
Consejo Privado de asesores de la reina Isabel II, dirigido por Sir John
Chilcot, publicó su informe sobre la guerra y ocupación de Irak a
partir de 2003. La publicación provocó la semana pasada un terremoto
político que, sumado al Brexit, debilitó la posición internacional del
Reino Unido y lo alejó del tradicional aliado norteamericano. No se
trata tanto del contenido del informe –que confirmó las sospechas de la
opinión pública internacional-, como de la mentira y la tozudez que
frenaron durante seis años su publicación. Redactado por un grupo de
selectos aristócratas que reportan personalmente a la Reina, la mayoría
–el primero, el propio Chilcot- con larga experiencia en la Policía y
los servicios de inteligencia MI5 y MI6, el documento permaneció un
tiempo encajonado por presiones internas y norteamericanas. Solamente
pudo salir a la luz por decisión de la soberana y en el momento que ella
eligió. Ahora la nonagenaria monarca británica festeja los 950 años de
su reino demostrando al mundo que no piensa subordinarse.
El documento confirmó que Saddam Hussein no era
una amenaza para los intereses británicos, que los datos de inteligencia
sobre las supuestas armas de destrucción masiva no eran serios, que no
se agotaron las alternativas para una solución pacífica del conflicto,
que Estados Unidos y el Reino Unido actuaron al margen del Consejo de
Seguridad de la ONU, que no hubo una fundamentación legal seria para la
guerra y que ésta no era necesaria.
La comisión presidida por John Chilcot, experto en
seguridad con largos años de servicio a cargo de la Policía y
supervisor de los servicios de inteligencia MI5 y MI6, comenzó a
trabajar en 2009 y tuvo su última sesión en 2011, ya durante el primer
gobierno de David Cameron (2010-15 y 2015-16). El informe debió haber
sido publicado en 2014, pero el gobierno de los Estados Unidos se oponía
a que se difundieran los documentos secretos que el mismo contiene.
Lord Wallace of Saltaire,
entonces asistente de la Reina, también rechazó la publicación del
informe antes de la elección general de mayo de 2015. En agosto
siguiente se anunció una nueva prórroga hasta 2016, para que toda
persona involucrada tuviera ocasión de preparar su descargo. En octubre
de 2015 Chilcot anunció que el texto estaría pronto para abril de 2016 y
propuso darlo a publicidad entre junio y julio. Finalmente no pudo
retardar más la decisión y lo sacó la semana pasada como una de las
respuestas a la decisión mayoritaria de abandonar la Unión Europea y a
la publicación en abril pasado de los “Panama Papers” que
desprestigiaron mundialmente los paraísos fiscales en las áreas de
dominio o influencia británica.
La opción por Theresa May debe verse en el mismo
contexto. Militante conservadora desde su juventud, la política de 59
años es miembro de la Cámara de los Comunes desde 1997. En el gobierno
de David Cameron dirige desde 2010 el Ministerio del Interior, el
período de servicio más largo en ese cargo desde hace sesenta años, lo
que demuestra sus excelentes relaciones con la Policía y los servicios
de inteligencia. May se identifica con los
principios del “unionismo conservador”, la corriente interna nacida en
el último tercio del siglo XIX y que predominó en distintas épocas en el
partido hasta ser desplazada por el thatcherismo a fin de los años 70.
Los unionistas ven la sociedad como un ente orgánico en el que todos
tienen deberes recíprocos. Especialmente la clase alta debe ocuparse
paternalmente de las necesidades de quienes están por debajo de ella.
Durante la campaña para el
referendo sobre la salida de la UE May apoyó la permanencia en el
bloque, pero no se comprometió muy intensamente en la campaña y criticó a
la Unión. En ese momento se especuló que la nueva primera ministra se
reservaba, para después aparecer como reunificadora del fracturado
Partido Conservador. Ahora le va a tocar una triple tarea: reconciliar a
los tories, recuperar la unidad del reino y reformular la dañada relación con los Estados Unidos.
Después del cachetazo que Washington dio a Londres
con la publicación de los “Panama Papers” y de la conmoción que produjo
el abrumador voto inglés por el Brexit, la Reina Isabel demostró su
capacidad de rápida reacción y su férrea voluntad de recuperar una
porción del poder mundial aun contra su aliado norteamericano. Con la
publicación del Informe Chilcot le devolvió el “favor” de ventilar en
público los secretos compartidos. Con la decisión por May, en tanto,
optó por una política con un firme anclaje en el aparato de seguridad e
inteligencia que reporta directamente a la máxima autoridad del Estado,
pero con virtudes unificadoras.
La restauración del poder norteamericano por el
mejor oficial que la CIA alguna vez tuvo y su avance contra Rusia
dejaron al descubierto la futilidad, pequeñez e inútil vanidad de las
oligarquías europeas. Al revelar las mentiras y engaños con el que
EE.UU. y el Reino Unido destruyeron Levante y elegir para el gobierno a
una líder orgánica, la monarca británica, por su parte, salió a dar
batalla por sus fueros. En el sur tendremos que buscar abrigo, porque
norteamericanos y británicos no se van a atacar directamente, sino por
guerras sustitutas en las cuales seremos los no involucrados quienes
sufriremos los mayores golpes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Estimad@s lector@s:
Este es un blog moderado. Sus comentarios serán evaluados antes de la publicación, para evitar spam.
Agradezco su atención.
Eduardo J. Vior