No es una “V” sino un serrucho interminable
La expansión de la pandemia en el mundo y la indefinición de EE.UU. hacen prever que la recuperación económica tendrá muchos altibajos y demorará mucho
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
29 de junio de 2020
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29 de junio de 2020
El domingo pasado el mundo superó los
diez millones de contagiados y pasó los 500.000 muertos por coronavirus.
Con contagios crecientes en Rusia, India, Suráfrica, Brasil y en los
estados norteamericanos de California, Texas, Florida y Arizona, la
recuperación de la economía mundial se aleja de la “V” soñada por los
economistas (brusca subida después de la abrupta caída de marzo y
abril), para acercarse a la imagen de un serrucho, con numerosas caídas y
ascensos, dependiendo de las oleadas de contagio por Covid-19. Para
peor, precisamente en el momento en que más imprescindible se hace la
cooperación internacional, la exclusiva concentración de los líderes
estadounidenses en la campaña para la elección de noviembre próximo
impide todo entendimiento con la mayor potencia del globo.
En EE.UU. los datos de movilidad de los
teléfonos celulares equipados con Android indicaron el viernes pasado
que la economía norteamericana había parado de crecer en junio, tras un
leve repunte en mayo. La asistencia a los puestos de trabajo permaneció
inalterada en junio respecto al mes anterior, es decir en un 30% por
debajo del promedio prepandemia. Este dato no toma en cuenta a quienes
trabajan desde sus casas, pero igualmente muestra que la recuperación
económica está estancada.
En el promedio nacional se registró sólo
un 10% menos de concurrencia a comercios minoristas restaurantes y
similares que el promedio anterior al Covid-19, por sobre el 50% de
disminución contabilizado en abril pasado. Este masivo retorno de los
norteamericanos a la actividad económica explica también que desde el
pasado 24 de junio el número de nuevos contagios por coronavirus haya
sobrepasado los índices de abril pasado. En consecuencia, en muchos
estados de la Unión están restringiendo nuevamente las actividades, e
incluso en Texas, cuyo gobernador Greg Abbott estaba entre los más
fervientes “aperturistas”, ahora están pidiendo a la población que se
quede en casa.
Este panorama permite avizorar que
durante todo el verano boreal la economía estadounidense estará muy
débil. Algunos analistas de Wall Street prevén altibajos muy
pronunciados de mes en mes, lo que puede inducir a confusiones, ya que,
cuando un mes la actividad cae muy pronunciadamente, hasta el repunte
más débil puede ser percibido como muy alto. Más que repuntar en “V”
(rápida y abruptamente) o en “U” (lenta, pero constantemente), parece
que la economía norteamericana se recuperará en “W” (o serrucho), con
avances y retrocesos condicionados por la evolución de la pandemia. La
ola actual, que afecta especialmente a California, Texas, Florida y
Arizona, influye sobre las regiones responsables por alcanzar un tercio
del PBI y obliga a paralizaciones parciales o totales, con lo que,
lógicamente, vuelve a frenarse el ciclo económico.
Los datos del PMI de países de Asia,
Europa y Estados Unidos daría la impresión de que, efectivamente, la
recuperación se está dando en forma de “V”. De acuerdo a la agencia
Bloomberg ésta es la evolución comparativa de los índices de gestores de
compras (PMI, por su nombre en inglés) de las principales potencias:
Sin embargo, el desagregado de los datos
de demanda, empleo y evolución de los precios aconseja una visión más
prudente. De acuerdo a las previsiones de la misma agencia Bloomberg, la
economía mundial puede tardar hasta fines de 2021, para recuperarse al
nivel prepandemia. Sus analistas estiman que, mediando una progresiva
superación de la pandemia, el producto bruto global puede caer un 4,7%
en 2020, pero si los contagios continúan y/o se agravan, la caída
promedio de la actividad económica mundial puede llegar al 6,7%.
Al mismo tiempo, el FMI estima que la
deuda pública mundial va a alcanzar por primera vez el 100% del PBI
global, lo que también implica que muchos países se van a endeudar en
una proporción mucho mayor.
Este agravamiento de la situación
económica mundial puede tener distinto tipo de repercusiones políticas.
Como muestra el cuadro siguiente, en EE.UU., típicamente, la crisis
económica, el aumento del desempleo y el empobrecimiento masivo de
grandes sectores de la población pueden influir sobre la elección
presidencial de noviembre próximo.
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Eduardo J. Vior